sábado, 25 de mayo de 2013

UNA CONFERENCIA


Hace algunos días estuve en una conferencia de Federico Mayor Zaragoza, uno de esos librepensadores, un perroflauta con traje y corbata, un agitador que viene del orden académico (la Bioquímica es su especialidad) y de ser el Director General de la Unesco. Casi nada. Estos méritos no fueron suficientes como para que el alcalde, la presidenta de la Diputación y los mandamases de la Educación en esa ciudad hicieran acto de presencia. No me extraña: lo raro es que no mandaran a los antidisturbios. Uno de los que lo presentó explicitó la nula colaboración de esas instituciones: tensión se llama eso.

En el debe, el escaso eco de la ciudadanía: apenas unas docenas de personas, el salón donde se celebró se ocupó a medias. En el haber, su maestría para hablar de la importancia de la educación en el mundo actual sin leer un solo papel, una sola nota manuscrita. Nada, a pelo. Obviamente, abundó el anecdotario y la historia personal de su larga vida. Es decir, una conferencia perfecta si estamos dirigiéndonos al gran público y no a unos pocos especialistas.

Recuerdo que habló del “Sinremedismo” de ésos que, como decía Burke, sostienen que, como se puede hacer poco, mejor no hacemos nada. Habló de la suerte que tenemos de poder manifestarnos, pero de la insuficiencia de eso: hay que pasar de la protesta a la propuesta, de la mano alzada a la mano tendida (aquí recordé lo que dice el polaco Bauman con su expresión “modernidad líquida”: si las protestas no cristalizan en algo concreto, todo esto se quedará en “pensamiento líquido”, tan invasivo y extenso como amorfo). Recordó FMZ la historia de Rosa Parks, a quien Obama situó cerca en su toma de posesión. Evocó también a Nelson Mandela, que salió de 27 años de cárcel con una sonrisa y una propuesta de cambio justo sin venganza justiciera. Nos mostró que las propuestas de la OCDE sobre educación vienen de una institución económica, no educativa. Y también que la educación, como decía Giner de los Ríos, no es otra cosa que la capacidad de dirigir la propia vida. Leed (esto es mío) el preámbulo de la LOMCE: aquí es donde se explicita que no se habla exactamente de educación, sino de formación, adiestramiento y preparación para competir en un mercado libre, lo que no es en sí mismo malo, sino que no es (sólo) la misión de un sistema educativo.

FMZ viene de instituciones internacionales. Únicamente los ingenuos piensan que con soluciones locales terminaremos con los problemas. Precisamente por eso reclamaba releer el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, en la que la ONU se ofrece para ahorrar a las generaciones futuras el horror de la guerra. ¿Quién afirma hoy tal cosa? Las decisiones están cada vez en manos de menos, por lo que se hace necesario incrementar la capacidad supranacional de vigilancia, pues la globalización (esto lo añado yo) no es otra cosa que la internacionalización del poder económico de unos pocos a costa de deslocalizar (o sea racionalizar costes por el baratísimo procedimiento de contratar por casi nada, esto es, muy poco dinero y casi ningún derecho): hasta China deslocaliza ya, como muy bien saben en Bangladesh, y, en cuanto nos descuidemos, sabremos en Ciudad Real, Lugo o Almería.

Añadió finalmente una propuesta, que al parecer dicen a menudo los escaladores: lo conseguimos porque no sabíamos que era imposible.

Luego llegaron las preguntas chorras y las pseudopreguntas de los que creen que saben tanto que tienen que monopolizar el micrófono unos minutos para decir a los demás lo (poco que) saben: un clásico de toda conferencia o charla-coloquio.

sábado, 18 de mayo de 2013

ESCENA DE 'LA CHICA DEL PUENTE'


Deberías tener ese rostro cada mañana. Estás bailando junto a los novios (que han pasado horas preparándose, que son perfectos y que no te mejoran). Llevas un vestido de verano, escote en la espalda y pelo corto, lo que provoca que la nuca se derrame en catarata de deseo. Te brillan los ojos y los labios, tienes frío. Sobre el brazo derecho una tirita restaña una herida y te hace humana. Miras al novio y él te prefiere en tu imperfección de otro mundo. Deberías tener ese rostro cada mañana.



martes, 14 de mayo de 2013

ALFREDO LANDA


Como éste es un blog personal y no una necrológica ni la wikipedia, voy a contar algunas de mis experiencias con el cine que hizo Alfredo Landa.

