Nietzsche nunca espera al final.
Nunca es moderador.
La voluntad de poder es un imperativo de intensificación de la vida.
Ramiro de Maeztu lee a Nietzsche en 1898 y dice: “Hay que ir a Berlín”.
Hay que liberarlo de la posmodernidad de sus intérpretes. Demasiados Nietzsches. Imposible.
¿Fue un ilustrado? Queremos creerlo. Y que resuciten Derrida y Deleuze para fustigarnos.
Procedencia de la imagen:
https://es.wikipedia.org/wiki/Retrato_de_Friedrich_Nietzsche
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