viernes, 4 de diciembre de 2009

BRAGAS Y LIBROS

Con el cariz que tomó el último post, parecía necesario éste.

Hace unos días que Olga me mandó esta estupenda y sugerente fotografía. Merecía ser incluida en la segunda entrega de “Boludeces”, pero creo que necesita cierta reflexión. Tiene enjundia.

En primer lugar, debemos prestar atención a la cutrez de las bragas. Dios mío, las interioridades de las mujeres merecen algo más. No imaginamos a nuestras ninfas (no diré sirenas por razones obvias) con semejantes adminículos textiles. Imposible.

En segundo lugar, la oferta: por el precio de tres bragas te llevas un libro. Y qué libro. El de la izquierda es Elegía en Astaroth, de Ángel García López, que obtuvo con este texto el Premio Nacional de Literatura 1973. O sea, que por unos pocos euros te llevas tres bragas espantosas y un Premio Nacional de Literatura. No está mal. El de la derecha no acierto a distinguirlo, pero pertenece a la misma colección, por lo que por la compra de seis bragas tenemos dos libros de poesía. Gran oferta.

Me estoy acordando de la magnífica película The reader. En ella, una mujer entrada en los cuarenta seduce a un muchacho, que consigue encamarse con ella a base de palabras. En una escena, él tiene urgencias sexuales y ella le para los pies: “Primero lee, después haremos el amor”, le dice. Nos la imaginamos en el mercado, llenando el cajón de bragas de colores y sobre el lecho dos libros de poesía para que su amante lea y le llene el cerebro de ese afrodisiaco irresistible que son las palabras, especialmente las que se dicen al oído, únicas, las que aguantan el embate de lo ridículo y lo cursi. ¿Qué importa entonces dónde compró la ropa interior y cuál fue su precio? No hay gran diferencia entre la piel de una mujer y el mejor de los versos. Lo importante es que el poeta escriba para ti, lo esencial es que esa piel no es cualquiera, sino precisamente la suya, la que llenará de calor tu boca y de palabras tu garganta.

Otra opción maravillosa sería que la FNAC, la Casa del Libro o la Cuesta de Moyano hicieran lo mismo, pero al revés: por la compra de un libro regalamos tres bragas. Aumentaría el número de lectores, así como el número de visitantes a estos establecimientos: “No, si yo vengo por los libros”, dirían. Sí, ya. Y luego en casa: “Cariño, he comprado unos libros”. “¿Cuántos?, pregunta ella. “Dieciocho”, responde él. “¿¡Y ese montón de bragas!?”, replica ella, entre curiosa e indignada. “Pues no te lo vas a creer, es que…”, balbucea él, sin saber cómo salir del jardín en el que se ha metido.

Pues eso, que bragas y libros. Necesidades básicas. No hay nada raro en la foto si lo pensamos bien.

Nota final: leo en una página de internet que la foto la hizo Begoña Abad en el mercado de El Fontán de Oviedo. Justo es decirlo.

26 comentarios:

  1. El post ha estado a la altura de la foto. Ahora lo de mezclar esa horterada de bragas con poesía de calidad se me hace rrarroo, rrarro, rrarro, qué decía aquel. Yo creo que pegan más con los poemitas que escriben en sus carpetas las Lore, Yeni, Vane y Patri del extrarradio. Aunque qué digo, ahí ya entraríamos en los dominios del tanga poligonero, que a lo mejor merecería otro post.
    En fín, que pobre Ángel Garcia López, que te den un premio nacional de literatura para ver tu obra regalada en un tenderete por la compra de bragas de gusto dudoso. Como para darse a la bebida.¡Qué dura es la vida del poeta! OLGA

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  2. ¿Por qué te crees tú que a los juntaletras nos gusta el single malt? Porque sublimamos la desesperación e incomprensión del mundo con algo que no sea un calimocho con tintorro de Hacendaño. De todos modos, según se mire, mezclar tus poemas con los envoltorios de toda esa maravilla tiene su aquél.
    Y no despecies el tanga poligonero, que "Yo soy la Juani" es una de las grandes películas líricas de la década. Ahí quería ver yo al otro Ángel, al González, escriendo sobre la Juani/Echegui: le brillarían los ojos, se le afilaría la barba y allá que te va: los mejores versos de la poesía castellana.
    No te creas que es tan dura: sólo hay que hacerse funcionario. Porque de vivir de la literatura... Ya lo decía Aleixandre: la poesía no da para comer, todo lo más para merendar.

