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lunes, 31 de diciembre de 2012

FIN DE AÑO EN LISBOA



A veces, y el sueño es triste,
En mis deseos existe
Lejanamente un país
Donde ser feliz consiste
Solamente en ser feliz.

Fernando Pessoa


jueves, 27 de diciembre de 2012

ESTRÉS DE NAVIDAD


La últimas tres semanas de diciembre me resultan estresantes, no consigo liberarme de esta sensación. Trabajamos a contrarreloj diez o doce días y, cuando terminamos, llega el estrés de Navidad. De Guatemala a Guatepeor.

Primero el sonsonete de la lotería, con ese aroma a No-Do y a país pobre, y a gente a la que se obsequia con un dinero extra mientras los demás (unos cuantos cientos de miles) siguen en paro. Por supuesto, no me ha tocado ni la pedrea, ni siquiera una mísera devolución.

Inmediatamente después, las últimas compras para las comidas redundantes. Porque siempre se te olvida algo. Y ves que no eres el único; es más, que unos cuantos centenares de personas se agolpan en la cola del pescado, con lo que echas la tarde. Lo peor es que se agolpan también en los pasillos, se ponen a hablar con los carritos atravesados, dejan las cestas como trampas en las que vas tropezando y maldices en varios idiomas. Cuando estás en la caja para pagar, tres horas después, una ancianita te pide que la dejes pasar porque sólo lleva… Mejor lo dejamos.

Mientras haces la cena para muchas personas te llegan multitud de mensajes. La mayoría los agradezco; otros son de una cursilería insoportable, pero también los agradezco, aunque hayan sido enviados a todos los contactos, entre los que parezco encontrarme. Algunos te los mandan personas a las que no soporto, pero me obligo a ser educado. Algunos con los que sí me gustaría intercambiar unas palabras no dan señales de vida; como soy de trato áspero en estas fechas, espero que den ellos el primer paso, pero a última hora les mando yo un mensaje. Hay quien no me contesta, me duele, pienso que será por algún motivo.

Llega la cena de Nochebuena. Excesiva, pesada. La sigue una mala digestión, demasiado vino. Me levanto regular y me pongo con un desayuno habitual (el café no me cae bien) y pienso en la comida mientras intento que la cocina recobre su aspecto diario. Imposible. En cuatro horas otra vez comilona, sin solución de continuidad. Y en Nochevieja/Año Nuevo lo mismo. Qué absurdo.

Mientras me ducho pienso en los libros que tengo a medias. Todas las Navidades me asalta una obsesión ridícula por cerrar balances. Y constato entonces que tengo varios libros sin terminar. Me espera Construyendo Babel, que tengo en el bidé; conozco al autor (Hilario Rodríguez): es una biografía bibliográfica; aún no sé si me gusta. Debajo está La torre herida por el rayo, muy arrabalera (o sea, de Fernando Arrabal). Y, más abajo, Eichmann y el Holocausto, de Hannah Arendt, que no me está llegando, a lo mejor porque me cabrea esa colección de textos incompletos de clásicos del pensamiento, que ha publicado con mal criterio Taurus. También tengo casi a punto un cómic de Corto Maltés, que leo sin excesivo entusiasmo. En el Kindle voy por el 76% de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, de Murakami (al que le sobran ¿páginas?), y que no me dará tiempo a terminar, porque por todas las noche me abalanzo sobre el mejor libro de este año, Libertad, de Jonathan Franzen, un tocho de 667 páginas, recién concluido, tras devorarlo con la pasión de un adicto (merece un post). Si acabase todos ellos, este año habría leído 43 libros, dos menos que en 2011. Me hago mayor. O leo libros más gordos.

Me esperan, para dar la bienvenida al 2013, Las correcciones, del mismo Franzen, Los enamoramientos, de Javier Marías, y un libro de Alejandro Gándara, Falso movimiento, del que hablaba muy bien Hilario Rodríguez en el suyo, del que sólo me queda el epílogo.

Cuando se vaya la familia tengo que lavar sábanas y toallas. Tampoco debo olvidar mover las camas y mirar detrás y debajo, siempre se dejan algo, recorrer en silencio la casa por fin limpia y ordenada (varias horas de trabajo) y sonreír bobaliconamente. Uf.

Porque apetece volver a la normalidad, poner coladas con frecuencia no diaria, recoger las pelusas cotidianas y hacer la lista de la compra con cosas corrientes como cebollas, patatas o el papel higiénico (nunca el de oferta, en eso no hay que ahorrar).

Y las horas del día me permitirán leer despaciosamente con la calefacción a la temperatura que me gusta mientras veo que la luna crece hasta reventar.

Es poco tiempo, enseguida llega el tren rápido de fin de año, las compras de Reyes que ni he pensado aún. El centro comercial abre los domingos, pero no pienso ir (cuestión de principios).

Dos días, apenas. Sólo dos. Qué estrés.


PD: La última foto es del blog: http://javiercoria.blogspot.com.es/2012/09/lugares-para-leer.html. Hay otras fotos preciosas que os gustarán.


domingo, 23 de diciembre de 2012

ALEGORÍA DE LA CAVERNA








Es cosa bien conocida que una ideología es un modo de mirar. Y de alumbrar. Es una linterna que apunta hacia algo, lo deslumbra, lo fija bajo un halo cegador. Y entonces lo desmenuza, analiza, disecciona, refuta o verifica (según y cómo). Pero todo lo demás queda en tinieblas: una oscuridad espesa e inabarcable en la que se esconden monstruos reales, imaginarios o conceptuales. Una negrura sin alternativas, cargada de argumentarios, explicaciones ad hoc, personajes abisales, sofismas de la penumbra.

