domingo, 11 de enero de 2015

‘CHARLIE HEBDO’ Y LOS ‘HÉROES’

Leo en El País que “La radio del Estado Islámico llama ‘héroes’ a los terroristas del Charlie Hebdo. ‘Héroes yihadistas han matado a 12 periodistas (...) para vengar al Profeta’”.

Doce muertos a manos de los héroes que asaltaron la publicación. Cinco más en otro atentado a manos un tercer terrorista. Con los tres pistoleros, abatidos en la operación policial posterior, suman veinte muertos.

Veinte muertos porque unos tipos sostienen que su religión considera que un supuesto profeta (todo profeta lo es porque profetiza un dios que necesariamente es supuesto o creído; de cualquier otro modo sería una entidad física y no un dios) no puede ser representado, tampoco caricaturizado; aún menos ridiculizado.

Héroes. Yo tenía entendido que un héroe es el que va más allá de sus deberes, aquél que se sacrifica por otro y no aquél que sacrifica a otro, aquél que da lo que no es exigible, aquél que, con su trabajo extraordinario, mejora la vida de sus semejantes. Héroe por una entidad metafísica es una expresión que no comprendo.

Según ellos, también fueron héroes los que mataron a casi 200 personas en Madrid, muchos de ellos musulmanes, no tan buenos musulmanes como esa caterva de iluminados, se supone, no tan héroes... Porque no es lo mismo poner la bomba que pasar por allí, disparar que recibir el disparo…

Rara heroicidad ésta que consiste en matar al otro. Por cierto, en nombre de un dios que prohíbe matar. Bernard-Henri Lévi lo ha explicado muy bien en el enlace que pongo abajo: “asesinar en nombre de Dios es convertir a Dios en un asesino por poderes”. 

Yo llamaría a este horripilante fenómeno la paradoja del iluminado, que de tanta luz queda ciego y no puede leer, no puede pensar, no puede discurrir. Y sólo ve lo que no se ve. Un enfermo mental o alguien risible… si no fuera porque mata.

Naturalmente, no generalizo, ni identifico islam con terrorismo, ni entro en la cuestión de la pertinencia de la publicación o no de las caricaturas de Mahoma. Ésa es otra discusión, esto es, una discusión. Pero lo que ahora digo no es discutible ni opinable, sino un hecho, un dato, una cifra: veinte muertos.

En nombre de un dios, de una ofensa, tan supuesta como el dios.

POST SCRIPTUM: Hace pocos años, estos mismos mataban a los cantantes de raï en el Magreb. Hoy, en esta fría tarde de enero, me pongo a escuchar a Khaled, que ha vivido amenazado por los mismos conocedores de la Gran Verdad, lo que no le impide cantar con alegría.

Porque los fundamentalistas no toleran la risa, el humor, la alegría de vivir, la pasión, las dudas, las pequeñas y provisionales verdades. No les gusta la libertad. Tampoco la igualdad, ni la fraternidad.




10 comentarios:

  1. Lo mismo pensaba yo el otro día: Están matando por un dios que prohíbe matar. No sé, pero yo no los llamaría héroes, sino asesinos. Me da igual el motivo que aleguen para hacerlo; no hay motivo para tal fechoría. Les da igual que mueran mujeres, niños, ancianos... Esta vez han sido abatidos a tiros, pero otras se inmolan en nombre de ese dios, que llaman Alá.

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    1. Esa aparente paradoja es bastante particular. El poder de la verdad es tan grande que oscurece lo demás, es decir, el dogma tiene más valor que la ética. Nada nuevo, creo que por aquí hubo algo llamado inquisición. Y, si hablamos de cualquier gran verdad, sea religiosa, sea ideológica, lo mismo. Aquí se juntan ambas, qué miedo.

      Si se inmolasen, no diré que me alegraría, pero al menos no dejarían víctimas. Es como los que se suicidan tras matar a su señora, podrían invertir el orden de sus actos.

      De todos modos, no estoy seguro de que hayas reparado en las cursivas.

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    2. Pues no, Atticus, no he reparado en las cursivas. Lo he leído deprisa, antes de ponerme a estudiar. Sorry.

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    3. Mucho me temo que la clave está precisamente en las cursivas. De lo contrario, estás leyendo justamente lo contrario.

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  2. Acabo de ver un vídeo con la Asamblea Francesa cantando "La marsellesa". Nunca me ha sonado tan triste este himno de libertad.

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  3. "...la fe no mueve montañas -dice Nietzsche en el aforismo 51 de El Anticristo-, pero las levanta donde no las hay".

    Asisto estos días a una danza macabra en la que terroristas asesinos y sus palmeros, políticos hipócritas algunos de ellos tan asesinos como aquéllos, maniqueos descerebrados en busca de nuevos ídolos, jóvenes airados con el seso aún por informar y otros no tan jóvenes con el seso echado a perder, oportunistas xenófobos de la derechona, insolventes ideológicos de la izquierdina y de la izquierdona... andan a la greña con un fervor tanático que da lástima, asco y desesperanza.

    Con Bukowski diré que me voy a pasear por el culo de Betty.

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    1. Nos queda mucho por ver. Y no precisamente bueno. ¿Qué va a pasar ahora con 3 millones de caricaturas de Mahoma? ¿A cuántos van a matar? ¿Cuántos pueden protegerse? ¿Y cómo hacer para que no sientan deseos de matar en cuanto se sienten ofendidos?

      ¿Y cómo se pasea uno por el culo de Betty? ¿Quién es Betty?

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  4. Ojalá fueran las definiciones lo único que se saltan sin inmutarse. Creo que pocas cosas son imposibles en este mundo, pero una de ellas es hacerse entender con alguien que no acepta ningún tipo de lógica y además, impregna a muchos con su palabreo absurdo.

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    1. Me han recomendado el libro "Cómo discutir con un fundamentalista sin perder la razón", de Hubert Schleichert. Creo que es el momento de ponerse con él.

      No saben lo que es la lógica. Todo lo más, la lógica borrosa. Imposible hablar con ellos, sólo hay que impedir la propagación de la enfermedad. Y evitar las condiciones bajo las que crece, eso también.

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