Estoy
aprovechando estos días para ordenar libros, comprobar que muchos no
me han dejado ninguna huella y darme cuenta de que suelo picotear en muchos de
ellos a la vez. No sé si se puede llamar a eso con propiedad “leer a la vez”
porque de algunos me canso y no los termino. Los pospongo un tiempo o para
siempre. Y tampoco pasa nada.
En
este momento estoy leyendo en e-book Confesiones de un burgués, del fabuloso
Sandor Márai, del que leí ya la segunda parte, ¡Tierra, tierra!, sin saber que había una primera.
En el
bidé siempre me espera Antonio Muñoz Molina con esa delicia que hay que disfrutar
muy despacio porque no es exactamente una narración sino una profundización en
un instante y trozo de mundo. Cada día leo una o dos páginas. Sigue ahí,
seguirá unos meses, tal vez un año.
Este
verano emprendí la lectura de Metamaus,
que… Sí, muy bien. Pero seguramente yo esperaba más de Maus y no es eso. Lo estoy terminando y éste no lo abandonaré. Pero
me cuesta.
Blade Runner (o sea, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?)
lo empecé a releer a raíz de un proyecto que yo debía coordinar sobre cine,
filosofía y literatura en una biblioteca, que finalmente no cuajó porque los
responsables últimos querían que se hiciera en régimen de voluntariado (o sea,
por la cara) y la directora y yo pretendíamos que se pagase al coordinador, o
sea, a mí. No se hizo el curso, pero yo casi terminé el repaso del libro, que
me gustó más en la relectura que en la lectura. Naturalmente, sigo prefiriendo
la película.
El libro
sobre Francia lo empecé a leer por un propósito de viaje a comienzos de agosto
por el sur de ese país. Veo difícil que vaya este verano, pero será al
siguiente o al otro. Francia me gusta siempre.
El libro,
biografía casi novelada del poeta Ángel González, de Luis García Montero, lo
compré en un mercadillo por dos euros y me gusta. Claro que son dos de mis
poetas favoritos, así que era una apuesta segura. Llevo poco, unas cien
páginas. Lo disfruto en la terraza cada tarde si la temperatura lo permite.
Elogio de la madurez
promete más de lo que da. A veces me parece autoayuda y otras me dejo llevar
por sus razonamientos, con muchos de los cuales me identifico. Llevo más de un
mes sin abrirlo desde que me lo regalé por Reyes.
Por
último, el excelente y chispeante libro de Darío Sztajnszrajber me espera desde que en septiembre lo dejé en
la mesita de noche. Lo bajaba todas las tardes a la piscina y lo tengo asociado
a las vacaciones, pero no está aparcado por ninguna otra razón. Volveré a él,
espero que antes de las vacaciones. Espero que haya vacaciones y podamos otra
vez ir a playas, piscinas, campo y demás lugares con gente. Bueno, si no hay
mucha gente, aún mejor.
Me voy a leer un poco antes de comer. Márai.
Me voy a leer un poco antes de comer. Márai.
Procedencia de la segunda imagen:
Philip K. Dick es duro de leer. Muy duro. Se dice que escribía drogado... Siempre el mismo tema de fondo: qué es lo real y qué no. Yo sus libros los catalogo en dos niveles: Los imposibles de leer y los simplemente difíciles. Para mi, Sueñan los androides... está en la segunda categoria.
ResponderEliminarPero mi más cordial enhorabuena. Generalmente solo los adictos a la Ciencia Ficción leemos a este autor
No sé si es duro. He leído este libro y unos relatos y todo me gustó sin especial dificultad. A mí la ciencia-ficción no me pone, pero Dick y Lem son otro nivel, pura filosofía. Es por eso, cada cual tiene sus parafilias.
ResponderEliminarYo también llevo a veces lecturas en paralelo, aunque durante este tiempo de encierro estoy siendo ordenado y leo uno tras otro. Tu abanico de lecturas es amplio y veo que alguna de ellas la haces por haberla encontrado en un mercadillo a un precio competitivo. ¡Qué ganas tengo de volver a revivir esa sensación de hojear libros en un puestecillo de mercado! Significará que estamos en la calle otra vez.
ResponderEliminarUn abrazo, Atticus
A mí me parece lo normal, es como hablar a lo largo del día con varias personas: si las ves unos días después no te lías con lo que has hablado con otras, son distintas.
EliminarLeo en varios formatos, compro libros pero también hago un abundante uso de bibliotecas. Y, de vez en cuando de mercadillos. Sí, como dices, qué ganas. Un abrazo para ti también, Juan Carlos.
Por lo que leo llevas a la vez bastantes libros...Aunque no todos ilusionen igual.
ResponderEliminarUna pena que la novela en la que se basa Blade Runner no sea también una obra maestra, pero bueno, aún así me han dado ganas de leerla....algún día...
A Ángel González lo escuché a través de Pedro Guerra con "La Palabra en el Aire". Recuerdo canciones como "Mientras tu existas", sobre amor y distancia, también me dan ganas ahora de escuchar el disco de nuevo.
Y es que estando en casa, uno de los placeres está en la lectura, que no es poco, una buena luz natural, o de flexo por la noche, un buen balcón o ventanal, y un buen texto que nos haga vibrar, pensar o ser más humanos, son necesarios.
Iba a ponerme a trabajar ahora, pero...no, por tu culpa voy a seguir leyendo.
Espero que estés disfrutando de Márai, Muñoz Molina, García Montero, o cualquier otro, que en estas cosas está bien visto ser promiscuo.
Un abrazo, Atticus, hasta el próximo y esperado post.
