domingo, 16 de marzo de 2014

LITERATURA CONCENTRACIONISTA (Y ALREDEDORES)


"Heimweh se llama en alemán este dolor, es una bella palabra y quiere decir 'dolor de hogar'".

Primo Levi: Si esto es un hombre


Se han cumplido 75 años desde la Noche de los Cristales Rotos.

El 27 de enero hizo 69 años desde que las tropas soviéticas liberaron Auschwitz.

De aquellos tiempos hay muchos testimonios y no pocas recreaciones, muy fieles la mayoría. El mundo judío optó desde el principio por no olvidar, es más, se autoimpuso la tarea de mantener viva la memoria. Y escribieron y filmaron sin cesar para que el olvido fuera imposible; otros colectivos tuvieron menos suerte y casi nadie ha contado su historia: gitanos, homosexuales, incluso españoles. De las películas me ocuparé otro día; hoy toca literatura, y entre los muchos textos escritos, creo que vale la pena leer los siguientes:

El Diario de Ana Frank fue escribiéndose entre 1942 y 1944, hasta que la policía encontró su refugio en Amsterdam y deportó a toda la familia a Auschwitz. Sólo regresó su padre. No es gran literatura, no fue escrita para serlo, y se ha discutido su autenticidad, pero eso no empaña la historia: pudo ser verdad, hubo muchas historias similares que sí lo fueron.

El niño con el pijama de rayas, de John Boyne, cuenta la imposible amistad entre un niño judío (el del “pijama”) y el hijo del jefe del campo de concentración en el que está encerrado el primero. La mirada infantil muestra el absurdo y la crueldad como un adulto no podría hacer. Estupendo para que niños y jóvenes comiencen a interesarse por el tema, aunque bastante menor en su estilo e intensidad para los adultos.

En La llave de Sarah, Tatiana de Rosnay narra un episodio real: la policía y gendarmería francesas colaboraron con los invasores nazis y una noche fueron arrestados centenares de judíos y encerrados de inmediato en el Velódromo de Invierno, en París,  a la espera de su traslado a campos de concentración. Que nadie busque ese velódromo: fue demolido, un eficaz modo de que las generaciones venideras no puedan recordar esa vergüenza colaboracionista.

También puede leerse Sin Destino, del húngaro Imre Kertész: un adolescente va voluntariamente a trabajar para los alemanes. Poco a poco se da cuenta de que está en un campo de concentración y de que se ha adentrado en una imparable máquina de matar; pero es tarde. Se trata de un raro libro que puede ser leído por adolescentes y adultos, sin edulcorar pero a su alcance, un buen trampolín literario de gran calidad.

Más complicado puede ser el monumental libro de Irène Némirovsky Suite francesa. Es un complejo retrato de muchos personajes ante la ocupación alemana de Francia. Un libro conmovedor y realista, casi un estudio de la condición humana. (La historia de la autora es tan interesante como la novela y el resto de sus libros, aunque más breves, también merecen ser conocidos).

Una princesa en Berlín, de Arthur  R. G. Solmssen, se desarrolla en los años previos a la guerra y expone, bajo excusa narrativa, un análisis de causas y consecuencias. De los imprescindibles. Creo que no he leído nada que explique tan bien el contexto socioeconómico que antecedió al ascenso del nacionalsocialismo. Especialmente interesante para aquéllos que no se conformen con una maniquea historia de buenos y malos y quieran explorar las causas profundas. Es un libro de comprensión, nunca de justificación.

Conozco muy pocas novelas gráficas. La primera fue Maus, de Art Spiegelman. Soberbia. Muy adecuada para los que no tienen costumbre de leer o para los que sólo tienen cultura del cómic: se meterán entre pecho y espalda toda una lección de historia sin sentirlo, con unos trazos que resultan goyescos en su etapa más negra. Maravilloso. Explorar la historia del autor y su familia (como en muchos de los citados aquí) también merece la pena.

El pianista del gueto de Varsovia es una historia autobiográfica de Wladyslaw Szpilman. Cuenta, como es sabido, la vida de un célebre pianista que pasa de dar conciertos de Chopin a ansiar un trozo de pan. Desoladora. Y también un grito por la necesidad de la belleza. Polanski, niño en el gueto de Varsovia, ha hecho una excelente película que no desmerece el libro. Después de verla, sólo imagino a Adrien Brody como el pianista Szpilman.

