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martes, 31 de marzo de 2015

LA PARADOJA DE GETSEMANÍ

Jesucristo ha cenado con los Apóstoles. Después, se dirige al huerto de Getsemaní. Hasta ahí una conocida narración. En 1973 se rodó Jesucristo Superstar, que la Iglesia romana recibió con filias y fobias.

Jesús es el hijo de Dios, el enviado, el redentor. Viene a dar la vida, a morir por los hombres. Jesús tiene una naturaleza divina que procede directamente de Dios, ha sido concebido sin mácula, esto es, sin conocimiento de varón. Pero a la vez es humano, es carne, sufrimiento y deseo; sólo un hombre.

En esa doble naturaleza hay un dogma de fe, pero también una paradoja existencial. Es bien conocido que el arrianismo hizo de ella el ariete con el que embestir a Roma y desafiar su autoridad.

Hoy puede que a muchos no les diga nada, pero estoy revisando aquella película y también la excelente recreación que hizo en España Camilo Sesto, y creo que acertaron en el tono y que explicaron bien el drama. Jesús no quiere sufrir, Jesús se mueve en su doble naturaleza de un modo nada satisfactorio para él. No quiere sufrir, pero está dispuesto a aceptar su destino y cumplir su misión. Deber y deseo re revuelven sin mezclarse.

Aquí expresa el cristianismo una situación que otras religiones no tienen: el papel de la voluntad y, consecuentemente, de la libertad, rompen el determinismo teológico. El hijo de Dios se ha encarnado en una mujer; desde ese momento pueden aparecer los problemas. Escuchad la canción: hágase en mí según tu palabra, Padre, pero no quiero sufrir, deja que mi voluntad se manifieste.

(Hace un par de meses que expliqué a mis alumnos la filosofía cristiana medieval. Intento que capten estos matices: les hablo del papel de la libertad, de su condición para que el mal o el bien, la culpa y el castigo o premio tengan sentido. Incluso les dije que vieran esta película. Me ronda el existencialismo, tantos siglos posterior, me asalta Kant; tengo dudas acerca de si tantos siglos de filosofía no hacen otra cosa más que hablar de lo mismo, de este drama eterno).



https://www.youtube.com/watch?v=TzfAxSBlbZc

6 comentarios:

  1. Jesús llega con sus discípulos a Getsemaní.

    Siente la angustia de su pronta muerte, se retira a orar y les pide que lo esperen. Y también “aparta de mí esta copa de amargura”.

    Sus discípulos se duermen, Judas lo traiciona y Pedro lo negará.

    Supongo que para los cristianos nunca tuvo más sentido el "Ecce Homo" que pronuncia Pilatos, porque ni siquiera hay tanta soledad en la cruz en la que muere, porque perdona.

    Borges fecha en 1984, en la ciudad de Kyoto, estos versos: “¿De qué puede servirme que aquel hombre haya sufrido, si yo sufro ahora?”.

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  2. Tardé en darme cuenta que cuando Nietzsche se despide y presenta a la vez dice eso mismo: "Ecce homo".

    Recuerdo la frase de Borges que citas. Cuando la leí pensé que era muy anticristiana, elimina la redención. También me recordó eso de Nietzsche: un Dios que manda a su hijo a sufrir en la cruz, a morir por la humanidad; ¿quién lo creería? (Cito de memoria y no recuerdo la procedencia).

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  3. Me acuerdo vagamente de la película y no sé si me apetece volver a verla, pero recuerdo que cuando la vi en el cine, el acomodador (todavía había acomodadores, ¡fíjate si hará tiempo!) lloraba como una magdalena (¡vaya!, qué bien traído). Sí me gustaron algunas canciones del musical, y muchas veces las he vuelto a oír. La versión española estaba muy bien, lo que pasa es que nosotros considerábamos a Camilo Sesto un hortera y eso nos creaba muchos prejuicios.
    Las reflexiones filosóficas las dejo para vosotros.

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  4. Yo sí la recuerdo, y tengo ganas de volverla a ver. Camilo Sesto hizo aquí una interpretación maravillosa, y demostró a muchos que su voz era gloriosa, lo malo era la cursilería habitual y ramplona de sus canciones. Pero, como sé que nunca es tarde para terminar con los prejuicios, ahí va un regalo.

    https://www.youtube.com/watch?v=AwXZlzCyv4g&index=8&list=RDJtg4U-0Ikvg

    Y lo de los acomodadores, lo explicas otro día, que yo iba a cines proletarios.

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  5. Bueno, sí, la vi en el Tyris, que era un buen cine, pero recuerdo que había acomodadores en muchas salas.
    Gracias por el regalo. Ahí va otro:
    https://www.youtube.com/watch?v=gIFgefSSTHo&list=RDJtg4U-0Ikvg&index=9

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    Respuestas
    1. Es curioso, Signos. Estuve un par de veces en ese cine y nunca reparé en acomodadores. Si los había, los he borrado de mi memoria.

      El regalo es la culminación de la estética hortera y del cantorrio megahortera.

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