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jueves, 28 de diciembre de 2023

LECTURAS DE 2023

No ha sido el año que más he leído, pero sí de los que más. En total 60, no está mal, incluidas algunas novelas gráficas. Estoy repasando la lista y de algunos ya no tengo ningún recuerdo; o sea, que mal, que insustanciales, así que me remito a unos cuantos que sí me han dejado huella.

De Nelle Neuhaus he leído tres novelas. Género detectivesco, ambientadas cerca de Frankfurt. La recomiendo, no han sido las primeras ni las serán las últimas.

De Víctor del Árbol he leído Antes de los años terribles. Me parece un magnífico escritor, también aquí, en este libro tan terrible como dice su título. De los que incomodan y afectan.

Descubrí a Leonardo Padura en Aquello estaba deseando ocurrir. Es un libro de relatos que me ha abierto la puerta a este autor cubano, del que me esperan unos cuantos libros para 2024. Desde luego, excelentes.

El peligro de estar cuerda y La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero, me humedecieron los ojos en muchas páginas. Son novelas, también ensayos y con muchos elementos autobiográficos.

Con El último barco, de Domingo Villar, me despedí de este sensacional autor que nos ha dejado para siempre. Qué bien escribía Domingo Villar, qué pérdida tan dolorosa.

El verano en que mi madre tuvo los ojos tristes, cuya autora es Tatiana Tibuleac, es de lo mejor, de los dos o tres que no puedo olvidar. No voy a decir nada, que cada cual lo lea y vea ese tránsito de lo violento a lo más tierno.

Hamnet, de Maggie O’Farell es seguramente, con el anterior, lo mejor de este año. Otro libro que abre las compuertas de los lacrimales. Excelente prosa, delicada, mágica…; no conozco a nadie a quien haya aburrido o a quien haya parecido mediocre.

La muerte de Nuccio Ordine me llevó a La utilidad de lo inútil, que aún no había leído, aunque sí otros textos suyos. Creo que todo lector, todo aficionado a la literatura, al arte, al conocimiento y la belleza, debe adentrarse en él. Italia ha perdido unos cuantos elementos culturales de primer orden.

Llamadas telefónicas, de Roberto Bolaño, fue también mi primer encuentro con este autor. Me encantó, seguiré con él.

Los asquerosos, de Santiago Lorenzo, me gustó mucho. Un libro muy especial, con un lenguaje entre barroco y rural y un sentido del humor que a mí particularmente me llegó del todo. Una sorpresa.

No puedo decir que sea sorprendente No te veré morir. Antonio Muñoz Molina cuenta una historia de amor contrariado a través de toda la vida de dos personas en la España prefranquista y ya en democracia. Una lección de literatura, de belleza. Otro candidato a lo mejor de este año. Excelente novela de un maestro de la narrativa.

De las novelas gráficas me gustó mucho la adaptación de El infinito en un junco, a cargo de Tyto Alba. No tanto como el ensayo de Irene Vallejo, pero muy bien, incitante. También otra titulada Miguel Hernández. Piedra viva, a cargo de Román López-Cabrera y Marina Armengol Más. Sabía poco del poeta, me acuso.

Ha habido muchos más. Como he dicho, 60. Pero ya basta por hoy. El próximo año será mejor, espero. Del que termina estoy más que satisfecho.

Aprovecho para desear que ese 2024 sea bueno, aunque cualquier informativo diga lo contrario. Gracias a los que seguís aquí.



Procedencia de las imágenes:

https://es.babelio.com/livres/Tibuleac-El-verano-en-que-mi-madre-tuvo-los-ojos-verdes/93647

https://www.fnac.es/a6456427/Domingo-Villar-Leo-Caldas-3-El-ultimo-barco?Origin=GOO_PMAX_B_BOOKS_AG&gad_source=1&gclid=Cj0KCQiA1rSsBhDHARIsANB4EJYFSjXSjNFdP6120r9swkcP_Ozq8Fo9jxTcYTspKabx_kytXuo0oBUaAo8sEALw_wcB&gclsrc=aw.ds

https://www.planetadelibros.com/libro-no-te-vere-morir/380931

martes, 19 de diciembre de 2023

DESEOS

Deseo toda la felicidad del mundo a quienes frecuentan este blog. Deseo paz, armonía, belleza, sabiduría y bondad. O sea, todo.

