jueves, 1 de agosto de 2013

PROHIBIDO ENTRAR SIN PANTALONES

Prohibido entrar sin pantalones es un libro que se puede hacer largo a más de uno: casi 400 páginas sobre la vida de un poeta futurista ruso. Juan Bonilla, su autor, se ha documentado bien y es un estupendo narrador. Hace algo de gran mérito: escribir una biografía como si fuera una novela, sin faltar a la verdad -hasta donde yo sé-, sin que las lógicas licencias literarias falseen la Historia. Hay un personaje central (naturalmente, Maiakovski), muchos secundarios (Lily, Osip, Burliuk, Veronika, Einsenstein…), y otros que mueven los hilos sin estar directamente presentes en la narración (Stalin, Lenin, Trotski…).

El libro puede leerse como una historia de la poesía en la Rusia que va de los zares a Stalin. Por aquí aparecen los futuristas, los simbolistas y los acmeístas… hasta que llega el realismo oficial y los escritores proletarios. Me quedo con ganas de saber más. Me parece insuficiente la crónica de la génesis de su poesía y los puñetazos futuristas con los que discutía con sus adversarios literarios.

También hay una lectura biográfica: sus viajes, las relaciones con sus amantes y con sus amigos. El libro se detiene especialmente en estas cuestiones. Lily es el personaje que parece dar sentido a la vida y a la creación de Maiakovski. Supongo que todas las relaciones horizontales que tiene el poeta están bien documentadas, porque son unas cuantas… Yo pensaba que con la poesía se ligaba poco. La construcción (¿imposible?) de una relación no convencional me recuerda los intentos sesentaiochistas por hacer lo mismo. Algunos personajes casi no aparecen (hermanas, madre, hija). Algunos de los amigos y poetas que lo rodean dan para un libro entero.

Porque ahí es donde aparece la tercera lectura, a mi juicio la más atrayente y menos desarrollada: la política. Me interesan dos poetas: el alcoholizado Esenin y el barrendero Bulgakov, al que Stalin permitió volver del exilio… para que dedicara su talento a tareas de limpieza. El libro cuenta la identificación inicial de Maiakovski del futurismo con la revolución bolchevique y la entrega incondicional a la causa. Se detiene (no demasiado) en su colaboracionismo entusiasta, época en la que hace informes sobre sus compañeros, ejerciendo de comisario político/poético. Es especialmente duro el capítulo en el que la escritora Ajmátova acude a pedirle ayuda para que interceda por su ex marido, otro poeta escasamente afín al régimen; Maiakovski la despide con desprecio, burla y reproches: el poeta es ejecutado. El último cuarto del libro puede leerse en esta clave, aunque Bonilla no profundiza todo lo que a mí me gustaría en el progresivo distanciamiento de Maiakovski respecto a un régimen que censura, prohíbe, ningunea, exilia y liquida al disidente. Eso sí, en nombre del pueblo, como de costumbre.

Recomiendo el último capítulo, especialmente intenso, emotivo… y político. Incluso algo escueto y parece que deliberadamente carente de explicaciones o justificaciones moralizantes.

En conclusión, extraordinario libro que no será un best-seller (ya sabemos que la gente prefiere vampiros amorosos inmersos en enigmas templarios). Yo no sabía nada de Maiakovski, salvo su existencia. No es necesario tener conocimientos previos ni está escrito para eruditos. Pero deben huir de su lectura los abrazadores de la banalidad y los fieles de las conspiraciones histéricas (¿o históricas?).

He buscado más información en internet. Hay muy poco. Curiosamente, una gran parte en portugués, ignoro la causa. Adjunto un documental hecho en la CCCP, una canción a mayor gloria del poeta cantada por Silvio Rodríguez y una página que contiene mucha información y unos cuantos poemas traducidos.






4 comentarios:

  1. Parece un libro muy interesante, por las tres lecturas que apuntas. Siempre me gustaron esos relatos novelados, más dulces que los ensayos puros y duros o la historia.
    Me pregunto por qué se titulará así. Y te pregunto por qué dices que las relaciones no convencionales son imposibles.
    Ah, como lectora de vampiros que he sido te diré que una cosa no quita la otra: se puede leer de todo. Cada libro tiene su momento.

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  2. La novela de Bonilla se titula así por un texto de Maiakovski. Es un libro interesante, mucho, pero en absoluto para todo el mundo.

    No digo, Coe, que las relaciones no convencionales sean imposibles. Simplemente expreso una inquietud. Pero, como dice el Papa Paco, ¿quién soy yo para juzgar? Ni tengo apenas experiencia ni la arrogancia moral suficiente. Simplemente recordaba lo que me dijo una vez un conocido que pasó por la experiencia ibicenca de las comunas. Pero insisto en que imposible sólo es aquello que lógicamente impide el principio de no contradicción.

    Lo de los vampiros era una pulla sin mala intención. Una cosa no quita la otra. A mí también me gustó el "Drácula" de Bram Stoker, una historia de amor sub specie aeternitatis, la que más.

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  3. Parece por tu reseña una novela con una mirada sinóptica sobre un hecho y una época.

    Me interesan ambas cosas. En Maiakovski acaso haya algo trágico, ese modo en que a veces la Historia arrolla a un individuo concreto haciendo de él, paradójicamente, un arquetipo en el que se comprende la fragilidad de la condición humana.

    Haré que me la regalen, presten o la robaré a alguna pava descuidá.

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  4. No sé si sinóptica, pero es un panorama de desigual intensidad sobre un tiempo y un modo de hacer literatura y política. Supongo que sabrás más que yo del tema y del autor. Hace casi un mes que lo terminé y me sigue rondando. No lo robes, que las librerías no están para hacer regalos: ya te lo presto yo. O lo de la pava, que si es pava cum laude seguro que no lo echa de menos.

    Hay otro libro de él, curiosísimo, que se titula "Academia Zaratustra", aún no sé si es una humorada o si Bonilla hablaba en serio. Por cierto, lo compré en un chino, al lado de "Junco", y me costó un euro. Lo puedo incluir en el lote.

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