Vistas de página en total

sábado, 11 de enero de 2014

PRECAUCIONES IMPRESCINDIBLES

Qué poco cuidado.

No seré yo el que diga que el que escribe mal todo lo hace mal, es negligente con sus amigos, mal ciudadano, descuida su higiene, es feo y peludo… Pero sí diré que es muy atrevido. Como la ignorancia, ya se sabe, lo más atrevido del mundo mundial.

Me han regalado los Reyes Majos Las 500 dudas más frecuentes del español, utilísimo y entretenido libro editado por el Instituto Cervantes. Ya tenía el Diccionario panhispánico de dudas, emparentado con él en eso de solventar los titubeos lingüísticos. Consulto ambos casi a diario con provecho y en no pocas ocasiones me avergüenzo por haber estado utilizando mal el lenguaje.

Recomiendo que no falten en la mesa de todo escritor o aspirante a ello. No digo en la casa, no: en la mesa de escribir. Porque cuanto más leo (en papel, en e-book, en internet, en cualquier soporte), más seguro estoy de que todo no vale y de que hay que esmerarse un poco más.

Un buen escritor compra unos bolis, unos cuadernos, un ordenador… y una papelera. Eso no debe faltar. Aconsejo modestia y buena puntería. Casi todo ha de ser consultado, sopesado, analizado, contrastado… y eliminado en la mayor parte de los casos.

Estoy muy harto de la banalidad. No quiero ser democrático en esto, sino aristocrático. Así que, a los libros antedichos, añádase un buen diccionario, la Ortografía y, a ser posible, la Gramática.

Y luego veremos.

Pero basta ya de imbecilidades en negro sobre blanco. Vayan a la escuela, lean un poco más, sean autocríticos; consulten a personas que los quieran de verdad. Por favor.

Y guarden silencio casi siempre. Hay demasiado ruido.

12 comentarios:

  1. Uffff, casi no me atrevo ni a hablar. Pero tienes razón. Yo además añadiría un buen diccionario de sinónimos (yo tengo "Diccionario de ideas afines" de Corripio, muy útil para no repetirse)
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya será menos... Además, tienes un blog cuidadísimo, pulcro, excelente.

      Creo que sabes por dónde voy... No me molesta la ignorancia (¿quién no lo es en casi todo?), sino la imbecilidad militante y el estúpido igualitarismo de los que creen que todo vale lo mismo, y que la improvisación tiene el mismo valor que el trabajo de años.

      No conozco el diccionario que indicas (¿lo ves?), que apunto. Yo, para tales menesteres, sigo utilizando el "Diccionario ideológico de la lengua española", de Julio Casares, que compré con los primeros dineros propios, ganados con unas clasecillas a niños, allá por los ochenta. Me costó 3.900 pesetas, un fortunón. Pero lo he amortizado de sobra: probablemente es el libro más abierto en mi casa. Tiene una "Parte Analógica", en la que se encuentran sinónimos y conceptos semánticos próximos. Me ha resultado muy útil especialmente para escribir, cuando no acabas de encontrar suficiente vocabulario en tu cerebro.

      No es extraño que Borges amase tanto los diccionarios y las enciclopedias.

      Eliminar
    2. Sí Atticus, sé por donde vas (lo de arriba era broma, jeje). El "Casares" es un buen diccionario y bastante conocido (hacía tiempo que no oía hablar de las pesetas...). No me extraña que lo hayas amortizado, sobre todo, como tú dices, para esos momentos en los que tienes la idea en la cabeza, pero no te llegan las palabras adecuadas (en mi caso, no suele ocurrirme a menudo, pero se agradece)
      Y ¡gracias por los halagos a mi blog!! También se agradecen...

      Eliminar
    3. Las pesetas existieron. Hace casi cuatro años me compré piso. En algunas inmobiliarias te decían el precio en pesetas. Algunos fui a verlos con mi hijo. En casa, tras ver uno y hablar de dinero con la comercial, me dijo: "Papá, ¿y eso cuanto es en euros?".

      Aprovecho la ocasión para recomendar al bloguerío habitual una visita a la bitácora de Marian. Y a ti para que visites las que cito al margen, que son de calidad contrastada.

      Y también aprovecho para decirte que me gusta Murakami, pero que -fiel al principio de no hablar de lo que no sé- no escribo nada en tu última entrada porque no lo he leído. Y no sé si tengo ganas después del fiasco de los "1Q84" o algo así. Pero es coyuntural; espero.

