Me han reñido algunos de los blogueros por lo grave y mustio que estoy últimamente, unos en los comentarios, otros en directo. Así que he retomado mi fichero de boludeces chorras y he encontrado este aviso que fotografié en Madrid hace unos meses:
Lo primero que se me ocurre es mandar al presunto psicólogo perruno a estudiar ortografía, pues después de coma no se escribe mayúscula. Otra distorsión es ese plural (“trabajamos”) a continuación de cual sólo aparece un tal Carlos, en un extraño equipo singular.
Lo segundo, pedir explicaciones sobre la diferencia entre “problemas de comportamiento” y “problemas de comportamientos excesivos”. Además, ¿excesivos respecto a qué? Estoy por llamar; para mí, claro.
Tercero: “evaluaciones”; ¿evaluaciones de qué? ¿Se reúnen los profesores para determinar si el chucho progresa adecuadamente? ¿Le hacen un plan de trabajo individualizado ni no es así?
Cuarto: ¿dónde se estudia para psicólogo canino y felino? Porque, según él, está colegiado. ¿En qué? ¿En psicología animal?, ¿en arquitectura cuántica?, ¿en paellas, canales y puertos?, ¿en epistemología sufí?
O sea.
Lo segundo, pedir explicaciones sobre la diferencia entre “problemas de comportamiento” y “problemas de comportamientos excesivos”. Además, ¿excesivos respecto a qué? Estoy por llamar; para mí, claro.
Tercero: “evaluaciones”; ¿evaluaciones de qué? ¿Se reúnen los profesores para determinar si el chucho progresa adecuadamente? ¿Le hacen un plan de trabajo individualizado ni no es así?
Cuarto: ¿dónde se estudia para psicólogo canino y felino? Porque, según él, está colegiado. ¿En qué? ¿En psicología animal?, ¿en arquitectura cuántica?, ¿en paellas, canales y puertos?, ¿en epistemología sufí?
O sea.
Bueno, a parte de todo lo que has dicho a cerca de la ortografía del susodicho y todo lo demás; a mi me gustaría añadir( espero no ofender a nadie con mi comentario) es que me parece una soberana gilipollez ( se puede decir en tu blog)? que tengamos que llevar a los animales al psicólogo.
ResponderEliminarA cuento de ésto. leí el otro día en Internet que el perro de jennifer Aniston tenía depresión y lo llevaban al psicólogo. Depresión ¿ por qué? ¿ por vivir en uno de los mejores barrios de Nueva York? ¿ por tener todos los lujos que un perro de a pie no tiene? Sinceramente, me parece una pérdida de tiempo que le gastemos minutos de nuestro tiempo en darle bombo y platillo a estas cosas. Yo siempre he tenido animales, y nunca he tenido que llevarles al psicólogo; y la verdad no creo que lo hiciera.
Saludos
En mi blog se puede decir gilipollez, está en el diccionario. Y también caramba, canastos, córcholis y cáspita. Atrevidos que somos.
ResponderEliminarY si nos ponemos exquisitos: estolidez o estulticia, que de eso hay mucho. Una millonaria suiza fundó una asociación durante la guerra de Yugoslavia para recoger a los perros abandonados. Cuando le fueron demandadas las razones por las que no hacía eso con los niños dijo que olían mal.
De todos modos, no quería yo ponerme muy dramático con este post, que enseguida aparecerán los pardidarios de los "derechos humanos de los perros" (juro que he oído a alguien defender tal cosa) y la liamos.
Oye, Rachel, lo último, esos animales que has tenido... ¿incluyes a novios?
Yo he intentado averiguar si existía alguna titulación oficial que pudiera asimilarse a eso de psicólogo canino, ningún resultado. De existir desde luego el sujeto en cuestión la ha adquirido en una subasta del rastro y además seguro que cobra una pasta por servicio y sin factura.
ResponderEliminarA mí también me sorprendió un cartel parecido pero lo peor de todo es que estaba en la puerta de la sala de visita de un médico de cabecera que hacía la sustitución de la titular del puesto. Bueno más que sorprenderme me dieron escalofríos.
