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sábado, 22 de febrero de 2025

¿SOMOS LIBRES?

Así, sin anestesia. Vaya pregunta. Nos conduce directamente a otra: ¿qué es la libertad?

Sin salir del Diccionario de la Real Academia encontramos estas doce definiciones:

1. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otray de no obrarpor lo que es responsable de sus actos.

2. Estado o condición de quien no es esclavo.

3. Estado de quien no está preso.

4. Falta de sujeción y subordinación.

5. En los sistemas democráticosderecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas.

6. Prerrogativaprivilegiolicencia.

7. Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes.

8. Contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres.

9. Licencia u osada familiaridad.

10. Exención de etiquetas.

11. Desembarazo, franqueza.

12. Facilidadsolturadisposición natural para hacer algo con destreza.

Es demasiado para un post, pero detengámonos al menos en la primera y la cuarta. La libertad es, de este modo, elección. Una actividad de la voluntad que ha de ser racional para no confundirse con el capricho o la apetencia. Para ello ha de ser posible elegir: no soy libre de elegir entre ser miope o no serlo, pero sí de ponerme gafas, lentillas o caminar a tientas, si es que se da lo primero. Aunque no está incluida en la definición, la alternativa debe resolverse racionalmente, es decir, la voluntad ha de elegir lo que en cada momento considera lo mejor, ya sea instrumental o moralmente. Por último, y como bien se indica, libertad y responsabilidad son dos caras de la misma moneda: somos libres en tanto en cuanto damos cuenta de nuestras elecciones y respondemos haciéndonos cargo de las consecuencias de nuestra acción, cuando esta es deliberada, claro, esto es, libre.

Seríamos ingenuos si creyéramos que libertad es indeterminación. Pues no: estamos condicionados (por la biología, la geografía, nuestro tiempo, las creencias, las leyes, las costumbres...) y en ciertos casos determinados. La libertad se da cuando es posible la elección; es decir, cuando hay alternativas, aunque una de ellas posea menor fuerza o atractivo. Si es posible elegir, somos libres. Renunciar a ello es un grave error que explicó muy bien Erich Fromm en El miedo a la libertad.

Por cierto, lo vemos a diario. Muchos lo utilizan como excusa para eludir responsabilidades y otros recurren al socorrido karma, que todo lo explica porque no explica nada. Algunos de estos deberían repasar el calvinismo, hay sospechosas similitudes, así como en la tranquilizadora noción de destino.

Yo no sé mucho de lo del karma y esas cosas, sospecho que es algo más y más complejo que los tópicos que todos escuchamos. Hace unos años estuve en una mesa redonda entre un filósofo de la Autónoma y un monje budista. Este sostuvo que Oriente debe mirar y aprender de Occidente todo lo relativo a la libertad y repensar el concepto de karma, que, dicho sea con un lenguaje más próximo a nosotros, al final justifica el statu quo y ofrece un mensaje de consuelo y fatalismo. Estoy de acuerdo con él.

Y como ya me he enrollado en exceso, ahí van unos enlaces para quien quiera ampliar:

https://www.philosophica.info/voces/libertad/Libertad.html

https://www.bloghemia.com/2020/05/el-concepto-de-libertad-segun-los.html

https://sites.google.com/site/auladefilosofia123/libertad-y-moralidad/libertad-y-determinismo

https://filosofiaenlared.com/2021/11/la-filosofia-de-la-libertad/



Procedencia de las imágenes:

https://es.linkedin.com/pulse/acerca-de-la-libertad-elegir-hugo-mena-keymer

https://www.abebooks.com/MIEDO-LIBERTAD-Erich-Fromm-Prefacio-edicion/20300909901/bd


 

 

 

domingo, 16 de febrero de 2025

ESCUCHA Y ATENCIÓN

Creo que tenemos un muy serio problema de atención. Lo veo por mis estudiantes (extudiantes, diría, inventándome el palabro). Pero no solo: a diario soy espectador de desatención a las palabras de otro, del otro. Si este hace frases de más de diez palabras estamos perdidos, mucho antes el hilo se ha extraviado.

La atención es una disposición voluntaria hacia algo. Escuchar precisa esa atención y, a mi juicio, eso indica que reconocemos al otro como interlocutor, que respetamos su discurso, que estamos dispuestos a sopesar sus argumentos, que tenemos interés en él, en lo que dice. No un interés instrumental, sino un interés desinteresado (valga el oxímoron).

Atención y escucha están ligados a la noción de respeto: el otro es digno de ese préstamo, porque decimos que la atención se presta, mientras que la razón se da.

Quien solo se escucha a sí mismo tiene un problema. Con eso quiero decir que necesita de la atención de otros, no que sea un brasas (que también, a veces), sino que en el páramo de la mutua ignorancia, precisa agarrar fuerte a alguien del  brazo... y ser escuchado.

Yo sé por qué y por quién escribo esto. Ustedes perdonarán la chapa.



Procedencia de la imagen:

https://www.psycolab.com/prestadme-atencion-el-proceso-atencional/

domingo, 9 de febrero de 2025

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Este post es casi una continuación del anterior; sí, ese que a nadie parece haber interesado. En él hacía una apuesta por la ciencia, eso que carece de alternativa razonable.

Esos días he seguido la polémica de un programa de televisión (ignoro la cadena, no frecuento chorradas), en la que pusieron a discutir a personas con conocimientos de física y astronomía con terraplanistas (un exfutbolista, me dicen). Ofrecieron participar a un físico, que lo rechazó, y propuso que enviasen a un niño de tercero de primaria. Otro científico propuso que los terraplanistas discutiesen con terrahuequistas, ya puestos elevamos la apuesta... Una amiga sugirió recoger firmas para pedir que se instalase una valla en el límite, porque imáginate que te sientas y se te caen los zapatos, con lo caros que son...

Esto es un síntoma. En este tiempo los ignorantes reclaman no ya el derecho a opinar, que eso nunca ha desaparecido, sino a que sus opiniones tengan sitio al lado de los conocimientos, como si fueran equivalentes. Esgrimen ufanos eso de que todas las opiniones son respetables, como un axioma que confunde a las personas (dignas de respeto) con sus opiniones (sometidas a la razón y, por lo tanto, modificables).

Vamos, que me parece de perlas eso de negarse a compartir mesa con ignorantes fanáticos. A las televisiones les hace falta menos circo (en el peor sentido de la palabra) y más rigor. De lo contrario (o tal vez por eso) vamos hacia una sociedad de lerdos soberbios en la que un doctorado valga lo mismo que un carajillo en la barra del primer bar mugriento.

Porque preguntas nos hacemos todos, el problema son las respuestas: dónde buscamos y por qué nos fiamos de charlatanes. Prometen mucho a cambio de ningún esfuerzo y desde luego nada tienen de benefactores. Así que no, que conmigo no cuenten. El conocimiento, ya lo dijo Platón —ese influencer— en la República se consigue tras un largo y escarpado camino. Desconfíen de atajos.



Procedencia de las imágenes:

https://www.eltemps.cat/article/17935/primer-congres-terraplanista-a-balears

https://www.filosofem.cat/spip.php?article406