Hace pocos años escuche una conferencia de Fernando Savater con este mismo título. Saqué de ella dos conclusiones. En primer lugar, que la tolerancia consiste en aceptar activamente lo que es distinto y hasta opuesto a nuestro modo de concebir el mundo. La segunda es que la tolerancia tiene límites, porque de lo contrario se convierte en desidia e indiferencia, y los intolerantes acaban poniéndonos la bota en la cara.
Unas semanas atrás mi hijo me hizo una pregunta sobre religión, a la que contesté como pude, advirtiéndole de la necesidad de respetar las creencias de los demás. “Pero es que ellos no respetan las nuestras, y se burlan, y nos dicen que estamos equivocados”, me contestó.
He pensado en ambas cosas desde entonces. Creo que mi hijo tiene razón. Es una actitud muy extendida entre algunas personas religiosas la de saberse poseedores de la verdad, y la de mirar a agnósticos o ateos con desprecio o, como dicen a veces, con misericordia. “En el fondo creerás en algo”, “Todo el mundo cree en Dios, aunque lo niegue”… Son cosas que oímos a menudo, aunque sea innecesario decir que no hablo de todos los creyentes, ni siquiera de muchos creyentes, sino sólo de algunos creyentes. Eso sí, muy ruidosos.
Unas semanas atrás mi hijo me hizo una pregunta sobre religión, a la que contesté como pude, advirtiéndole de la necesidad de respetar las creencias de los demás. “Pero es que ellos no respetan las nuestras, y se burlan, y nos dicen que estamos equivocados”, me contestó.
He pensado en ambas cosas desde entonces. Creo que mi hijo tiene razón. Es una actitud muy extendida entre algunas personas religiosas la de saberse poseedores de la verdad, y la de mirar a agnósticos o ateos con desprecio o, como dicen a veces, con misericordia. “En el fondo creerás en algo”, “Todo el mundo cree en Dios, aunque lo niegue”… Son cosas que oímos a menudo, aunque sea innecesario decir que no hablo de todos los creyentes, ni siquiera de muchos creyentes, sino sólo de algunos creyentes. Eso sí, muy ruidosos.
Así que, ahora que estamos en la enésima estúpida polémica, esta vez a costa de los crucifijos en las aulas -como si éste fuera el problema de la educación-, me gustaría pedir lo que no debería ser necesario: que toleren de verdad nuestra vida como algo que no es inferior, desviado ni reconducible. Pues no es que no tengamos fe, es que no sabemos de qué nos hablan. No es que no queramos saber nada de Dios, es que no sabemos nada de Dios. No es que no queramos creer, es que no sabemos creer. Nos basta ese incompleto aliado al que llamamos razón, no tenemos más, sólo somos humanos; nada menos.
No tenemos, desde luego, nada en contra de la fe (que es privada), ni siquiera de la religión (que es pública), pero no hay que ser más tolerante con ellos de lo que son con nosotros: la tolerancia ha de ser bidireccional; de lo contrario lo que se genera es intolerancia. Y sólo es posible generar tolerancia si se es intolerante con los intolerantes; nunca si se es tolerante con ellos.
Quiero decir con todo esto que las religiones no han sido nunca tolerantes, no pertenece a su naturaleza. Si hoy lo son -algunas- es porque no tienen más remedio, no por vocación. Y, cuando se les recuerda que hay cosas que deben cambiar, ponen el grito en el cielo (nunca mejor dicho) y se quejan de que la religión, su religión, está perseguida en España. Pues no, no es persecución el hecho de que se elimine algún que otro privilegio que sólo el paso del tiempo puede hacer pasar por natural e inviolable. Hay quien debe ceder más porque es el otro el que ha cedido siempre. Así, por ejemplo, no es un hecho de tolerancia que los no creyentes permitan que haya crucifijos en las escuelas, sino un hecho de intolerancia que los creyentes los impongan a todos. De igual modo sería intolerante que pusiéramos carteles como “Dios no existe” y pidiéramos tolerancia para que los creyentes aceptasen tal cosa día tras día.
Leamos a Locke. Leamos a Voltaire.
Ufff que complicado todo!!!. Sé que no tienes fe y no me importa, de corazón, no me importa.No sabría explicarte cómo yo si sé de que me hablan, (ya sabes que las palabras no me fluyen)pero yo sí la tengo, y además cada día más y más grande. Me pongo en tu lugar y te comprendo pero no estoy de acuerdo con una cosa: no tienes que ser más tolerante, tienes que ser igual, todos, todos, tenemos que ser igual de tolerantes.