Sólo la luz nos salva. Platón lo sabía. Duelen los ojos.


(Fotografía de Alisa Andrei)

martes, 18 de diciembre de 2012

ARMAS


Cuando escribo estas líneas acaba de ocurrir -una más- la matanza de Newtown. Las lágrimas del presidente Obama no parecen impostadas.

Pero no es la primera vez. No será la última. En Estados Unidos, como en otros países, la compra de armas es fácil y está garantizada por la Constitución. Es decir, hunde sus raíces en la Historia de ese país, y está, según parece, tan enraizada en los cromosomas de sus habitantes que no es sencillo cambiar las cosas.

Yo no tengo más experiencia diaria con las armas que un par de afilados cuchillos que me asustan con abrir el cajón. Pero serví a la patria hace unos cuantos años y lo que allí vi me asustó más aún.

Vi a universitarios mayorcitos, de más de veinte años, entusiasmarse cuando tocaba tiro y pavonearse de sus puntuaciones en la diana. Los vi en las filas, todos a una, sinceramente entregados a la disciplina castrense. Los vi hacer entusiasta cola para disparar con el CSR (Cañón Sin Retroceso), pedir a los de delante que les dejasen, porque no había proyectiles para todos, y sólo podrían disparar los veinte o treinta primeros. Los vi, ramboneando con la ametralladora, protagonizando por unos instantes películas o videojuegos por inventar. Los vi asintiendo cuando nos explicaban qué era el enemigo (no quién era) y por qué había que acabar con él, así como cuáles son las partes del cuerpo sobre las que hay que disparar con efectividad (si no recuerdo mal, la cabeza).

De modo que ahora, tantos años después, no me cabe duda de que lo único que disuade a muchos de pegar un tiro al vecino, a los compañeros de trabajo, al profesor que le suspendió o al policía que le puso una multa es no tener un arma al alcance de la mano.

Me sigue sorprendiendo la violencia cotidiana y constato que mis alumnos más jóvenes no conocen otro recurso, les parece natural que, al menor contratiempo o supuesta ofensa, su única respuesta es la agresión física. De modo que, por una vez, me alegro de que en España se prohíba algo y que no copiemos legislaciones ajenas.

No me gustan ni las escopetas de feria.


(La ilustración es de El Roto, publicada el El País el 17.XII.12)

viernes, 14 de diciembre de 2012

AVERROISMO LATINO

Cuando uno oye esta expresión por primera vez piensa que es un garito en el que los magrebíes se mueven los viernes por la noche a ritmo de bachata, cumbia y merengue.

Pero no.

Es una doctrina filosófica. También una amenaza y una broma recurrente. Cuando me pongo insoportable me lo recuerdan los amigos, y cuando se ponen ellos comienzo a perorar al respecto.

Pero es algo más serio. Averroes, cuyo nombre completo era Abū l-Walīd Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rushd (en árabe أبو الوليد محمد بن أحمد بن محمد بن رشد) fue un filósofo y médico nacido en la Córdoba musulmana en el siglo XII, que tuvo entre sus defectos el de pensar por sí mismo. Naturalmente, se granjeó la aversión de sus contemporáneos pienseantes y la adhesión de los pensantes.

Es un tanto compleja la explicación, de modo que nos ceñiremos al tópico: se da este nombre a la tesis, inspirada en Averroes, de la doble verdad, esto es, a la postulación de que existen dos verdades, la de la fe y la de la razón, y que cada una tiene métodos y objetos de estudio distintos.

Pero en el siglo XIII aparece en Occidente la figura gigantesca de Tomás de Aquino, después Santo. Tan ultramoderno en otros aspectos, le entró el canguis, y defendió moderadamente una cierta autonomía vigilada de la razón, siempre y cuando no mostrase discordancias profundas con la fe, a la que se debía y a cuyo servicio dialéctico debería ponerse.

O sea, que de averroísmo latino y teoría de la doble verdad, nada de nada. Con ello se enfrentó a las escuelas que, aventurando el futuro siglo XIV y el no tan lejano Renacimiento, lo mantenían, con riesgo de su vida y de su puesto de trabajo. Unos años después, ya a finales del XIII, vino al mundo Guillermo de Ockham. Éste sí se atrevió a poner en solfa la doctrina oficial, y le costó la excomunión por cierto. Ockham afirma tajantemente una teoría de la doble verdad y la completa autonomía de la razón frente a la fe.

Disculpad si me he pasado. Lo que quiero decir con esto es algo tan simple como que uno puede rezar lo que quiera, pero si no va al médico no se curan sus enfermedades. Esto, tan de sentido común, ha costado mucha sangre. Y con esas discusiones, tan bizantinas como estúpidas, se han tapizado bibliotecas enteras de la más absoluta palabrería hueca. Obviamente, los creyentes del mundo de hoy siguen rezando… y van al médico. O sea, averroísmo latino.

domingo, 9 de diciembre de 2012

CUERVO NEGRO (Чёрный Ворон)


Aunque parezca extraño, cuando buscaba una música de Wim Mertens en Youtube me encontré (en esos enlaces que aparecen en el lateral derecho) con el vídeo que adjunto.

Varios días de investigación sobre la supuesta película no dieron resultado. De ruso ando algo flojo, así que recurrí a un alumno ucraniano (Iván) y a una compañera rusa del club de lectura (Julia, pronunciado “Yulia”). Según ellos, significa algo así como “Cuervo negro (clip prohibido)”. A partir de ahí rastreé: se trata de una antigua canción, versioneada por un grupo actual. La prohibición en Rusia, según he leído, es por la crudeza de las imágenes. Vosotros diréis.


jueves, 6 de diciembre de 2012

EDUCACIÓN CÍVICA Y CONSTITUCIONAL (3 Y ÚLTIMA)

Vaya, hombre, ahora que estaba yo preparando varios posts sobre la nueva asignatura “Educación Cívica y Constitucional” va el ministro y la quita. Con lo bien que lo íbamos a pasar.

