domingo, 1 de enero de 2017

FELICITACIONES (DE NAVIDAD)

He pasado de una etapa en la que no soportaba estas fiestas a otra más plácida. Sigue pareciéndome que a los humanos nos chifla cualquier ocasión para hacer ruido a costa de lo que sea, pero he aprendido a disfrutar del tiempo libre, de leer, pasear, ver películas… Otra cosa es el sentido religioso de las fiestas, que no comparto ni comprendo, pero allá cada uno, quién soy yo para censurar las creencias ajenas (que diría el Papa Paco).

Nos solemos felicitar: Nochebuena, Nochevieja. Estupenda costumbre, aunque no sepa yo la razón de tales felicitaciones, pero bien está desearnos felicidad, prosperidad, amor y demás.

Recibo alguna de puro compromiso. Las respondo siempre. Intento escribir algo más que los mantras habituales. Siento que muchas de ésas las envían igual a todos sus contactos.

Otras son más originales, pensadas, sinceras. No es preciso adjuntar la típica moñada navideña que suele llegarte varias veces (es graciosa la primera). A mí me basta con que se hayan tomado su tiempo, un minuto, dos, no necesitamos mucho más.

Porque cada vez aprecio más y agradezco más el tiempo. Cuando algún conocido se mueve en esa borrosa línea que separa el conocido del amigo, suele pretextar su falta de tiempo para no quedar (el “aversi”, a ver si nos vemos, a ver si quedamos…). Esa misma explicación la da quien ha sido amigo (o lo he creído así) y de repente no tiene tiempo, lo que seguramente significa (interpreto yo) que en sus 24 horas diarias todo lo que sucede tiene más importancia que yo. No me ofendo, cada cual prioriza y es mejor decir adiós que cargar con una relación tóxica o prescindible.

Anoche recibí unos cuantos mensajes y apenas una llamada, un amigo que es el último de Filipinas en lo que se refiere al whatsapp. Envié también, claro, aunque a muchos de los que me dirigí en Nochebuena no lo hice, esperando que ahora lo hicieran ellos. A algunos los tengo que gurbear los próximos días (Sin noticias de Gurb, you know); a otros no, menos mal.

De todos modos, tengo que decir que la mejor felicitación me la dio Mamen, que no es que sea alérgica al whatsapp, es que no tiene móvil. Me mandó un largo correo electrónico con poema dentro, con un fichero adjunto. Me alegró la noche.

Porque a la una estaba durmiendo, cansado, con deseos de leer, que este año he leído muy poco y he escrito menos aún: he permitido que el trabajo invadiera partes de mi vida que debía blindar más.

De manera, amigos, que no os doy más la lata con estas bobadas de bloguero en día de Año Nuevo. Voy a ver si tiendo la primera lavadora y me voy a disfrutar de este gélido día, el primero de todo lo demás.

Seguid aquí, por favor. Os deseo lo mejor y que me regaléis vuestros sabios (discrepantes o coincidentes) comentarios.



Poema de Mamen Solanas, seleccionado en el XV Premio de Poesía Experimental de Badajoz:



16 comentarios:

  1. Aquí seguimos, con más o menos visibilidad pero leyéndote.
    Las Navidades para mi comienzan el día que recibo una felicitación de mis tíos,que cada año buscan un poema, un verso distinto, adecuado y nunca cursi. Le busco un sitio en la casa... ¡Y ya es Navidad! Feliz 2017.

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    1. Muchas gracias, lo sé.

      Tus tíos son grandes y originales.Lo otro es como el banco o el gran almacén: de serie y para todos igual.

      Cuando era pequeño, mi madre iba a Correos a comprar las postales de UNICEF. Luego las escribía, compraba dos paquetes, 20 en total. Era todo un trabajo. Y en cada una escribía cosas distintas, según el destinatario, familia o amigos. A veces me dejaba escribir unas líneas.

      Años después, ya independizado, compré unas de esas postales navideñas, que editaba Médicos sin fronteras. Envié unas cuantas, casi todo el paquete. Sólo me contestó una persona. Dejé de hacerlo y pensé que las relaciones familiares y amistosas de mi madre eran mejores que las mías. Seguramente es así.

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  2. Para mí hoy acaban estas fiestas. Cada vez les veo menos sentido, pero el colorido de las calles y los puestecillos en las distintas plazas sí me gustan, y suelo visitarlos todos los años. Lo del sentido religioso tampoco lo veo. Soy poco original con mis felicitaciones (utilizo mantras, como dices). He recibido también el correo de Mamen.
    Tampoco entiendo por qué una persona de la que apenas tienes noticias el resto del año, te manda felicitaciones vía internet o wasapp con dibujitos y música. Algunos, están lejos y la distancia hace mella; de otros simplemente no sabes nada.
    Disfruta de tu primera lavadora de tu primer libro del 2017 y yo, que me considero tu amiga, te deseo lo mejor.

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    1. Lo del sentido es algo difícil de precisar. No trabajamos, son vacaciones. Si tú no le encuentras sentido, perfecto. Pero que no se te ocurra proponer trabajar a partir del 2.

      A mí no me duele que esas personas con las que no tengo contacto se acuerden de mí. Hay relaciones más espaciadas y menos intensas. Lo que me duele es el olvido voluntario o no responder a los mensajes.

