“Bello es lo que, sin concepto, place universalmente”
Immanuel Kant: Crítica del Juicio
El viernes pasado tuve la suerte de asistir al concierto de presentación del grupo vocal Kromátika en una iglesia de Guadalajara. Mejorable escenario, todo hay que decirlo. Pero se me olvidó rápidamente en cuanto se pusieron a cantar. Dios mío: si algo se parece a la belleza era eso.
Soy persona poco creyente, pero si me hubiera descuidado un poco, seguro que empiezo a asumir que ésa es la banda sonora del más allá; porque en el más acá solo hay ruido, grosería y banalidad. Cerré los ojos, y no por aburrimiento, sino para que la vista no me distrajese ni un segundo. En algún momento estuve en ningún lugar; tal vez la experiencia estética es una variante de la experiencia religiosa, o al revés.
Aunque es un grupo coral del que no debe destacarse más que la labor del todo y de su directora (Elisa Gómez), las voces de los solistas Pilar y Xavier merecen un estremecimiento aparte.
De todo el repertorio, creo que estuvieron especialmente sublimes en este “Aita Gurea”.
Yo es que no me lo creo, Atticus. Con lo ateo que tu eres y teniendo una experiencia religiosa y pensando en el más allá.¡Milagros del Aita Gurea!, je, je.
ResponderEliminarYo también opino que los solistas del grupo lo hacen fenomenal. Junto con Pilar y Xavier estuvo también Juanma fantástico y qué decir de Elisa, la artífice y creadora de todo.
Espero verte en más conciertos kromátikos. Bss
Hablo desde la ignorancia: Pilar y Xavier me parecieron fantásticos porque los oí más. Pero ni una sola vez me pareció que nadie estuviese "fuera". Que todo suene perfecto, en esto, y en todo arte, es fruto de mucho tiempo, de ensayos, de probar y probar. Perfecto.
EliminarY ya sabes que yo quiero creer, pero me basta con el atlético de Madrid y, muy de vez en cuando, con las palabras de alguna mujer incauta en la que creer. Así me va en ambos campos: creer es arrojarse sin red al vacío y confiar. De manera que, puesto a estrellarse, al menos con esta música maravillosa...
En serio, quien ama la música entiende la experiencia religiosa. Bach lo sabía.
Levitando me hayo mientras escucho tu post!!! Sublime!!
ResponderEliminarPD: Veo que me has incluido en tus meditaciones metafísicas!!. Es todo un honor!!
Me alegro de que te guste. Te aseguro que en directo es mejor. El sonido de esas voces perfectamente ajustadas es espectacular.
ResponderEliminarLo de incluirte, un honor para mí. A ver si el personal lo enlaza y lee las estupendas cosas que escribes.
¡Es precioso!!.
ResponderEliminarTambién soy poco creyente (nada), pero siempre que escucho cantar a un coro, pienso en los ángeles, en el cielo. Ahora estoy en uno...haciendo de demonio.
¿En un coro celestial haciendo de demonio? Te estás buscando la condenación eterna.
EliminarYo también soy poco creyente y poco amante de la música, pero es verdad que fue algo sublime y espectacular. ¡Que combinación de voces! ¡ Que bien! me gustó mucho. A mí también se me ponían los pelos de punta. ¡Ánimo Kromáticos!
ResponderEliminarQué bien que todos coincidamos. Para los pelos de punta, la espuma extrafuerte de Mercadona va de cine.
EliminarComo toda belleza, verdaderamente conmovedor este coro.
ResponderEliminarNo sé qué fibra profundamente humana pulsa la música, quizás que pone acorde a todo cuanto vibra dentro de su condición trágica, lo manifiesta, desnuda, eleva, aligera..., a saber.
Cioran, que no dejaba títere con cabeza, salvaba la música.
No era una boutade lo que decía de la experiencia religiosa: esta ascesis sólo es posible en ciertos ámbitos, el musical es uno de ellos.
EliminarDon Cioran era el tipo ideal para no irse de cañas, pero en lo de la música tenía razón.
Siento mucho no haberme enterado de este concierto. Tendré que leer más los periódicos locales.
ResponderEliminarMal, muy mal. Te hubiera encantado. Es lo único bueno que tienen los periódicos locales: estos eventos.
EliminarAun sin escucharlo, no dudo de la belleza de ese grupo vocal. Imaginándomelo, todavía resulta mas excelso. De ese "ruido, grosería y banalidad" de la que hablas, sabemos mucho por aquí, en Valencia, con las fiestas falleras, todo un homenaje al mal gusto, al comportamiento incívico y a la mala educación. El fuego purificador siempre tarda demasiado en poner un final feliz a un espectáculo tan ordinario.
ResponderEliminarMejor no hago comentarios falleros, que luego me llaman de todo los de los masclets. Pero sí a todo.
EliminarCon tu permiso, Atticus, y el de todos, este regalo que desconocía. En pie, la Belleza:
ResponderEliminarhttp://youtu.be/rEs1wtsw_IA
¿Que lo desconocías? Has vivido en pecado mortal sin saberlo. Bien traído, nos ponemos en pie, naturalmente.
Eliminar¡Me ha gustado muchísimo! Eso de la "experiencia estética" que mencionas lo conozco muy bien. No me sucede únicamente con la música. Recuerdo llorar de emoción ante un edificio, gritar de ira ante otros, gozar con escuturas y pinturas hasta el límite de que las personas que me acompañan comienzan a alucinar denominando mi estado como la ascesis de Santa Teresa. También me ocurre con la comida. ¡Qué le voy a hacer! Y con la lectura, y con la manera en que alguien mira o habla o ríe.
ResponderEliminarUna vez tuve la oportunidad de cantar en un coro durante un tiempo. Sé el trabajo y dedicación que lleva. Así que, desde aquí, mi más sincera enhorabuena a Kromátika! Un abrazo para todos!
Sí, desde luego que lo de la comida es una experiencia estética y no sólo un acto de alimentación. Me alegro de que te haya gustado lo de Kromátika.
ResponderEliminarUn regalo de domingo:
http://www.youtube.com/watch?v=NJ9xqBsROBQ