De modo que hoy, 34 aniversario de la Constitución Española, doy al blog esta última entrega de la serie.

Qué pena. Ya no podremos leer, comentar y disfrutar en clase de estos estupendos chascarrillos:

Artículo 21.1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.

Artículo 31.1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.

Artículo 35.1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.

Artículo 50. Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio.

Artículo 56.3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.

Artículo 104.1. Las Fuerzas y Cuerpos de seguridad, bajo la dependencia del Gobierno, tendrán como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana.

Artículo 128.1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.

Artículo 138.2. Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.

Artículo 139.1. Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.

Lo dicho, muy divertido. Con lo necesitados que estábamos de echar unas risas, va Wert y nos cierra el tinglao.

Lo que sigue es una frivolité para que los más jóvenes hagan una memoria que no tienen. Es ingenuo, qué tiempos:

viernes, 30 de noviembre de 2012

DEL LABERINTO AL 30



El miércoles vi por enésima vez El nombre de la rosa. Me volvió a hacer cierta gracia (no sé aún si es homenaje o banalización) que el malo sea Jorge de Burgos, o sea, Jorge Luis Borges, que se come con desesperación los libros antes de que la Biblioteca se queme. Mientras veía la película recordé que en el juego de la oca hay también un laberinto, que te manda al 30, y un pozo.

Y, que nadie me pregunte por qué, pensé que el laberinto representa el síndrome de ansiedad, mientras que el pozo es la depresión, hondísimo y sin escalera para escapar. Vivimos en un laberinto sentimental, como tituló acertadamente José Antonio Marina uno de sus mejores libros. No tenemos brújula ni mapa, pero al menos podemos caminar. Del pozo no es fácil salir.

Y recordé también el final del cuento de Borges “La casa de Asterión”: “¿Lo creerás, Ariadna? –dijo Teseo-. El Minotauro apenas se defendió”. Y también me vino a la cabeza un poema de Enrique Badosa (“Labrys”) incluido en Mapa de Grecia, que termina así: “Es tan de soledad el laberinto, / que quisieras encontrar al Minotauro”.

jueves, 22 de noviembre de 2012

BOTAS

Hoy, al salir del trabajo y coger el coche, he visto en la plaza contigua a la mía unas botas en el suelo. En buen uso ambas. Algo ha sucedido esta mañana; cuando llegué no estaban. Y he pensado que había una historia que no me siento capaz de contar. He sacado el móvil y he hecho esta foto de algo cuya causa no conoceré.


jueves, 15 de noviembre de 2012

MANIFESTACIONES


He ido a muy pocas. No me gusta. Me siento incómodo.

Alguna en mi época universitaria. Pero en estos últimos dos años he estado en más que en toda mi vida.

¿Qué hemos conseguido? Nada.

¿Nada?

El ciudadano que se manifiesta ejerce un derecho que, de lo contrario, lo convierte en siervo. El ciudadano que se manifiesta le dice a un gobierno lo que no puede decirle de otra manera. En momentos como los actuales, con una oposición que no sabe o no puede hacer frente en el parlamento al expolio de derechos, no queda otra.

Pero aunque no se consiguiera nada, basta con que veas a tus vecinos, a tus amigos, a tus compañeros de trabajo, junto a ti. Tenemos mucho de tribal, necesitamos la aprobación, y hasta el cariño, de los otros. Precisamos saber que no es una pataleta, sino un movimiento importante de mucha gente. “Dignidad”, oí ayer; posiblemente será ésa la palabra.

Y después tenemos que pensar nuestro voto, desde luego. Porque se legisla en los parlamentos, no en la calle. Pero éstos son la representación de un pueblo, y ese pueblo tiene que hacer llegar mensajes a sus representantes. El más importante es el voto, lo tengo claro. Como también estaría más que enfadado si me seducen con un programa para hacer justo lo contrario cuando obtienen el poder. Sólo por eso merecería la pena salir a protestar contra los nuestros, por mentirosos, por estafadores. Incluso por realistas.

Hace ya muchos años estuve en la manifestación de duelo del 11-M. Estaba recién llegado a la ciudad en la que vivo desde entonces. Fui solo. Llovía y hacía mucho frío. Y recuerdo que a algún familiar le dije palabras muy parecidas a éstas que ahora he escrito.

domingo, 11 de noviembre de 2012

EDUCACIÓN CÍVICA Y CONSTITUCIONAL (2)


“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”.

Constitución española, artículo 47




jueves, 8 de noviembre de 2012

CONTROL DE IMPULSOS


En una tutoría hablaba a mis alumnos del control de los impulsos y del cálculo de consecuencias. Tengo alguna que otra aspirante a choni, de ésas que creen que todo les es debido, que el mundo está contra ellas. Pobrecilla. Cuando le dices que en unos años tendrá jefes que le dirán lo que tiene que hacer imperativamente, sin opción a réplica, te suelta eso de “Pues yo les digo que se jodan, que hago lo que me sale de los cojones” (raro lugar en el que una mujer podría tener la génesis de su voluntad). Obviamente, respondo, te pone de patitas en la calle de inmediato. “Pero me voy toda orgullosa y que le den por culo”. De orgullo no se come, contesto. “Pues me voy a otro sitio”. Y ahí que sigue, raca-raca, ignorante de lo que hay, acostumbrada a una madre a la que puede tiranizar, que justificará cualquiera de sus trapacerías y pondrá todos los días varios platos calientes ante ella y, al final de la jornada, un cómodo colchón en una habitación caldeada.

