Todos los 11 de septiembre son 11-S. Aquel día en el que el
mundo cambió para siempre y no para bien. Hace ya 19 años y cómo lo recordamos.
Esta mañana he oído en la radio que se celebra la Diada en
Cataluña. Confieso que la cosa me deja frío, como tantas conmemoraciones de
identidad colectiva que respeto tanto como no comprendo.
También he recordado que en 1973 se produjo el golpe de
estado en Chile que derrocó a Allende y encumbró por el derecho de las armas a Pinochet, ese dictador al que las
democracias europeas estuvieron a punto de echarle el guante. Pero no.
He buscado confirmación en la Wikipedia y me ha asaltado un
montón de acontecimientos que sucedieron en algún pasado 11 de septiembre. No
recordaba yo que en 1989 se produjo el primer boquete en el telón de acero,
cuando pudieron viajar a Austria los que vivían en Europa del este. Y luego
llegó todo lo demás, como fichas de dominó.
Todos estos acontecimientos se enmarcan en la lucha por la
libertad y en lo frágil que es. No solo eso: qué prostituida y manipulada está.
¡Hola!! Cierto..., que frágil y manipulada está la lucha por oka libertad. El 11S siempre será ese día fatídico que recordaremos a la perfección haya pasado el tiempo que haya pasado. Yo por mi parte, de ese día llevo añadido el recuerdo de mi madre. El 11 de septiembre era su cumpleaños y recuerdo bien que hace 19 años yo fui a comer con ella antes de irme a trabajar (tenía turno de tarde). Comimos juntas (ayyy, que nostalgia me entra aunque también me gusta mucho recordarla) y juntas también asistimos horrorizadas a las noticias sobre los atentados que iban apareciendo en la televisión. Es un recuerdo amargo, alternado con otro dulce, porque yo disfrutaba mucho de estar con mi madre.
ResponderEliminarEn cualquier caso es un día triste
Besos
Mucho, mucho, mucho. Yo lo recuerdo en casa, preparando la comida tras volver del instituto. No habíamos empezado aún en curso, pero casi. Recuerdo una sensación de irrealidad y de miedo: era lejos pero cerca. Fui allí en 2011.
EliminarUn día triste, agridulce para ti. Recordar a la madre es así y conviene que la maravilla de ser hijos precisamente de ella reconforte algo. Besos.
Es cierto que la libertad, quizá por su belleza, está siendo manipulada.
ResponderEliminarComo vemos en los acontecimientos que nos traes, cada bando dice defenderla.
Tal vez la defensa de la libertad no debería teñirse de sangre y la pérdida de vidas humanas debería detener a todas las partes de un conflicto....uff, con estas palabras tan "políticamente correctas" temo estar simplificando todo demasiado...pero no se me ocurre otra solución...
Gracias, Atticus, por huir de fanatismos.
La libertad es una de las palabras más prostituidas que conozco. Escucho a seres que no dudarían en tomar las armas contra los heterodoxos y me dan ganas de vomitar. Para ellos, libertad es hacer lo que yo quiera. Yo, solo yo y los míos. La tolerancia es difícil y casi todo el mundo dice practicarla, pero solo quieren tolerancia hacia ellos, no desde ellos. Un abrazo.
EliminarEs verdad.
ResponderEliminarEn determinadas fechas concurren muchos acontecimientos trascendentes.
Más que el día 11, que puede ser casualidad, parece ser cuando finaliza el verano.
Algunos pierden los papeles.
Al igual que, cuando se inicia, parece que concurren cosas buenas, la primavera francesa y cosas así.
También parece que se cumple esta pauta en los espacios.
En el próximo oriente, kilómetro arriba, kilómetro abajo, han pasado muchas cosas a lo largo de la historia, casi todas malas.
Entre el Tigris y el Éufrates empezó la vida humana, pero también empezó relativamente cerca de esa zona la primera guerra mundial, y la segunda, y muchas más guerras y conflictos del siglo pasado.
Qué tendrá esa parte del mundo?
Qué tendrá septiembre?
A lo mejor nada extraordinario y somos los humanos los que lo hacemos todo cisco.
Soy poco determinista, ni en lo geográfico ni en lo cronológico. Entre el Tigris y el Éufrates estuvo el Paraíso. Allí, dice el mito, surgió la especie. Todo fluye y nada permanece
EliminarA mí septiembre me gusta. O me gustaba. Ahora no lo sé, tengo miedo, inquietud. Entro a clase y la sensación es agridulce.