sábado, 25 de noviembre de 2017

LO NATURAL

Escucho últimamente mucho esta palabra. Lo que no tengo muy claro es que entienda lo que quieren decir quienes la utilizan.

Natural puede referirse a la naturaleza de modo más o menos directo. En ese sentido, lo natural sería vivir en ella, como ella indica y exige, sin artificios.

Natural puede ser también lo normal, lo normal estadísticamente, es decir, lo más frecuente. No es lo mismo que lo anterior. En algunos casos, pareció natural zurrar a la parienta, liquidar a los judíos o arrojar por el acantilado a los bebés defectuosos. Todo el mundo lo hacía, era lo natural, lo normal. Sin embargo, no es natural en el primer sentido, sino fruto de un uso social en el que el odio o el desprecio se ha aprendido; natural aquí es lo acostumbrado, lo que se ha hecho siempre, aunque no sepamos muy bien si ese siempre tiene origen y cuándo fue.

Casi prefiero lo primero. Lo natural fue durante mucho tiempo la supervivencia del más apto en un contexto biológico hostil. Hoy vivimos de otra manera. Hoy tenemos ciudades, medicina, agricultura, internet… Nada de eso es natural.

Lo natural es vivir en cuevas o dormir al raso. Lo natural es enfermar y morir joven de cualquier infección curable con los artificios de la medicina y la farmacología. Lo natural es tomar de los árboles lo que producen y morir de hambre si no producen nada. Lo natural es comunicarnos con sonidos guturales y poco más.

Pero la humanidad ha construido una segunda naturaleza: la cultura, el modo de vivir en sociedad. No es perfecta, pero a mí me parece mucho mejor que vivir bajo la amenaza de muerte por viruela, inanición o frío. Prefiero la riqueza de la poesía y la posibilidad de comunicarme por internet con personas de las que me separan muchos kilómetros.

Nada de eso es natural.

He tenido varios esquinces de tobillo, pero no cojeo gracias a la tarea de competentes traumatólogos. Padezco migrañas que alivio con paracetamol e ibuprofeno. Estoy vacunado y sé que no padeceré enfermedades que han llevado a la tumba a humanos de tan solo dos generaciones atrás.

Compro en el supermercado y no dependo de sequías o plagas.

Hablo con familiares y amigos a diario.

Ya sé que todo esto tiene peajes, muy graves en algunos casos. Pero la agricultura, la medicina, la tecnología, la educación, son violencias que hacemos a la naturaleza para salir de ella e instalarnos en otra naturaleza de segundo grado. Obviamente, el planeta no es infinito y hay que procurar que la naturaleza en su sentido más primigenio no se deteriore más allá de lo razonable. Los seres humanos tenemos la obligación de mantener (y en la medida de lo posible mejorar) la Tierra. No hay que ser angelicales, pero sí procurar que nuestros hijos hereden algo mejor o al menos igual.

A lo que no estoy dispuesto es a hacer de eso una religión. Es cierto que yo sé poco de Ecología, pero algunos de los que se dicen ecologistas saben menos aún, precisamente porque la ecología (una ciencia) y el ecologismo (una militancia, una toma de conciencia) no son lo mismo. Por eso creo que conviene dejar que los que saben de verdad sean los que expliquen y actúen. Lo otro, en no pocos casos, es la sustitución del Dios de turno por otro dios, más new age, posmoderno y guay, pero una divinidad al final, un absoluto. La muerte de Dios ha fomentado la aparición de divinidades de todo pelaje, muchas personas necesitan creer. En esto yo también soy agnóstico. Por eso escribo naturaleza y no Naturaleza.

No presumo de vivir de acuerdo con la naturaleza, pero al menos procuro que mi huella en el planeta sea la menor posible. Desde luego, alguno de esos que (dice que) vive en/según la naturaleza haría bien en replantearse si son más ecológicos que yo (más ecologistas ya sé que sí): viven lejos de la ciudad, necesitan coche para todo, tienen grandes casas para cuya calefacción necesitan muchísima energía, comen productos ecológicos que vienen de la otra parte del mundo, etc.

No hablo de las personas consecuentes con sus palabras, claro, sino del postureo cuasi religioso e impermeable a la argumentación. Es que no me gusta el fariseísmo. Ni en religión tradicional ni en sus nuevas formas. Por lo demás, que hagan lo que les parezca. Pero sin dar lecciones a nadie. El apostolado, con otros.

Confieso que tengo automóvil, calefacción individual y aire acondicionado en el salón, adsl, teléfono fijo y móvil, electrodomésticos varios, viajo en avión a veces y no fabrico compost porque vivo en un piso y mi tierra se reduce a una jardinera y un par de macetas. En un piso, repito, eso tan poco natural… De modo que los fundamentalistas de la cosa ya pueden irme borrando de sus naturales agendas, naturales móviles, naturales cuentas de Facebook y Twitter y naturales ordenadores. Al resto de amigos, naturalmente, los quiero. Con naturalidad.