Les explico la diferencia entre decir lo que se piensa y pensar lo que se dice. Les digo que han de controlar sus impulsos, que no es lo mismo una ocurrencia que un pensamiento bien reflexionado. Insisto en que han de “calcular” qué va a ocurrir si hacen o dejan de hacer tal cosa. Y quiero creer que en algunos de ellos el mensaje cala. Porque, de lo contrario, lo llevan claro. En primer lugar, veremos en qué condiciones se incorporan al mercado laboral; en segundo, espero que el transcurso de la vida les enseñe antes de que se produzcan daños irreparables. Les insisto siempre en que sean inteligentes, porque la alternativa no es vivir la vida, sino que ésta les pase por encima.

No acabo de saber explicárselo, porque ésa es precisamente la cuestión: vivir con inteligencia. No es que haya que callarse, es que hay que saber cuándo se debe hablar y cuándo hay que callar (no por eso abdicar de convicciones importantes). No es que no haya que ser valiente a veces, es que hay que saber qué consecuencias estamos dispuestos a asumir.

Es esa misma inteligencia, que también puede ser llamada prudencia, de la que tantas veces tengo deseos de abdicar. Si ellos supieran cuánto recuerdo últimamente a esos dos genios (Fernán Gómez y Labordeta). Si supieran cuántas veces tengo el impulso de utilizar sus argumentos

viernes, 2 de noviembre de 2012

EROTISMO DE CINE

No hablo de las pelis porno, género tan estimulante (?) como tosco. No: hablo del erotismo, ese híbrido de deseo y belleza. Y que disfrutamos, a menudo con disimulado babeo, otras maldiciendo ese pantalón demasiado ajustado… 

Hace pocos días que murió Sylvia Kristel, icono sensual (más que sexual) de mediados de los 70, cuando los españoles viajaban a Perpignan para ver Emmanuelle, sin entender una palabra de francés. Pero claro, en España las únicas tetas expuestas al público estaban en el Museo del Prado. Yo vi la peli ya muy avanzado en la veintena, en una emisión defectuosa de TV3, esto es, mal y en catalán. No me gustó nada, pero reincidí pocos años después, por si era la pésima calidad de la imagen y el idioma los que habían determinado mi juicio. Pero no: es mala, esteticista, blanda, bobalicona. Incluso la pretendidamente sugerente música me parece hoy más propia de una compañía de teléfonos de las que te dice “permanezca a la escucha”. Reconozco, pese a la tontorrona peli, que la señorita protagonista era anatómicamente de mi agrado.

O sea, que no me gustan las tetonas, sorry. Por lo tanto, no me pone nada el cine de Russ Meyer, ese tipo que se lo pasa en grande llenando la pantalla de ubres descomunales, de otro mundo, que no puedo imaginarme en 3-D sin sentir un ahogamiento similar al del chico de Amarcord.

Tampoco me gusta el continuo desfile de mujeres ibéricas del cine de la transición, cuyo teléfono sonaba siempre cuando estaban en la ducha, o que sentían un irresistible furor uterino en presencia de Landa, Ozores o Pepe Sacristán. Vistas hoy tienen algo de museístico, de ingenuo.

Recuerdo, sin embargo, algunas de las escenas eróticas a las que pondría muchas estrellas. Por ejemplo, la que tiene lugar sobre una mesa de cocina en El cartero siempre llama dos veces, con Jessica Lange para comérsela enharinada.




Otra estupenda es la que sucede al final de la película Alien, cuando -tras el estresante y angustioso desarrollo anterior- Sigourney Weaver se cree a salvo y se quita la ropa: apenas sus braguitas y una camiseta más que sugerente y puntiaguda (debe ser que hacía fresquito allá por el espacio).



Transpira erotismo toda la película Deseo, Peligro, siempre al borde del sexo explícito, pero con una magnífica historia detrás y una actriz china, Tang Wei, de escándalo en cualquiera de los sentidos (mis acompañantes femeninas dicen que él sí que está para mojar pan). Pido perdón a Gong Li, diosa oriental a la que venero, por mi desliz erotizante.

También es de mi agrado una escena de la extrañisima Eyes Wide Shut en la que Tom Cruise alucina con Nicole Kidman, habitualmente etérea, pero aquí absolutamente deliciosa. O deliciosamente absoluta en su erotismo carnal y vaporoso. Tom Cruise está en estado de estupefacción hormonal; como cualquiera en esa situación.



Y tantas más. Porque la mirada de Milla Jovovich es capaz de derretir la estructura del puente de Brooklyn. Y está la Superpfeiffer, cuyo club de fans mundial me honro en presidir (algún día lo sabrá ella). Y Scarlett Johansson, especialmente en pelis en las que su carita de ángel enamora hasta a las estatuas; no puedo dejar de mirar esos labios… Isabella Rossellini, siempre. Tantas…

Un regalo final: Hedy Lamarr en Éxtasis, para los que creen que el cine antiguo era rancio y casto:






sábado, 27 de octubre de 2012

CONOCIMIENTO O FELICIDAD


Que nadie tema. Los libros de Aristóteles están bien en sus anaqueles. No voy a disertar sobre el asunto; bastante tienen mis alumnos-rehenes (a los que el Altísimo agradezca su  infinita paciencia).

