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domingo, 27 de diciembre de 2015

ESTOICOS Y EPICUREOS (DE 2015)

Escribí hace tiempo un poema, "Estoicos y epicúreos". Mi vida había dado un vuelco y yo me preguntaba si lo que me quedaba era la voluntad de vida y alegría o una suerte de resignación, un dejarme llevar, apatía o -como mal menor- ataraxia.

Desde entonces han pasado diez años. He perdido pelo, pero los epicúreos razonables han ganado la batalla. Nada de apatía, un tanto de ataraxia, y cada vez más dosis de hedoné a la medida de mi situación, edad e intereses.

2015 ha sido un mal año. Probablemente el peor de mi vida. Pero salgo de él más fuerte y con el eros intacto. Tengo ansias de belleza.


https://www.youtube.com/watch?v=5iimxAJPPLY

lunes, 14 de diciembre de 2015

LO EFÍMERO


No recuerda cuándo. Ha oído que todo el mundo recuerda cuándo, y cómo. Pero su evocación no va más allá de una imagen en la que el tiempo pareció ralentizarse y extenderse mientras la besaba con inconsciencia y no cesaba de pensar que se estaba equivocando de labios.

Quiso entonces que el error fuese irreprimible o es ahora cuando quiere acordarse y que fuera así. La besó y ya no puede precisar si fue con deleite, con descuido o por azar.

Ahora la besa con desconcierto porque el presente es efímero. Cuando se despegó por primera vez de sus labios, sintió que había que fijar en la memoria aquella piel: el tiempo transcurre lento y no consiente el olvido.



martes, 8 de diciembre de 2015

EINAUDI CAMINO DEL CINE

Una de esas tardes perezosas de puente decidí ir al cine. La cartelera de mi ciudad me explicó lo que es un silogismo disyuntivo: o soy idiota o mejor no acudir. De modo que me fui a otro lugar a pocos kilómetros con alguna sala más. Atardecía, los cielos en Castilla son extraordinariamente despejados, por lo que el espectáculo era mejor que cualquier película. En el coche sonaba Divenire, de Ludovico Einaudi.

Una de las maravillas de la película Intocables es la música, en la que reconocí a Ludovico Einaudi, del que nada sabía desde los días crepusculares (otra vez) de Diálogos 3. Iba disfrutando del piano, del cielo, de la calma, y me sorprendí evocando el último anuncio de la lotería de Navidad.

El señor Einaudi tiene todo el derecho a que le paguen, y a que le paguen mucho. Su música es maravillosa, envolvente, alegre y melancólica a la vez. Pero a mí me molestó esa prostitución de mi mente, casi un automatismo, que abandonó por unos instantes la belleza para instalarse en la publicidad.

A ver si, por lo menos, este año me toca. De momento, que me quiten lo escuchao.



https://www.youtube.com/watch?v=naqnkS1balQ

viernes, 4 de diciembre de 2015

ATOV

Salgo de casa por la mañana, camino del trabajo. Paso bajo un cartel enorme en el que pone ATOV. ¿Será una empresa rusa? La “p” duplicada me devuelve a la realidad. Lo miro desde el otro lado “Vota PP”.

Tengo que hacer un examen de Ética de 4º de ESO. El libro se titula “Ciudadan@s”. Hoy me he puesto un jersey naranja. Soy joven, apuesto, tengo un cuerpo serrano, escultural, de nadador, como Albert Rivera. Soy el yerno ideal y futuro Presidente de… eso, dejémoslo, que nunca  he faltado tantas veces al octavo mandamiento.

Un tipo con barba (encaramado hace dos días a un banco, no sé si eso es contrario al civismo) me mira y me pide que refrende su gestión: nunca España ha estado tan bien. Me tiento la cartera. A su lado, un poco más perroflauta pero menguante,  otra persona me dice que ellos sí pueden, o que podemos todos; ignoro si se trata de un anuncio de laxante o de un concurso de solteros contra casados tirando de una cuerda. Más allá, con impoluta camisa blanca, un individuo me ofrece la solución a todos los problemas, esta vez sí; pero me gusta tanto su camisa que no sé si viene a solucionar los problemas del país o los míos propios, porque a mí la ropa no me queda así de bien.

Buscar a IU y a UPyD es como esos cuadros de hace unos años: ¿dónde está Wally?

Me gustaría que Savater sacase su escaño en el Senado, esa cámara alta, tan alta que debe estar en el mundo platónico de las ideas,  más allá de la comprensión de toda persona humana. Me hace gracia que alguien pretenda pertenecer a una institución para demolerla. Muy wittgensteiniano todo. Busco encuestas sobre el Senado: ni una. Muy importante, sí, muy alta.

Porque ha empezado la campaña electoral, queridos. Y es lo que faltaba para acabar de angustiarme en esta prenavidad gélida. Esta misma tarde me pongo en tratamiento: creo que los jamones están de oferta.