ResponderEliminarPor cierto, dada la hora que es y el día que he tenido, te diré que me gusta más el tema de las bragas y el fomento de la lectura!!! Un beso.
No, no tengo ninguna fe. Estoy a punto de añadir: "lo siento", pero no hay nada que lamentar. Me alegro, no creas, de que algunos sí la tengais, porque no cabe duda de que da un plus de sentido y consuelo, un armazón a esta vida. Pero esa utilidad no la convierte en verdadera. No puedo ni quiero ser combativo en eso: la fe es privada. Y, aunque sea un "don" que a mí no me ha sido dado (tal vez no se pedirla, quién sabe), cada uno hace con sus creencias lo que mejor le parece.
ResponderEliminarEl núcleo de este post no va por ahí. Ya lo he dicho: lo que es público es la religión, el elemento de fricción es la religión, ese tener que convivir y encontrarnos con espacios públicos en los que no siempre es fácil. No pido tolerancia para la fe, que sería algo estúpido, sino para la convivencia, que no es lo mismo.
Agradezco lo que dices de la igualdad. En el fondo, la palabra "tolerancia" es muy molesta y sugiere que hay alguien que es tan bueno tan bueno que tolera a los demás. No, no es eso. Te agradezco que lo veas tan claro. Porque, desde luego, no tengo el más mínimo roce con personas que tienen fe no ofensiva. No hay que confundir a un creyente con un arrogante impositor de la verdad. Me dirás que también los hay en otros ámbitos. Desde luego: fútbol, política, nacionalismo, feminismo, literatura...
Y por último, me alegro de que te gustase el post de bragas y libros. Lamentablemente estoy más puesto en lo segundo que en lo primero. Esta Nochevieja haré propósito de enmienda. Son dos temas de los que da gusto hablar, pero mejor aún es ponerse con ellos, en su proximidad ontológica, en su ser. Mmmmmm.
No todo van a ser temas ligeros y soeces. Por quién me tomas.
Excelente post, cuyas tesis comparto.
ResponderEliminarSe cuenta que en los años de la transición, cuando la extrema derecha de los “guerrilleros de cristo rey” o “fuerza nueva”, hacía estragos en la universidad, un fascista reconocido exigió su derecho a hablar en una asamblea de estudiantes. Uno de ellos le espetó: “¿pueden los corderos permitirse el lujo de dejar hablar a los lobos?”.
Es una buena pregunta y comparto su sentido, pero los términos concretos de la imagen no me acaban. Me gusta ese animal, el lobo; y abomino de los borregos. Qué ricos.
Ser tolerante con los intolerantes es un suicidio.
Por otra parte, distinguiría entre fe y religiones. Acuerdo en la privacidad y en el respeto activo que debe tenerse por quien abraza una fe, siempre que ésta no se lance contra los otros, que es lo que las religiones establecidas suelen hacer, tal y como, desgraciadamente, nos demuestran la psicología, la historia y los telediarios.
Yo no creo en dios alguno, ni en el fondo ni en la forma, pero como escribió el poeta checo Jaroslav Seifert “apenas vi por vez primera/ la imagen de una mujer desnuda,/ empecé a creer en los milagros”.
Te tomo por un tipo ¿estupendo?. Pues claro!! Era sólo por por quitar hierro al asunto y además, ya sabes que lo paso bien leyendo tu blog. ¡Hombre de poca fe!
ResponderEliminarComparto lo de que no hay que ser tolerante con los lobos ( no puedo tolerar el daño a los demás, el asesinato, el robo, el abuso..) y paso de imponer a nadie un crucifijo, creo en la escuela laica, pero me gustaria decirte que tal y como te sientes tú y se ha sentido tu hijo, me he sentido yo muchísimas veces por todo lo contrario.
ResponderEliminarHe tenido que aguantar que hasta soy poco inteligente ( a lo mejor es verdad, pero no menos que quién me lo ha dicho, la verdad..) por creer en algo que la RAZÓN ha demostrado que no existe y que cualquier persona culta se niega a creer porque al fín y al cabo las religiones no son más que supersticiones inculcadas por la clase dirigente para dominar al pueblo inculto.
