miércoles, 30 de abril de 2025

‘PARTHENOPE’

He visto dos películas de Paolo Sorrentino: La gran belleza (2013) y La juventud (2015). Ninguna de ambas me ha acabado de llenar. Si tengo que elegir, me quedo con la segunda, aunque solo sea por el encuentro crepuscular entre Michael Caine y Harvey Keitel, así como por ese homenaje (o lo que sea eso) a Maradona.

La primera estoy viéndola de  nuevo, con mayor agrado que cuando la vi en el cine, aunque participa de lo mismo que la que Parthenope (2024). Porque La gran belleza me pareció demasiado larga, deshilachada y falta de interés, a no ser que entres en su universo narrativo y sus referencias a Italia, a Roma, al Fellini de La dolce vita (1960) y a sus filias y fobias. Que no son las mías, desde luego.

Vi Parthenope hace unos días. Y me ha pasado algo parecido. 136 minutos en los que se recrea en historias paralelas, personajes a menudo irrelevantes, encuentros, búsquedas y exploraciones de la vida y, muy especialmente, Nápoles, Nápoles y de nuevo Nápoles. Omnipresente Nápoles a través de los ojos de Parthenope, una joven de deslumbrante belleza, de cuyas motivaciones no sabemos demasiado, salvo que estudia antropología y que a su alrededor ocurren cosas, a veces extraordinarias y otras de una banalidad exasperante.

Y, cuando la película está avanzadísima y nos han mostrado multitud de instantáneas de la juventud de Parthenope, hay un salto de cuarenta años y poco después se termina la película. La vida de la protagonista se nos sustrae.

En ese momento yo no sé si me ha gustado, qué me han contado y por qué acaba de ese modo. Recuerdo todos esos personajes (muchos, demasiados) que han desfilado y cuyas historias parecían tener recorrido, aunque no ha sido así.

Sigo pensando si, como dicen algunos, Sorrentino es un genio y un outsider, o si solamente filma lo que le da la realísima gana sin atenerse a una narrativa convencional. En ello estoy. Porque Parthenope tiene, aparte de lo dicho en los párrafos anteriores, una extraña y fascinante belleza; es poética, metafórica, inquietante, sugerente, quebradiza, fragmentaria, exagerada, folclórica, elitista, pictórica...

 

Tal vez en esos enlaces alguien encuentre alguna clave:

https://anatomiadenapoles.wordpress.com/2016/11/16/mi-bella-sirena-parthenope/comment-page-1/

https://es.italiani.it/N%C3%A1poles-y-el-antiguo-mito-de-la-sirena-de-Parthenope/



Procedencia de la imagen:

https://www.aceprensa.com/resenas-cine-series/parthenope/

jueves, 24 de abril de 2025

DÍA SIGUIENTE AL DÍA DEL LIBRO

Suelo decir que los lectores no necesitamos el día del libro. Veo muchos fuegos artificiales, demasiados, y no poco negocio a costa sobre todo de la narrativa. También instituciones que justifican su pobre desempeño hinchándose como pavos este día, hoy ya no hay nada.

Veo a Álvaro Pombo muy delicado, pero con la cabeza en su sitio, recibiendo el Premio Cervantes. Leed a Álvaro Pombo; no todo lo suyo me gusta, pero merece la pena.

Veo el negocio legítimo de las librerías y grandes almacenes. Igualmente, la sinceridad apabullante de las bibliotecas, a las que nunca agradecemos lo suficiente su tarea. A diario.

El martes vi a un joven por la calle leyendo. Caminaba deprisa. Recuerdo que una vez me dijo una mujer, cuando yo hacía eso mismo, que no se puede andar y leer a la vez. Le respondí que yo sí puedo.

Ayer cogí el cercanías en Madrid. A rebosar. En mi vagón había cuatro personas leyendo, cuatro mujeres, diversas edades. Frente a mí, una joven leía The great Gatsby, así, en inglés. Y pensé que tampoco ellas necesitan día del libro.

A mí lo que me gusta es leer y olvidar que existen el tiempo y el mundo.



Procedencia de las imágenes:

https://www.tiktok.com/@larazon.es/video/7496466882556349718

https://www.lecturalia.com/blog/2012/06/14/leer-mientras-caminas/

miércoles, 16 de abril de 2025

VARGAS LLOSA IN MEMORIAM

Se nos ha muerto Vargas Llosa.

Y yo soy un lectror agradecido. Un lector, no un fan. Porque dicen que sus posiciones políticas estaban muy a la derecha. Es posible, pero eso es legítimo y, además, nada dice de sus magníficos libros. Conocí a un profesor de Lengua (¡y Literatura!) que lo odiaba precisamente por eso y se negaba a leerlo. Pobre, y poco profesional, por cierto. Es como si un docente de Filosofía se niega a leer y a explicar a santo Tomás o a Karl Marx.

Hoy no vengo a eso. Estoy repasando mi modesta biblioteca y veo que tengo nueve libros de Vargas Llosa: Pantaleón y las visitadoras (comprado en 1983), La guerra del fin del mundo (1984), La tía Julia y el escribidor (1985), La casa verde (1986), La ciudad y los perros (1986), La señorita de Tacna (1987), Los cachorros (1993), Lituma en los Andes (1994) y Elogio de la lectura y la ficción. Discurso ante la Academia Sueca (2011). Compruebo que me faltan dos que alguna vez tuve y extravié o no me devolvieron: Los jefes y Conversación en la catedral (por favor, si alguien que esté leyendo esto los tiene, nunca es tarde para que los retorne a su legítimo dueño, o sea, yo). También he leído, prestado, El sueño del celta, que me gustó sin entusiasmarme y El hablador, dicen que una obra menor, pero nada desdeñable a mi juicio.