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  3. Pues sinceramente, si los tangas poligoneros y las chonis inspiran la mejor poesía castellana, creo que hemos tocado fondo como nación ( una nación es una cultura compartida. Mi pasaporte es de tortilla de patata y jamón serrano, aunque con una canita al aire de té inglés de vez en cuando o de La Celestina, Delibes, Aleixandre con aventurillas esporádicas con Philip Roth y John Updike).

    Ante ante este colapso del imperio cultural hispano, desde hoy decido hacerme italiana: que sean Beatrice y Laura las musas de los más grandes poetas de mi nación y no la poligonera Juani. O si por el sino de los tiempos nos tenemos que poner populacheros, preferiría la braga-faja de la Loren o el sostén de la Lollobrigida. No obstante, si algún día los dioses me permitiesen reencarnarme en una "maggioratta" ( creo qeu se llamaban así ¿ no?) , no lo dudaría: Silvana Mangano con la melena al aire y la mirada perdida entre los arrozales en esa gran película llamada ARROZ AMARGO.
    Nationality: Italian. Name: OLGA.

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  4. Bueno, ya empezamos a ponernos exquisitos. A veces, Olga, hay poesía en esa cajera venida del Este que nos mira con ojos tan azules que se transparentan, con altísimos pómulos y tristeza infinita. A veces esa en esa Vane o Jeny a la que un día dejamos un libro mientras estamos de guardia y nos dice que no ha leido nada más bonito en su vida; normal, es que no ha leído nada, pero hay algo de chispa en su mirada, más allá de sus piercings, su tanga azul cobalto y sus aros en las orejas.
    Te traiciona el subconsciente: pasaporte de tortilla de patata y jamón serrano: estás pensando en la Penélope Cruz de "Jamón Jamón", Bigas Luna de nuevo, que entiende esto en su desmesura.
    Lo italiano me gusta. Digo de mí en broma (lo que quiere decir que es en serio) que soy un alemán que quisiera ser italiano. Y las italianas, según y cómo: las mejores son las híbridas, como Isabella Rosellini (¿está bien escrito?). Pero no desprecio a la de "El cartero y Pablo Neruda": maravillosa escena del futbolín ni la actriz de la primera historia de "Manuale d'Amore" (no sé su nombre).
    Por cierto, he estado allí, y también hay tangas poligoneros de color azul cobalto. Será cosa de la globalización.

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  5. LA MUSA DEL POLIGONO.

    Vale, Yeni, tía, no te rayes, vamos a tomarnoss un calimocho de Don Simón y te enseño mi supertanga azul.... azul... azul como raro tía, creo que se llama azul cagalto o algo así. Es que mola mazo y al Isra le pone...le pone mogollón, como mi pirzin, tia, es como el de la de gran hermano, tia , esa como tan puta que se lo hace con el tio que mola mazo, tia.
    Pues, tengo que regalarle algo al Isra por su cumple, y no tengo ni puta idea, tía, ¿un libro? ¿pa qué? si ya tiene uno.

    Pues qué quieres que te diga: Sí, soy una exquisita!!!:) OLGA

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  6. Oshea tía, que soy el Isra. ¿Que a mí me pone tu tanga? ¿Pero de qué vas? Y además tengo dos libros, que con el Marca me dieron uno de furbo y luego mi vieja se trajo otro que daban con el Pronto.
    Y me abro, que ve voy con los colegash en el buga tuneao. Qué passha.
    Y pregúntale a la Olga esa qué quién coño es la Mangano, que suena a chori, y la Lollobrígida, que tiene nombre de chochomustio. Joé joé.
    Qué movida.

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  7. Atticus, Atticus..., bien.

    Hubo antaño féminas que distrajeron libros del corti introduciéndolos entre sus bragas. Hoy tienen pobladas bibliotecas (con libros, no con bragas), grados de licenciatura e incluso doctorado. Así que la relación entre ambos elementos no es de hoy; y no diré yo que sea causal, no, pero sí productiva.

