Los que necesiten dormir para currar al día siguiente lo tienen claro.
Mejor no digo nada de quienes despotrican contra lo que sea (y quien sea) bajo mi ventana a las tres, las cuatro...
Esta mañana, en el gimnasio más de lo mismo. Lo normal es oír a unos pocos soberbios que odian al gobierno y a sus socios (ellos dicen amar mucho a España). Desde lo de Montoro están algo más callados, pero hoy he reconocido una voz. Un tipo entrado en (muchos) años que le decía (gritaba) a otro que de vez en cuando se pone al asunto con su pareja, que “hay que ver lo de la pastilla, te la pone como una piedra, claro que con dos de veinte no hace falta pastilla”... Todo eso, insisto, a gritos. Sin duda, necesitaba sentirse reconfortado, no vaya a ser que su disfunción eréctil lo acompleje, que es muy macho machote y tal vez fantasea con eso de dos de veinte, que no se acercarían a él ni con un palo.
Por cierto, bendita pastilla azul, nada contra ella, faltaría más, y sí contra el gritón con complejo de alguacil de pueblo y seguramente algún otro complejo.
Después he ido a la compra. El súper estaba lleno, lo que ha sido suficiente para que la choni de turno la emprendiese, sin mediar provocación, contra el presidente de gobierno al que “pagamos las vacaciones y seguro que hasta la comida”, no como a ella. Me he quedado esperando que dijera algo de los viajes sin propósito de una presidenta de comunidad autónoma y de su chalet y su ático, así como de las múltiples propiedades del jefe de la oposición. Otra señora intentaba razonar con ella, pero para qué.
Desconfío de los que levantan la voz, de los que hablan muy deprisa y no escuchan, de los que repiten consignas, de los que se indignan según y contra quién. Desconfío, por lo tanto, de los sectarios, los soberbios, los del yatelodigoyo, los especialistas en todo, los miopes de un lado, los del andador moral y, en general, de los que no saben vivir en sociedad. Porque vivir en sociedad es con-vivir. Y eso implica una amplia dosis de tolerancia y escucha activa.
Hay demasiados gritos. Bajar los decibelios facilitaría la vida en común.
Y con esto, chavales, empiezo agosto y os deseo a todos un estupendo mes si empezáis ahora vuestras vacaciones. Y mi pésame si toca trabajar, espero que al menos haya aire acondicionado.
Un abrazo a todos los que por aquí pasan.
Procedencia de la imagen:
https://www.eltiempo.com/cultura/gente/la-terapia-de-gritos-para-aliviar-el-estres-laboral-que-se-ha-vuelto-viral-expulse-la-presion-en-una-cabina-insonora-3408828