Mi favorito, de todos modos, es Si esto es un hombre, de Primo Levi, judío italiano entregado a los nazis por Mussolini. No es una crónica de los horrores sino un testimonio de cómo es la vida en un campo de concentración y cómo reaccionamos los seres humanos en situaciones tan extremas. Hay otros dos libros (no segunda ni tercera parte) que forman una unidad con ese libro. Tras escribir el último, Los hundidos y los salvados, se suicidó de modo incomprensible (hay quien lo niega). De este texto prefiero decir poco y que cada cual lo lea y genere sus propias emociones.

En algunos lugares se llama a todo esto literatura concentracionista. A mí me interesa, pero especialmente aquellos textos que van más allá de la glorificación de los míos frente a los otros, y de la caricaturización del mal. Primo Levi, por eso, debe leerse. Habla de Auschwitz, pero también es antropología filosófica, psicología social, darwinismo... Adjunto una entrevista con él a mediados de los ochenta, que gustará, creo, al bloguerío. 


12 comentarios:

  1. Muy interesante la reseña. Varios libros los conozco, pero no creo que lea ninguno, simplemente porque soy muy sensible con este tema. He visto la película de "El niño del pijama de rayas", y estuve varios días con la moral tocada.
    No dudo de que todos estos libros son interesantísimos, pero de momento puedo pasar sin ellos. Si algún día saco valor, empezaré por Ana Frank, lo más seguro.

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    1. No es una reseña. Al menos no lo he pretendido, si entendemos por tal "Noticia y examen de una obra literaria o científica" (DRAE). Como mucho es una multirreseña reflexiva. Pretendo utilizar una serie de libros para hablar de un tema, pero no dar cuenta de ellos ni de que los he leído. De hecho, he leído muchos más sobre el tema, pero ya era el post demasiado largo.

      No soy quién para decirte lo que debes hacer. Creo que el libro de Ana Frank tiene valor, pero no literario (tampoco el de Boyne). Es un libro que todos hemos leído en la adolescencia y que, una vez conocidos los hechos, aporta poco. La peli... bueno. No sé qué decir. A mí me pareció flojita, para niños, aunque -como en casi todo- hay elementos salvables, por ejemplo el final: un plano fijo frente a una puerta y el silencio. Si eso te deja la moral tocada, entonces no leas nada de lo que aquí se indica, aunque creo que te pierdes grandes obras. Pero puedes pasar sin ellas, y yo, y todo el mundo. Lo que no sé es si debemos pasar sin ellas. En Francia "Si esto es un hombre" es lectura obligatoria. En muchos institutos de Italia hacen actividades extraescolares a partir del libro de Levi (indico enlaces).

      A mí no me interesa el tema de las atrocidades, las torturas y estos elementos morbosos. Por supuesto, los estómagos delicados y los que prefieren no saber es mejor que se queden fuera. Pero el conocimiento me parece esencial, y un poco de dolor tampoco viene mal si el provecho posterior lo merece.

      http://www.untrenoperauschwitz.it/

      http://www.intrenoperlamemoria.it/Auschwitz%202013.pdf

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  2. Hoy me animo a comentar tu post, Atticus. Es más, me gustaría poder ir el lunes a nuestra charla y conocer la opinión de los demás después de leer Si esto es un hombre. Yo he visto tantos paralelismos con nuestro presente que me gustaría saber qué opináis los demás. Por ejemplo, en el mundo de la empresa. Y en cuanto a los recortes económicos que afectan a los derechos de distintos colectivos.

    Lo que más me impresiona, de hecho es que no llego a concebirlo, es que el ser humano sea capaz de tal atrocidad contra un semejante. Y a la vez, el instinto de supervivencia pese a todo.
    De los libros a los que te refieres, sólo he leído tres: Anna Frank, Maus y Si esto es un hombre. Pero me apunto algunos para seguir. Gracias.

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    1. Sabía que podía contar con tus comentarios antes o después, Lucía. Bienvenida y que no sea la última vez.

