«No soy amigo de dar consejos (...), mas ahí va uno de barato: desconfíen vuestras mercedes de quien es lector de un solo libro»
Arturo Pérez-Reverte: Limpieza de sangre
Amenábar es un director talentoso, un alumno aventajado de Hitchcock, cuyas películas me gustan desigualmente. Me atrapó Tesis; me fascinó Abre los ojos, aunque con el tiempo y una re-visión llegué a la conclusión de que era pretenciosa, alambicada y vacía. Más aún, Los otros, su obra mayor hasta ahora, bellísima Nicole Kidman, magníficos todos los actores. Mar adentro es -opino modestamente- la peor, ni sorprende la historia ni el tratamiento, que es blando y a menudo cursi y relamido; esperable. No aporta nada, y eso es una de las peores cosas que se pueden decir de una película o un libro: que son innecesarios.
Y, por fin, Ágora.
A mí me parece una excelente película, muy por encima de la mayor parte de las que okupan sala sin ninguna virtud ni derecho. Hay quien le reprocha cierto tono de rencor hacia la religión, cosa que yo no veo, pero es que a muchos no les gusta nada que se hable de su religión, a no ser, claro, que sea para hacer de ella apología. Mi amigo Boletus me dice acertadamente que Amenábar debería haber centrado la película en la Biblioteca, que tiene muy poca relevancia narrativa, cuando fue la Biblioteca, y no Hipatia, el núcleo del saber antiguo. Hay también un exceso de planos cenitales, cierta morosidad narrativa (que a mí me parece más bien una cualidad), y una temática poco popular (cualidad aún mayor). Los que vayan a ver una peli de suspense, con algún que otro susto, misterio y desarrollo trabado y retorcido, volverán decepcionados. Ágora es una película extraña, que deja muchos ecos en quien va a verla. Muy valiente, inusual. Parece un péplum, pero habla de hoy. Qué miedo.
Cuenta una historia que parece -sin serlo- del pasado, la de una mujer que se dedica a pensar, a la filosofía, a la astronomía, es decir, al saber. Hipatia es el hilo conductor, pero no el tema de la película. Ésta va de la intolerancia y sus consecuencias. Podemos ver que los politeístas atacan a los cristianos por un agravio o burla de éstos. Después son los cristianos los que devastan la Biblioteca de Alejandría y liquidan a los paganos. Y por último cristianos y judíos se enzarzan en una guerra que termina con la aniquilación de éstos. Esto es lo que vemos que sucede.
Pero lo más interesante de la película son las figuras confusas y limítrofes, los que mantienen una creencia, pero saben (o intuyen) que razón y fe no son incompatibles: Davo, Orestes, a veces el obispo de Cirene. Son los heterodoxos. Frente a ellos, los integristas de todo pelaje, esos que sostienen sin pestañear que Dios -el que sea- está con ellos, que La Palabra es sagrada, que sólo hay una verdad y que el otro está errado (no como ellos, que más bien están herrados), por lo que se le puede matar y mandar al otro mundo. Eso sí, por su bien y en nombre de Dios.
Todo esto nos suena, forma parte del dolor de la Historia. Me ha recordado a todas estas figuras (Galileo, Bruno, Darwin…) que no han pretendido ir contra la religión, aunque los dirigentes de su época sí han ido contra ellos y contra la razón. Grave pecado que Dios, en su infinita sabiduría, no debería perdonar ni dejar impune.
La conclusión de la película, a mi juicio, es ésta: nada contra las creencias, pero líbrenos Dios de fundamentalistas, ciegos mentales y lectores de un solo libro. Amenábar tendrá problemas, pero será con los de siempre; no con los cristianos, sino con los vigilantes de su pureza. Pues nada, qué se le va a hacer. Que se ofendan; a los demás nos ofende su estupidez y no pedimos por ello su ingreso en prisión ni su ejecución al amanecer.
Que el Faro de Alejandría nos ilumine: la película habla de hoy.
He visto la película y, aunque no me va a dejar huella, estoy completamente de acuerdo en que el tema es actual; y, sin ir más lejos, Rosa Montero hoy lo trata en su artículo de El País que titula "Energúmenos".
ResponderEliminarMercedes.
No he visto “Ágora”, pero la veré. Ella, Hipatia, es nuestra hermana. Una de los nuestros, nuestra en el corazón, de nosotros, que no solemos ser nuestros de nadie.
ResponderEliminar“Ninguna mujer será menos que yo”…, ella sobre todo, que fue, y pudo ser más, tan grande.
Me gustó “Tesis”, no me dijo mucho “Abre los ojos”. Y “Los otros” me dejó con la boca abierta, una película trágica, de amor, de desmesurado amor. Una versión de la “Medea” de Eurípides.
Boletus tiene razón, pero ninguna Biblioteca vale lo que una vida humana, aunque recuerdo que viví el asedio y destrucción de la Biblioteca de Sarajevo como una de las tragedias de nuestro tiempo.
