«La poesía
es fingir que es verdad
lo que es verdad».
Benjamín Prado: poema «Material», incluido en Acuerdo verbal
https://www.youtube.com/watch?v=va1oiojnGrA&list=RDva1oiojnGrA&start_radio=1
«La poesía
es fingir que es verdad
lo que es verdad».
Benjamín Prado: poema «Material», incluido en Acuerdo verbal
https://www.youtube.com/watch?v=va1oiojnGrA&list=RDva1oiojnGrA&start_radio=1
Ignoro la razón por la cual la música de Enya (hipnótica, envolvente y bellísima) casi ha desaparecido. Tengo algún CD suyo y esta calurosa tarde hay algo que me ha pedido volver a casa.
Ahí van unas muestras:
https://www.youtube.com/watch?v=7wfYIMyS_dI&list=RD7wfYIMyS_dI&start_radio=1&rv=7wfYIMyS_dI
https://www.youtube.com/watch?v=Jl8iYAo90pE&list=RD7wfYIMyS_dI&index=2
https://www.youtube.com/watch?v=bPCdsa7hS7M&list=RDbPCdsa7hS7M&start_radio=1
Procedencia de la imagen:
https://radiosol.cl/que-fue-de-enya-la-reina-de-la-musica-new-age/
Pero hoy no va de política, tal vez en otra ocasión.
En realidad no es soso, solo lo parece, como un disfraz.
He escuchado a Ángel Gabilondo en directo dos veces; en una incluso pude hablar con él porque iba con una amiga que fue alumna suya. Un tipo tímido y cordial, que escuchaba más de lo que hablaba, como suele suceder con los que tienen algo que decir.
En ambas conferencias se creció en el diálogo con los que allí estábamos, en la improvisación pura, fruto de la sabiduría y la reflexión de muchos años.
He leído solo dos libros suyos: Alguien con quien hablar y El salto del ángel. Ambos al alcance de todos y muy provechosos.
Entre el lunes y el martes, mientras pedaleaba en el gimnasio, he escuchado esta conferencia que dio en Cataluña, allá por 2012, según dice YouTube. Va sobre Kant, pero que nadie se asuste, la filosofía es para todos y Kant, como dice Gabilondo, es un clásico porque es actual.
Esta es la conferencia:
https://www.youtube.com/watch?v=mX2dnBKAsyI
Procedencia de las imágenes:
https://www.amazon.es/Alguien-quien-hablar-%C3%81ngel-Gabilondo-ebook/dp/B006CO6UY8
https://www.todocoleccion.net/libros-segunda-mano/el-salto-angel-angel-gabilondo-editorial-aguilar-2013~x341118328
Este sábado iré a la Feria del Libro de Madrid. Lo hago casi todos los años, aunque no siempre compro, pero me gusta ir. Reconozco que me molesta un poco esa devoción por el famoso, que a menudo no ha escrito su libro, sino que lo ha hecho el correspondiente negro, que seguramente es mejor llamar escritor fantasma.
He leído que este año la invitada es Nueva York. Y eso me ha llevado a rememorar aquel viaje maravilloso que hice en julio de 2011, y que aquí plasmé en una especie de crónica personal en cinco entregas: «Crónicas neoyorkinas».
Prometí volver. Prometí llevar a mi hijo, que entonces era menor de edad, para que me acompañase al Smoke. Han pasado casi 14 años, él no quiere ir a la ciudad y a mí se me han pasado las ganas de visitar ese país nuevamente. Tampoco he conseguido que se aficione al jazz, por cierto.
He recordado especialmente la ciudad de Nueva York porque acabo de terminar un libro de Eduardo Mendoza, El rey recibe, que se desarrolla parcialmente allí. Aprovecho para decir que el libro no es, a mi juicio, un Mendoza de primera. Más bien parece escrito dejándose llevar, introduciendo personajes y narraciones sin demasiado sentido, sin que la narración progrese con un hilo. Es Mendoza, por supuesto, con su fina ironía y sus observaciones punzantes, pero está muy lejos de ser el mejor. A mí es el que menos me ha gustado y he leído casi toda su obra.
Sin embargo, he recordado otro libro de él, que leí a raíz de aquel viaje, Nueva York, muy poco conocido y agotado. Lo busco en mi modesta biblioteca... y no está. Veo que Amazon lo vende. 72 pavos. Aprovecho para pedir a quien lo tenga que me lo devuelva. O que me dé la pasta que ha debido obtener por él. Recuerdo que no era una guía de viaje, sino una serie de reflexiones en calles, plazas y gentes, una curiosidad que leí con devoción y que ojalá pueda recuperar.
Sí tengo una edición cochambrosa de Poeta en Nueva York, que leí de camino, en el avión, y a la que vuelvo a veces. Es el Lorca que más me gusta y recomiendo igualmente un disco que se grabó con versiones internacionales de los poemas de ese libro.
Tampoco tengo en mi biblioteca Brooklin Follies, libro que regalé a una mujer con la vana esperanza de ir juntos a Nueva York. Lo leí años después, no en ese ejemplar, tan desaparecido como ella. No acabo yo de entrar en ese autor, pese a que lo intento una y otra vez. Igual es por lo referido antes (psicoanálisis de baratillo).