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ResponderEliminarmi ignorancia es infinita en general; y en lo perruno mucha, en particular
pero, no habiendo tenido nunca cánidos, sí creo que hay en ellos una “cierta psicología”: que sea el nombre adecuado, ya no sé, pero la tienen: y creo que se advierte no tanto en estos animales, que también, cuanto en sus “dueños”
no creo que el gran cariño, enorme, que he advertido en muchas personas hacia sus perros pueda ser explicado sin contar con ese psiquismo que sí parecen tener estos animales que acompañan al ser humano desde el neolítico
cuidado: algunos salvan vidas en los terremotos; otros son ayuda indispensable para minusválidos de todo tipo; algunos se usan en el tratamiento de autismos y otras deficiencias infantiles; los hay que trincan por los huevos a traficantes de droga y dolor
yo no me atrevo a tener un perro, así lo digo, porque sé que si le pasase algo me moriría de pena (si hasta me pasa con los peluches cuando se aviejan por las costuras y los ojitos, si seré gilipollas)…
esteee…, guau
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Bueno, terrae, que tampoco quería poner una denuncia al tal Carlos. Simplemente, me pareció un pasquín chusco. Al hilo de lo que dice CrisC, desde luego que existe una psicología perruna, otra cosa es que (como en tantos otros ámbitos) se aprovechen algunos de la falta de ¿titulación? para sacar provecho. Y no estoy presuponiendo que éste sea el caso.
ResponderEliminarQue los perros tienen conductas que nosotros no seríamos capaces de tener, es cosa sabida, ya lo dices. Y además sin interés pecuniario. Nosotros, en nuestra complejidad, desarrollamos todas esas conductas perversas. No malas: malvadas.
Vengo de ver "Neds". Ningún chucho sería capaz de tanta violencia. Eso es nuestra espceialidad.
¿No es probable, más bien, que esas personas que llevan a sus chuchos al psicólogo (no conozco a ninguna, por cierto) necesiten ellas mismas ir a un psicólogo?
ResponderEliminarDiste en el clavo. Certeramente.
ResponderEliminarSalvando las distancias, recuerdo algún padre o madre de alumno que insistían en que sus hijos tenían ansiedad, crisis de hiperactividad y no sé cuántas cosas más. Mientras los escuchaba, pensaba lo que tú dices de los chuchos y sus dueños. (Y que me perdonen todos la grosera analogía).
En el tren estaban el señor zanahoria (poeta volador) y el señor pera.
ResponderEliminarEn el metro un montón de bidones de plástico de los que emanaba música.
En la calle un hombre que vendía sus poemas tras recitarlos en voz alta.
En el blog de Atticus psicología perruna.
¡Día interesante el de hoy! ¡Me gusta que vuelvas a las boludeces! :-)
Yo sí tuve perros junto a las amapolas, almendros y chumberas. El tiempo se los llevó.
Más tarde me marché al asfalto y allí fui mordida... El responsable del perro no hizo nada.
No odio a los perros... Sí detesto a determinados acompañantes de los mismos...
Perros y ciudad... ¿Están preparadas las viviendas y la calle? ¿Es tan distinto un perro de un hombre? A nivel fisiológico no, a nivel ergonómico sí. ¿Es tan distinto un perro de unas gallinas o un conejo? ¿Podría repetir respuesta? ¿Qué se considera animal de granja? ¿Por qué hay normativas en algunos sitios que prohíben tener dichos animales en bloques de vivienda pero si están allí como mascota no ocurre nada? ¿Depende del número?¿Depende de un adjetivo? ¿Si es parte de la familia no ocurre nada y si es alimento de la familia sí? ¿No debería depender de las condiciones en que vivan? ¿Por qué tienen derecho a llenar de orines y heces toda la calle? ¿Por qué yo no? ¿Lo de ellos no atenta contra la salud pública y lo mío sí? ¿Huelen mejor? No sé, quizá generen ambiente...
"Un tinte oscuro colorea con líneas finas la escorrentía de la calle. Pienso en qué pincel tan delicado habrá podido realizar aquellas sinuosas formas. Se abre una ventana. Unas manos sacuden un mantel lleno de migas de pan. Descienden pesadas hacia el suelo, hacia la acera, hacia un charco. Aparece un gorrión, dos gorriones, tres gorriones. Comen. Están hambrientos. Ansia entre orines."
O sea por 2.
PD: Sé que hay veterinarios que sí trabajan determinadas cuestiones asociadas al comportamiento y actitud de los canes para después ayudar a personas con autismo, minusvalías, etc.
ResponderEliminarCrisC... ¡a mi también me pasa lo de los peluches!... guau...
Atticus, no no me refería a los novios, ni siquiera había pensado en ellos cuando escribí mis palabras.
ResponderEliminarClotho es verdad que hay perros a los que entrenan para ayudar a personas con autismo, pero yo creo que esos perros llevan en su raza un "don" especial que hace que sean más apropiados que otros para ayudar a determinadas personas. Yo creo, que al igualq ue als personas, no todos los animales pueden utilizarse para las mismas cosa.