    Claro, eran bragas de otro tiempo (de cuello alto y goma como de butano).

    ¿Por qué las chonis son tan tarugas? Pues porque (las pobres) no pueden guardar libros en esos minitangas que llevan. Es lo que "las" pasa, Olga, a las poligoneras. Trágico.

    Yo las he conocido más sofisticadas (a las bragas, no a las chonis..., sería un oxímoron brutal) que las de la foto y, cómo decirlo, más minimalistas. Una monada. Pero, oiga, la oferta es tentadora y sin coces a la ortografía. Something is something.

    Personalmente, prefiero a las bragas y tangas las chatis con culottes (que no salga de aquí, por dios, que me perdéis y no tengo papeles).

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  8. No son tarugas: tienen madera. Además, tu argumento es excesivamente ad hoc: la braga se minimiza al tiempo que el sujetador se maximiza con geles, rellenos, diseños imposibles y ortopedias varias. Suficiente como para meter unos cuantos libros. Si quisieran. Seguro que los hay hasta con bolsillos.
    Qué tiempos en que las chicas llevaban bragas blancas o color carne y las más atrevidas tenían un conjunto negro. Hoy se disfrazan de arcoiris. Ya no sabe uno qué pensar. Claro que en esas circunstancias lo que menos se hace es pensar. O sea, que mejor.
    Oye, CrisCrac, ¿tú crees que la campesina turcokazaja compraría en este mercado?

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  9. A estas horas de la mañana, y despues de leeros, estoy hecha un lio: no sé si ponerme un libro o leerme unas bragas.
    Olga, a la foto un 10.
    Mercedes.

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  10. Pues yo tengo una duda existencial parecida. Me voy a duchar y no sé qué ponerme después. Como es sábado me toca el tnaga de leopardo, pero como coy a ir a El Corte Inglés, ahí no me caben muchos libros que robar, de modo que no sé si seguir siendo honrado y pagarlos, ponerme unas bragas de cuello alto con bolsillos y compartimentos secretos o quedarme a leerme unas bragas, digo un buen libro. ¿En qué Henry Miller estaría yo pensando?

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  11. Oyesssshh, Atticus, todo un logro ontológico que te reconozco, ése de que las bragas minimizan su magnitud en inversa proporcionalidad al tamaño de los sutis.

    ¿Color carne? Joé, boss, ya me has dejado revuelto el cuerpo pa tó el finde. Color carne..., puaaaggg, ¿aún existe algo asín en el mercado?

    La agroturcokazaja tiene su aquél, y que caída de ojos.

    Mercedes, vuelve en ti, por dios, que puedes armar un altercado público. Eso sí, no sé si en una biblioteca o en medio de la vía pública.

    Por cierto, en mi vida he usado bragas..., perdón, quería decir que en mi vida he usado tantas veces el vocablo de marras. Creo que necesito un purgante radical..., pero no sé si ir a una farmacia, a una biblioteca o a la boutique calé. Hecho un lío estoy.

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  12. Existe lo del color carne. Lo usan cuando se embuten en un maravilloso vestido de esos con un escote que te pone el cuerpo del revés. Y, claro, se ve el sujetador. No te pongas, le dije a una (arrebatadora iba, lástima que yo estaba entre ausente y agilipollao). Se puso. Color carne. Luego, en las fotos, se le veía, como es lógico. Se lo dije. Desde luego, siempre estáis con lo mismo.
    Pero se equivoca. A la vista está (tómese esto como se quiera) que no sólo de sostenes fugaces vive el varón. Las bragas se asoman al mundo, minúsculas y juguetonas, y ellas a veces se suben el vaquero en un intento imposible. Para qué: cintura baja, tanga alto. Y ya tenemos el lío. Y luego que miramos, que qué primarios y todo eso. No, si también sabemos hablar. Poco, pero algo. Por cierto, ¿hablar de qué?
    Es lo que tienen las turcokazajas, que no hay que hablar.
    Creo, CrisCrac, Olga, Mercedes, que lo de los sujetadores merece otro post. Más adelante. Creo que el siguiente será sobre el iluminismo agustiniano o el análsis factorial aplicado a la síntesis del ADN. Apasionante.

