Ese reloj que habita las entrañas, hecho de costumbre, lo despertó a las 7.
La tibieza de ella, dormida aún, contrastaba con la brisa que entraba por la ventana. Sintió un vago deseo, la besó en el cuello, muy lentamente, lo que provocó un repliegue de su cuerpo y un amago de sonrisa.
Tras media hora de lectura, llegó otra vez el sueño.
Cuando despegó de nuevo los párpados, desayunó sonrisa plena y ojos brillantes. Humeaba el café y los croissants parecían recién hechos.
Ninguna otra cosa que hacer.
Bonita idea de las vacaciones: todo el tiempo del mundo, sin prisas, y el amor durmiendo al lado. Hay un punto de nostalgia...¿Será porque ya se acaban?
ResponderEliminarPd: Ahora ya no me hago idea de casi nada: la vida siempre acaba por cambiártela.
Que bonito, Atticus. Eso, el amor que no falte. Pero yo pasaría de café y croissants; no tomo ninguno de los dos. jaajajj.
ResponderEliminarAdemás hoy me he dado una buena paliza en el gimnasio, y no quiero pensar en comer jajaja.
Me gusta. Has mezclado dos bonitas razones para vivir: el amor y la lectura.
Un poco más y se me pasa el post. Intenté escribir un relato corto para "El País Semanal", pero necesitaba más palabras de las que pedían, así lo dejé estar. Finalmente di con esto.
ResponderEliminarNo hay nostalgia. Nunca. Este verano no he tenido que aguantar (es un decir) la respiración ni el sudor de nadie por las noches. Es lo que hay, pero nostalgia nunca. Melancolía si acaso, pero nada más.
Y lo tuyo, Rachel... Ya tienes edad de dejar el Cola-Cao y las galletas Oreo. Un café es imprescindible y su aroma uno de los grandes logros del Altísimo.
No hacen falta razones para vivir. Simplemente sucede, es la inocencia del devenir. Pero amor y lectura son dos cosas que me gustan. Lo mejor de la lectura es que puedes elegir, coger y dejar sin ningún problema. Lo otro no tanto: las personas somos material sensible.
Siempre he pensado que el desayuno es la comida de los amantes. "Lo mejor, el desayuno", me dijo una mujer a la que quise (y, como en el poema, "ella también me quiso", lo vi en sus ojos mientras tomaba el zumo de naranja y se untaba mermelada de frutos del bosque en la tostada). En el desayuno se evalúan los sentimientos, se tensa la mirada, se evoca la piel. ¿Qué hubo?, ¿qué hay? El segundo desayuno es aún mejor, y el tercero, y el cuarto...
Bueno bueno, qué sensual estamos. Me encanta tu texto. Transmite dulzura, paz, relax... Lo ideal para unas vacaciones.
ResponderEliminarPues me alegro. Hay momentos para la tempestad, y otros para ese deseo lentísimo, a veces fugaz, que contiene la ternura, el sosiego, la pereza.
ResponderEliminarHe olvidado añadir lo que ocurrió tras el café y el croissant. También fue sensual (que no es lo mismo que sexual, como todo el mundo sabe). Lo que dices, ideal para vacaciones. Eso era justamente lo que pretendía contar.
Qué bonito se ve el mundo debajo de unas sábanas.
ResponderEliminaryoyarengonick
Hacía mucho que no te pasabas por esta plaza, "yoya". Bienvenida de nuevo. Y tienes razón... salvo cuando estás enfermo, que deseas tan sólo verticalidad. Es que las sábanas (limpias) son uno de los grandes inventos de la humanidad. Y las actividades que sucenden entre ellas (dormir, leer...) de lo mejorcito que puede hacer un ser humano. O humana.
ResponderEliminarEncantada de volver a esta maravillosa plaza repleta de taquillazos, multisalas y recodos por donde a una le encanta perderse cada vez que paseo por ella. Decidido: me quedo a jugar en tu plaza.Ah, y me pillo nick nuevo.
ResponderEliminar¡¡Buen sábado!!
vivióloga
Me alegro de que te quedes y de que comentes. A veces veo, como ahora, que hay siete conectados. Otras, que hay gente desde Argentina, Estados Unidos, Italia, Alemania... ¿quiénes son?, ¿por qué y cómo han llegado hasta aquí?, ¿qué les está pareciendo esto que escribo? Es rara esta sensación.
ResponderEliminarUna cosa más, en lugar de poner "Anónimo", cuando pinchas en "comentar como", se despliegan varias opciones. Elige "Nombre/URL", e inmediatamente, en "Nombre", pon eso de "Vivióloga", no hay que señalar nada más, ni dar correos electrónicos, ni direcciones web ni nada. Por cierto, "Vivióloga" significa algo?
Que tengas tú también un buen sábado. Yo, lamentablemente, tengo que trabajar en casa. Menos mal que el tiempo (que es nuboso y algo frío) no invita a salir, así que haré tareas de ermitaño.
Ah, lo de las multisalas, taquillazos, etc., es por mi indisimulable afición al cine, claro. Además, en ésta bitácora la entrada es barata.
Me encantan las horas magia del desayuno.
ResponderEliminarTe echaba de menos en este desayuno... quiero decir, en este post, que nadie piense lo que no es.
ResponderEliminarSupongo que conoces el poema "El desayuno", de Luis Alberto de Cuenca. Creo que ya ha salido por aquí o en el blog de Signos, no recuerdo ahora.
muy, muy, muy bonito.
ResponderEliminarGracias, Betty. Bienvenida.
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