sábado, 20 de octubre de 2018

APUNTE DE BAR


Tenían aspecto distinguido y cansado.

Venían -también yo- a indagar (¿a saber?) a un bar
de ésos que llaman de barrio, de toda la vida:
ésa que iba en serio para casi todos, aunque algunos
aún no sabían que existió Gil de Biedma.

Allí estábamos: en la vida exterior del que todo lo ignora.








Procedencia de la imagen:
http://www.kebuena.com.mx/2015/chiste-un-hombre-en-un-bar-25028.html

8 comentarios:

  1. Mientras, veo la vida pasar, ya sea en un bar o en cualquier otro sitio. Me encanta Gabinete Caligari, me traen recuerdos de mi infancia.

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    1. Se ve la vida. Está la vida. También están los que no tienen vida y los que tienen demasiada vida.

      También a mí me gusta ese todo un pelín chulesco y macarrilla. Lo de "Camino Soria" ya fue definitivo.

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  2. La curiosidad, las ganas de conocer es algo que nos puede hacer ir a un bar.

    ¿qué nos encontraremos en él?

    yo voy poco, alguna vez a cenar o a almorzar, pero en ese momento no lo veo como un bar.

    Puede que me equivoque, y siento que quizá sea negativa mi imagen.

    Para mí, un bar muestra su esencia por la tarde, entre semana. En mi barrio hay unos cuantos. A él llegan buscando algo de beber, una conversación y quizá algo de juego: dominó o cartas para quienes prefieren compañía, tragaperras para los que se escapan del grupo.

    Con el paso del tiempo me suelo fijar en los que acaban algo más que achispados y en los atraidos por las lucecitas de las tragaperras más de la cuenta.

    Ese bar de barrio obrero representa la melancolía, el paro, la ociosidad y el vacío.

    Prefiero el tipo de bar que describes...

    Un saludo, Atticus.

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    1. La fauna que habita (habitamos) un bar es diversa. Más aún según el tipo de local. Los de toda la vida son aquellos en los que más se ve eso, la vida. Luego están los de ocio y esparciomiento, de fin de semana, de musiquita, cervezas de diseño y esas cosas. Ahí hay otro tipo de personal, son más sociales, menos solitarios. No obstante, no por haber mucha gente se está menos solo: las grandes ciudades son latifundios de soledad.

      Saludos para ti, que apareces por aquí con puntualidad.

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  3. Hubo un tiempo, dos, en que los bares tuvieron para mí su mejor sentido.

    Mi primera adolescencia encontró en ellos un primer trazo de vida adulta; mi segunda época dorada fue durante la segunda mitad de los ochenta. Y no los bares por su nocturnidad, sino la del mediodía y la tarde.

    La Vida siempre va en serio, así que tomémonosla con humor y seriedad.

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    1. La vida siempre en serio, también fuera de los bares. A veces miro a la gente en el metro, en el tren, por la calle. Simplemente en la mesa de al lado... Demasiado en serio a veces.

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  4. A mí me gusta mirar también e imaginar vidas.

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    1. Que están ahí, esperando que alguien las recree, las extienda, la explique y las cuente.

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