Esto de hoy viene a cuento de un libro que acabo de leer. Se titula Ética de urgencia, y es de Fernando Savater, una especie -dice él- de actualización del célebre Ética para Amador. Lo malo es que es un libro innecesario en el que no hay nada de la frescura ni de la hondura filosófica que había en el otro, pese a que aparentemente se dirigiese a jóvenes. No obstante, en  la página 79 me encontré con la siguiente frase:

“En  una ocasión le preguntaron a Bertrand Russell (…): ‘Si le dieran a escoger entre saber más o ser más feliz, ¿qué elegiría?’. Y Russell respondió: ‘Es extraño, pero preferiría seguir aprendiendo’”.

Cualquiera de nosotros diría que, puestos a elegir, mejor los dos: chocotajá, que decía mi abuela. Pero llevo unos días pensando en ello: la felicidad es errática y caprichosa, de límites difusos, necesita de los otros muy a menudo, se confunde con el bienestar y a veces con el placer más sensitivo (es más, no sé si no son la misma cosa); quiere durar sin conseguirlo, tiene vocación de horizonte, pero genera frustración por lo difícil que resulta embridar el deseo. La felicidad tiene mucho de objetivo borroso y por lo tanto imposible, pese a lo cual se nos impone, o nos instala el recuerdo de su inexistencia con un nudo en el estómago, un sueño que se empeña en no llegar o un quiebro en la voz.

Definitivamente, y si no puedo elegir chocotajá, creo que diría lo mismo que Russell.

sábado, 20 de octubre de 2012

CADUCIDAD


Tengo la sensación de que éste es un país caducado. Y de que alguien nos ha puesto la fecha. Y de que no sabemos cuándo ni quién ni cómo. 

Es mejor ser lata de conserva que país en apuros. Con las latas siempre lo tienes claro: varios años. Tú tranquilo, puedes almacenar, for the little corral (Argentina dixit). Más difícil resulta con los lácteos y los huevos: tiene eso mismo la cosa. A los lactófobos se nos pasa enseguida el asunto; menos mal que han inventado los bricks de medio litro (carísimos, por cierto). Con estos alimentos no se puede hacer fondo de despensa: cuando lleguen malos tiempos comeremos conservas.

O congelados. Aunque éstos pertenecen a otra categoría ontológica: si un tipo se congela en un glaciar de los Alpes, y aparece intacto muchos siglos después, ¿por qué tienen fecha de caducidad los alimentos congelados? Cuando me compré el primer frigorífico me dijo el vendedor que podía meter un pollo en el congelador y tenerlo toda la vida. Claro que no mencionó nada de si me lo podía comer.

La última nevera que adquirí (cromada, preciosa), tiene un cajón que, según el fabricante, sirve para que la carne y el pescado estén un poco más fríos que el resto del cacharro y así aguanten más tiempo. El cajón es grande, así que lo lleno de cervezas, que no permito que caduquen, salvo un par de botellas que tengo por si vienen ésos que quieren una, pero a los que en el fondo no les gusta: Coronita, Sol, Miller… Una vez regué mi ficus con una Coronita caducada; y ahí sigue, tan pito.

La verdad es que últimamente me he transformado en una maruja full time. Hace una semana vi solomillos de ternera al 50%, o sea, a 16 €, precio de filete de babilla. Compré cuatro. Como caducaban en tres días (por eso la oferta), al congelador. También compré pasta fresca Rana al 50% que caducaba en dos días, ravioli de pera y queso, exquisita, cayó de inmediato. Al pagar me di cuenta de que una de las naranjas de la malla tenía moho; las devolví, faltaría más. No soy como mi amigo QQ, que quita el moho y se come lo que sea, tan tranquilo. Claro que a QQ no le gusta Blade Runner, debe ser por eso del moho…

Igual soy yo, obsesionado con las fechas de caducidad, el que cumplió hace tiempo. Me miro al espejo: mi frente es más que despejada, tengo ojeras y presbicia, y muchas mañanas una sensación de que mi estómago ya no va a admitir más tazas de café en todos los desayunos que me queden. Hasta tomo alguna infusión, qué bajo he caído. No quiero ir a trabajar, me siento sobrepasado, lento y derrotado. ¿Serán  los síntomas de la caducidad? ¿O será que soy una aceituna caducada de la marca España?

La última vez que estuve en el híper estuve a punto de comprar preservativos. Caja de 6: 4,41 €. Miré la fecha: caducaban en marzo de 2017. ¿Alguien sabe si eso es fecha irreversible o de consumo preferente? ¿Los compro?, ¿se pueden congelar?

domingo, 14 de octubre de 2012

MALALA


Estos últimos días, con mis alumnos de Educación para la Ciudadanía, hablaba de lo que es una utopía y les puse como ejemplo que hace 100 años era un ideal utópico -del que la mayor parte de los españoles se carcajeaba- la incorporación de las mujeres a la educación. De hecho, hasta 1910 no se legisló en favor de la igualdad, aunque algunas habían aprovechado un vacío legal para entrar en las aulas de la universidad.

Les conté también que, en muchos casos, las utopías se revelan con el tiempo como estúpidas o injustas. Y también hablé del caso de los mal llamados talibanes, a los que parecía el culmen de las utopías que las mujeres volvieran a su función natural de procreadoras y amas de casa; y bien tapaditas de la cabeza a los pies

Como casi siempre, mis alumnos dejaban pasar el tiempo y yo sentía que lo que quería explicarles era algo muy importante, sin conseguirlo.

Pero un día, al llegar a casa, en el telediario contaron el atentado contra todos que casi cuesta la vida a Malala. Quiero escribir algo sobre ella desde entonces, pero lo que pergeño no me gusta. Sin embargo, hoy he leído un artículo de Lorenzo Silva que escribe lo que yo hubiera querido escribir (incluyo en enlace, junto con la página web de Malala).