Así que cuando me hablas de intolerancia, en mi experiencia personal no la relaciono con la gente religiosa , sino todo lo contrario, con gente atea que se siente superior a mí y a muchos otros porque han llegado a una fase más allá en la historia moderna y yo soy una pobre burra que sigo anclada en la Edad Media, además de una papanatas y si se trata de un tio que además me encuentra atractiva, añade lo de que soy una estrecha por creer en eso.
Sólo supero la rabia que me produce su desprecio, sus risitas y chistes fáciles a costa de mis creencias y valores contemplando a ese pobre que hasta lo crucificaron y encima dijo : "padre, perdonalos, que no saben lo que hacen".
Pues eso, así que por favor , ten claro que la intolerancia no viene sólo de la parte religiosa ( que no dudo, que la haya), que hay mucho "culto" racional que se cree en absoluta posesión de la verdad.OLGA
Claro, Olga. Por supesto. No debes pensar ni por un momento que me siento parte de esos altivos que idolatran la razón. En su nombre se han cometido no pocos crímenes. Un ejemplo: la tan admirable Ilustración, las Luces, imprescindible en Occidente, trajo no pocas sombras. Por ejemplo, el régimen del terror. En nombre de la razón, digo, pero eso no fue ni racional ni razonable.
ResponderEliminarYo hablaba en este post de un tipo particular de intolerancia, que es la religiosa, lo que no significa ni que los creyentes (todos los creyentes) lo sean ni que no exista intolerancia fuera de la religión. Entenderse con alguien como tú, como vosotras, es fácil, es una delicia. Jamás diría nada de eso de vosotras. Estar en desacuerdo no autoriza a nadie a llamaros burras, retrógradas o estrechas. Nunca.
Lo que algunos hacen es deducir mal de esa frase que Sartre robó a Dostoievski: "Si Dios ha muerto, todo está permitdo". Pues no, si Dios ha muerto habrá que edificar nuevos valores, pero la equivalencia moral no se deduce de ningún modo de ello.
Espero que no os sintáis ofendidas. Creo que se puede hablar de esto, que la disensión es necesaria, y que expresarlo por escrito, y discutir de ello no altera la amistad, al contrario: no buscamos en los amigos a nuestros gemelos. Qué aburrido.
Olga, paga a los imbéciles que usan en vano esa hermosa palabra ("razón") con lo que dijo Bogart en "Casablanca": "Si por un segundo pensase en ti, probablemente te despreciaría".
Eso sí, agradezco a CrisCrac el poema: la visión de una mujer desnuda hace imposible que Dios no exista... No es esto una blasfemia, sino el más grande de los halagos que puede haceros un hombre.
Soy racional, y no es una opción simplemente nací así. Llevo una vida entera rodeada de gente (familia, colegio de monjas e incluso en el trabajo) que intenta convencerme de que hay que tener fe, es como si pensaran que no se puede ser buena persona si no crees en Dios (y deben de pensar que me voy a echar a perder). Atticus lo ha explicado muy bien: una cosa es la Fe y otra la Iglesia. No sé Olga porque te sientes tan atacada si tu misma reconoces que quien te dice esas cosas no es más inteligente ni mejor que tu. Yo respeto la cultura católica, que es la mia, y me encantan las catedrales góticas; pero tambien me gustan las montañas y las fallas geológicas. Lo mio no son las metáforas, pero quiero decir con esto que no hace falta pulirse una montaña para edificar una catedral. Podemos convivir.
ResponderEliminarAqui vendría al pelo recordar el post de Ágora (por la destrucción de la biblioteca, digo.)
Mercedes.
Hace unos años Josu Ternera fue designado por Herri Batasuna para participar en la comisión de Derechos Humanos en el parlamento vasco. He dicho bien: Derechos Humanos. De nuevo el lobo a pastorear a los corderos. Qué burla cruel, que intolerancia en nombre de la intolerancia.
ResponderEliminarY si a CrisCrac no le gusta la imagen, otra más radical: el Mal cuidando a los buenos. Porque hay muchos modos de ser bueno (o razonable, o incluso travieso o gamberrete) pero el Mal tiene nombres propios, caras y actos. No se puede ser tolerante con ellos. La libertad lo exige. También la justicia.
Añado otro autor a los que hay que leer: Albert Camus.
