Es hoy, 23 de abril. No hago nada especial, no compro libros
en esta ocasión. En realidad, compro pocos libros, uso mucho las bibliotecas y
algo mi e-book. También releo.
Hoy he comprado en el mercadillo de mi instituto un libro de
filosofía. Lleva todos los cuños de la biblioteca municipal, de modo que hoy,
que debo ir a devolver unos ejemplares, preguntaré si es robado. Me duele tener
un libro robado, pero tal vez sea un expurgo.
Estoy viendo en televisión que, como cada año, en Cataluña
celebran este día regalando un libro y una flor. Me gusta esa costumbre. Eso
sí, de nuevo la murga nacionalista se empeña en cargar de significado a algo
que no lo tenía: hay que regalar rosas amarillas por lo que ya sabemos. Apago
la tele.
Se dice que en la vida hay que escribir un libro, plantar un
árbol y tener un hijo. He hecho las tres cosas, la segunda varias veces. La
primera sólo una (aunque este blog va por su post número 495, que convalida
casi como libro). Hijos tengo uno, creo. Todo ello me parece de escasa
importancia. Lo importante es que el libro sea bueno, el árbol frondoso y el
hijo buena persona. Esto es algo más difícil. Claro que puede hacerse por
encargo, las tres cosas; no es lo mismo.
Me gustaría, tal fecha como la de hoy, pasarme la tarde
leyendo, pero ahí está la plancha y unos cuantos ejercicios de clase para
corregir. De modo que me voy a pasear ahora que aún hace solecito.
Ilustración: https://kaikucaffelatte.com/blog/dia-del-libro-2018-libros-recomendados/