No tengo reparos en decir que espero para los que intentaron asesinarla no sólo el peso de la ley, sino todas las posibles plagas multiplicadas ad infinitum, la cólera de Alá y su condenación eterna, el reproche del mundo y que la naturaleza les castigue con infertilidad irreversible, para que no puedan transmitir a sus hijos tanto odio y tanta maldad.

Si creyera en Dios, en cualquier Dios, rezaría por ella.

lunes, 8 de octubre de 2012

HEMOS VIVIDO POR ENCIMA DE NUESTRAS POSIBILIDADES


“…nos van cobrando todos
el alquiler del mundo…”

César Vallejo: Trilce


Existen una serie de realidades ideales. Las llamamos valores, entelequias de la razón, ideas regulativas. Una de ellas es la libertad, télos y condición a un tiempo. Otra es la democracia, participación ciudadana de los asuntos públicos, poder soberano del pueblo, elección racional entre alternativas de gobierno de la polis. No es menos importante la justicia, que para Platón era la virtud por excelencia, dar a cada uno lo que merece, olvidar nuestra posición en la sociedad en pos de lo correcto y no de lo conveniente.

Oigo mucho decir que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Tienen razón: tantos siglos construyendo utopías por encima de nuestras posibilidades… 

martes, 2 de octubre de 2012

CANCIONES DEL NO-VERANO 17: SUZANNE


“¿Te gusta esta canción?
La escribí en un estado de ánimo
en el que no me dejaría
ver nunca”

Leonard Cohen: La energía de los esclavos


Comencé con Leonard Cohen esta serie de posts musicales. Vuelvo a él, con esta canción que siempre me pone triste. Esta semana se acerca Cohen a Madrid. La entrada más barata cuesta 50 €, así que me contentaré con escucharlo una vez más.

Hay una versión más juvenil, a dúo con Judy Collins, cuyo enlace adjunto.

lunes, 24 de septiembre de 2012

JU'L


Ju’l se llama en realidad Juliette Tourret. Es francesa, aunque por sus venas corre la sangre del exilio español.

Juliette decidió ser musicalmente Ju’l.

La conocí cuando terminaba el invierno de 1998 y ella acabada de publicar un libro de poesía. Hablamos escasos minutos y no tuve noticias suyas hasta hace pocos años. No he leído sus poemas, y mi nivel de francés es lo suficientemente malo como para no ser capaz de disfrutar de la poesía más que en una lengua.

Después supe que se dedicaba a la música, y pude gozar de su magnífico disco Haut les coeurs! Toca el piano, compone lo que interpreta. Y su voz… esa voz que puede deslizarse y quebrarse, que puede ascender, susurrar, acariciar, dejar en el alma rastros de fuego y belleza…

Mañana, a las 19 horas, actuará en Nueva York, en el Shrine Harlem NYC. El día 29 en el Pier 54, en la misma ciudad. El que pueda, mejor en directo. Los que anden un poco lejos harían bien en visitar su página (http://www.julnowhere.com) y escuchar su música. 

Es el momento de guardar silencio y dejar que el piano se deslice por el tiempo. 


P.D.: También se puede comprar el CD (13 €), que los artistas tienen la costumbre de comer, al igual que el resto de los mortales.



viernes, 21 de septiembre de 2012

AMNISTÍA INTERNACIONAL


Soy socio de Amnistía Internacional. Un tibio, un cotizante. Nada que ver con los que se dejan su tiempo y su piel, con los que arriesgan de verdad, con los activistas. Yo sólo dejo 5 miserables euros de mi sueldo cada mes. Supongo que un poco es mucho más que nada.

Los que dicen que no se puede hacer nada para cambiar el mundo olvidan, entre otras cosas, que la murga de la presión de mucha gente en el mundo es útil para lograr que alguien salga de la cárcel (en la que entró por delitos de conciencia), y que ese runrún que a muchos molesta tanto se parece bastante al sonido de la Justicia, es la cadencia de las palabras con que se escribió la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ese inaudito logro de la humanidad. Que no se cumplan no es suficiente para desertar.

Hoy, a raíz de un correo recibido, he buscado una frase que creía de Martin Luther King, y he encontrado en una página de AI (http://www.amnistiacatalunya.org/edu/es/clic/clic-activ.html) unas cuantas más que os regalo en estos días en que lo corriente se intenta hacer pasar por lo normal.

  • "Más vale encender una vela que maldecir la oscuridad" (Proverbio chino, adoptado por Peter Benenson, fundador de Amnistía Internacional).
  • "Siempre se tienen dos opciones: decir que el mundo no tiene remedio y no hacer nada, o luchar por mejorarlo" (Hillary Swank, actriz, La Vanguardia, 5-3-2007).
  • "Actualmente la crueldad más grande es la indiferencia. Conocer pero no actuar es una forma de consentir las injusticias” (Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz, 1986).
  • "Hay que temer más el silencio de los buenos que los gritos de los malos" (Bertha Navarro, portavoz de la Fundación Lydia Cacho, El Mundo, 24-10-2008).
  • "Todo lo que hacemos es una gota en el océano, pero si no lo hacemos, esta gota siempre faltará" (Teresa de Calcuta)
  • "Que no nos pase que por pensar que podemos hacer poco, acabemos por no hacer nada" (Joan Antoni Melé, subdirector de Triodos Bank en España, La Vanguardia, La Contra, 27-12-2011).
  • "Cuando yo era un niño y volvía a casa del cole, a todos mis amigos sus padres les preguntaban: ¿Cómo te ha ido? En cambio, a mí me repetían: ¿Qué has hecho hoy por cambiar el mundo?" (Alan Leshner, Director de Science).
  • "Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX, no nos parecerá lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas" (Martin Luther King).
  • "Aprender es remar contra la corriente: si no avanzamos, se retrocede" (Proverbio chino).
  • "La indiferencia es un delito" (pintada en la calle, Barcelona, encierros de inmigrantes, enero 2001).
  • "La tierra está dividida en tres únicos continentes: el de las víctimas, el de los indiferentes y el de los comprometidos" (José Ignacio González Faus, La Vanguardia, 6-11-2003).
  • "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles" (Bertolt Brecht)
  