Una advertencia a todos, especialmente a los que escribís como anónimo. Si pincháis en "Comentar como" se despliegan unas palabras. Pinchad en Nombre/URL. Ahí podés poner vuestro nombre o nick, nada más, y así no sale como anónimo. Gracias (sobre todo a CrisCrac, que me ha desvelado este secreto).
ResponderEliminarDefenderé a Olga, Mercedes. Si no la conociérais como yo la conozco podrías tener la impresión de que es lo que no es. Si todos los católicos fueran como ella no habría necesidad de escribir nada de lo que he escrito. Ni una palabra. Puede que haya entendido algo mal (sé que soy impreciso y torpe, que ofendo a veces sin querer: mis disculpas si hace falta). Pero Olga ni es irracional, ni fanática ni está alejada del mundo ni pasa el tiempo rezando en casa. Jamás me ha intentado convencer de cosas que ella sabe que no comparto; jamás se ha reído de mí ni me ha tratado altiva o misericordiosamente. Y si no fuera porque hay cosas que no pueden ser y además son imposibles, haría verdaderas esas palabras que nos han dirigido a veces: "¿Su esposa?". Olga, preciosa, un beso fuerte. Lo malo de ti no es la religión; es el psicópata peliculero danés que te gusta, puag.
ResponderEliminarNi por lo más remoto ataco a Olga. Al contrario, pienso que es inteligente al igual que mis mejores amigas que, por cierto, tambien son creyentes (no son ellas quienes me dan la brasa). Algo en mi comentario no se ha entendido. Mea culpa.
ResponderEliminarUy, uy, Mercedes, que yo no decía eso de ti, faltaría más. Lo que sucede es que, en cuanto nos ponemos con estos temas, las sensibilidades están a flor de piel. En absoluto me lo ha parecido. Es que me parecía necesario aclararlo y, de paso, echar unos piropos merecidísimos a Olga. No es inteligente, sino inteligentísima: en lo académico y en lo personal. Ella lo tiene todo claro -no como yo- y no necesita quién la defienda; en realidad no hay nada de lo que defenerla porque no ha existido ningún ataque, sino un elogio de la racionalidad, que no se opone a la fe, sino al fanatismo.
ResponderEliminarOlga, por ejemplo, salió encantada de "Ágora". Naturalmente, es que los más interesados en odiar el fanatismo religioso son los creyentes. Los que no lo somos no debemos confundirlos ni mezclar lo diverso.
Nada Mercedes, no hay culpa. (Eso sí: el conepto de culpa es judeocristiano...).
Olga tiene razón en que la intolerancia viene desde todos los flancos.
ResponderEliminarLas religiones, diría que sin excepción, llenan de páginas negras la historia de la Humanidad, pero, como señala Atticus, también la intolerancia ha sido ejercida a sangre y fuego por los que se llamaban a acabar con ella.
Nadie ha atacado en este post y comentarios la opción personal de la fe y, por supuesto, nadie a la fe de Olga ni a Olga. Faltaría.
Lo mío sí son las metáforas, Mercedes. ¿Conoces algún remedio?
Por cierto, ¿qué pasa con ese "psicópata danés"? Lars Von Triers va a ser. ¿Sí? Me encantan casi todas sus películas.
Olga, Atticus te quiere. Y yo también, Olga. Te queremos todos. Somos asín..., digo así.
CrisCrac, el indicado para pedirle relaciones eres tú, pese a las diferencias religiosas. Es que ese tal Von Trier une mucho, es más que una fe.
ResponderEliminarA mí tampoco me encantan casi todas sus películas. Y la última, "Anticristo" o algo así... Me llevé la petaca al cine by if the flies. Y fue un acierto.
(Pese a todo esto, recomiendo los primeros minutos de la peli, que se pueden encontrar fácilmente en youtube. Intento poner el enlace, pero no me sale, soy un poco torpe).
No os preocupéis ninguno, no me siento ni me he sentido atacada o levemente molesta por ninguno de vuestros comentarios. Además es bueno que haya contraste de opiniones, que si todos pensamos y escribimos lo mismo ,el blog se convierte en un rollo.A lo mejor me dejé llevar por ciertos recuerdos personales de intolerantes que pasaron por mi vida y mi comentario salió como muy sentido e incluso con amargor, os pido disculpas si ha sonado como azote de ateos o algo así.