Son pocos los que vienen a esta bitácora. Así que deben entender quienes se pasan por aquí que va por ellos y ellas, sobre todo son ellas. Hay quien, además, deja un comentario. Aquí mi agradecimiento roza el infinito universal.

A los que se han ido perdiendo por el paso de los años, les digo que les echo de menos, en el improbable caso de que vuelvan a leer estas líneas que abandonaron. Sé que alguno se fue por las bravas, incluso con portazo. Bueno, sus razones tendrá: no juzguéis y no seréis juzgados.

También hay gente que se ha ido de mi vida y la echo de menos. A otros no, su salida tiene motivos y cada cual en su casa y Dios en la de todos. Lo de la fraternidad universal está bien para las grandes declaraciones, pero en el mundo tenemos diferencias e indiferencias. En cualquier caso, los alejamientos no dejan en mí poso de odio ni resentimiento. No sé lo que es eso, como mucho alguna herida que cicatriza con el tiempo. Y no escribo al calor de la Navidad. El 7 de enero diré lo mismo.

Fuera de este blog hay vida, en realidad está la vida, casi toda la vida. Están las personas que quiero, los libros, los viajes, las películas, la escritura… Hay personas importantes.

Luego están todos esos a los que me resulta difícil desear algo bueno: los genocidas, los terroristas, los de las matanzas, los abusadores, los pederastas, los asesinos de mujeres, los maltratadores… Lo mejor que puedo desearles es que su felicidad no pase por hacer daño a los demás y que la ley actúe contra ellos porque los que merecen lo mejor son sus víctimas.

Menos terribles son esos cuñaos, esos soberbios (morales y/o intelectuales), esos prepotentes, esos fanáticos de cualquier causa, incluso de causas nobilísimas que manchan con su actitud. Me resultan cada día más insoportables, los evito.  Ojalá su felicidad y la mía se crucen poco el próximo año.

En fin, que los deseos universales están bien, aunque no todos los merecen y no todos por igual. Llegan estas fechas más o menos entrañables y a mí seguramente solo me queda un post por escribir hasta que acabe diciembre. Pero como los que leen esto son gente de bien y personas de inteligencia y tolerancia sobradas, va por ellos, sobre todo por ellos: mis mejores deseos y que sigamos por aquí mucho tiempo.




Procedencia de la imagen:

https://es.wiktionary.org/wiki/brindar

domingo, 10 de diciembre de 2023

FELIZ NAVIDAD O NO

Es un clásico de este blog el gruñerío navideño. Que si la obligación del regalo, que si la alegría fingida, que si el consumismo desaforado... 

Pues este año no.

Hoy es el día de los Derechos Humanos, lo que parece una broma macabra con las matanzas en Gaza cada día, con la guerra de Ucrania con menos minutos en los telediarios, pero no por eso menos cruel… Y, por supuesto, todas esas guerras, matanzas, genocidios, terrorismos de todo pelaje y demás atrocidades que aparecen poco en los medios.

Lo primero en cualquiera de esos horrores es la deshumanización del otro, conducirlo a la condición de rata, cucaracha o atroz enemigo de los nuestros.

Cuando un humano es el otro, el otro odiado, cualquier cosa es posible. Pero los nuestros son también los otros.

Así que ojalá no fuera necesario desear paz, convivencia, entendimiento y tolerancia.

Y, si me permiten algunas sugerencias: leer a Amos Oz, a Amin Maalouf, a Naguib Mahfuz, a Voltaire, a Zweig, a Locke… Mientras alguien lee, no dispara.



Procedencia de la imagen: 

https://www.iberlibro.com/9781514259917/Tratado-tolerancia-Voltaire-1514259915/plp