sábado, 5 de noviembre de 2022

BIBLIOTECAS



Tengo una modesta biblioteca que rondará los 1400 volúmenes. Modesta comparada con los 32000 que dice tener Arturo Pérez-Reverte (y seguramente es así, he visto las imágenes). Yo no soy un fetichista de los libros. Lo que me gusta es leer más que poseer. Tuve mi época, como casi todos, pero se me pasó. Entonces solo compraba y leía en mis libros. Y si tenía que leer en libro ajeno, lo devolvía en cuanto podía y me lo compraba. Prestaba poco, muy poco. De hecho, aún me duelen algunas pérdidas irrecuperables. Y, de vez en cuando, descubro que me falta algún volumen y que ignoro donde puede hallarse. Hace unos años descubrí la ausencia de El amor y Occidente, de Denis de Rougemont, una maravilla que estudié y anoté. Pues no lo tenía. Eso sí, compré un ejemplar en francés en las orillas del Sena, que apenas he leído porque mi dominio de esa lengua está muy lejos de ser un hecho.

Este post lo escribo porque un amigo me mandó un enlace a un vídeo en el que Andrés Trapiello enseñaba su biblioteca y hablaba de ella. Muy interesante. De ahí salté a las de Arturo Pérez-Reverte, Alaska, Manuel Vilas, Lorenzo Silva, Antonio Escohotado, Rosa Montero… Me interesa mucho lo que dijeron. Frente a la negativa absoluta de Pérez-Reverte a prestar libros, Vilas y Silva sí son proclives, salvo, claro, esas joyas, esos textos que tienen un valor especial para ellos.

Yo, como decía antes, cada vez soy más despegado. Unas cuantas mudanzas me han hecho relativizar mucho. De hecho, empecé a usas sistemáticamente las bibliotecas cuando llegué a la ciudad en la que vivo y mis libros permanecieron mucho tiempo en cajas. Creo que habré leído otros mil y pico de bibliotecas o en el e-book, que compré y uso, sobre todo en verano y en viajes.

Soy poco romántico y el bloguerío ortotodoxo del papel me apedreará, qué le voy a hacer. A mí lo que me gusta es que la historia sea interesante (en las novelas), que me conmueva (poesía) o que me obligue a pensar e incluso a disentir (el ensayo). La narrativa no tengo ningún problema en leerla en digital, no así la poesía y, sobre todo, el ensayo, en que subrayo y anoto. Porque anoto y doblo lomos y páginas si el libro es mío; de lo contrario, cuidado extremo.

Un día le dije a mi hijo que, cuando yo muriese, esos libros iban a ser para él. Me respondió que al día siguiente los vendería en Wallapop. Me hice el enfadado, pero la verdad es que me da igual. No me importa si hay vida tras la muerte, sino que la haya mientras estoy vivo, en estos tiempos que son los míos. Leer forma parte de la vida, al menos de mi vida.

Por cierto, me voy a seguir leyendo un libro de Pierre Lemaitre que me está sacudiendo. Adiós. Mirad los vídeos.

 

 

Trapiello:

https://www.youtube.com/watch?v=mD7RrqU33iY

Pérez-Reverte:

https://www.youtube.com/watch?v=D5TugZjC-KQ

Vilas:

https://www.youtube.com/watch?v=uD2WO53OtAs

Escohotado:

https://www.youtube.com/watch?v=bf46WSju--g

Alaska:

https://www.youtube.com/watch?v=DxoI0fWt5KU

Silva:

https://www.youtube.com/watch?v=iMLXmrWX4Lg

Montero:

https://www.youtube.com/watch?v=ghOiqvcyNF8



Procedencia de la imagen:

https://www.comunidadbaratz.com/blog/10-principios-para-una-biblioteca-abierta-y-hospitalaria-y-5-propuestas-para-hacerla-posible/

8 comentarios:

  1. ¡Hola!
    antiguamente era también de comprarme libros y acumularlos en casa. Desde que trabajo en una biblioteca pues ya no y menos mal porque en casa tengo poco espacio. Los doné todos (solo me quedé con los dedicados por autores) y muy a gusto que me quedé. Porque ahora solo me importa el contenido del libro, como a ti, que la historia me interese (si no, a la primera de cambio la abandono sin pena), que me mantenga enganchada de principio a fin, con esas ganas locas de encontrar un hueco para ponerme a leer, porque leer forma parte de mi vida, una parte muy importante.
    También me gusta que las historias me golpeen, me noqueen. Por cierto me dejas pensando en cual puede ser ese libro de Lemaitre que te está sacudiendo, aunque supongo que podría ser cualquiera de sus novelas.
    (alguna he leído de él)
    También muchas veces leo en ebook, porque para el blog me resulta muy cómodo (poder hacer anotaciones, subrayar párrafos, etc), y para leer en la cama (algo que me encanta hacer antes de dormir) pero es cierto que para mí, donde esté poder leer en papel...
    Pues eso..., a seguir usando las bibliotecas públicas, que creo uno de los mejores inventos que se han hecho, son una maravilla (pero ¿que te puedo decir yo?, jejej)
    Besos

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    1. Unas mudanzas y una casa de tamaño estándar como la mía (82 metros cuadrados) no permiten la acumulación infinita de libros. Luego está también la cuestión económica, claro, el sueldo da para mucho pero no se estira chiclosamente.

