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domingo, 18 de junio de 2017

TREN NOCTURNO A LISBOA

Un clásico: ¿es la novela siempre mejor que la película? A menudo, pero ya he hablado sobre el tema y abundan los contraejemplos.

Viene esto a cuento de que acabo de terminar libro y película. Curiosamente, el libro se titula Tren nocturno a Lisboa, mientras que la película es Tren de noche a Lisboa.

Por partes. La novela es un texto denso y no siempre bien traducido de Pascal Mercier, un autor suizo que se gana la vida como profesor de filosofía del lenguaje. No sé si tiene relación, pero veo en él amor por las palabras en sí mismas, por su detalle, por las similitudes entre los idiomas. El texto puede ser muy placentero si se comparten los presupuestos del autor… y muy difícil si no. Quiero decir que en absoluto en una novela fácil ni para todos. A mí, que no suelen asustarme los tochos, me resultaba en algunos momentos un poco morosa e incluso con algunas digresiones cuyo sentido no acababa de entender. Sin embargo, en pocas páginas volvía a reconciliarme con la narración. Estupendo balance final.

Hay muchos personajes y las relaciones entre ellos son la base argumental del libro. Arranca con fuerza: Raimund Gregorius, un rutinario profesor de lenguas clásicas en Berna, salva a una joven portuguesa del suicidio. Pero antes de que pueda saber mucho acerca de ella, la muchacha huye olvidando un impermeable rojo y un libro cuyo autor es Amadeu Prado. El profesor decide impulsivamente tomar un tren hacia la ciudad en la que se editó el libro, Lisboa, pensando que allí podrá encontrar a la mujer.

Pero la novela olvida pronto a la muchacha y Amadeu Prado se convierte en el protagonista en ausencia. Los que construyen la historia son todos aquellos que lo conocieron, una intrincada red de personajes en la Lisboa de Salazar, vinculados por la personalidad humanista y atormentada de Amadeu. En este sentido, hablamos de una narración de perspectivas y de una obsesión por dar sentido a un pasado del que sólo quedan fragmentos y recuerdos.

En mi opinión, Pascal Mercier juega a demasiadas cosas a la vez. El cúmulo de personajes es excesivo y no todos están bien desarrollados. La hermana pequeña, por ejemplo, juega un papel anecdótico, insignificante. Y la chica suicida, que tenía potencial, desaparece por completo, inexplicablemente en mi opinión. Sin embargo, en la película sí regresa. Cuando casi nos habíamos olvidado de ella, se presenta en el hotel del profesor, dice su nombre y eso basta para que él comprenda la razón de su intento de suicidio (no explicó más porque casi reviento el final).

Me gusta mucho el personaje de Estefania. La escena del encuentro, al final, con Gregorius, es excelente, aunque en la película le añadan un absurdo: Eça esperando en el coche. Eça es secundaria (mucho) en el texto, pero innecesariamente esencial en la película. Es probablemente el mayor de los cambios (tampoco explico más de lo debido aquí, no me acaba de gustar el desarrollo que se hace del persona en la película).

Bille August, el director, hace un film esteticista, demasiado. Voluntariamente preciosista. A veces un tanto cargante. Es una película para ver y escuchar despacio, para contemplar las calles de Lisboa, que enamorará aún más a los que ya estamos enamorados de la ciudad, pero que probablemente irrite a unos cuantos. A los más jóvenes les mostrará que nuestros vecinos tuvieron un dictador, como nosotros, y que ellos también tuvieron una resistencia. En ella entra Amadeu por una combinación de culpa y responsabilidad social: ha tenido que salvar como médico al “Carnicero de Lisboa”; pero como ciudadano, como ser moral, es su obligación combatir la dictadura en la medida de sus posibilidades.

Resumo. Me ha gustado leer esa novela difícil, pero cuya finalización me alegra (soy de los que deja libros a medias) y también me he alegrado de volver a ver la película, con un Jeremy Irons magnífico, como siempre, y con excelentes actores en todos los papeles (Charlotte Rampling, enigmática; Christopher Lee, sorprendente en su papel de cura…). No es fácil creer que un profesor suizo que llega a Lisboa con lo puesto y comienza a visitar a quienes conocieron a Amadeu Prado, es recibido por éstos, que le cuentan sus fragmentos del pasado, que lo reviven y lo reconstruyen. No es fácil creer que la historia pueda funcionar. Pero lo hace, al menos para mí. Y, sin ser una novela ni una película perfectas, el tiempo empleado en ellas no ha sido en vano. Un sentimiento, sí, pero es que la historia va de eso.




