sábado, 10 de junio de 2017

CAMUS VII: 70 AÑOS DE ‘LA PESTE’

Hoy hace 70 años que se publicó La peste, de Albert Camus.

No sólo creo que es un gran libro, sino uno de los textos de referencia del siglo XX. Camus es probablemente más conocido por El extranjero. Yo, tras unos instantes de duda, me quedo con La peste.

Me niego a hacer reseñas, género redundante que otros desarrollan mejor que yo (los profesionales, los blogs de reseñas tienen poco interés, a no ser que pongan algo de ellos, en cuyo caso ya no son propiamente de reseñas).

Sin embargo, diré que -como en la mayor parte de la obra narrativa de Camus- no se trata de desplegar una trama de acontecimientos entretenidos, sino de entrar a fondo en la condición humana. En este caso, la metáfora es una epidemia de peste en Orán, a la que debe hacer frente un desolado y a la vez kantiano doctor Rieux, que se enfrenta a la condición humana, maravillosa y terrible, de sus conciudadanos. Siempre he sostenido que Camus no es Meursault, sino Rieux.

Tantas veces se ha dicho que la peste simboliza el totalitarismo en general (y el nazismo en particular) que es una simpleza. En eso hemos cambiado poco: sólo las variedades de la peste, sus agentes patógenos.

De manera que recomiendo su lectura a todo el mundo y en este aniversario regalo a mis amigos algunas de las frases del libro que aún me golpean:

“Para todos ellos la verdadera patria se encontraba más allá de los muros de esta ciudad ahogada. Estaba en las malezas olorosas de las colinas, en el mar, en los países libres y en el peso vital del amor. Y hacia aquella patria, hacia la felicidad, era hacia donde querían volver, apartándose con asco de todo lo demás”.
“Un calor de vida y una imagen de muerte: esto era el conocimiento”.
“…pensó que no es lo más importante que esas cosas tengan o no tengan un sentido, sino saber qué es lo que se ha respondido a la esperanza de los hombres”.
“…el doctor Rieux decidió redactar la narración que aquí termina, por no ser de los que se callan, para testimoniar en favor de los apestados, para dejar por lo menos un recuerdo de la injusticia y de la violencia que les había sido hecha y para decir simplemente algo que se aprende en medio de las plagas: que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio”.


8 comentarios:

  1. Siento reconocer, Atticus, que no he leído al autor, pero después de ver tu entrada despertaste mi interés por “La peste”, aunque no sé cuándo podré disponer de tiempo.

    Quizá las frases escogidas por ti argumentan por qué el libro es en tu opinión un texto de referencia.
    Me parecen más interesantes, tal vez por desconocer la obra, la primera y la última.
    Es cierto que la verdadera patria está en la felicidad que nos da el amor y la libertad, y estoy de acuerdo con que los hombres tienen más cosas admirables que despreciables, bonito y optimista mensaje.
    Gracias por descubrirme la novela.
    Respecto al comentario que hiciste la semana pasada, puedo añadir que no conozco en profundidad tu blog, pero veo en tus últimos posts que intentas mantener un espacio de reflexión libre, algo en desuso actualmente. Lo haces de una forma culta e inteligente, así que eso de que escribes de cosas cada vez menos interesantes no se admite.
    ¡Hasta el próximo post!

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    1. Haces mal, Miguel, porque te gustará. Creo. Debes saber que no es una literatura banal, lo que no quiere decir que haya que hacer una tesis doctoral en filosofía para entenderla. Todo Camus es así. Incluida su obra ensayística. Siempre merece la pena.

      La elección de frases es muy personal. Casi todas son de las últimas páginas.

      Siempre intento que el personal que escribe se sienta a gusto y no obsequiarle con tonterías epidérmicas. Como me dijo alguien hace dos días, si no puedo mejorar el silencio, mejor no escribir. Y no estoy seguro de mejorarlo. De hecho, escribo menos que antes. También es por el puñetero trabajo, menos mal que el verano está ahí.

      Agradezco tus palabras y siempre eres bienvenido.

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  2. De Camus solo he leído El extranjero, y gracias al club de lectura al que pertenezco. La peste seguro que será una gran lectura también. Gracias por traerla aquí. Los aniversarios ayudan a mantener vivos autores y obras magníficas, aunque no debería ser necesario. Saludos.

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    1. Si ya conoces a Camus, no te sorprenderá, aunque "La peste tiene más desarrollo. En este blog se le venera, como ya sabrás. Bueno, lo venera el autor, a otros les parece un triste amargado comelimones. Será porque a mí también me gustan los limones...

      No creas que soy muy de celebrar los aniversarios haciendo lo que toca, pero tampoco está mal aprovechar la ocasión parra hacerlo.

      Saludos.

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  3. No la he leído. A ver si encuentro una vieja edición, la prefiero.

    Y si alumbra la condición humana, no necesito más. Suelo decir que es el criterio que separa al verso de la poesía, a la narrativa de la novela o hace novela al relato.

    Entiendo lo que dices, si trata de la condición humana trasciende lo coyuntural.

    Me conmueve la esperanza que comentas, quizás porque yo no…

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    1. Fìjate en la traducción. En mis modestas investigaciones he leído muchísimas veces eso de la espléndida traducción de Rosa Chacel. Peloteo barato. La traducción de Rosa Chacel es lamentable, literal, incomprensible a veces. Busca otra. También era muy mala la de "El extranjero", hasta que José Ángel Valente hizo otra bastante mejor. Por ciero, en una preciosa edición ilustrada.

      Todo el existencialismo va de eso, de la condición humana. Pero la literatura de Sartre, entre otros, rechina y se descose a medida que pasan los años. Con Camus ocurre al revés.

      Hazme caso, te pago unas birras este verano si no te gusta. Y si te gusta, también. Es un buen trato.

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  4. Usualmente el totalitarismo se asemeja a una pandemia. Basta ver las cifras de emigrantes para comprender que escapan del lugar al que llamaron hogar que no es otra cosa más que una distopía que no volverán a ver cuando se tambalee y caiga.

    Precedente a la peste, está la otra peste: la xenofobia, la intolerancia y la arrogancia. Unos seres infestados huyen de su casa para buscar esperanza en otros países donde los reciben sujetos obsesionados con lo que hay dentro de las murallas, con su acento y con su cultura. Basta ver las reacciones de los colombianos con los venezolanos y con los persas. O la de los estadounidenses y europeos con los sirios. Nada que no se haya visto antes.

    Neptuno era como el totalitarista, que no dejaba nacer a sus hijos y saturno como el xenofobo, que por el miedo a perder privilegios, los devora.

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    1. Clavaíto. Elegante, rigusoro y directo. Nada que añadir. Sólo aplaudo.

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