Así que aquí estoy, en esta nublada mañana de junio, recordando aquel tiempo neoyorkino. No soy nostálgico, es raro. Por favor, que alguien me devuelva mi ejemplar del libro de Mendoza.
https://www.youtube.com/watch?v=vqU9449nwYI&list=PLaOZk80wy1COC-pWmSXp-92-NaJCQxIti
Procedencia de las imágenes:
https://www.goodreads.com/book/show/4462759-nueva-york
https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/brooklyn-follies/9788433970923/PN_629
Es una película apocalíptica. Se rodó en 2006, la dirigió Alfonso Cuarón, y se sitúa en el ya muy próximo 2027. La humanidad ha perdido su capacidad de reproducción y, en consecuencia, se encamina hacia su extinción. Hablan de una pandemia de gripe en 2009, pero no queda clara la razón de esa esterilidad planetaria. El humano más joven tiene casi veinte años, desde entonces no ha nacido nadie.
Vemos muchísimas secuencias en un Londres terrible, inhóspito y radicalizado. Los refugiados son perseguidos, internados en campos, maltratados (“Me dais asco”, dice un policía). Se pide a la gente que los denuncie, tanto si se trata de su empleada de hogar como su dentista. La ciudadanía se convierte en el pasaporte a la supervivencia, pese a que en una escena no les sirve de nada.
La policía no es la que hace cumplir la ley, sino que es la ley. En una simbiosis con el ejército, se muestra brutal y despiadada. Los refugiados/inmigrantes son poco menos que escoria, infrahumanos, ratas.
Me interesan dos cosas fundamentalmente. En primer lugar, lo de la pandemia que lo cambió todo (con el COVID vimos algo así, aunque a menor escala), comprobamos lo débiles qué somos como sociedad y lo necesario que es tener unos servicios públicos fuertes y eficaces. En segundo lugar, los refugiados y cómo la identidad política mal entendida los convierte en el chivo expiatorio, sin percibir que son igual de humanos, que también están afectados por la infertilidad y que, como el judío Shylock en El mercader de Venecia, aman, sufren, se duelen, se ríen...
No puedo dejar de mencionar a esos resistentes, muchos de los cuales no dejan de ser terroristas, vengativos, sin más argumentos que un fusil con el cargador lleno. Por supuesto, aquí su resentimiento político parece tener causa noble. Otra cosa son los medios y los daños que van causando y que les acercan a los de sus represores.
Obviamente, no puedo dejar de proyectar lo que veo en lo que ofrecen los telediarios diariamente: quienes llegan a Canarias o a Lampedusa, quienes son casi exterminados en Gaza, los que masacran al diferente...
Lo peor que le puede ocurrir a una película apocalíptica es que pasen los años y se convierta en un pastiche ridículo. Esta no lo es.
Una secuencia me ha estremecido especialmente (¡spoiler!): aquella en la que el protagonista sale con la mujer que acaba de tener un hijo y se abren paso entre los soldados/policías. Estos se asombran, lloran, se arrodillan, se santiguan, se enternecen... Quienes hayan visto Senderos de gloria descubrirán analogías.
Trailer de la película:
Procedencia de las imágenes:
https://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-60792/
https://www.sensacine.com/actores/actor-2535/fotos/detalle/?cmediafile=18670936
Me gustan. Son los que valen la pena.
Los otros, los de la ortodoxia, son los que dicen algo muy convencidos contra el partido que gobierna y, cuando el suyo llega al poder, mutan su discurso con el mismo arrebato.
Tienen un gran sentido de la familia. De la suya, claro; las demás son todas imperfectas. No oses decir nada de sus papis o hermanos, eso es terreno blindado y peligroso. Con los hijos menos aún.
Están en contra de los abusos sexuales a menores (hay que ser muy mostrenco para no estarlo) y, cuando se les pide que se pronuncien sobre la pederastia en la Iglesia, se indignan achacando una persecución a los católicos (o la religión que posea el interfecto).
Son los adeptos de cualquier ‘ismo’ y compran el pack completo. Hay muchos ismos y es difícil dialogar con ellos porque se consideran críticos y poseedores de la verdad. Pero ay de ti como intentes ser crítico con sus creencias. Porque son creencias. He de añadir que muchas de esas causas que defienden son nobilísimas, pero ellos no tanto.
Este post está emparentado con uno de hace pocas semanas: “Los brasas”. No solo son fieles a la ortodoxia, sino que su apostolado es francamente molesto y cargante.
Yo he estudiado Filosofía, también algo de Psicología. Hay abundante bibliografía respecto a estas cuestiones. Como no quiero ser muy plasta, recomiendo cualquier texto sobre lógica informal (en internet, por cierto, hay páginas excelentes), así como el libro de Ortega y Gasset Ideas y creencias. Y, si no es mucho pedir, que repasen a Kuhn, Lakatos y Popper. Al menos que vean Zelig, la peli de Woody Allen.
Los míos, concluyo, son los que no saben quiénes son los míos. Como decía Machado, los que viven en guerra con sus entrañas y, como proponía Hannah Arendt, intentan pensar sin asideros.
Procedencia de las imágenes:
https://deconceptos.com/ciencias-sociales/heterodoxia
https://www.todostuslibros.com/libros/ideas-y-creencias_978-84-206-4129-4