      Eliminar
  2. A los libros que mencionas, añadiría el diccionario de María Moliner y uno que tengo desde el año pasado y que también me parece recomendabilísimo, del Instituto Cervantes: "El libro del español correcto".
    Siempre surgen dudas, siempre estamos expuestos a meter la pata porque diariamente vemos en internet y muchos otros lados tantos errores que parece que todo esté permitido. Y no.

    ResponderEliminar
  3. Tienes razón en que la ignorancia está ahí; en casi todo. Lo malo es cuando esas personas no se creen para nada ignorantes y les da lo mismo ocho que ochenta. Ahora que visito muchos blogs no puedo entender cómo algunos blogueros (los menos, la verdad) cometen unas faltas de ortografía garrafales. Lo peor, es que no las corrigen y vuelven a cometer las mismas faltas.
    Entiendo que a todos se no va una tilde o cometemos un error en un determinado momento, pero por norma...
    Siempre es bueno tener un buen diccionario y una buena gramática en casa, porque, aunque no seas escritor o profesor, el idioma de uno hay que utilizarlo con propiedad.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. He manejado alguna vez el María Moliner. Excelente. No lo compro por no llenar la casa: con el Casares me apaño. Pero si tuviera que comprar uno hoy seguramente sería el María Moliner.

    Lo que quería decir con este post no es que yo esté libre de pecados lingüísticos, al contrario, sino que conviene reconocer ese estado de pecador arrepentido y hacer lo posible por escribir mejor.

    No creo, como dice LA, que sean pocos los blogs que cometen errores garrafales. Al contrario: son los más. Y no pueden corregirlos porque no son conscientes, porque no repasan, porque escriben cualquier cosa de cualquier manera. Creen que todo vale, que sus opiniones tienen mucho peso, Y se equivocan en todo.

    Y el que esté libre de errática tilde que tire la primera piedra.

    ResponderEliminar
  5. Subscribo. E invito a colocar en las petañas del navegador -Explorer, Mozilla o Chrome…, el que sea- dos direcciones.

    La primera es la del DRAE (http://lema.rae.es/drae/), todo el léxico del DRAE a tiro de clic; y la segunda, Fundéu (http://www.fundeu.es/), “Fundación del español urgente”, donde puedes enviar un correo con cualquier duda algo más compleja que un vocablo.

    Es muy fácil. Contestan, y lo hacen pronto. Muy útil.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me parece útil en interesante lo que dices. Haré uso, no son pocas las veces que necesitaría respuesta porque no se trata de palabra, sino de uso o expresión.

      Eliminar
  6. Miro el diccionario de la RAE prácticamente todos los días, así que estoy muy de acuerdo con todo lo que dices en tu post. Me apunto lo de guardar silencio casi siempre porque creo que es uno de los mejores consejos que pueden darse. Un abrazo, Atticus.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo cierto es que resulta paradójico que escribamos en blogs y recomendemos guardar silencio. Exactamente no recomiendo esto, sino que no se añada ruido inútil al mundo, que intentemos mejorar el silencio con nuestras palabras, que intentemos aportar algo, por pequeño y modesto que sea. Y si lo único que tenemos para aportar es el silencio, pues venga.

      Eliminar
  7. Mi hermano Hetero (nymus) ya se explayó al respecto hace unos meses en este blog. Coincido con él pero, contumaz cual soy, en mi caso sigo consultando el diccionario de La RAE con frecuencia. Con los mismos resultados poco satisfactorios, claro. Debe ser difícil explicar al agraciado con la “ye” minúscula o mayúscula que deje de escribir libros -o panfletos, según el caso- y se reconvierta a la gramática. O a la hortografía u orticultura.
    Y lo de la “ye” lo digo por lo que lo digo, y porque no está representada. O se les han terminado las sillas ¡Que luego todo se sabe!
    Mejor los otros. Diccionarios, digo.
    Antes creía que la RAE era la Royal Air Española, por analogía. Pero ahora me explican que la RAF ha pasado a ser un tomate. Cosas de acónimos. O Siglo de siglas, que dijo el otro, luego Presidente de la RAE.
    Casi mejor antes.

    ResponderEliminar

Puedes escribir tu comentario. Agradezco la inteligencia, la educación y el sentido del humor. Por favor, no enlacéis páginas con contenido comercial, religioso o político. Tampoco las que claramente constituyen una estafa.