domingo, 22 de octubre de 2017

FIN DE SEMANA EN CASA

El pasado fin de semana casi no salí de casa. Sosiego y reflexión.

Trabajé poco. Se acabó lo de agobiarse en fin de semana. El muy excesivo volumen de tareas que soportamos no puede extenderse y ocupar el tiempo libre. Apenas una hora el domingo para repasar las clases del lunes. Basta.

A cambio escribí mucho. Escribí para el blog, un blog para casi nadie. Muchos de mis amigos lo ignoran. Pongo el enlace en Facebook, pero es casi lo mismo. Un “me gusta”, poco más. Debo replantearme qué pasa, si seguir. No quiero escribir para gustar a no sé quién, pero tampoco escribir para un viento que ni siquiera sopla.

Leí. A Zweig, un fragmento muy interesante de Momentos estelares de la humanidad, en el que Tolstoi reflexiona sobre medios y fines, la legitimidad de la violencia y el ejemplo vital. Los jóvenes indignados que le interrogan al comienzo del relato me recuerdan a demasiados. Terminé un libro  de poesía de Elvira Sastre, La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida. Me lo dedicó en mayo, decía esto: “espero que encuentres aquí la calma de todas tus heridas”. No la he encontrado, pero sí la belleza, que no es poco.

Vi varios capítulos de una serie que me interesa: Bron/Broen, producción danesa y sueca. Policiaco, claro. Me gusta mucho el género, no tanto las series, pero esta sí. La protagonista, mucho. En cada capítulo más, no sé si me estoy enamorando o que cada vez es mejor actriz. O ambas cosas.

La casa necesitaba un repaso. No fue completo, pero sí alguna habitación en la que empezaba a sentir miedo y vergüenza. Me gusta que la casa esté limpia. La terraza está ahora impecable a excepción de la barandilla en la que las lluvias de esta semana han dejado su huella. Aún escribo desde allí en las horas centrales del día. Mientras lo hacía vi al otro lado del parque una ambulancia que recogía a alguien y no pude evitar pensar que soy afortunado pero que algún día me recogerá a mí.

Escuché a Wim Mertens y a John Coltrane. Y a Bach, el músico de Dios.

Pese a todo lo anterior, la bola de cemento (le tomo prestada la expresión a Elvira Sastre) quiere abrirse paso y no se lo permito. La ansiedad me acecha y me defiendo; casi siempre sé hacerlo. No dejo que los espejos me devuelvan una imagen que no quiero ni que el silencio se enraíce donde no debe. Aunque a veces lo deseo.






19 comentarios:

  1. Mi querido Atticus..., pienso que los fines de semana deben utilizarse para descansar, para relajarse, para desconectar de nuestra rutina. Yo lo hago, pero claro, mi trabajo me lo permite. ¡Como te entiendo cuando dices que tus amigos ignoran lo que escribes en el blog!. A mi me pasa lo mismo. Creo que ninguno de mis familiares más allegados me leen, y de mis amigos solo uno o dos lo hacen. Y eso siempre me ha desconcertado.

    Sabes que yo siempre te leo (no me pierdo ninguno de tus post), aunque a veces no te deje comentario alguno, cuando siento que no tengo nada que decir sobre el asunto que has tratado. Y espero que no decidas dejar el blog, porque te echaría de menos. Me encanta lo que escribes y como lo escribes.

    Cambiando de tema: la serie que comentas me llama mucho (estoy enganchada a unas cuantas, para variar, pero esta no la conocía). Seguramente empezaré a verla. Ya te contaré
    Espero que este fin de semana te esté resultando tan fructífero como el pasado a nivel personal
    Besos

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    1. Eso intento. Lamentablemente, soy un poco obsesivo con lo del trabajo y en educación nunca es posible hacerlo perfecto, es lo que tiene trabajar con personas. Lo que me revienta es el trabajo improductivo. Tengo que ponerme a acabar con la programación. Llevo varias horas de varios días para un documento que no va a leer nadie, salvo que haya reclamaciones, y entonces estás perdido porque cumplir todo lo que dice la ley es imposible. Otro día lo explico: es lo de los estándares y esas fantasías pedagógicas que desaparecerán cuando a alguien se le ocurra una tontuna mayor.