Lo leí mucho en los ochenta. La verdad es que fueron años de leer a todos esos que se agruparon bajo la etiqueta de boom latinoamericano. Ya no los frecuento tanto, pero no por eso dejan de ser el sustrato del que se alimentaron mis horas de felicidad y mi aprendizaje como modesto juntaletras.

Es imposible reseñar su obra. Yo solo me atrevo a recomendarla a los pocos que aún no le hayan hincado el diente, los ojos y el entendimiento. Porque -insisto- soy un lector agradecido; es curioso que nos afecte la muerte de alguien a quien no hemos conocido más que a través de sus libros. Bueno, yo tuve la ocasión de escucharlo en una conferencia más política que literaria y de pedirle que me firmase un libro que regalé, pero eso no cuenta, lo importante es lo que ha escrito. Y aquí es donde veo unas historias sensacionales, que a veces parecen desmentir sus convicciones políticas, un lenguaje perfecto, a veces barroco, con localismos cuando son precisos y nunca aburridos. Por cierto, para los que crean que es un autor tostón, que lean La tía Julia y el escribidor o Pantaleón y las visitadoras. Es que también tenía un sentido del humor inteligente, agudo y cáustico.

En definitiva, que escribo esto como agradecimiento de lector que, lo sé, volverá sobre él.

De momento, y para los muy perezosos, recomiendo que lean el discurso de agradecimiento cuando le dieron el Nobel, allá por 2010. Son 33 páginas y al final incluso el enlace al vídeo. Bueno, que no sean holgazanes y que lo lean en cualquier dirección: cada lector es soberano, pero el menú Vargas Llosa es apetitoso y nutritivo siempre.

Adiós, maestro.

 

 Discurso ante la Academia Sueca  por la concesión del Nobel en 2010:

https://www.youtube.com/watch?v=c2lAhfSgaGg



Procedencia de las imágenes:

https://theconversation.com/un-paseo-por-las-novelas-de-mario-vargas-llosa-254524

domingo, 6 de abril de 2025

LOS BRASAS

Vi hace poco una entrevista con Arturo Pérez-Reverte. La verdad es que casi toda ella me pareció un poco de cuñao. A mí lo que me interesa de un escritor es lo que diga y haga respecto a su particular curro, lo demás es tan irrelevante como lo que cualquiera pueda pensar y decir. Yo también por supuesto, estoy dispuesto a admitir que un blog tienen algo de opiniones de un cuñao. Menos mal que aquí nadie viene obligado.

En esa entrevista, no obstante, salió el tema de las creencias. Y Pérez-Reverte sostuvo que a ves hay una escala que comienza con el creyente, sigue con el apóstol, se prolonga con el inquisidor y termina con el verdugo. Cómo no estar de acuerdo, basta un leve repaso a la historia.

No me refiero a la religión (y no recuerdo de qué hablaba él), sino de algo más amplio: el vasto campo de las creencias de todo tipo, poco sustentadas en argumentos e impermeables a la crítica. De hecho, hay muchos que pregonan la necesidad de ser críticos, pero se irritan sobremanera si la crítica es hacia ellos o sus creencias.

Tampoco creo que sea necesario insistir en que nada tengo contra los creyentes en lo que sea, que cada cual haga en esto de su capa un sayo. El problema viene si se dan los pasos siguientes. Por ejemplo, el del apostolado. O sea, dar la brasa con una verdad que el creyente tiene como absoluta, pero que no deja de ser una creencia particular.

El apóostol-brasas da la murga a poco que le prestes atención. Quién no conoce alguno. Recuerdo a un tipo que lo sabía todo acerca de la conspiración del 11-M. Por supuesto, fue un montaje, nada de lo que nos han dicho es verdadero y los que condenaron los jueces son cabezas de turco, encarcelados con pruebas falsas. Hace tiempo que no veo al individuo en cuestión, me dicen algunos conocidos comunes que sigue igual. Porque son inasequibles al desaliento.

Con los de las vacunas ocurre lo mismo: el grafeno, el chip, el control social, Soros, Gates, los gobiernos, el nuevo orden mundial, el magnetismo, el 5G... Como todo eso es irrefutable porque no es comprobable y ellos son reacios a la falsación, todo vale.

¿Terraplanistas? Tal vez hace cinco siglos tuviera sentido la discusión (espóler: no), pero ahora carece de sentido.

¿Creacionistas? Pues eso, crea usted en la creación, pero no nos dé la murga a los demás; visite el Museo de la Evolución de Burgos, lea a Darwin, vea la película Herencia del viento... Ah, que no, que eso forma parte de la gigantesca conspiración.

El tema da lo mismo: los propuestos en las líneas anteriores o el cine de Kaurismaki, la fotografía analógica, la alimentación natural, el yoga, Heidegger, el youtuber de turno, la cábala o lo que a usted se le ocurra. El caso es dar la brasa, estar por encima, ser un iluminado, un soberbio, un sabelotodo... Saberse importante.

No sé como hacerles frente. Me admiran esos que a la mínima recurren al argumento Fernán Gómez-Labordeta: “¡A la mierda!”. O los que fruncen el ceño y preguntan si quiere bolsa, señora. Yo huyo en cuanto puedo y, si ya los conozco, evito su compañía.

Si soy uno de ellos, recomiendo conmigo lo del párrafo anterior. Ale, me voy a planchar.



Procedencia de las imágenes: 

https://es.aleteia.org/2018/12/29/ideas-para-tener-paciencia-con-una-persona-pesada

https://x.com/NavarraalNatura/status/1174231955413643264