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  13. Oye, ¿y a nadie se le ha ocurrido que esto de regalar libros con bragas o bragas con libros puede ser una buena campaña para fomentar la lectura, además de renovar el siempre escaso contingente de ropa interior? Seguro que habéis visto en algún colegio, instituto o biblioteca alguno de esos "animadores a la lectura" vestido de mamamarracho y hablando a los niños o adolescentes como si fueran gilipollas. No creo que esos tipos hayan aficionado a nadie a leer. En cambio, si cada vez que se lee un libro sortearan las bragas de la tía buena de clase (para ellos) o un modelito sexy-irresistible (para ellas), el índice de lectura entre los adolescentes estaría por las nubes.
    El tipo que hizo la oferta en ese mercadillo es un genio del marketing, un Lluis Bassat encubierto que ha dado, después de tanto tiempo perdido, con el placer del texto, con las amistades peligrosas, con la máquina de follar,¡uy, perdón!, estaba pensando en Bukowski. SIGNOS

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  14. Como te pille Zerolo, o incluso Lidia Falcón, querido Signos, tu existencia va a valer poco.
    Pero, entre nosotros, gran idea la tuya. De hecho, alguien me mandó esa foto, además de Olga, con el título "Campaña de animación a la lectura". O sea, que algo hay. Porque bragas y libros van juntos... a la cama. Dos placeres supremos, uno tras otro o incluso a la vez, que los hombres sí sabemos hacer más de una cosa al mismo tiempo.
    Efectivamente, las campañas de animación a la lectura me parecen, en general, memeces destinadas a memos (y eso que he tenido algo que ver en alguna). Decía el divino Marx (Groucho), que de bragas sabía bastante, que la mejor campaña de promoción de la lectura es que la televisión sea mala: se coge un buen libro y se va uno a leer.

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  15. He empezado a revolcarme de la risa al ver a Ángel López en esa sublime compañía y ya no he podido parar: genial post y geniales comentarios. De ahora en adelante meteré en mi cajón de las bragas algunos libros; de momento Gargoris y Habidis pa' las bragas y ¿qué me sugerís para los tangas? ¿Ha de ser poesía? ¿Valen los microrrelatos?

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  16. Propongo: libros de haikús con tangas, libros de microrrelatos con modern braguitas, la poesía del 27 con culottes y las obras completas de los autores rusos con las fajas de ballenas corcovadas..., juas, juas, juas...

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  17. CrisC, 'tas delatao': prefieres la poesía del 27.
    Mercedes.

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  18. Estoy de acuerdo en parte. Dragó ni para calzar la cama. Para los minús"culos" adminículos textiles van bien los microrrelatos o micropoemas. Para las bragas de diario yo prefiero la poesía de la experiencia. Y para esos engendros tapacarnes yo dejaría a los rusos y me inclinaría por Proust, Heidegger y el "Ulises" de Joyce, en versión original, anotaciones al pie y proemio propedéutico.
    Un suceso de hoy: han venido a comer Green Eyes, su amiga Stairs y Boletus, que se ha ocupado de la comida. Dios nos castigará por el pecado de gula reincidente: arroz con bogavante, colmenillas con salmón y espárragos verdes, etc. Cuando han subido a mi casa aseguran que había un tanga en el ascensor. No era mío lo juro: sólo uso tanga los sábados, y de leopardo. Hace un rato que se han ido: me dicen que ya no estaba. ¿Quién y por qué lo "perdió"? ¿Quién y por qué se lo ha llevado? Se admiten respuestas.

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  19. Perdón, Mercedes, por "olvidar" que llegas a este blog. Perdón por no ir más allá de la lencería fina. Porque sí, mucho Proust, mucho Ángel López y mucho Bukowski, pero unas bragas son unas bragas. Gracias por los halagos. Bienvenida a tu virtual y cibernética casa.
    CrisCrac, dile a Mercedes que se equivoca. Supongo que, como todos, no prefieres la poesía del 27 sino ampliar la oferta de la foto: por la compra de 27 bragas se regala un libro de poesía. O dos si son pequeños.

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  20. Y de nuevo perdón: a Teresa. Por confundirla con Mercedes. Sorry, sorry, sorry. A los leones conmigo. Y sin bragas.

