Supongo que, como todas las personas, tengo una relación desigual con los objetos. Estaba pensando en ello esta mañana, mientras preparábamos la comida en casa de mi bro. Tiene unos cubiertos con la parte superior de color rojo que regalé a mi abuela allá por 1989 o 1990. Ella nos dejó en 1998 y, no sé aún por qué, acabaron en manos de mi hermano. Son de mala calidad, los cuchillos no cortan bien. Se los compré porque tenía un cubierto de cada manera, como restos individuales de los naufragios de la vida. Sin embargo, aquellos tenían más historia, más enjundia. Los del mango rojo llevan mucho tiempo pidiendo la jubilación.
Nos unen afectos y desafectos con los objetos. Tengo una taza que compré pensando que me acompañaría con el café humeante en la escritura de libros que nunca vieron la luz. Tiene el color desvaído y he pegado el asa, pero me recuerda los desafectos de la escritura, los propósitos incumplidos.
Ayer paseamos por la huerta de Alboraia, precioso lugar que
nos hace caer en la cuenta de que hay alguien que procura nuestro sustento. Vi
una casa demolida, me aupé a sus ruinas. Un plato de metal me hizo pensar quién
fue la última persona que comió en él, qué alimento fue, por qué lo dejó allí
cuando se fue para siempre
Y al deshacer la maleta he visto muchos libros en casa.
Algunos perfectamente prescindibles, otros son parte de mi historia y de mi
formación. A unos pocos les tengo un especial cariño. Creo que no me costaría
renunciar a la mayoría de ellos, no así a lo que me han nutrido. Tengo un
exlibris desde hace unos meses y creo que hay muchos que no lo merecen. Tengo
que pensarlo. Son objetos, algunos solo esto, otros mucho más.
No tengo síndrome de Diógenes, al contrario. Tampoco sé
precisar ni detallar las razones por las que tengo una relación de apego a
algunos objetos y de total indiferencia ante otros. Será la vida, la cosa
emocional. Qué se yo.
Una reflexión similar hago yo a menudo. Supongo que lo importante no son los objetos sino los recuerdos que invocan.
ResponderEliminarEfectivamente, pero a menudo parece que los objetos SON los sentimientos.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarpues eso nos pasa yo creo que a todos, aunque algunos sí tienen algo de Diógenes, a más de uno conozco. Yo creo que soy todo lo opuesto, soy de hacer limpiezas a veces extremas, de vez en cuando me da por ahí y empiezo a deshacerme de cosas, algunas las tiro, las más las regalo y hace tiempo que no acumulo. Pero hay algunos objetos a los que les tengo muchísimo cariño y apego, por ejemplo tengo un ángel de cerámica que está conmigo desde que tengo uso de razón y lo tengo en mi mesita de noche, me lo regaló mi madre cuando era bebé. Hace poco a mi marido se le cayó limpiando y se le rompió un ala, casi me lo cargo, jeje, por supuesto lo hemos pegado y allí sigue.
También tengo una taza con la que desayuno siempre, me la regaló una tía mía a la que adoraba y que falleció hace bastante. El día que se me rompa, sé que me voy a pillar un berrinche y solo es eso, un objeto, pero un objeto muy especial para mi.
Respecto a libros, te cuento que desde que trabajo en una biblioteca (hace también bastante) no compro prácticamente libros y los que tenía los fui llevando como donación y allí están para que otros los disfruten. Aunque algunos sí me he quedado, los que están dedicados por el autor (tengo 3 o 4) y muy de vez en cuando alguno sí compro, pero cuando lo leo, me lo llevo a la biblio para no acumular en casa.
Me pregunto como tú, será la vida, la cosa emocional...
Besos
Pues parece que coincidimos bastante. Oye, igual eres mi blog B...
ResponderEliminarBueno, menos por lo del angelito, aunque todos tenemos algún objeto especial, singular.
Yo creo que debo tener media docena, poco más, de libros dedicados. Esos son especiales. Tengo a Savater, Muñoz Molina, Rafael Brines, Luis García Montero, Benjamín Prado, Elvira Sastre... Esos son muy especiales.
Besos.
A mí me pasa algo parecido.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡A quién no!
EliminarCreo que ayer o anteayer te dejé comentario escrito. Pero ahora al volver a tu blog y no verlo estoy pensando que a lo mejor al final del proceso se me olvidara darle a 'Publicar'. En fin...
ResponderEliminarPues no hay nada. Veré si lo tiene en algún rincón.
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