Un acierto algo más que retórico, Atticus, la mayúscula de “Biblioteca”.
Los monoteístas nos hacen politeístas a la fuerza, esto es, cada monoteísta tiene a su dios por el único, así que tenemos todo un elenco de “supremos hacedores”, a cada cual más verdadero, más sediento de sangre.
Uno de los libros más conmovedores que he leído nunca lo firma Stefan Zweig, enorme escritor; se trata de “Castelio contra Calvino”. Hay una cita que remite a lo que dices de esos lectores de un solo libro: “Esos fanáticos de una sola idea”…
No son de extrañar, esas religiones. Las que se dicen “…del Libro”.
Sentadas junto a mí en la sala había tres chicas de unos 30 a., es decir, con uso de razón, que se pasaron toda la película diciendo: "eso no lo hacían los cristianos" (como si los conocieran a todos, o hubiesen vivido la época). Creo que estaban viendo otra película.
ResponderEliminarTu amigo Boletus tiene razón en que se le da poca cancha a la Biblioteca, que rápidamente se convierte en una cuadra. En cambio me encantan los planos cenitales, no sé si por def. prof. o porque es una manera de dejar de ver piedras volando (ahí a la mínima que uno funcía el ceño le endiñaban una pedrada).
Mercedes.
Algunas personas me han hablado de la película. Una reacción habitual de esos a los que ofenden estas secuencias es ésta: "A ver si se atreve a decir lo mismo del Islam". Pues no sé si se atrevería, pero que se haga esta peli es como para estar orgulloso. Yo, si fuera cristiano, lo estaría: poder creer y practicar a la vez que otro no lo hace, y no sólo eso, sino que tiene perfecto derecho a analizar y criticar mis creencias. Lo preferiría así. Lo otro es la fe del carbonero, la fe del fanático. Dios no lo querría así. Deberíamos estar orgullosos del hecho de la Ilustración (con sus sombras, y muchas, naturalmente), que ha permitido tener religión y ciencia, que no las ha hecho incompatibles. ¿A qué viene, pues, esa reacción?
ResponderEliminarOtros católicos no piensan igual. Una amiga me escribió un mensaje nada más salir del cine: mostraba su satisfacción, su orgullo. Y, supongo yo, su indignación, casi vergüenza, de que se la confunda con esas hordas. Algunos cristianos no hacen eso, claro. Es como decir: "se dicen de los nuestros, pero no lo son", prefieren el dogma, el rito y la moral del rebaño. Algunos no son así. Naturalmente. No habría ni que aclararlo.
Lo de escribir Biblioteca en lugar de biblioteca no ha sido premeditado. Quedaría mejor de otro modo, pero no es así. I'm sorry.
Yo no había reparado en el peligro de las religiones "Del Libro". Desde luego, los amantes del conocimiento somos de los libros. Modestamente.
Boletus, escribe.
La mayúscula está genial. Y es debida.
ResponderEliminarQue escribas..., Boletus. Dale ese gusto al chico.
Que Amenábar preste poca atención a la biblioteca es normal. Creo que fue Maruja Torres la que, después de ver "Los otros" o "Abre los ojos", dijo que a ese chico le hacían falta lecturas. Muy bien la puesta en escena, el ritmo, etc., pero un poco más de enjundia literaria no le vendría mal.
ResponderEliminarPor otra parte, habrá que seguir de cerca la polémica entre Amenábar y el crítico de cine Jordi Costa, que editó un cómic relatando sus problemas con el director de "Tesis". Más información en
http://www.clandestinodeactores.com/forum/showthread.php?p=8264
Signos
Bienvenido a este modesto blog. Mejorará desde ahora.
ResponderEliminarLo de la polémica me deja frío. Sólo conozco la referencia que me das. Bueno.
Sí me parece cierto que a Amenábar le falta madurez personal. Es un excelente director, un mago de la cámara; ése es su terreno y se comporta impecablemente. Es verdad que un poco más de "poso cultural" no le vendría mal. Pero esto pasa en casi todos los directores, que cuentan bobísimas historias. Me diréis, claro, que no han hecho una peli histórica, con referencias a la astronomía y a la filosofía. De acuerdo. Pero ¿es más riguosa "Alejandro Magno", "Braveheart", "Troya"...? O la hilarante segunda parte de "Misión imposible", ignorancia, burla, afrenta, parodia... Simple estulticia.
Espero de Amenábar que repose y se impregne más de libros. Porque tiene unas cualidades que no tiene ningún otro.
La segunda foto que adjunto la he sacado de la "Wikipedia". Es muy interesante que busquéis allí el cuadro "La escuela de Atenas", también en la wiki, y donde se indica quién es cada uno, en un magnífico ejercicio de anacronismo: todo el saber de la Antigüedad allí. Naturalmente, Platón y Aristóteles en el centro, los pilares de Occidente, los que han puesto los muebles en nuestra cabeza. Y luego llegó Ikea.
ResponderEliminarY los todo a cien.
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