También estoy de acuerdo contigo en que es un crimen tener un perro de raza grande en un piso. Para eso existen perros de razas medias o pequeñas. Yo tengo perros en el campo, y una gata en el piso. Pero creo que un gato sí se puede tener en un piso.
¿ de verdad los animales son como sus dueños? Ahí lanzo una pregunta a ver quién me la responde jajajj. Besos
Clothbi, me encanta tu comentario, hay que ver qué cosas pasan en los trenes. No me extraña lo que escribes luego.
ResponderEliminarNada contra los perros, naturalmente, sí contra algunos de sus dueños que llevan sueltos a perrazos agresivos que te amedrentan. O que no recogen sus excrementos. Podrían dejar su dirección para hacer lo mismo en la puerta de su casa.
Yo te respondo. No es que lo sean, es que los dueños se proyectan en ellos, los compran o los buscan como son ellos o con lo que ellos necesitan.
ResponderEliminarUn gato es otra cosa, no tienen nada que ver.
De todos modos, yo no debería hablar de estas cosas. El único animal al que cuido soy yo mismo.
RACHEL!! Estoy completamente de acuerdo contigo en que el tamaño SÍ importa, jajaja... A contestar a tal pregunta... No me atrevo, jejeje... ¡Primero tendré que conocer a tu gato! Jajaja... UN SALUDÍN GRANDOOOOTE!! MMMUUUAAA!!
ResponderEliminarRachel, claro que se puede tener gatos en pisos. Chata, ¿me llevas al tuyo? ¡Emperatriz de Lavapiés! No me digas que no. Más gato que yo no encuentras. ¡GUAPA! ¡GUAPA! ¡Y GUAPA! Si prefieres te vienes para Madrí. ¡Una de callos! Para comer, ¿eh? Que uno es guapo hasta doler.
ResponderEliminarDios, Rachel, casi me hago a un lado.
ResponderEliminarOye, Chulapón, no la asustes ni la requiebres con tanta desmesura, que ésta es una dama de formas galanas, más habéis de tener prudencia gatuna, que ser morigerado es cosa grata.
No tema, Rachel, es que me gustó el juego de gato y gato. Me dio pie a los callos, a mi querido Madrí y a los piropos. Pido disculpas si alguien pudo sentirse ofendido.
ResponderEliminarEnhorabuena por su blog, Atticus. Trataré de pasar más a menudo. Un placer leerle. ¡Qué gran descubrimiento!
Si no le parece mal, de aquí en adelante me añado a la lista de lectores como el chulapón de los barquillos.
Muchas gracias chulapón de los barquillos. No me ofende en absoluto el comentario. Ojalá me dijeran esos piropos más a menudo. jajjaj. bienvenido.
ResponderEliminarCloth, estamos de acuerdo en el tamaño, no? jajajaj. Besitos, guapa
Vale, vale, admitimos pulpo, además de gatos y perros. Bienvenido a esto.
ResponderEliminarY niñas, la página de Nacho Vidal está en otro lado, by if the flies.
Ay, que yo lo decía de coña, pero existir, existe. Ahí va. Eso sí, sed conscientes de que ese tipo no existe, de que el tamaño no importa, de que lo esencial es el cariño...
ResponderEliminarAy.
http://www.nachovidal.tv/
Yo también creo que son algunos dueños los que tienen que ir al psicólogo. Y al tal Carlos tampoco le vendría mal un repasito...
ResponderEliminarDonde vivo, cuando acaba el verano, decenas de perros quedan abandonados a su suerte, porque el juguetito ya les cansa y no se lo quieren llevar a la ciudad. ¡Cuánta tristeza en esos ojos!!!!.En fin, mejor no hablar de esos dueños.
Y hablando de juguetitos, ¿ qué tiene ese Nacho Vidal en el calzoncillo? jajaja. Atticus, no he podido evitar echarle una visual al enlace. Ay...
Y a otros sitios, Elena. Por ejemplo: acompañar a las brigadas de limpieza una temporada y dedicarse a recoger cacas de perro. Los otros, los que abandonan perros, condenados a ser abandonados en medio de un desierto, sin agua, y con una radio que sólo sintonice la COPE.
ResponderEliminarLo del tal Nacho Vidal... algodones. Only lies.
Un gran artículo, espero que escribas más sobre este mismo tema. Estoy especializada en el mismo campo.
ResponderEliminarJacqueline Cabrera
www.psicologolaspalmas.org
No es un artículo mujer, sino una broma. Sin malicia. No sé si en tu comentario hay ironía o no. Pero en lo que yo escribo no hay maldad. Ninguna.
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