Llevo varios a la vez, sí, pero unos con más entusiasmo que otros. El de Márai es que lleva más velocidad. Y creo que después empezaré "Alegría", de Manuel Vilas.
EliminarLo de la novela, va por barrios. Algunos creen que es mucho mejor. Es, en todo caso, distinta, y creo que me llega más la película. Pero no tengo muchos argumentos para defender eso, es una cuestión de vísceras.
A veces me pregunto qué seria de mí estos días sin la lectura, que me da serenidad. No todo el día puede uno estar trabajando. Ni limpiando la casa ni cocinando, claro. Así que sigamos con las páginas.
Un abrazo y gracias, Miguel. El siguiente llegará cuando llegue.
En uno de los lomos de tus libros leo:"Filosofía en 11 frases".
ResponderEliminar¿Puedes transcribirlas, por favor?
Una confesión:
Sigo tu blog (como seguía el de Criscractal) por la Filosofía.
Ni mi formación ni mi profesión tienen nada que ver, pero leyendo vuestros blogs y tratando con otros profesores de Filosofía con los que he tenido la suerte de cruzarme en mi vida, he encontrado muchas respuestas personales.
Y he descubierto que aquellos que optaron por esa profesión, son gente muy especial.
Tenéis la capacidad de "entender".
Con más claridad de lo habitual y eso se hace extensivo a los demás aspectos de la vida, pues cuando se percibe bien de qué va esto de vivir y pensar, todo tiene mucho más sentido.
La literatura, poesía, cine, música tienen ese componente filosófico, y a algunos, nos ayuda mucho.
El libro del que hablas es muy curioso, tiene trama, pero es una excusa, claro, para hablas de filosofía en torno a once frases. No son todas las célebres, por supuesto, pero te sonarán casi todas.
Eliminar1. "Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río" (Heráclito).
2. "Soy el que soy" (Dios).
3. "Sólo sé que no sé nada" (Sócrates).
4. "Oh, amigos, no hay amigos" (Aristóteles).
5. "Ama y haz lo que quieras" (San Agustín).
6. "El hombre es un lobo para el hombre" (Hobbes).
7. "Pienso, luego existo" (Descartes).
8. "Todo lo sólido se desvanece en el aire" (Marx).
9. "Dios ha muerto" (Nietzsche).
10. "Nada hay fuera del texto" (Derrida).
11. "Donde hay poder, hay resistencia".
Tú verás lo que haces, yo no idemnizo a quienes se sientan estafados. Esto es un blog para que servidor escriba de lo que le apetezca cuando lo desee. Es decir, neuras, filias y fobias.
Pero gracias en todo caso. No creas que es un don ni nada de eso, simplemente oficio, mucho tiempo, muchos libros leidos y muchísimos errores cometidos. Yo, de verdad te lo digo, no veo nada especial. Pero te lo agradezco.
Echo de menos el blog de CrisC, pero es su decisión. Lo lamento, perdemos mucho.
¡Qué fortuna poder leer! Ya no digo un ratito largo o corto, si no el hecho de poder hacerlo. Parece mentira, pero desde que estoy confinada, imposible un ratín de calma para abrir uno y zambullirme en sus páginas. Teletrabajo, familia... Lo echo de menos profundamente. ¡Menos mal que tengo este hermoso oasis! Gracias por cada entrada.
ResponderEliminarTodos los días leo, los buenos, los malos y los mediopensionistas. Estos son malos. Me falta la estabilidad. Si no fuera porque conozco los síntomas, diría que tengo dificultades respiratorias; y las tengo, pero por otra cosa, es un primo molesto que viene a veces a visitarme.
EliminarEspero que tengas mejores oasis que esto, pero bueno, te lo agradezco. Hoy me gustaría escribir algo más, a ver cómo se da la tarde mientras escucho a Michael Nyman.
Veo que estás bien surtido de material para estos días. Yo también llevo varios en rueda, hasta que uno se impone definitivamente y los otros quedan a la espera. Y también estoy revisando todos los libros de mi libroteca y como a ti, hay algunos que he leído y de los que apenas recuerdo nada, cosa extrañísima. De los autores que tienes en la columna, precisamente acabo termina de leer a Muñoz Molina ("El invierno en Lisboa") y me ha gustado mucho como escribe. De Sándor Marai solo he leído "El último encuentro" y me encantó. Con el de Philip K. Dick me quedé estancado en el segundo capítulo, y ahí está esperando. No terminó de engancharme.
ResponderEliminarEn fin, que disfrutes de las lecturas.
Un abrazo.
Sí, tengo unos cuantos y muchos más en el e-book. Para no aburrirme. Lo malo es la situación, si estuviéramos de vacaciones, no creas que a mí me desagrada estar en casa leyendo. Pero, como profesor, me genera mucho estrés la situación. Y menos mal que están los libros.
EliminarMuñoz Molina es, creo, el mejor autor vivo en España, sin desmerecer a los muchísimos que hay excelentes. "El invierno en Lisboa" es uno de los primeros que leí (o el primero, no recuerdo). Si sigues la estela disfrutarás de maravillosas horas.
También ese fue el primer libro de Márai que leí, un regalo de compromiso que me hicieron (llevaba pegada la etiqueta del hipermercado); aún estoy boquiabierto por lo que saca de tan poca historia. Porque la literatura tiene algo de "qué" y mucho de "cómo". Sigue también con él, recomendación del chef.
Y no te angusties por dejar libros: yo creo que es uno de los derechos del lector. Los únicos que no dejan libros a medias son los que no los empiezan nunca.
Un abrazo también para ti en esta dominical tarde en la que alguna voz infantil se cuela por la ventana.