miércoles, 26 de octubre de 2011

PANCARTEROS EN LA CASTELLANA

Los profesores estamos en pie de guerra, diría si no fuera porque me suena todo demasiado violento. Pero revueltos, revoltosos y rebeldes desde luego. No todos, claro, los apesebrados, los de “los otros lo han hecho peor”, los acomodaticios, los miedosos, los que se juegan una cierta carrera en la administración, y muchos más, esos no. Los madrileños, después los castellanomanchegos, navarros, gallegos… En todos los casos hay algo común: por un lado la gota que ha colmado el vaso, por otro la arrogancia mendaz y de cortijo con que han tomado posesión de la enseñanza las huestes peperas. Que una cosa es que seamos unos mandados y otra que se nos trate como a siervos de la gleba.

La gota ha sido el decreto (con variantes) que las diversas comunidades autónomas han hecho: recortes, lo llamamos nosotros; ajustes, dicen ellos, que son capaces de hacer más con menos. En realidad hacen menos con menos, como indican las matemáticas elementales: hoy nos hemos enterado de que no se van a cubrir las bajas de menos de 20 días lectivos, esto es, un mes natural. Calidad de enseñanza, derecho a la educación, ay qué risa me da.

El sábado nos manifestamos en Madrid, la Castellana, la calle de Alcalá hasta donde se pierde la vista. Apenas unos segundos en los telediarios, un par de columnas en los periódicos, ninguneo y desprecio habituales: no quieren trabajar, esto es una utilización política, los de la ceja, los perroflautas, los del 15-M...

Hoy no tengo ganas de ponerme a debatir, pero sí a mostrar a mis colegas y amigos lo que allí vi en ese día luminoso y triste. Porque este no es nuestro lugar, nosotros somos los de la tiza, no los de la pancarta y la camiseta verde; a nosotros nos van los argumentos, no los eslóganes ni los megáfonos.

Pero no hay otra, lo siento.

14 comentarios:

  1. mi concepción del ser humano es tan sombría que lo es también, irremediablemente, mi concepción sobre las concepciones sobre la educación que defienden la derechona bruta y brutal y la insolvente, maniquea y conservadora izquierda descafeiné y la despatarré postsoviética...,

    ambas me tocan los gemelos grandemente, pim, pam

    la derechona ha mangoneado, vía crucis, la educación los últimos siglos, y la destrozó, la manipuló y nos destrozó; la izquierda tontorrona la ha mangoneado, ensuciado y destrozado -rubalcaba al frente- en los últimos decenios (atención a esas agresiones brutales del psoe a la filosofía, que ha sido históricamente sostén y fuego vivo de los valores griegos, del renacimiento y de la ilustración, sí, el psoe)

    así que estoy jodido, solo y muy jodido..., mejor, por el momento, hago epojé por la patilla, mutis por el foro y tres por dos calles..., aunque me parece bien que el profesorado se haya empezado a levantar pantalones, bragas, bragueros y gayumbos, se dé trombocid en el cerín pipirrín y alce la voz aunque de momento le salgan algunos gallos eunuco(fóni)cos, qué ricos

    (atticus, no te comas la tiza que tié mal digerir)

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  2. Para esta derechona de la que hablas la educación, como derecho, simplemente no existe.

    Del PSOE, ese partido campeón de todos los derechos, mejor ni hablamos. Se nos ha olvidado que aquí el candidato Rubalcaba es uno de los que parieron la LOGSE (junto a Álvaro Marchesi, que ha sido premiado por su hazañas desde fines de los ochenta). Ese partido se ha dedicado a aligerar los institutos y la tarea de los profesores. Se ha encargado de trivializar, burocratizar, complicar y psicologizar la enseñanza.

    Pero a mí lo de la epojé, como que no. Me pasa que esos gemelos antojadizos tienen linea directa con las cuerdas vocales y los dedos. Vamos, que callarme lo justo, y dejar de escribir cuando me quede artrítico para siempre.

    Y, al paso que vamos, la tiza va a ser el único sustento de nuestras noches. Vuelta y vuelta, poco hecha.

