En esa entrevista, no obstante, salió el tema de las creencias. Y Pérez-Reverte sostuvo que a ves hay una escala que comienza con el creyente, sigue con el apóstol, se prolonga con el inquisidor y termina con el verdugo. Cómo no estar de acuerdo, basta un leve repaso a la historia.
No me refiero a la religión (y no recuerdo de qué hablaba él), sino de algo más amplio: el vasto campo de las creencias de todo tipo, poco sustentadas en argumentos e impermeables a la crítica. De hecho, hay muchos que pregonan la necesidad de ser críticos, pero se irritan sobremanera si la crítica es hacia ellos o sus creencias.
Tampoco creo que sea necesario insistir en que nada tengo contra los creyentes en lo que sea, que cada cual haga en esto de su capa un sayo. El problema viene si se dan los pasos siguientes. Por ejemplo, el del apostolado. O sea, dar la brasa con una verdad que el creyente tiene como absoluta, pero que no deja de ser una creencia particular.
El apóostol-brasas da la murga a poco que le prestes atención. Quién no conoce alguno. Recuerdo a un tipo que lo sabía todo acerca de la conspiración del 11-M. Por supuesto, fue un montaje, nada de lo que nos han dicho es verdadero y los que condenaron los jueces son cabezas de turco, encarcelados con pruebas falsas. Hace tiempo que no veo al individuo en cuestión, me dicen algunos conocidos comunes que sigue igual. Porque son inasequibles al desaliento.
Con los de las vacunas ocurre lo mismo: el grafeno, el chip, el control social, Soros, Gates, los gobiernos, el nuevo orden mundial, el magnetismo, el 5G... Como todo eso es irrefutable porque no es comprobable y ellos son reacios a la falsación, todo vale.
¿Terraplanistas? Tal vez hace cinco siglos tuviera sentido la discusión (espóler: no), pero ahora carece de sentido.
¿Creacionistas? Pues eso, crea usted en la creación, pero no nos dé la murga a los demás; visite el Museo de la Evolución de Burgos, lea a Darwin, vea la película Herencia del viento... Ah, que no, que eso forma parte de la gigantesca conspiración.Si soy uno de ellos, recomiendo conmigo lo del párrafo anterior. Ale, me voy a planchar.
Procedencia de las imágenes:
https://es.aleteia.org/2018/12/29/ideas-para-tener-paciencia-con-una-persona-pesada
https://x.com/NavarraalNatura/status/1174231955413643264
Me gusta Pérez - Reverte. Siento no haber visto la entrevista.
ResponderEliminarA mí también, aunque desigualmente. Lo que más la serie de Alatriste.
ResponderEliminarYo leía mucho a Reverte en mis tiempos jóvenes, mucho..., pero dejó de interesarme y ahora sinceramente pues no está entre mis autores (me pasa igual con Stephen King). Está claro que nuestros gustos cambian con el tiempo, evolucionamos. También me interesa de los escritores que hablen sobre todo de sus obras, aunque reconozco que en parte también me interesan sus puntos de vista sobre temas de la vida e ideas sobre temas sociales, y es verdad que alguna vez me ha producido tal rechazo que no he vuelto a leer a alguien que según mi opinión pues algo que dijo me pareció una barbaridad, o se aleja demasiado de mis ideas
ResponderEliminarRespecto al tema de los brasas, pues todos tenemos alguno en nuestra vida, por desgracia, del tipo que sea, esos sabelotodos, soberbios pues me revientan también y me resultan muy cansinos
Jaja, no me resultas para nada uno de ellos, así que no me voy a planchar, ale.
Hace tiempo que no lo leo. No, espera, el año pasado leí "El italiano", que me gustó bastante. Mis novelas favoritas son "Territorio comanche" y "El pintor de batallas". Y, por supuesto, la serie Alatriste. No siempre me interesan sus puntos de vista, como los de cualquiera cuando se ponen a hablar de aquello en lo que son iguales que los demás. No obstante, no por eso dejo de leerlos, aunque me resulten antipáticos. Y, al revés, hay gente agradabilísima que escribe como el c**o.
EliminarTodos tenemos brasas. Lo malo no es que den la plasta con sus fijaciones, sino que no escuchan ni perciben el interés o el hartazgo del interlocutor. Cansinismo nivel XL. Todos lo somos alguna vez y en alguna medida, pero gracias. Buena plancha.
¡Ay, los brasas, si no existieran habría que inventarlos! (ja, ja...) Y habría que inventarlos porque si no cómo podríamos nosotros dar la brasa sobre ellos (ja,ja...). Quiero decir que todos somos un poquito brasas y que sobre "qué sea 'brasa'" no hay coincidencia; suele ser aquello que no nos interesa, pero ya puede ser esto Picasso, Einstein o la hija guapetona de la vecina del 5º. Todo es susceptible de ser 'brasa' y de dar la brasa con ello.
ResponderEliminarCon todo lo dicho hasta aquí me doy cuenta de que ya estoy dando la brasa a quien quiera que vaya a leer este comentario. Haré como tú, pero en mi caso me voy a afeitar, ¡ale!
Un abrazo fuerte
No sé, no sé... Yo estoy mejor con los no-brasas, aunque, como sugieres, todos lo somos, y no siempre un poquito. Eso de yo he venido aquí a hablar de mi libro, pero full time.
EliminarEl los blogs hay algún que otro brasas, pero por lo general se peca de lo contrario: brevedad sucinta, espíritu de Twitter y muy poco que decir. Algunos, no es tu caso ni el de la que antecede.
Afeitarse está sobrevalorado, mejor planchar. Un abrazo.