ResponderEliminarAtticus has been too kind describing me. It is not true. I'm going to flush. Qué si, que me pongo roja, entre otras cosas porque no es verdad,ya me gustaría ser así de perfecta y tenerlo todo tan claro ("crystal clear" que dicen los ingleses) como dice Atticus. No, Atticus, soy humana y como tal muchas veces tengo dudas, me equivoco , meto la pata, cambio de opiniòn,en fín, el "encanto" de ser "persona humana".
Por cierto, Atticus, ayer estuve en una cena donde féminas me preguntaron por tí y todas hablaban maravillas de tu persona ( como no puede ser de otro modo, claro).Ah y lo de tomarme por tu esposa sería un halago para mí, si no fuese yo tan reacia al matrimonio
( vade retro, marriage).
Criscrac, ¿ de verdad te gusta Von Triers?. te advierto que yo lo primero que miro en un hombre es que le guste el frenopático danés. ¡Qué le voy a hacer, cada uno tiene sus perversiones!.Por eso entre Atticus y yo no hay química sexual, Camus me deja más fria que un frigodedo y a él von Triers más frio que un whisky on the rocks.
Happy Birthday to Jaime!! A really big kiss for him!
Olga, te voy a llamar ahora mismo para decirte lo que puede escribirse en un blog.
ResponderEliminarA las chicas que preguntaron por mí las mandarías a mi casa, ¿no? Porque ya está uno hartito de eso de "qué encanto", "qué buen amigo", etc. Y luego se escapan con el primer cretino que les pone ojitos. El mismo puag que a Von Trier.
He de decir que no las eché de menos, que me perdonen, no las desprecio. Al contrario: me halaga y las quiero. Pero alguien sabe la razón.
Perdón por la siguiente errata: Olga, te toy a llamar ahora mismo para decirte lo que NO puede escribirse en un blog.
ResponderEliminarAprovecho para decir que chupar un frigodedo tiene su aquél. El danesccópata le sacaría un provecho...
No me atrevo a decir que me guste Trier así en general, pero sí que me fascinan tres de sus películas, y otra me resultó disparatada, divertida: “El jefe de todo esto”.
ResponderEliminar“Bailando en la obscuridad” me hizo algunas heridas que ya no necesito, con su sentimentalidad como de otro tiempo. Björk me pareció prodigiosa en su interpretación, y sus canciones son bellas y sobrecogedoras.
“Dogville”, una pasada. Un ejercicio de soberano estilo. Un manual de cine. Un pintura aterradora sobre la condición humana. Una Kidman soberbia. Sólo la he visto más bella en “Eyes Wide Shut”.
Y la gran peli. Ya me fascinó cuando no sabía aún que Trier era Trier. La interpretación de Emily Watson es insuperable, una mayúscula obra de arte. Es una película de amor como he visto pocas, de verdadero amor, de lo que alguien que ama es capaz de hacer por amor. Eso es amor inmortal y lo demás son querencias para entretener las horas.
Cuando ví la secuencia final creo recordar que me levanté y luego me arrodillé con las manos en la boca. Sé que dije y repetí algunas palabras, que no recuerdo. No me arrodillé por cosas de rezo o religiosas, aunque la secuencia lo favorece. Lo hice por fascinación, sentimiento y por “deformación profesional”; justifica la filosofía de uno de los grandes: Inmanuel Kant.
Es una escena maravillosa como se han filmado muy pocas. Es… es inefable. La peli se intitula “Rompiendo las olas”, uno de los grandes films de nuestro tiempo. Puedes asegurar, Olga, que a Atticus le gustará.
Yo, Olga, de natural primario, lo primero en que me fijo cuando veo a una chati depende de si va o viene.
Lo que yo te diga, Olga. Le gustará al chico.
Ay, ay, ay.
ResponderEliminarQué decir.
Al chico no le gustó.
También la vio sin saber quién era el tipo éste, en un programa doble, junto a "Sostiene Pereira", que tampoco le gustó.
Y "Dogville"... Dejémoslo. Hasta pude prescindir de la belleza insuperable de Nicole Kidman. Pero no, eso no es cine. Es otra cosa: teatro filmado tal vez. Pero no cine. No obstante, le reconozco el mérito del tema, que en este post le viene al pelo: los límites de la tolerancia. Von Trier debería escribir filosofía. Alemana.
¿Por qué hay películas que todos creen que me van a gustar y no es así?
No he visto "Bailando en la oscuridad". Me da miedo.