      En cualquier caso, me impongo el mínimo el fin de semana. Están para eso, tienes razón.

      Te agradezco tu fidelidad. Ya sé que no siempre hay que decir algo; me pasa lo mismo en el tuyo.

      Creo que a todos se nos pasa por la cabeza dejar de escribir en el blog. La verdad es que a menudo. Vuelvo por... Esto... Por... Por eso. Pero me doy cuenta de que antes publicaba con mayor frecuencia que ahora. Me duelen algunas ausencias y deserciones, pero ni se obliga a la amistad, ni al amor ni a escribir en los blogs de amigos y familiares. Gracias por tu amabilidad.

      Te gustará la serie. Tiene tres temporadas. Muy buena la primera y también la segunda (me queda el último capítulo). Me han dicho que la tercera es más floja.

      Este finde va bien. Salí el viernes con buena compañía a un concierto de jazz y luego un par de cervezas por ahí. Estupendo. Y luego reposo, balonmano (me gusta), pereza, lectura... O sea, muy bien. La pena es que el frío ya ha llegado: acabo de encender la calefacción. Supongo que ya tocaba, pero me cuesta más salir de casa.

      Besos también para ti.

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  2. Ya sabes que yo también te leo siempre. Por otra parte, yo también tengo un blog (que actualizo muy de tarde en tarde) en el que realmente no escribo para los demás, sino para desahogarme o reflejar estados de ánimo.
    Creo que es una actividad muy sana, así que ¡adelante!

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    1. Sí, es cierto. Aunque aparezcas poco.

      No sabía que seguías con el blog. Me lo dijiste hace tiempo y dejé un comentario. Pero luego vi un largo desierto y pensé que lo habías abandonado. Volveré.

      Escribir es terapéutico, pero no sólo debe ser eso. Además hay que intentar decir algo.

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  3. Yo no te leo mucho, la verdad pero esta vez sí te he leído y me identifico mucho con varias cosas que comentas. La bola esa de cemento la tenemos todos y a veces cuesta mucho mantenerla a raya. La mía tiene que ver con la situación de mis padres. Cada vez que veo una ambulancia pienso que en cualquier momento puede venir a por ellos y que tarde o temprano así ocurrirá y me recorre un escalofrío por el cuerpo.
    Pues eso, a ser fuertes y a no dejar que esos pensamientos nos derrumben , porque el derrumbarse no conduce a nada. Un fuerte abrazo.

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    1. La bola hay que mantenerla a raya o nos devorará. Y si hace falta, pedir ayuda especializada, que no somos tan fuertes como creemos. En todo caso, no dejarnos vencer.

      Lo de los padres es ley de vida. No por eso es menos preocupante. Pero siempre hay que encontrar motivos para vivir con alegría, comer con amigos o ir al cine con tu novio (aunque después de lo de "Blade Runner"...).

      Muchas gracias por tu comentario.

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  4. Dices que muchos de tus amigos ignoran tu blog.

    Yo no llamo amigos a quienes no escriben en mi blog o en mi facebook. Son otra cosa, y está muy bien que sea así, muy bien, lo digo sin reservas, pero no son mis amigos. No pretendo ofender a nadie.

    Tú eres más mesurado que yo, pero sé que te duele igual.

    El día en que harto ya de tanta hartura, y de escribir -como dices- para “no sé quién”, yo cierre mi blog o tú el tuyo por incomparecencias de los que comentaban y sin explicaciones dejaron de hacerlo,

    de las que dejaron de hacerlo porque lo único que podía darles eran mis posts y mi verdadero afecto,

    de los que comentan de Pascuas a Ramos,

    de los que dicen leerme e incluso quererme pero es mentira, mentira y mentira...