sábado, 15 de septiembre de 2012

SÓLO UN HOMBRE


Hoy tendrá lugar en Madrid una gran manifestación a la que no puedo asistir, aunque quiero. Pero puedo colaborar modestamente contando dos historias romanas cuyo poder metafórico tiene mucho que enseñarnos.

La primera se resume en esta frase: “Respice post te, hominem te memento” (más o menos: “Recuerda que tan solo eres un hombre”). Dicen -y la veracidad histórica me tiene sin cuidado- que esto era lo que susurraba un esclavo al oído de Julio César, especialmente si volvía triunfador de una campaña.

La segunda nos lleva a otro de los emperadores, Nerón. Al parecer tuvo como “asesor” a un tal Séneca, entre cuyas peligrosas costumbres estaba la de decirle la verdad; no lo que el emperador quería oír, sino la verdad. Un buen día, Séneca fue condenado a suicidarse, acusado de estar involucrado en una rebelión contra el emperador.

Siendo uno de ellos un gran filósofo (estoico, por cierto), y el otro únicamente un esclavo, el puesto de éste era más seguro que el de Séneca, que se cortó las venas en la bañera y tomó cicuta, al estilo de Sócrates.

¿Cuánto y qué está dispuesto a escuchar un poderoso?

miércoles, 12 de septiembre de 2012

CANCIONES DEL NO-VERANO 16: ZAZ


Muchos ya debéis tener noticias de esta canción porque os la mandé a través del correo electrónico. Yo la conocí a través de mi amiga Susan.

Hoy es un día áspero y de malas noticias para mí. Uno de esos días en los que alguna gente me ha dado a entender (con más o menos cariño) eso de que calladito estoy más guapo, que no vale la pena protestar. Y deben tener razón. Lo peor es que a mucha gente exteriorizar les alivia; a mí no, y mi salud vale mucho.

De modo que esta tarde voy a ir al cine a ver a Gong Li. Y mientras tanto, al tiempo que preparo una tutoría de entre 27 y 31 alumnos de ESO (Dios nos coja confesados, a ellos, a mí, y a Jefatura de Estudios: cómo se puede pretender que eso es una tarea bien hecha, cómo soslayar que lo cuantitativo tiene consecuencias cualitativas), escucharé una y otra vez este chute de vida, de optimismo, de inconformismo. Qué voz.

domingo, 9 de septiembre de 2012

CRÓNICAS NEOYORKINAS 6

“En el control de Inmigración el viajero novicio tiene su primera experiencia en la complejidad organizativa de las colas norteamericanas, en las que hay algo de cuerda de presos y de distribución del flujo del ganado, como un desafío a la torpeza del que llega y no sabe nada, al miedo del inmigrante que no sabe el idioma y no está seguro de traer en regla todos los papeles o de haber rellenado correctamente los formularios de color blanco o de color verde que se distribuyeron en el avión (…). A mí siempre me da miedo ese momento del viaje”.

Antonio Muñoz Molina: Ventanas de Manhattan



En NY es tan común que el taxista sea hindú como el camarero mexicano, el tendero coreano o el que ayuda a descifrar el mapa un polaco de cuarta generación. Los policías son mayoritariamente negros, inmensos.

Hace no demasiado que todos ellos llegaron a NY y al resto de los Estados Unidos. Por la fuerza, por la fuerza de las circunstancias. Desde China, Italia, desde Europa Central, desde América latina, en barcos negreros que arrojaban la mercancía superviviente…

Los inmigrantes tenían que hacer un alto obligatorio en la Isla de Ellis. Los trámites aduaneros eran engorrosos, ofensivos. Aquellos que salen de la aduana enfadados por el displicente e imperativo trato que dan los funcionarios a los que llegan al país, deberían recordar o estudiar lo que pasaba antes.

Hoy, tras muchos años de abandono, la Isla de Ellis es el Museo de la Inmigración. No es uno de los grandes hitos turísticos de la ciudad, muchos visitantes la ignorarían si no estuviera incluida en el billete que los lleva a la isla en la que se yergue la Estatua de la Libertad. Qué paradoja: ven desde tu tierra al país de la libertad y te someteremos a todo tipo de preguntas, te trataremos como a un sospechoso, te preguntaremos si padeces enfermedades cuya existencia ignoras, te marcaremos la ropa con tiza para indicar tu estatus sanitario, mental o penal. Dejaremos entrar a los que consideramos adecuados, perfectos. No otra cosa es el control aduanero, y no sólo allí, desde luego.

Es un lugar que recomiendo a todos. A mí me turbó su visita, desasosegadora como el recuerdo de una mala acción que no conseguimos olvidar. Estuve largo rato mirando las fotografías hechas a aquella gente. Vi su mirada de pobreza y miedo. Vi la incomprensión de aquellos que reciben órdenes en idiomas que no conocen. Me dejé interrogar desde el pasado y me invadió el aturdimiento por la falta de respuestas. Sobre todo, sentí un enamoramiento piadoso por esta chica albanesa, cuyos ojos honrados y tristes se conservaban para siempre tras el cristal. Sentí que me interrogaba con la mirada, que quería mover los labios para decirme algo en su idioma. Me hubiese gustado conocer su historia, imaginarla.