      Lo que hiciste me parece admirable, yo no llego a tanto, aunque alguno sí que regalo y todos los años llevo a la feria que hay en mi instituto unos cuantos. A mí no me han interesado mucho, pero a otros seguro que sí. De manera que lo de las bibliotecas públicas es uno de los inventos más maravillosos que hay en las ciudades. La que tengo a mano es especialmente buena y confortable.

      El libro de Lemaitre es "Tres días y una vida". Solo he leído de él "Vestido de novia". Diría lo mismo que este con el que estoy: desasosegador. Me recuerda un poco al cine de François Ozon. Cosas mías.

      Veo que tú también has cedido al ebook... Creo que muchos de esos pseudorrománticos plantean una falsa disyuntiva: algo así como o comes en el restaurante o comes en casa. Yo soy un picaflor, le doy a todo.

      Besos.

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  2. He visto algunos de esos vídeos.
    En casa de mis padres aún tengo bastantes libros , que no he traído a mi casa por falta de espacio. No soy de prestar libros porque la gente no suele cuidarlos, prefiero regalarlos si no me han causado el efecto esperado. Sí soy de compra libros; incluso de segunda mano. Cuando los he terminado y considero que no deben estar en mi biblioteca, los regalo o los dono.
    Me encanta Pérez- Reverte. Es de esos autores con los que tendría una larga charla, de la que seguramente aprendería muchísimo.
    Aunque ahora tengo menos tiempo para leer, siempre tengo un libro en mi mesilla de noche. Por cierto, rar vez leo en digital; pero para gustos se hicieron los colores.
    Besos.

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    1. Ay, el espacio... Tuve un amigo con problemas de espacio en su casa; su padre le sugirió que, una vez leídos los libros, los tirase. Y, oye, ahora que lo pienso, no es mala idea... Bueno, hay otras variantes: donarlos, regalarlos...

      Estoy pensando que tengo pocos libros de segunda mano, alguno sí. A veces los veo dedicados o firmados en los puestos callejeros o en las ferias; eso me da un cierto pudor y a la vez adivino una historia de amor venida a menos, una amistad contrariada, un quebranto económico...

      Yo en la mesita siempre tengo uno, claro, a veces he llegado a contar ocho. Me estoy moderando.

      Pérez-Reverte me gusta, su literatura más aún que su personaje público. Es un excelente narrador, aunque los finales de muchos libros no me acaban. Me interesan mucho de él dos poco conocidos: "Territorio comanche" y "El pintor de batallas" y me chifla todo lo de Alatriste. Estoy repasando todos sus libros y veo que he leído... ¡27! Joé, qué empacho...

      El digital tiene ventajas. E, incluso, te diría que económicas. Y aún otra: puedes leer en la cama si molestar a quien eventualmente repose al lado. Pero cada cual es cada cual, claro.

      Besos.

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  3. Cuando hablar nos resulta difícil, optamos por escribir, o dibujar, o hacer graffitis.
    Y nunca a la inversa.
    Es curioso.
    Imagino que tendrá alguna explicación lógica.
    No tener delante a un interlocutor saca nuestro yo más tímido, en esos yo de los escritores que coleccionas hay mucha realidad o deseos de trascender a través de un soporte que dura más tiempo que una vida humana.
    Comprendo que sean más que libros.

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  4. No sé si entiendo bien tú comentario. En todo caso, supongo que habrá deseo de trascender, sea lo que sea eso. Y seguro que otras muchas motivaciones.

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  5. Una biblioteca fue el paraíso en el tiempo en el que apenas había libros en casa, ahora si hay libros en casa, muchos, aunque no tantos como imaginaba, pero una biblioteca pública sigue siendo el paraíso. No necesito que el libro sea mío para disfrutarlo, pero si poder tocar el papel en un libro que leo para disfrutar. Un abrazo.

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    1. Te entiendo perfectamente, aunque en mi casa no había centenares de libros, pero sí nos compraban de pequeños y fue aumentando. Naturalmente, iba mucho a la biblioteca municipal. Luego estuve muchísimos años sin hacer uso: tenía que comprarlos, hacerlos míos. Pero tres mudanzas en poco tiempo, poco espacio y deseos de leer libros de los que no sabía nada, me empujaron de nuevo a la biblioteca, hace casi veinte años. Ahora hay cuatro libros en mi casa, supongo que no podré leer más de dos antes de que cumpla la fecha.

      Yo tengo costumbre y memoria de libro en papel, pero no le hago ascos al digital, que también uso.

      Otro abrazo y gracias por venir.

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