    A ese último día de mi blog de nada le habrán servido sus malditas mentiras. De nada.

    No le pedimos unos minutos a la semana, ¡unos pocos minutos!, a un transeúnte, a un amiguete torrentino o a equis mindundis titulados, no, se lo pedimos a quienes dicen -dicen- ser nuestros amigos.

    Mentira.

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  5. Wim Mertens sigue sonando bello como los ángeles.

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  6. Muchos, casi todos. Yo intento quererlos como son, con lo que hacen, pero es cierto que de alguno me gustaría ese punto de acercamiento que son unas líneas. Yo no se lo pido, simplemente me gustaría. Creo que algunos piensan que esto es una especie de hobby, como el que colecciona sellos o chapas de botellas de cerveza belga. Y supongo que yo tampoco hago cosas que ellos esperan de mí. De manera que no les reprocho nada, pero me gustaría que se animasen a hacerlo. Repaso mi lista de amigos (tómese esto en sentido amplio) y todos son universitarios, se supone que de pensamiento racional y expresión más que aceptable. Pues debe ser que no.

    Soy más moderado que tú, es cierto. Y no voy a partir peras con nadie por no acudir a esta cita. Pero creo que se pierden algo bueno de mí (perdón por la vanidad); y no tengo demasiadas cosas buenas.

    El viernes vi un concierto de jazz con una mujer. Tuvo tiempo para mí, no parecía tener prisa por marcharse. Si yo le aburría, lo disimulaba bien. No sabe lo que se lo agradezco; mañana la veré, creo que se lo diré. Hace unos años pensé que el tiempo es la medida del afecto, que eso del tiempo de calidad es la mierda habitual de los que no quieren dedicarte más que un ratito. Quien no tiene tiempo para ti es que no te quiere, o te quiere posmodernamente.

    He dejado de escribir, de ver, a algunas personas. Las relaciones languidecen y debemos dejar que se marchen. Supongo que es lo mejor.

    Pero siempre está Mertens, qué belleza. Cada vez soy más primario en esto: Belleza, Bondad, Verdad.

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  7. La enseñanza absorbe demasiado tiempo, hay que poner límites como sea y tener claro que es un trabajo. La mayor parte del tiempo la perdemos en labores no educativas como las programaciones de las que hablas y otras gilipolleces.

    Sobre el blog, casi nadie de mi entorno conoce mi blog, fue mi opción personal, quería crear algo fuera de mi mundo cotidiano. La gente que nos conoce no necesita leernos porque interactuamos cada día con ellos/ellas. Mi blog vivirá mientras me divierta o entretenga alimentarlo.

    Tus textos son interesantes y si a ti te gusta mantenerlo abierto, es eso lo que te debe proporcionar la compensación.

    Adelante con el blog, también es bonito que te lea una "no sé quién" como yo misma.

    Un abrazo.

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    1. Demasiado. Ayer hice el cálculo. Si mando un ejercicio, uno solo, a los estudiantes para corregirlo en casa, eso me supone unas doce horas más de trabajo. No exagero. Ya sé que hay que estar encima para que hagan las cosas y justificar bien todo lo que hacemos. Pero eso: doce horas. Más el trabajo normal. De todos modos, a mí lo que me agota es el tiempo inútil en papelerías varias que nadie tiene interés en leer (salvo reclamaciones, y ahí estás perdido).

      He mirado fugazmente tu blog, que es magnífico. Lo revisaré con más detenimiento. Se adivina una persona culta, que escribe bien y razona mejor. Pero necesito leer más.

      En todo caso, gracias por tus palabras y por entrar. El mundo blogger a veces te sorprende. Seguiré escribiendo, por mucho que lloriquee, me doy cuenta de que "es mi carácter", aunque es cierto que estoy cansado.

      Un abrazo también para ti y bienvenida a esta plaza.

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    2. Un SOS en toda regla, Atticus. ¡Bien hecho!
      Tengo casi terminado un nuevo Cd de música y estoy deseando regalártelo.
      Un abrazo

      PD:

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    3. No creo, ¿lo parece? A lo mejor soy un poco lloroncete, no lo descarto. Prometo enmendarme, pero es que pongo posts sesudos y el personal huye...

