Mi señora madre anda necesitada de que le ordenen los papeles
y facturas. De modo que hicimos una kedada
los hermanos para la cosa documentera y clasificatriz. Tres horas, seis manos y
varias bolsas de basuras después, la tarea estaba hecha. Y, casi al final, al
fondo de un cajón, aparecieron unas tiernecitas hojas que relataban peticiones
a los Reyes Magos o inventariaban lo que habían traído ese año.
Debajo de mi nombre, una lista de los regalos incluía… “1/3
de tren”. A mi hermano mayor le habían traído… otro tercio de tren. Pero a ninguno más en la lista le aparecía tal obsequio. De modo que
debemos llamar a Iker Jiménez para que nos aclare el misterio del tercio
desaparecido. Es más, ahora que soy adulto y peino algunas canas, me pregunto
qué pensarían nuestros hijos si les regalásemos 1/3 de móvil o 1/4 de I-pad. ¿Quién es ese miembro fantasma de
la familia que se benefició del tercio missing?
Y aún más importante: ¿en qué tercio estaba la locomotora?
No quise leer en voz alta la carta infantilísima del minus brother, pero él fue aguerrido
(mal hecho: eso luego es recurrente en las Navidades), empuñó la hoja y leyó en
voz alta: “Quiero que me traigan un Geyperman que
lleve bañador”. Ya se veía, ya, que no le llamaba la vida por la cosa
licenciosa y desnudista, sino por el orden geypermán, con su bañador bóxer; ni
siquiera un tanga chuequero y vacilón, no. Luego aclaró que era el modelo
nuevo. Pero a destiempo: el cachondeo estaba hecho y para siempre forever.
Y tuvo suerte: le podían haber regalado 1/3 de Geyperman. Y en bolas.
Jejeje, es genial, Atticus. En una ocasión de limpieza yo también tuve la oportunidad de reencontrarme con cosas de este tipo e... ilusiona... ¡muchísimo!
ResponderEliminarLo del tercio de tren... espérate que no fuera de chocolate y os lo comierais, jajaja. ¡Todo es posible!
Un abrazo.
Estoy seguro de que no era de chocolate. Es más, creo recordar que era eléctrico, pero nunca se sabe. La memoria es débil, y, como se ve, es de 1977, año en el que los dinosaurios poblaban la tierra y Platón impartía filosofía en su recién inaugurada Academia.
EliminarA mí no creas que me gusta mucho. Soy de la opinión de que el único día que existe es éste.
Y luego está el asunto de los kalkitos. ¿Qué era eso?
¡Ja,ja,ja! ¡Fantástico!
ResponderEliminarEn mi casa siempre recuerdo que pidiéramos lo que pidiéramos mi hermana y yo, siempre había una nota con una caligrafía sospechosamente similar a la de mi madre diciendo: 'Se nos ha acabado en el almacén lo que habías pedido, a cambio te hemos traído, la colección de libros de...'. A eso seguía un enfurruñamiento momentáneo, pero luego claro, los devorábamos encantadas... Como si los Reyes Magos no supieran qué es lo que nos hacía falta.
Debe ser eso, sí. Los tomos de "Famosas Novelas" que caían año tras año, tras los tomos de libros que eran tebeos... No había manera de librarse de ellos. Ahora mi rey favorito me sigue trayendo tochos y me los sigo llevando a la cama inmediatamente. Me he ido acostumbrando...
EliminarY me alegro. Un libro es un clásico, me dijo una vez mi hijo cuando se lo sugerí por enésima vez para su madre. Pero es que es un regalo impagable. Nada de 1/3 de libro: un libro entero.
Me he reido otro rato con ganas...
ResponderEliminar¿Y que dices de los "vales" mágicos para las rebajas?Yo mas mayores empezaron a variar los regalos de Reyes y llegaban: " vale por unos vaqueros en las rebajas" o " vale por unas zapatillas de deporte nuevas que tus padres te compraran en mi nombre" Firmado: El Rey Baltasar. Qué emoción los vales... Pero de estos no hay ninguna reliquia. Qué pena, eran fabulosos. En alguna ocasión he tenido la tentación de reciclar la idea con mi hija...
Por cierto, ¿qué dices de 1/2 juego de damas?
Brixia
Los vales son un producto outlet, muy útil, bien de precio. Debe ser que el Baltasar ése se compró el camello con un vale, y claro, venga vales y vales, tú sí que vales...
EliminarPero ya no vale el truco. Los hijos de ahora son de otra pasta. Más resabiados.
1/2 juego de damas es algo así como damas con recortes, unas pocas fichas y a correr.
Me producen ternura esos hallazgos y esas peticiones: ¡qué tiempos aquellos!!!!
ResponderEliminar...y un poco de vergüenza. Y lo malo es que no ajena, sino propia.
EliminarAhora me traen lo que pido. No es mejor. Me he hecho un realista, un posibilista. Menos el teléfono de Charlize Theron. Como mucho, una botella de Martini y una nota: "Búscate la vida, chaval".