Procedencia de las imágenes:
http://www.nacentralohio.com/rethinking-cancer/
https://www.newyorker.com/magazine/2015/10/19/pond-scum



8 comentarios:

  1. ¡Vaya! Como casi siempre, estoy de acuerdo contigo en todo. Me has dejado con la boca abierta diciendo tanto, con tan pocas palabras. Yo también prefiero la primera acepción de "lo natural", referente a la naturaleza. Por mi parte, más que escuchar "porque lo natural es esto" o "porque lo natural es aquello", me fastidia tremendamente cuando alguien dice "eso es antinatural" (algo que escucho a menudo, por ejemplo referido al tema gays, lesbianas, bodas entre ellos, adopción de hijos, etc). Ufff, me revienta ¿quién es nadie para asegurar que eso es antinatural?

    Igual es que todos somos "antinaturales por naturaleza"

    Nos estamos cargando el planeta, eso es así y también intento poner mi pequeño granito de arena para dejar la menor huella destructiva en él, pero como dices, vivimos en nuestra segunda naturaleza tecnológica que nos permite vivir con más comodidades, y ¡a Dios gracias!! (es tan solo una expresión, que soy agnóstica). No vamos a renunciar a ellas, está claro, pero sí creo que se podrían hacer muchas cosas que no se hacen, para mejorar lo que se van a encontrar los que vengan detrás de nosotros, que va a ser un verdadero caos, de eso estoy convencida.

    Tus post siempre me hacen reflexionar
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, siempre eres generosa. Lo de "pocas palabras" supongo que es ironía, CrisC me riñe siempre porque escribo demasiado.

      Decimos "natural" y "antinatural" con mucha ligereza y mezclamos lo que es muy diverso. Natural es lo referido a la naturaleza. A partir de ahí el ser humano ha comenzado a construir creencias, ficciones y filosofías varias que han ampliado (y pervertido) el sentido original. Me hace especial "gracia" que desde la religión se diga que algo es antinatural. Desde la religión.

      Tengo un sueño muy natural, pero he quedado en un rato y creo que lo natural es acudir y no dar plantón al personal. Naturalmente, iré.

      Gracias de nuevo y besos también para ti.

      Eliminar
    2. No, no..., no era irónico. No me parecen largos tus post (nunca me lo han parecido) y siempre he pensado que dices mucho con pocas palabras (como que vas siempre al grano, al quid de la cuestión) y tampoco es peloteo, ¡que conste!!!

      Eliminar
    3. Muchas gracias, pero debo practicar y esmerarme en la consición y en la contención. A veces sí son un poco largos.

      Eliminar
  2. Es un término sujeto a una gran polisemia (no es una enfermedad).

    Donde últimamente aparece mucho es en muchos alimentos envasados. Y lo más seguro es que tengan muy poco de lo que predican. Y ahí andan a la greña los econaturgastrónomos y Monsanto.

    En cuanto a nosostros los seres humanos, bueno, somos una criatura paradójica, un híbrido sobrevenido a quien su madre biológica, la Naturaleza, mira con extrañeza y amor; y de otro lado, nuestra madrastra y real nodriza, la Cultura.

    “¿Quién me ha expulsado a este frio?” -escribe el poeta Gabriel Celaya.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Precisamente eso: polisemia y una carga semántica paradójica y en ocasiones perversa.

      Veo mucho eso en productos comestibles. Hace una semanas me zampé una lata de fabada "natural". No sé si lo natural es la lata, lo que hay dentro o mi hambre feroz. La lata parece poco natural y algunos de los ingredientes eran productos elaborados o procesados. Pero ponen "natural" en la conserva. Con un par. Y mejor no digo nada de todo lo eco, bio y demás cebos de consumo que parecen oponerse a la química, como si todo no fuese química. A uno que me dijo que el no consumía química le respondí que entonces no bebería eso tan maravilloso que se llama agua, pura química de hidrógeno y oxígeno. Ay.

      Hemos salido de la naturaleza y somos naturales. Hermosa contradicción, un oxímoron que nos constituye.

      Eliminar
  3. Magnifico Atticus, realmente magnífico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias; espero seguir en esta línea. Al contrario que otros, éste post si llevaba tiempo y elaboración.

      Eliminar

Puedes escribir tu comentario. Agradezco la inteligencia, la educación y el sentido del humor. Por favor, no enlacéis páginas con contenido comercial, religioso o político. Tampoco las que claramente constituyen una estafa.