      No sé si podré ir mañana. Seguramente un rato, media hora, porque me puede el trabajo, pero me complacen esos ratos de charla desde distintos puntos de vista.

      Un poco exagerado me parece lo que dices, pero en el fondo de todo está la consideración del hombre como ser con dignidad o como mercancía (Kant, perdón por la referencia, que siempre asusta un poco). La empresa suele tomarlo como mercancía, y si los que vivimos de un sueldo público lo notamos, los que vivís de la empresa privada, es decir, cuenta de resultados, más aún.

      Yo sí lo concibo. Es más, me parece que lo asombroso es que no se produzca más: la humanidad, entendida como colectivo susceptible de derechos y buen trato, me parece la excepción. Afortunadamente, mucha gente cree en ello. Pero todo es reversible y replanteable, como bien sabemos. Ninguna conquista es para siempre.

      Pensé en incluir "El hombre el busca del sentido", de Viktor Frankl, del que ya hemos hablado, pero, como he dicho, ya era lo bastante largo. No obstante, también merece la pena. En mi modesta opinión, un escalón por debajo de "Si esto es un hombre"; es decir, un muy buen libro.

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  3. He leído algunas de las novelas que citas, alguna abandoné.

    Mi memoria es más cinematográfica que novelística y, como todos, he visto mucho cine sobre el tema del post. Ya no soy capaz de más.

    Me negué a ver, por ejemplo, El pianista, como me he negado a ver algunas películas sobre la guerra cilvil española. Llevo a la niña del abriguito rojo del film de Spielberg clavada en el pecho. En fin, en el lugar donde cualquier persona decente lleva cicatrices como espadas.

    A uno le duele donde le duele y con una intensidad difícilmente gestionable.

    Al final, sin embargo, recaigo y sí, vi El pianista. No me arrepiento de ello como tampoco de ver Las trece Rosas.

    La trilogía de Primo Levi sobre Auschwitz (1) Si esto es un hombre, (2) La tregua, (3) Los hundidos y los salvados… es de imprescindible lectura. Una obra monumental sobre lo trágico de la naturaleza humana.

    No sé por qué se suicidó Levi después de tanto tiempo. Como él, lo hicieron muchos. ¿Quién puede saber algo así?

    Como tú y como otros yo llevo a esas víctimas en mi corazón, siento que lo hieren tanto como lo cauterizan. Espero que me ayuden a ser mejor.

    Un post necesario.

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    1. "El pianista" me ronda desde hace un tiempo. Quiero decir que me ronda para escribir sobre ella. Recuerdo especialmente dos escenas. En una, sale por fin de su escondite y lo que ve es una ciudad en silencio en la que todo son escombros. La imagen parece en blanco y negro y no lo es. La otra se ubica en ese piso; hay un piano que no puede tocar. No obstante, pasa los dedos por el teclado y mientras lo hace nosotros podemos oír la música que él (no) está tocando: es Chopin.

      Creo, como dices, que hay películas y libros, que nos mejoran. Por eso hay que verlas, leerlos. Duelen, pues claro. Pero no todo el tiempo es de piruletas y pastelitos, aunque debe haber sitio y tiempo para ellos.

      Hay una película menos conocida y muy recomendable: "La zona gris" (Tim Blake Nelson, 2001), que narra el levantamiento de un grupo de judíos precisamente en Auschwitz.

      https://www.youtube.com/watch?v=Rt2DpyXI8gE

      He leído últimamente que hay quien duda de su suicidio.

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  4. He leído varios de los libros que citas y lo que a mí no deja de inquietarme es cómo un pueblo tras haber sufrido un horror de tal magnitud puede ser partícipe de otro pero esta vez como verdugo. Parece que cuando se ve desde fuera una situación en seguida se empatiza con el que se comete la injusticia pero cuando se está dentro, a veces, parece perderse ese "buen juicio", esa "lucidez", que diría CrisC. Condeno la violencia en todas sus formas, lamento cada judío que murió, he llorado con esos libros y las películas. Desearía que algo así jamás volviera a ocurrir con ningún ser humano.

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  5. Ése es para mí también un misterio. Y supongo que no es fácil de responder. Supongo que a algunos judíos les parecerá justificado que, ya que han sufrido exterminio y persecución, eso les legitima para marcar fronteras y "protegerse" del enemigo, incluso en el territorio del enemigo. Pero me parece que es insuficiente y que la cuestión será más compleja.