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  3. Más alumnos por clase, más grupos por profesor (este año tengo la friolera de 280 alumnos repartidos en seis grupos), más burocracia y papeleo. Menos sueldo, menos valoración de nuestro trabajo. Más cansancio. Más esfuerzo por seguir motivados, por ir cada mañana a trabajar...En fin, ¿menos es más?

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  4. En la Comisión de Coordinación Pedagógica del último miércoles, tras informarnos de la carga burocrática de este año, la jefa de estudios o la directora (no recuerdo) nos dijo más o menos esto: "Lo haremos lo mejor que podamos, porque somos vocacionales". Salté como un resorte: "¡Yo no!, yo estoy en esto por dinero, soy un profesional, y el que considere que esto es una vocación, que se vaya a una ONG". Ni el menor eco. Me parece inútil precisar que se puede ser un excelente profesional sin vocación, que ayuda, claro, pero como nos vengan con ésas se acabó el cobrar, que al fin y al cabo los profes son vocacionales, bla, bla, bla... Sandeces ad nauseam.

    Y el vecino a lo suyo: ¿qué, ya de vacaciones? Y los torpederos estos del PP promulgando leyes de autoridad a la vez que nos privan de autoridad.

    Y la última: en esta astronomía (perdón, autonomía) que padezco, se va a negociar con los sindicatos una ley de compatibilidad del profesorado. Es decir, que con casi 5 millones de parados, se nos va a dejar ejercer trabajitos a tiempo parcial por las tardes. Esta gente no sabe lo que es la decencia. Y esta ciudadanía no merece ese nombre.

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  5. Las horas de trabajo en casa se han triplicado también. Así que si este finde el personal está de puente (nosotros aquí no), me alegro.
    Me dan unas ganas locas de hacer cortes de mangas a todo...

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  6. La gente no sabe lo que trabajamos en casa. Salvo nuestras parejas y nuestra familia. A menudo tenemos que decirles a nuestros hijos que no podemos jugar con ellos porque tenemos que preparar clases, corregir ejercicios, exámenes... Y ellos, supongo, piensan que estamos en casa y en chándal. En un rato me pongo a corregir ejercicios sobre un texto de Platón, después de limpiar la casa. El periódico, como muchos domingos, tendrá que esperar.

    Y a todo no, Elena, selecciona. Que el causante de nuestros problemas no es el mundo en general, sino determinadas personas y partidos en particular, ahora, antes.

    Nuestro puente es éste:

    http://www.youtube.com/watch?v=UVDg8fVC4EQ&feature=fvsr

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  7. Este tema me tiene bastante quemada y a la expectativa de ver qué va a pasar. Yo soy interina y no sé qué puede ser de mí el curso que viene. Veo que hay mucha decconexión entre los propios compañeros. En mi vida me habí manifestado, nunca había llevado un apancarta y nunca pensé que lo haría. Ahora, forma parte de la rutina diaria.
    Además esa idea que de nosotros tiene la sociedad; que si somos vagos, irresponsables, que no cumplimos con la ley me han llegado a decir a mí, etc.
    Lo que decía Atticus es cierto; lo nuestro eas la tiza y enseñar no ir por las calles defendiendo nuestra moralidad. Ahora, parece que ser profesor es algo malo, cuando desde tiempos de maricastaña la figura del profesor ha sido intocable y respetable al 100 por 100.
    Desde luego, es más trabajo por menos sueldo, y lo gordo ess que lo seguimos haciendo. Yo suelo corregir todo en el centro porque no pagan, o no se ve el trabajo que hago en casa, pero este puente me he traído exámenes para corregir en mi tiempo libre. En fin... con perdón de la expresión, esto es una mierda.
    Saludos de Halloween a todos (la cabra tira al monte)

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  8. Pues por esa razón, sólo por ésa, ya vale la pena dar la lata. Porque defender el puesto de trabajo es suficiente razón. Por cierto, está en la constitución, artículo 35.1. Estos individuos olvidan sus deberes más elementales. Además, nos dicen más o menos esto: la política de ajustes obliga a que las plantillas de los institutos (no en primaria, ya les tocará; no a los concertados, esos sí que no) se reduzcan un 10%. Pero esto no mermará la calidad (?) de la enseñanza. Al mismo tiempo se autoproclaman el partido del empleo. Esto se llama el milagro de los panes y los peces. Lo entiendo, al fin y al cabo son gente pía; pero ello les obliga también a respetar el octavo mandamiento: no mentirás.