      Todos los años pongo una lavadora el día 1. Y plancho. Pero esencialmente no cambia nada y los propósitos intento que tengan racionalidad y voluntad. Este año no pido nada especial. Bueno sí, tiempo, saber administrar mejor el tiempo, tener tiempo para aburrirme, qué lujo.

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  3. Deseo a este nómada que disfrute tanto del camino como de su casa,
    tanto de sus lecturas como del baile que genera en cuerpo y mente un buen texto poético.

    Y que llueva a cántaros.
    Mamen

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    1. Bienvenida, Mamen, a esta tu casa. Tú tienes más derecho que nadie a ella por tu discurrir nómada, tu interioridad cosmopolita y tu inteligencia chispeante y volcánica.

      Que la lluvia te sea propicia a ti también, a cántaros o lentamente, como la poesía empapa el alma, dejando que las palabras se filtren y se confundan con ella.

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    2. ¿En k quedamos? ¿Anónimo o Mamen? Dila algo Atticus (with sweetness, no seas hard) :::

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    3. Es lo que dice la máquina. Mamen, puedes poner tu nombre. Sólo pincha donde pone "nombre".

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  4. Hay convenciones. Muchas.

    A algunas conviene un pescozón o análisis crítico, a otras, bueno…, pelillos to the sea. A mí me gusta la Navidad, el porqué no es cuestión ahora.

    Hay gentes -que diría Julio Churches- que felicitan de corazón y otras sin ton ni son. Allá ellos. Y eso, tú a la lavadora, aunque ésa le da muchas vueltas a la cosa… Es malo el chiste, ¿no? Vale, vale, ya me pongo el cecilio ése…

    Seguiremos aquí (como Macaco).

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    1. Esta no es una mala conveción. Un poco falsa a veces, pero inofensiva en el peor de los casos.

      El chiste es malo con avaricia, sí, pero mi lavadora ahí sigue, inaseguible al desaliento, recordándome que todo fluye y nada permanece, rumiando los lavados como Nietzsche los aforismos.

      Gracias. No por lo de Macaco, sino por lo otro.

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    2. ¿Y el del perro que se llamaba "mistetas"?

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  5. ¡¡Hola Atticus!! Espero y te deseo de todo corazón que el 2017 sea próspero para ti, para tus lecturas y para tu blog. Espero seguir leyéndote tan a menudo como puedas tú escribir tus post (es un pequeño placer para mi pasarme por aquí de vez en cuando y leer lo que dices, lo que quieres transmitirnos, lo que sientes)
    Hasta hace poco me gustaban las navidades, las disfrutaba, no en el sentido religioso, para nada. Pero desde que murió mi madre, ya todo cambió, y lo único que deseo es que pasen pronto, cuanto antes. Ya nada es lo mismo y para colmo estas Navidades que ya se acaban han sido también horribles. No es que haya tenido un buen comienzo de año, la verdad, pero bueno, todo pasa y espero que el 2017 remonte para mí.
    Un beso

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    1. Muchísimas gracias, Marian. Yo también lo espero. De momento, me pido para Reyes un poco de tiempo, pero sobre todo me pido lucidez para distinguir el tiempo dedicado al trabajo del tiempo libre.

      Te comprendo perfectamente. En mi caso son las segundas navidades sin mi madre. Hacemos por reunirnos los hermanos y procuramos recordarla con alegría, incluso clonando los platos que hacía (ella mejor que nosotros, naturalmente). Recuerdo a una tía, cuyo marido murió joven por un infarto. Siempre hablaba de él con una sonrisa, nunca con amargura. Un día le pregunté, extrañado, y me respondió que cómo no iba a recordarlo con alegría si le dio 25 años de felicidad y dos hijos. Ante semejante argumento, tuve que sonreír también yo y darle la razón. Creo que a los que nos han dejado hay que recordalos así, por lo que nos han dado. No siempre es fácil, claro, pero eso no es incompatible con que se te humedezcan los ojos, forma parte de lo mismo.

      Espero, por lo demás, que estas Navidades que no han ido bien para ti, se enderecen, y que la cuesta de enero se convierta en valle (no en páramo).

      Un abrazo y gracias por seguir acudiendo a esta casa.

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  6. Ni me gustan ni me disgustan estas fiestas cuyo sentido es exclusivamente religioso (aunque se ha añadido sobre todo el consumo, leí que los créditos al consumo aumentan claramente dos veces, antes de las vacaciones de verano y antes de las de navidad). Como la gente que me conoce lo sabe, suelen evitar las bobadas del whatsapp porque o no contesto o les doy algún corte a los "nuevos". No quiere decir esto que no reciba ninguno, pero sí muy pocos.
    Celebro muy poco (lo que me "obliga" mi madre de 80 años) y lo hago despreocupadamente, no nos regalamos nada en estas fechas, etc etc (por fortuna mis dos hijos lo llevan con naturalidad).

    Comprendo que el correo de Mamen fuera lo mejor.

    Abrazos!!

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    1. Tienes suerte de conservar a tu madre. Yo la echo de menos más de lo que pensaba. A veces miro un enorme cuadro abstracto que tengo en el salón y me río solo: a ella no le gustaba nada y cada vez que venía a mi casa me lo decía. Bueno, me he ido del tema. Yo mantengo los mínimos, antes era más radical, pero me he ido dulcificando o apesebrando, qué se yo.

      Desde luego, lo de Mamen lo mejor. Es que es especial, una poeta a tiempo completo.

      Un abrazo.

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