    Temo que ha ocurrido otras veces, que ocurrirá. Volvió a suceder en el corazón de Europa en la guerra de los Balcanes (con la CEE) mirando hacia otro lado, por cierto. Ocurre todos los días en Siria, en Libia, en todas esas guerras perdidas e ignoradas en África. Tal vez lo distintivo de todo esto sea su planificación y sistematización, su "desapasionamiento" (espero que se entienda esto: quiero decir que se hizo a sangre fría, despacio, con conocimiento, con estructura, con obediencia).

    Aprovecho para recomendar el libro del judío Amos Oz "Contra el fanatismo". Al que se sienta decepcionado se lo pago. Y lo pongo en mi lista negra, desde luego.

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  6. Poco me queda por decir después de leer tu post y a los comentaristas. Coincido con todos ellos, en especial con lo que dice Clothobobardi: hay cosas que es imposible entender y que, encima, después se repita la historia, con cambio de papeles.
    Mi memoria es igualmente más cinematográfica: he visto varias de las que mencionas. Curiosamente, estoy estos días releyendo el diario de Ana Frank: pronto iré a Amsterdam. Está claro que las casualidades no existen.
    Excelente entrevista a Primo Levi. Lo del suicido también lo había oído cuestionar. Aunque no sería el primer caso, a pesar de los años transcurridos.
    Ahora me ha venido a la mente también el libro "Yo confieso": conexiones.
    Gracias por el post, Atticus.

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    1. Aunque no haya nada nuevo que decir, no por eso debemos dejar de decirlo. Siempre hay gente que no conoce y que no quiere saber, nuevas generaciones, ignorantes culpables.

      He encontrado mucho sobre Primo Levi. Desgraciadamente, mi dominio del italiano está lejos de ser tal cosa, más bien es una corriente de simpatía, pero no soy capaz de seguirlo bien. Si otros sí lo sois, buscad en internet.

      El libro "Yo confieso", con el que tan amablemente fui premiado por la anterior comentarista en su último certamen literario remite a veces a la época nazi. Gran libro que AAGlez ha leído, lo sé, y que QQ también está en él. Conexiones, será eso.

      De nada. Aunque pronto escribiré algo más ligero. Por ejemplo, sobre los pasos de cebra en Roma.

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  7. Hola:
    Me entró el mono de leer el diario de Ana cuando estuve en Amsterdam, aunque no pude visitar la casa, por las interminables colas. Me gustó, aunque ciertamente no sea literatura maravillosa y cuando lo acabé y estuve indagando un poco para hacer la reseña, me enteré de que se dudaba acerca de su autoría, reconozco que me desinflé un poco, pero lo que tú dices, igualmente seguro que es una historia que ocurrió o pudo ocurrir. "El niño del pijama..." me pareció una historia bonita y el final... recuerdo que no me lo podía creer, tuve que releerlo para darme cuenta que verdaderamente ese era el final.
    Besos

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  8. No sabía que se discutía la autoría hasta que leí tu reseña. De todos modos, son dos cosas distintas. Esto no empaña la impresión que tuvimos todos en nuestra adolescencia; ahí la autoría es cosa secundaria. Se lo hice leer a mi hijo, que entraba en la adolescencia, hace un par de años; naturalmente, le impactó una vez comenzó a leer. En poco tiempo le voy a dar el de Levi, creo que se le ha pasado la edad de "El niño con el pijama de rayas". También ha leído "Maus". Creo que los padres no solo tenemos obligación de alimentar a nuestros hijos, sino de alimentarlos bien. Con los libros ocurre algo parecido. Lo malo es que se harán conscientes de la mediocridad circundante. O lo bueno.

    Siempre agradezco tus comentarios. Y perdona que no comente más en tu blog. Ya sabes que yo no escribo eso de "No lo le leído", "Lo dejo pasar" y naderías similares. Si tengo algo que aportar (modestamente), lo hago. Si no, mejor el silencio. Por cierto, bloguerío, esta mujer tiene una bitácora excelente, con textos trabajados, sin faltas ortográficas; y habla de libros interesantes.

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