Pero el sábado vi "El erizo". No muy bien porque tuve la suerte de que me acompañara alguien con los ojos más luminosos del mundo. Y claro, los abría. Y ya no se veía bien con tanta luz.
Ay Criscrac, has ido a pinchar en hueso. "Dogville" es el odio de sus ojos. A mi compañera Silvia y a mí que vamos con él al cineclub nos ha dicho varias veces que no sabe cómo nos sigue hablando aún sabiendo que nos gusta "Dogville".
ResponderEliminarIncluso perdió una apuesta conmigo porque decía que a Silvia, que es una persona sensible y de buen gusto, no le podía gustar semejante rollo y claro, le gustó ( hasta se tragó los extras que venía con el DVD) y nada, nada, que nos pagó a ella y a mí unas cañitas...
Yo, estoy de acuerdo contigo respecto a "Dogville". De "Rompiendo las olas" prefiero no hablar, la ví siendo demasiado joven, nunca había visto cine de autor y me metí a verla por equivocación, me causó un daño psicológico inesperado ( estuve una semana deprimida pensando en esa pobre demente que interpreta magistralmente Emily Watson) .
En fin, algún defecto tenía que tener el chico, que no le gusta "Dogville", que le vamos a hacer...ahora, que por lo demás, si yo fuera la chica que te acompañó a ver "El erizo" y a la que dedicas ese piropazo, no te dejaría escapar.
Ojos más luminosos del mundo, esto es un hombre de los que ya no quedan ( atento, sensible, inteligente, generoso, fiel, culto, leal,buena persona,de verbo florido), aprovechate, hermana, que pertenece a una raza en extinción!!!
Olga, por Dios, o has perdido la razón o tienes un empacho de té con leche que casi alcanza el coma tetílico (por el té, of course). O te has equivocado de blog.
ResponderEliminarAdemás, niña, que esto ella lo lee y va a pensar lo que no es, y se va a convertir precisamente en un erizo. No me avergüences.
De todos modos, he de decir que soy un poco exagerado: sólo son los ojos más luminosos de Europa, y eso excluyendo a las islandesas. Tampoco quiero pasarme.
Tengo que añadir que Olga tiene unos preciosos ojos color fanta de limón. Y esa no es la mejor de sus cualidades, pero sí un hecho objetivo.
Siento lo de "Dogville", amigos, y aún me parece peor "Manderley", más de lo mismo.
"Dogville", el jazz moderno de Siguenza, las "tomaduras de pelo" llamadas arte en algunos museos...todo esto es tolerable, pues no pretende imponerse, lo más que podemos decir algunos es que se trata de una tremenda "boludez".
ResponderEliminarCon las religiones no ocurre eso, son excluyentes, cada una de ellas posee la verdad, por tanto son intolerantes además de prepotentes. A esta intolerancia hay que ponerle límites.
No estoy de acuerdo contigo Atticus cuando dices no sabemos qué es fe, no sabemos nada de Dios, no sabemos creer(se lo has puesto fácil a un alma caritativa para que intente adoctrinarte); sabemos y mucho porque además como nos toca normalmente defendernos(no entiendo porqué)estamos mucho más documentados, qué facil sería que la respuesta a todo la tuvieramos en la biblia o similar.
Respecto a la chica del sábado, Atticus, ¿no te quedaste ciego con tanta luminosidad?, que me perdone la chica, se que eres un caballero y creo que Olga tiene razón, nada de coma "tetílico", está en plenas facultades.
Te veo muy radical, Green Eyes. Espero que no crean, como le pasó a Olga, que eres una fanática de la no-religión. El laicismo no es, como se cree, enemigo de la fe, sino su aliado natural: sólo así puede desarrollarse en libertad y sin coacciones.
ResponderEliminarY tienes razón en que las religiones organizadas no se muestran nunca tolerantes. Sólo lo hacen cuando no tienen más remedio, nunca voluntariamente. Es que eso de poseer la Verdad debe alimentar mucho. Otra cosa son los creyentes, las personas una a una.
Y no queremos defendernos, sólo que nos dejen tranquilos con nuestras dudas y dilemas. No queremos seguridades postizas, palabras vacías. A nosotros no nos valen, dicho sea con todo respeto.
Y ni caso a Olga, que me quiere más de lo que merezco, y le gustaría que la preciosidad ésta me cegase del todo. Pero no.
Quisiera ser un caballero, sí: Lancelot. No sé si debo.
