
Es la última oportunidad. La última.
Pero la vida se empeña en otra cosa,
en que entre a las tiendas a comprarme ropa nueva,
en que mire a los ojos
a quien sé que deseo y no conviene.
Diferente y envejecida me acomete
la costumbre de abrir los armarios, recolocar en sus cajones
fotografías, tanta fe y un libro de instrucciones.
La última oportunidad es una ficción despiadada
que gangrena la sangre y las palabras.