    Lo de las manifas he de decirte que a mí me sienta fatal. Seguramente porque no he asistido a demasiadas (alguna sí, of course), pero una sociedad que tiene a sus profesores en las calles, a su sistema sanitario soliviantado, a casi 5 millones de parados, etc., no puede permitirse lujos como televisiones autonómicas que en algunos casos llegan a tres canales. ¿Cuál es el criterio, qué aportan?

    Otra cosa. No me disculpo no sólo por reclamar que no me bajen el sueldo, sino por pedir un incremento sustancial y una mejora de mis condiciones de trabajo. Y no porque yo (como persona) sea más que otros, sino porque mi trabajo es más importante, dejando a los médicos aparte, que no morirse es fundamental. A un sueldo digno tienen derecho todos, pero me toca las narices (o bien unos palmos más abajo) que los mismos que se quejan de los astronómicos sueldos (jaja) y de las vacaciones permanentes (jajaja) estén dispuestos a pagar el sueldo de un mes de un profesor por ver un partido de fútbol y les parezca razonable que un jugador gane 1 millón de euros al año. Se me dirá que es una empresa privada, cierto, aunque no pocas veces se acude a las instituciones cuando las cosas vienen mal dadas; lo que quiero decir con esto no es que no haya que pagarles eso, sino remarcar que para mucha gente la importancia se determina por el dinero que te pagan. Los atléticos tenemos claro que con Messi, Cristiano Ronaldo, Iniesta, etc., nos irían mejor las cosas. No podemos pretender a los mejores y pagarles de manera mediocre, además de que si su presidente les llamase permanentemente vagos, insolidarios, etc., luego a nadie le extrañaría que su rendimiento no fuera bueno.

    Pero nada de derrotismo, Rachel.

    Y, por último, ¿qué es Jalogüin?

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  9. ¿Jalogüin? ¿Un jal(hall)holguín(holgado) apocopado? Jajaja...

    ¡Muchos besos a tod@s! ¡Estoy con vosotr@s! ¡Muuuaaac!

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  10. Anoche estuve por la calle con un buen amigo. Por la calle mucho jovenzuelo y jovenzuela disfrazados de yoqueséquéchorradas, eso sí, con mucha sangre. A alguna le hubiera dado yo un chupetón draculino, pero sin mesura. Jalogüin, sí.

    Gracias por los ánimos, que los necesitamos. Y si los otros leen esto, no les estaría mal un poco de modestia, menos arrogancia y unas orejas más dispuestas a la escucha.

    Por cierto, pegad un vistazo a esto, que han colgado en el blog "Corteando":

    http://corteando.blogspot.com/2011/11/la-resta-de-todos-2011.html

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  11. Ufff...¡me ha puesto los pelos de punta!!!.
    A poco que nos descuidemos, acabaremos así...
    ¿es la sociedad consciente de ésto?. No todos, no creo...

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  12. Algo muy parecido a esto es lo que ocurre. La sociedad no sé si es consciente, creo que no. Pero hay algo que se llama ignorancia culpable. No es la primera vez que nos ponemos la venda.

