jueves, 20 de mayo de 2021

BATTIATO

Tengo ganas de escribir sobre Battitato y a la vez no. Poco que añadir a todo lo que se ha dicho ya, no voy a descubrir sus cualidades ni su estilo inconfundible, de modo que es casi un género, algo que se puede decir de pocos. Basta con escuchar una canción para saber que es, sin ninguna duda, de Franco Battiato.

Cantante, poeta, filósofo, místico… Puede ser. Todo eso.

Lo he escuchado durante mucho tiempo, décadas. A veces sin entender gran cosa. Poco a poco me he dado cuenta de que su música estaba cargada de referencias cultísimas y, desde luego, apelaciones al cosmopolitismo y la universal naturaleza humana.

Son tantas sus canciones… Tantas mis favoritas…

Este blog le debe la mitad de su nombre, como expliqué en la primera entrada. Ahora, Battiato empieza un’altra vita, como decía una de sus canciones. Parece que creía en la reencarnación. Pues que vuelva.

 


Algunas de mis canciones preferidas:

https://www.youtube.com/watch?v=tJC9I1cqN3U

https://www.youtube.com/watch?v=bHU9cIh_8-U

https://www.youtube.com/watch?v=PCPkSnzRZuc

https://www.youtube.com/watch?v=lkh2LzqHh_w

 

Y unas rarezas:

https://www.youtube.com/watch?v=zQU7Efyq-KQ

https://www.youtube.com/watch?v=0cd52abZcZY

https://www.youtube.com/watch?v=lP6g9o6NKw0&list=PL0I_UNt9c9qAhYd1OyPuZ9APnlrK2Do_l&index=8



Procedencia de la imagen:

https://www.noticiasdenavarra.com/cultura/2013/03/14/franco-battiato-hemos-perdido-capacidad/314308.html


sábado, 8 de mayo de 2021

SALDREMOS MEJORES. O SALDREMOS

Hoy es el primer día que salgo a la terraza a estar y no solo a asomarme. De hecho, estoy escribiendo en la mesa que tengo en ella permanentemente. Se oyen dos niños a lo lejos, no hay gente en el parque, es pronto y hace calor. Más lejos aún se oye el ruido de los coches.

Estoy recordando el silencio absoluto de hace poco más de un año. Y también que la vegetación urbana creció asalvajada y selvática. Salimos a la calle con alegría, conscientes de que esa libertad era la misma a la que no dimos importancia. Hoy hace sol y lo recuerdo. No quiero olvidar.

Esta mañana he ido a comprar: mucho, como aquellas veces en las que salía temeroso y tenso y hacía compra para varias personas; casi no podía con todo. Ahora el supermercado está lleno y la gente tiene poco cuidado, pero yo sigo agradeciendo a las cajeras que estuvieran allí en esos meses tan duros. Sé que están enfadadas porque no se las considera esenciales a la hora de vacunarse. Y tienen razón: ellas por el contacto directísimo con las personas, no siempre amables ni cumplidoras de las normas más elementales (de educación y de seguridad sanitaria); también todos los que hicieron posible que los demás siguiéramos comiendo. Siempre gracias.

Se decía entonces que saldríamos mejores porque nos dimos cuenta de que vivimos en una sociedad, es decir, en un sistema de interdependencia mutua. Basta con estar un rato en la calle para percibir que somos los mismos, lo mismo: suciedad, gritos, mala educación, conducción temeraria, desprecio al otro…

Saldremos, eso seguro. Por la gente que se ha dejado la piel y la vida. Mejores creo que no. La gente buena sigue siéndolo, los miserables lo son más aún.

Voy a seguir mirando las nubes, los árboles y las amapolas.