Tú también debes dejar de beber esas guarrerías anglosajonas que se hierven: provocan percepción errónea de los hombres. Nunca os fiéis.
Pero por dios y voto a tal, Atticus, ¿qué prescindiste de la bella kidman? Ay, la filosofía alemana practicada en solitario cuán estragos puede hacer en las personas de natural gentil.
ResponderEliminarPorfía, Atticus, porfía y verás cómo Trier te acaba gustando (es como la tónica, o Hegel).
“Dogville” es un tratado de antropología a veinticuatro imágenes por segundo. Hizo bien en pagar esas cañitas; no le irá la cosa dogma, pero Atticus es un caballero. Insiste, Olga, “Rompiendo las olas” es un film inmenso.
Esteeee… ¿el “jazz moderno de sigüenza”? Sorry, me temo que no pillo. “Coma tetílico”…, uff, eso sí lo entiendo: comatosito perdido estoy desde la pubertad a acá. Que no me despierten.
Hummm…, no sé si Green Eyes está o no muy radical, pero o no te he entendido bien o te veo muy diplomático: no acuerdo contigo en lo que dices del laicismo como “aliado natural” de la fe. No es necesariamente su enemigo (ocurre más bien al contrario), pero de aliado, nada. Rien de nouzing. Que no, que no. Qué va.
¿Lancelot? ¿No le puso los tochetes a Arturo y la lió? Pídete otro, galán de Peralejos de las Truchas, que no se diga. Ya te digo.
La tónica me ha gustado siempre. Hegel nunca. Lars von Trier ni con más morfina que sangre en el cuerpo.
ResponderEliminarEn Guadalajara hay mucho jazz. Otro día me dedicaré a él. Lo hay en Sigüenza, un festival. Green Eyes habla de una conversación que tuvimos el sábado por la mañana subiendo cuestas con la bicicleta por Caspueñas o Centenera. Ganó ella. Mejor no hablo de sus piernas (de su potencia y prestancia, quiero decir).
Insisto en que el laicismo es el único modo de vivir la fe en libertad. No es aliado de la religión, pues la relega de lugares públicos y le impide ocupar la totalidad de lo social, pero el laicismo permite a cada cual vivir su fe sin cortapisas y con respeto a los demás: es el mínimo de convivencia que todos debemos aceptar, y a él acuden las distintas confesiones cuando alguien las agrede o se sienten agredidas.
Lo de Lancelot... Se me calentó la boca. Dejémoslo. Volveré a ser un caballero, en abstracto. Como dicen ellas. O sea, pelín gilipollas pero galante. Siempre.
Hace un par de meses que me recomendaron tu blog, incluso me llegó una nota manuscrita con algunas recomendaciones literarias (que, afortunada o desafortunadamente, ya estás leídas). Agradezco a mi amiga ese interés por saber si ya te había "visitado", que es el que me ha empujado a hacerlo.
ResponderEliminarComparto totalmente tu punto de vista, aún siendo yo una mezcla extraña de racionalismo esperanzado en algo más allá de lo tangible.
Que la religión ha hundido más que construido es evidente, basta echar la mirada atrás para contemplar la "devastación católica". No hay que dejarse dogmatizar por hombres que pretenden hablar por boca de dioses.
Pues qué te voy a decir salvo que bienvenida. No a este valle de lágrimas, sino a esta cordillera que se pretende ágil y multicultural, en el sentido menos imbécil de la palabra. Porque aquí todo el mundo es bienvenido salvo los de semblante grave y los fundamentalistas. A todos estos, que les den.
ResponderEliminarMe pica la curiosidad: ¿conozco a tu amiga?, ¿de qué recomendaciones literarias me hablas?
Yo no estoy en contra de la religión, que es un modo muy humano de explicarse lo inexplicable y de encontrar un sentido en medio de la devastación. Pero sí tengo mucho en contra de todos esos que dicen hablar en nombre de Dios, y que al final se dedican a porsaquear y a impedir estilos de felicidad diferentes al suyo. Incluyo, por supuesto, a esos líderes más allá del mundo católico que azotan en nombre de otras divinidades cualquier derecho o disidencia. Y muy especialmente a las mujeres.
Por cierto, vaya post has ido a elegir: uno de los más serios, de los que más dio de sí, en los que hubo que limar alguna que otra aspereza. Pero sigue entrando. Las inteligencias nunca están de más.