domingo, 27 de febrero de 2011

AVIÓN


Este post está en obras.

lunes, 21 de febrero de 2011

LUNA


Y si sólo es de noche,
entonces qué.

Y si no he pensado
que había luna llena
sobre el cielo de Verona,
entonces…

sábado, 12 de febrero de 2011

YOUN SUN NAH

Ahora que es invierno, pleno invierno, estoy en casa escuchando la deliciosa voz de Youn Sun Nah, intentando trabajar en soledad al tiempo que la luz se marcha. He llamado a una amiga que tiene una relación intermitente con la alegría y la tristeza. Este verano debí estar más con ella, pero el trabajo me deportó a una ciudad en la que padecí un mes de julio de calor intensísimo y repugnante tarea.

Una noche, unos compañeros me llevaron a un concierto de jazz, nadie sabía de quién, pero allá que fuimos. Un guitarrista desgranó unas notas para calentar el ambiente y dedicó unos vivas a “La Roja”, que por entonces iba ganando partidos con racanería (hasta que Dios dijo: hágase la luz, y llegó Iniesta). Enseguida apareció sobre el escenario una mujer elegantísima, de sonrisa infinita e indisimulable felicidad. Japonesa, pensé, y me dejé llevar por su música envolvente y sus matices escalofriantes. Al terminar miré su nombre en el folleto: era coreana y su nombre es Youn Sun Nah. Estoy oyendo su disco Voyage, que me regaló Susan. A ella, y a François, y a Palm, debo esa noche inolvidable.

Pocos días después ganamos el mundial. Ese fin de semana volví a casa y estuve compartiendo mojitos y palabras con una norteña que me cautivó unas horas y a la que no he vuelto a ver, por lo que en mi memoria lleva siempre un vestido ligero y sandalias de hoplita.

Y al final llegó el descanso, la playa y los viajes.

Pero lo esencial es que ese verano descubrí un nuevo torrente de belleza.

martes, 8 de febrero de 2011

BOLUDECES IV: HONDAS REFLEXIONES SOBRE PSICOLOGÍA PERRUNA

Me han reñido algunos de los blogueros por lo grave y mustio que estoy últimamente, unos en los comentarios, otros en directo. Así que he retomado mi fichero de boludeces chorras y he encontrado este aviso que fotografié en Madrid hace unos meses:


Lo primero que se me ocurre es mandar al presunto psicólogo perruno a estudiar ortografía, pues después de coma no se escribe mayúscula. Otra distorsión es ese plural (“trabajamos”) a continuación de cual sólo aparece un tal Carlos, en un extraño equipo singular.

Lo segundo, pedir explicaciones sobre la diferencia entre “problemas de comportamiento” y “problemas de comportamientos excesivos”. Además, ¿excesivos respecto a qué? Estoy por llamar; para mí, claro.

Tercero: “evaluaciones”; ¿evaluaciones de qué? ¿Se reúnen los profesores para determinar si el chucho progresa adecuadamente? ¿Le hacen un plan de trabajo individualizado ni no es así?

Cuarto: ¿dónde se estudia para psicólogo canino y felino? Porque, según él, está colegiado. ¿En qué? ¿En psicología animal?, ¿en arquitectura cuántica?, ¿en paellas, canales y puertos?, ¿en epistemología sufí?

O sea.

viernes, 4 de febrero de 2011

NIHIL OBSTAT


No me busquéis en los lagos de imposible sonido
que turban la música atribuida a la noche:
hoy escribo palabras descoloridas
en calles con nombres de maletas y de ríos.

No me complazco en aromas ni en historias.
No habito los labios del sueño.
Me pesan las páginas de papel quebradizo
de los libros que no leo.