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  21. Es que a mí la poesía, siempre. Y los 27, más. Pero no me digas, Mercedes, un buen autor ruso siempre es una gran opción (sobre todo eso: “gran”, je, je, je)…

    Green Eyes, Stairs, Boletus…, el tanga es suyo (de él). Atticus, es tuyo. Lo es. Reconoce, Atticus. Te vamos a querer igual, Atticus. Igual.

    ¿Pa cuándo una de fashion gayumbos high style?

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  22. Me pillásteis. Tengo una doble vida. Finjo una seriedad que no tengo. Quería ponerme atrevido con las chicas, que pensasen mal de mí. Pero ni por un momento, oye, es que eso de ejercer de profe de filo a tiempo completo tiene sus servidumbres. No te imaginan en tanga de leopardo colgado de la lámpara y haciendo el salto del tigre. Mi idea era pasar de la gula a la lujuria. Pero nada. Por la noche, antes de acostarme, hice zapping y sólo incurrí en el pecado de envidia al contemplar esos "programas" en los que algunos gimnastas interpretan un documental de la 2. Y sin tanga.
    Lo reconozco. Soy un pecador. Lo asumo. Pero al menos no tengo barriguita cervecera y lo luzco con orgullo y prestancia. Qué pasa.
    Lo de los gayumbos deberíamos dejarlo a les dones amb blog. Y si alguna de las que no usa (prefieren el feibú) se presta, le cedo el mío. Que esto es cedible, no así mi tanga favorito.
    No hay quien finja, quien engañe. Es lo que tienen estas compañías, gente con estudios. Quién me mandaba.

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  23. ¡Pero bueno! esto que comenzó siendo un blog poético-filosófico se ha convertido en un blog erótico-festivo camino de pornográfico XXX.
    Reivindico un post sobre el iluminismo agustiniano y la ética tomista. Quiero purgar mis pecados de lujuria intelectual. Sí, lo confieso , además de leer este blog tan verderón y sugerir algunos temas escabrosos, fui a ver la exposición "Las lágimas de Eros" en el Thyssen (desnudos, orgasmos, besos).
    O Atticus (que por cierto, al protagonista de "To kill a mockingbird" no me lo imagino yo con tanga leopardil, deberías cambiar de nick para hablar de estos temas, a lo mejor Rocco Sifredi te pegaba más) se ponee curil y nos sorprende con un post-homilia sobre los padres de la iglesia o definitivamente me voy de eremita al desierto de....Chiloeches. OLGA FEISBU

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  24. Querida hormona, digo hermana: Dios nos dio en sus infinita sabiduría el eros y la diversidad de sexos. Honremos por tanto a Dios.
    Y no te fíes de Atticus Finch: por debajo de su traje convencional se escondía el cuero y el tanga de latex.
    El iluminismo es precisamente eso: que Dios nos ilumine a la hora de abordaros, porque si no, lo llevamos claro. Y aún con Dios de nuestro lado está difícil. Por cierto, repasa la biografía de San Agustín y verás lo poco ejemplar que fue y sus años de amancebamineto, juego y depravación. No te fíes.
    Y no te hagas la monjil: que las de la toca no va a esas exposiciones ni para combatir el pecado allá donde se produce. Nada, nada, admite tus debilidades. Haz como yo. Ya lo vez, me quieren igual.
    ¿Quién es Rocco Sifredi? ¿Un filósofo de la escuela semiótica de Bolonia?, ¿un ministro de Berlusconi?, ¿un fabricante de pasta (macarrones, penne...)?

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  25. Aunque sea a destiempo, añado un comentario: me manda mi amigo Lejarreta un par de direcciones de blogs en las que aparece esta foto. Son éstas:

    boquitaspintadasnp.blogspot.com/
    desequilibrios.blog.spot.com/2009/12/oferta-irresistible-para-la-promoción.htlm

    Sobre todo en la primera dirección hay una foto detallada en la que se puede ver que el libro de la derecha es "Oratorio del Guadarrama", de José Luis Prado Nogueira. Lo busco en la red, y me encuentro con que lo venden en e-bay por ¡49 euros más gastos de envío! Evidentemente, ahora mismo cojo el coche y me voy a Oviedo a comprarme bragas.

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  26. Las bragas no están tan mal, hombre. ¿O será que me pierde la poética mercadillera?
    Saludos. Nos leemos.

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