Qué hermosa joven. Qué sería de ella.




miércoles, 5 de septiembre de 2012

AVISO EN LA BIBLIOTECA


Hace pocos días estuve en la acogedora Biblioteca de Guadalajara. Está ubicada en el Palacio Dávalos y tiene casi dos volúmenes disponibles por habitante, con muchísimos usuarios de toda edad y condición. Es uno de los focos culturales de la ciudad.

Como no podía ser de otra manera (“no tenemos más remedio que llevar a cabo los ajustes imprescindibles, frutos de la herencia recibida, del derroche socialista”, bla, bla, bla), les han recortado los dineros. Las paredes de la Biblioteca están repletas de folios que avisan a los usuarios de las razones del servicio que pueden dar ahora, que no es el mismo de antes, como las matemáticas elementales indican. Fotografié uno de ellos: un ejemplo de respeto y claridad. Y el detalle de anotar los nombres de los despedidos (¿o no renovados?: a ellos qué más les da la palabra, el caso es que van a la calle) me parece encomiable: no son balances contables, son personas.

viernes, 31 de agosto de 2012

HIJOS


“Que todos hayamos nacido por azar, lo que está bien claro, no es una razón para vivir al azar. Nacer es la primera suerte. No estropear esta suerte, el primer deber”.

André Comte-Sponville: La vida humana


Ayer recibí un mensaje de una buena amiga: ha nacido A., está sana, es muy guapa.

Miro hacia atrás y pienso en las interminables noches que pasamos los tres primeros meses de vida de mi hijo su madre y yo: el hambre que se saciaba a demanda, la necesidad imperiosa de estar limpio, los terribles cólicos del lactante, que le hacían arquear su pequeño cuerpo durante horas. Y el modo de avisar de todas esas necesidades: llorando rabiosamente. Recuerdo un día en el que por fin pude meterme en la cama a las 7 de la mañana, con el despertador programado a las 7,15. Pero ahora mi hijo y yo vamos por la calle juntos, entendemos las bromas que nos hacemos porque compartimos un sutil sentido del humor que deja a su madre fuera. En uno o dos años será tan alto como yo. Me enseña a manejar aparatos electrónicos. Me gusta hablar con él, me siento cómodo cuando me hace preguntas comprometidas o me plantea temas difíciles. No me cuesta decirle “No lo sé”, “No tengo respuesta para eso” o reconocer que me he equivocado muchas veces.

Os cuento esto, queridos amigos, A. y F., porque vais a oír mucho que un hijo “te cambia la vida”, y también vosotros lo vais a repetir hasta la saciedad (tened piedad de los amigos no-padres). Te la cambia absolutamente. Y piensas en un antes y en un después: los años y los acontecimientos quedarán fijados en función de ella, su nacimiento, cuando empezó el cole, las vacaciones en tal o cual sitio… Te la  cambia a mejor, aunque algunos días penséis otra cosa al miraros al espejo. Eso sí, se acabó lo de salir por las noches en una temporada. Y, si conseguís una buena canguro o unos abuelos maravillosos, será llamando continuamente, mirando el móvil diez veces por minuto, volviendo antes y con cierto sentimiento de culpa. Y qué. Yo he pasado horas velando su sueño, pensando que la felicidad debía ser algo muy parecido a ver como tu hijo respira plácidamente. Siempre, antes de acostarme, he pasado por su cama, aún hoy lo hago, pienso en todo lo que le queda por vivir, en los problemas sentimentales que están a punto de llegar, en los estudios, en la mierda de mundo que se va a encontrar cuando tenga que independizarse. Le he leído muchos cuentos, pero descubrí enseguida que lo que más me gustaba (y a él) era inventarlos. Todos esos relatos disparatados, que le hacían sonreír o reír a carcajadas, se han perdido entre sus sábanas (“como lágrimas en la lluvia”), pero su sonrisa no. Veréis cómo le gusta a vuestra hija: leed, contad, hablad, llevadla de la mano, besadla. No hagáis caso a esos integristas de la pedagogía pediátrica: no se va a convertir en delincuente juvenil por un exceso de amor.

La crianza es dura, los primeros meses muy dura. Pero todo pasa, y desde luego compensa. La relación entre vosotros también cambiará: os supongo inteligentes para adaptaros. Y la vida no será ya nunca la misma, qué bien.

Escribo esto la mañana siguiente al día en que nació A. Yo no dormí la primera noche de vida de mi hijo: me dediqué a mirarlo, a entender y a disfrutar de ese tiempo. Hice una fotografía del primer amanecer sobre los edificios de la ciudad, una estampa que sólo tiene sentido para sus padres.

Leí un libro de Comte-Sponville (La vida humana) en el que decía que los hijos nos aferran a la vida, que con ellos no podemos permitirnos dejarnos llevar por la fatiga o el desánimo: hay que preparar baño, luego cena, pijama, cuento, hay que llevarlos al médico, a la escuela, a comprarles ropa, a cumpleaños… Da igual lo cansados que estemos, ellos no pueden esperar; todo lo demás sí. Y eso es bueno, ellos relativizan nuestros muy relativos problemas diarios, nos distraen de chorraditas varias, porque el porcentaje de algodón de sus sábanas es mucho más importante que las tonterías por las que nos preocupábamos antes.

Como os dije por SMS: Fuerza, Suerte, Enhorabuena.

Y a ti, A., bienvenida al mundo.