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  13. No soy especialista en el tema, accedo a este blog a través de un amigo. Soy padre de tres chavales que están estudiando en el cole y en un IES. El mayor me cuenta que en clase de Matemáticas-A son 8, y en Francés 6.
    Vivimos en un pueblo con 2.500 habitantes, a 45 kilómetros de otro pueblo, algo mayor, también con instituto.
    No cuestiono vuestras reivindicaciones pero, no hay algo -o mucho- mal gestionado en todo este asunto. Al margen de vuestra dignidad profesional, últimamente denostada injustamente, ¿Es posible que queráis mantener puestos de trabajo que se podrían optimizar? Todos estamos jodid... Yo hago horas extras para sacar el trabajo (administrativo) que no puedo absorber y doy por contado, desde siempre, que no las cobro.
    Soy funcionario, médico, y tengo que ver como en los hospitales se ralentizan las consultas de mañana para forzar las peonadas de tarde que se pagan muy bien.
    Espero que la Educación no salga perdiendo.
    Suerte.

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  14. Perdona, Anónimo, pero hay algo que no entiendo en tu comentario, concretamente en el tercer párrafo. Deduzco que quieres decir que hay cosas que no se gestionan bien en los centros. Sí, muchas, pero la que dices no es una de ellas. Verás, si el instituto es pequeño, es fácil que en algunas asignaturas haya esta ratio tan baja. Por el contrario, eso no se suele dar en otros mayores. Hace años se empezó a construir un instituto en cada pueblo; claro, si ofreces todas las asignaturas (optativas muchas de ellas), las cosas salen así. Muchos de estos IES no eran necesarios, pero las presiones de padres y políticos locales los hicieron posibles, para que los chicos no viajen en autobús todos los días. Pero la consecuencia es esa. Es verdad también que en muchos cursos la oferta de optativas ha sido excesiva, y esto es un mal diseño curricular. También es cierto que en la ESO hay muchas asignaturas de dos horas y hasta de una a la semana, lo que multiplica el número de profesores, pero no la calidad de los conocimientos, pues saben de más cosas, pero muy superficialmente.

    Si me preguntas mi opinión, no me parece mal esa ratio cuando sea necesaria, pero sí creo que se ha diseñado mal el sistema educativo y la red de centros. Y mejor no hablamos de la clase de religión, que el personal se solivianta, pero en cuanto hay un alumno que la pide (y pasa), ya tenemos al profe en el instituto, que selecciona el obispado y pagamos todos.

    Optimizar es una palabra que me da miedo. ¿Quieres decir suprimir o bien utilizar mejor? No me parece que tenga nada de malo reivindicar el derecho al trabajo, ni que la escandalosa tasa de parados justifique que se eche a más gente. Tampoco me parece acertado el argumento que dices: todos estamos jodidos, ya. Todos conocemos el drama del paro, pero ¿tenemos la culpa los profesores?, ¿la tenéis los médicos?, ¿es que no nos damos cuenta de que primero se nos culpabiliza para después ir a por nosotros con el beneplácito social? Mientras los culpables sean los profesores (o los médicos), la gestión de los políticos, banqueros, especuladores, etc., queda a salvo. Sólo hay que conseguir que la sociedad no mire en la dirección adecuada.

    Conozco perfectamente lo que me dices de los médicos. Personas MUY próximas a mí lo son, y trabajan en hospitales y centros de salud, y me cuentan con escándalo lo de las peonadas mientras otros se dejan la piel en su trabajo sin esperar más que su sueldo y la gratitud de sus pacientes (que a veces ni eso). Me cuentan el escaqueo de algunos, que llegan tarde, se van antes, ven a diez o doce pacientes ¡al día! y luego consiguen que les paguen peonadas o tienen su consulta por las tardes a precio de oro. Pero no se me ocurre por eso culpar a los médicos de la crisis. Aunque no estaría de más que alguien fuera a por todos estos sinvergüenzas (médicos, profesores...) que ensucian nuestra profesión y nos cubren de sospecha a los demás..

    Me alegra tu comentario. Bienvedido. Si vuelves, hazte con un nick, es la costumbre. Aquí solo se requiere algo que decir y educación para decirlo, que es algo que en tu comentario hay de sobra. Supongo, por lo que dices, que no me conoces, no sé tu amigo. En todo caso, bienvenido de nuevo y gracias por tu comentario y tus deseos. Yo también os deseo lo mismo, que se avecinan malos tiempos para las cosas públicas. Temo que nos van a quitar la "l".

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