La primera peli que vi de él (teniendo recuerdo de ello, tal vez hubo otras antes) fue Solo ante el streaking. Debía tener catorce o quince años, y solo guardo de la película el recuerdo de unas pocas tetas presiliconeras (estábamos a mediados de los 70). Poca cosa y un guión absurdo; hasta la palabra streaking ha desaparecido. Fui solo porque un compañero hijo de guardia civil me dio su pase. Seguramente fue la primera vez que fui al cine sin compañía, saludable costumbre que repito a menudo, especialmente por conservar a los amigos. También fui solo a ver otras dos películas con algunos planos anatómicos y escaso argumento: Furia española y La corea; lo siento, tuve una juventud poco transgresora en esto.

Mi siguiente recuerdo me lleva a Los santos inocentes, prueba de que los libros, siendo maravillosos, no siempre son mejores que las películas. A veces encontramos joyas por partida doble y en doble lenguaje. Lo malo de Los santos inocentes es que es difícil decidir quién está mejor: pocas veces he visto un elenco de actores en estado de gracia sin excepciones. Creo que lo mejor de Landa es la mirada, entre resignada, temerosa y digna.

Después lo he vuelto a disfrutar en la genial La vaquilla, que muchos progres de la época rechazaron no sé por qué (¿insuficiente compromiso político?). Con ella Landa alcanza su segunda época de comedia, su cumbre.

También tengo un especial recuerdo de una película que no es muy buena, porque, al contrario que en las otras, el grupo de actores no está bien seleccionado ni se han esmerado en exceso… excepto Alfredo Landa. Hablo de El río que nos lleva, basado en la novela de José Luis Sampedro. Estuve en una escena del rodaje, cerca de Molina de Aragón, pero sólo vi al inexpresivo Tony Peck, una mala elección. Si alguien la ve por primera o segunda vez, que se fije en Alfredo Landa. Es cierto eso que se dice: la cámara quiere más a unos actores que a otros. Landa no necesita ni hablar, cuando aparece en pantalla la llena y los otros actores se disuelven en el paisaje. Basta su mirada triste que contiene una triste historia. No necesita gesticular absurdamente ni impostar la voz. Es Alfredo Landa y unos pocos fotogramas con él dentro justifican la película.

Me gustó también en las sucesivas entregas de El Crack, un tipo de papeles muy poco frecuentes en el cine español y que Landa bordaba. Excelente en La marrana, Landa no era Landa, sino su personaje. Y también será para siempre Sancho Panza.

Sé que hizo mucho cine alimenticio y alguna que otra serie de televisión más bien lamentable. Y qué. O es que nadie hace trabajo alimenticio, informes deplorables, clases infumables, etc. Y a ver quién es capaz de encontrar en su biografía algo comparable a lo que hizo Alfredo Landa.

Ya estás montando un plató, San Pedro. Y el speech que lo haga Constantino Romero.

jueves, 9 de mayo de 2013

LA LOMCE Y LA FILOSOFÍA

No se me ocurre mejor razón para explicar por qué hago huelga hoy que decir que es una cuestión personal. En otro momento intentaré extenderme más y mejor.


viernes, 3 de mayo de 2013

EL AVERSI















Es un mal bicho. Un virus peligroso.

El aversi es una excusa mal disimulada, una manera de decir adiós a la francesa. Es un modo de bienquedar sin quedar bien. O al revés. 

Es, de cuando en cuando, una buena intención, nada más. Nunca una voluntad obstinada, voluntad activa, un hacer. Más bien es suave marea, un dejarse ir, una incapacidad bien entrenada, una puerta más cerrada que abierta, aunque digamos en susurros o a gritos eso de a ver si nos vemos y tomamos algo y hablamos, y me alegro de verte, y a ver si coincidimos más.

El aversi es tóxico. Infectocontagioso. Mendaz. Hay quien cree que su zalamera presencia es veraz y genuina. Pobre alma cándida. A ver si espabila.

A ver si leo un poco más tu blog. A ver si hago un comentario.

A ver si nos llamamos y tomamos un café o una cerveza, y me cuentas y eso.

A ver si quedamos la gente de entonces. A ver si.

A ver si ¿cuándo?

Porque, si es que no quieres, entonces no pronuncies el nombre del aversi en vano. Que soy de esos ingenuos, de esos imbéciles. De los que se lo creen, de los que esperan a ver si suena el teléfono. A ver si es esta semana cuando vas a tener un rato y eso y quedamos, y hablamos.

A ver si.