9 comentarios:

  1. Encuentro bastante interesante el argumento de la novela, alejado de la cotidianidad, ya que no suele ser habitual que alguien cruce todo un continente en busca de una persona, pero creo que ofrece aquello que, a mi humilde entender, requiere todo buen libro: una interpretación de la vida.
    ¿Qué sería en tu opinión, Atticus, lo que hace que una novela valga la pena?
    Bonita canción la de Amália.
    ¡Hasta el próximo post!

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    1. Él cruza medio continente por varias razones. Y las va descubriendo a lo largo de la historia.Fundamentalmente dos: 1. Porque nunca ha hecho algo que se salga de lo previsible. 2. Por saber, ese impulso del conocimiento tan raro en algunos: ¿quién era esa mujer?, ¿por qué quiso suicidarse?

      Desde luego, hay una interpretación de la vida Hay una, qué digo, varias historias de amor, enigmáticas en ocasiones, obsesivas en otras, libres, prejuiciosas... Hay sentido del deber. También una búsqueda de la verdad incondicional (el discurso del joven Amadeu cuando se gradúa en el instituto, por ejemplo). Y está Portugal, Lisboa, que para algunos nos es tan próximo.

      No sé qué es lo que hace que valga la pena una novela. Esta me ha costado, pero ha merecido la pena. Yo no le perdono que me aburra, que esté mal escrita o que me cuente una historia que ya me sé. Tampoco me gusta que el autor haga alarde de lo sumamente inteligente que es. El resto se me escapa. Ahora estoy con "Patria", llevo dos días y más de 300 páginas. Creo que es sensacional. El tema hacía falta, era incluso terapéutico. Pero además está muy bien escrita. De todos modos, siempre digo que soy un lector, no un técnico literario. Por aquí aparecía a veces Signos; si lee esto, que escriba él, más docto que yo. Insisto: sólo soy un lector; y, además, caprichoso y errático.

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  2. Tu reseña, Atticus, me ha he hecho recordar la película de Billetes Augusto que vi hará ya cosa de 3 años. Me gustó bastante y la comenté en el blog (si quieres puedes leer mi reseña sobre la película . Te advierto que yo, aunque en principio así pensaba hacerlo, sin embargo no he llegado a leer la novela de Pascal Mercier; por eso, tu reseña me ha parecido muy interesante y te la agradezco.
    Me ha interesado también mucho tu opinión sobre aquello que hace que una novela sea buena. Coincido contigo en todo lo que dices y sobre tu reacción ante "Patria" es para mí de lo más comprensible: ¡es un novelón sensacional! Cuando acabes de leerla puedes pasar por mi blog y leer mi reseña sobre la misma (si es que no lo has hecho ya, claro)
    Un fuerte abrazo

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    1. He leído tu estupenda reseña, muy bien escrita y documentada, por cierto. Creo que coincidimos en lo esencial.

      Ahora que no nos oye nadie, diré que hay algo que me gusta mucho más en la película: la aparición de la nieta de Mendes, que da sentido a la primera escena simplemente con pronunciar su nombre, no necesitaba más explicaciones.

      Sigo con "Patria". Me he ido a leer mientras me daba el sueño y... no me ha dado el sueño, pero sí 60 páginas más. Siento que lo terminaré a mediados de semana, si el intensísimo (y en gran parte estúpidamente burocrático) trabajo de fin de curso lo permite. Voy a leer más libros de Aramburu. No sólo me gusta por el tema. Leí tu reseña, pero voy a esperar a terminar para repasarla. Gracias por ambas sugerencias.

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    2. Ja, ja..., es lo que pasa con "Patria" que engancha y es que ¡se lee tan bien! Yo también tengo el propósito de leer algo más de Aramburu, pero ¡hay tantas novelas que se me cruzan por el medio!
      Un abrazo. Nos leemos

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  3. El libro no lo he leído y por lo que cuentas creo que acabaría abandonándolo (ya sabes que yo también soy de esas), pero he visto la peli y la verdad es que me gustó. Patria también me gustó (la reseñé hace un tiempo), pero a veces se me hacía un poco aburrida y repetitiva, creo que le sobraban algunas páginas
    Besos

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    1. Yo creo que te gustaría, pero eso nunca se sabe. Pero abandonar un libro no tiene nada de malo, peor es abandonar personas.

      Respecto a "Patria", me quedan menos de 100 páginas y se me está haciendo corta.

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  4. Me propuse ver la película porque todo en ella prometía cosas buenas, pero se quedó en promesa.

    Parece una película de encargo, mal resuelta (no sé si la culpa es de la novela, del guión, del director o de qué y quién), efectista y esteticista porque abunda en guiños manidos y tópicos, en fin, poco edificante. Se deja ver, pero nada más.

    La vi hace mucho.

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  5. A mí sí me gustó, aunque no me acabó. Es cierto que se queda en algunos tópicos, no lo niego. También lo es que yo iba entregado y eso ayuda.

    Esperemos ver más y que no sólo se dejen ver.

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