      En cualquier caso, gracias por el CD anticipadamente. Te convoco al próximo cocido, lunes 6.

      ¿Qué eso de PD:?

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  8. Has escrito un post muy intimista, creo que el más de los que te he leído.

    A mí me gustaría que siguieras escribiendo. Lo haces bien, es un gusto leerte y, en mi opinión, compartes generosamente tu lúcido racionamiento, o tu manera de ser, con el mundo.

    Respecto a que algunos de tus amigos ignoren tu blog puedo decirte que yo mismo, hace años, escribía en un blog sin ser consciente del cuidado con el que el creador lo hacía. Sólo el año pasado me di cuenta del esfuerzo, cariño, tiempo, intimidad... que había detrás de las palabras. Es triste que haya ausencias, pero en algún caso quizá se puedan relativizar, no sé.

    Por último, sólo insistir, interesadamente quizá, en que no nos abandones, hay mucho que contar todavía, ¡y a la bola de cemento le das un buen martillazo!

    ¡Un saludo, Atticus!

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    1. Es verdad, Miguel. No es el primero de este tono, pero los últimos eran más ajenos, más filosóficos (perdón, suena arrogante).

      Gracias por lo que dices. No sé si es lúcido, espero que al menos sea lucido. Intento cuidarlo y no equivocarme, pero ya sabes...

      Naturalmente, lo importante es que tus amigos no te ignoren, eso es verdad; yo soy algo menos radical que CrisC, pero me gustaría alguna aportanción más, decir lo contrario sería mentir. Agradezco las tuyas.

      No creo que abandone, pero me noto más perezoso últimamente, me cuesta más. Será por la bola de cemento. La tengo a raya.

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  9. Sería una pena que lo dejases porque tu blog es interesante. A veces me asomo con intención de comentar, pero luego me escapo sin haberlo hecho. No sé muy bien por qué. Supongo que porque no se me da bien hablar (escribir, en este caso). Cuando leí tu entrada, decidí decir algo y aquí estoy. Para la ocasión nada mejor que poner a Wim Mertens de fondo (lo tengo en este momento en Spotify sonando). Mientras estaba sonando Close cover he pinchado en el primer enlace de la entrada y casualidad, ahí estaba en Youtube. Ahora suena Struggle for Pleasaure, que me apasiona y me trae muchos recuerdos.

    He visto la versión estadounidense de la serie que estás viendo/has visto, supongo que será peor. A mí me gusta el género y me gustan las series aunque pocas veces he sido capaz de terminar una. Soy poco constante.

    Me gusta tu fin de semana. El trabajo absorbe demasiado, ya lo han dicho por ahí. Es importante desconectar.

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    1. Siempre agradezco las visitas comentadoras, excepción hecha de aquéllas que son arrogantes o insultantes. Afortunadamente, nada frecuentes.

      Quiero recordar -no estoy seguro- que no es el primer comentario que haces. En cualquier caso, los wimmertianos siempre son bienvenidos. Veo que lo conoces bien y que te gustan sus clásicos.

      Hoy todavía no me he puesto con el trabajo en casa pero un rato si tengo que hacerlo. Y luego comentaré el primer capítulo de la tercera temporada de "El puente".

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  10. ¿Escribir para uno mismo o para otros? Si escribes para tí mismo pocas veces te llevarás decepciones y habrá alegrías cuando otros te lean y compartan contigo. Aunque, es tan bonito que te lean que ¿cómo poder pensar que no importa si no lo hacen? Un abrazo.

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    1. Creo que ambos. Desde luego, escribir obligar a reflexionar un poco más: la escritura no es la oralidad. Me esfuerzo en no equivocarme (mucho). También pretendo la interacción, con los que conozco y con los que (como tú) no. En este blog sólo está prohibida la grosería y sus variantes. Gracias por tus palabras.

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