"Pensándolo bien, aquellos tres profesores solo tenían un punto en común: jamás soltaban la presa. No les tomábamos el pelo con el reconocimiento de nuestra ignorancia. (…) En su presencia -en su materia- nacía yo para mí mismo: pero un yo matemático, si puedo decirlo así, un yo historiador, un yo filosófico, un yo que, durante una hora, me olvidaba un poco, me ponía entre paréntesis, me libraba del yo que, hasta el encuentro con aquellos maestros, me había impedido sentirme realmente allí.
Y otra cosa, me parece que tenían cierto estilo. Eran artistas en la transmisión de su materia. Sus clases eran actos de comunicación, claro está, pero de un saber dominado hasta el punto de pasar casi por creación espontánea. Su facilidad convertía cada hora en un acontecimiento que podíamos recordar como tal. Podía pensarse que la señorita Gi resucitaba la historia, que el señor Bal redescubría las matemáticas, que Sócrates hablaba por boca del señor S. Nos daban clases tan memorables como el teorema, el tratado de paz o la idea fundamental, que aquel día eran el tema. Enseñándolo, creaban el acontecimiento."
"De hecho, siempre he alentado a mis amigos y a mis alumnos más despiertos a convertirse en profesores. Siempre he pensado que la escuela la hacen, en primer lugar, los profesores. ¿Quién me salvó a mí de la escuela, sino tres o cuatro profesores?"
Y otra cosa, me parece que tenían cierto estilo. Eran artistas en la transmisión de su materia. Sus clases eran actos de comunicación, claro está, pero de un saber dominado hasta el punto de pasar casi por creación espontánea. Su facilidad convertía cada hora en un acontecimiento que podíamos recordar como tal. Podía pensarse que la señorita Gi resucitaba la historia, que el señor Bal redescubría las matemáticas, que Sócrates hablaba por boca del señor S. Nos daban clases tan memorables como el teorema, el tratado de paz o la idea fundamental, que aquel día eran el tema. Enseñándolo, creaban el acontecimiento."
"De hecho, siempre he alentado a mis amigos y a mis alumnos más despiertos a convertirse en profesores. Siempre he pensado que la escuela la hacen, en primer lugar, los profesores. ¿Quién me salvó a mí de la escuela, sino tres o cuatro profesores?"
Daniel Pennac: Mal de escuela, ed. Mondadori, Barcelona, 2008; cit. págs. 222 y 49.
http://www.elviralindo.com/blog/articulos-opinion/profesores/#comments
El papel de los profesores es tan importante que incluso esculpen nuestro futuro: por ellos adoramos unas asignaturas, odiamos otras, redescubrimos las que no creíamos comprender.
ResponderEliminarEn países como Finlandia se les considera los profesionales más prestigiosos y son respetados por la sociedad . Justo lo contrario que aquí.
Pd: con los recortes en educación, empezamos un curso de presupuesto cero. Será un año caliente.
Efectivamente. Es lo que quería decir. Profesores hay de muchos tipos, lo cual no es en absoluto malo: eso de uniformizarnos a todos da como resultado la igualdad por lo bajo (o por lo "funcionarial", por lo ajustado a norma, lo ramplón, lo no creativo).
ResponderEliminarAquí hay quién nos reconoce autoridad pública y luego nos insulta y nos llama vagos y no sé cuantas cosas más. Mejor no se dicen los nombres de las presidentas de las comunidades de Madrid y Castilla-La Mancha... El prestigio no sólo se consigue con palabras vacías, sino explicando a la sociedad la importancia de ser profesor, escuchando nuestras necesidades y visión del asunto.
Marcial Marín, consejero de educación de CLM dice (ver página web de la junta) que este va a ser el mejor curso de la historia en CLM: con más alumnos y más profesores. Lo primero es cierto. Lo segundo se resume en lo que no es otra cosa que un ERE: más de 3000 interinos a la calle. Esto se llama "más profesores". Sin duda, aumentarán los de religión para hacer posible semejante milagro de los panes y los peces.
http://politica.elpais.com/politica/2011/09/08/actualidad/1315507274_144848.html
Me está viniendo a la cabeza otra cosa. Llevamos muchos años padeciendo la nefasta política educativa del PSOE. Con una ESO que es un coladero; con una burocracia gigantesca que ha convertido a los profes en rellenadores de papeles inútiles; con una psicologización de la enseñanza, según la cual es muy importante que el chico no se traumatice y que su entorno social sea afectivamente motivador, pero el hecho de que estudie es irrelevante; con un bachillerato cortísimo y degradado, pues los alumnos no tienen costumbre de estudiar; con la aparición de sucesivas jergas que obligan a explicar sin saber si estamos viéndonoslas con contenidos, procedimientos, actitudes, competencias básica, temas transversales o guindillas con atún; con una noria continua de asignaturas, optativas, contenidos, leyes, criterios de calificación, etc.
ResponderEliminarEl desastre ha sido mayúsculo y nuestro sistema educativo sigue haciendo el ridículo internacionalmente, pese a los esfuerzos por maquillar las cifras de fracaso escolar (que es infinitamente mayor de lo que dicen las estadísticas). Y ahora, mientras estos ignorantes(hace más daño un tonto que un malvado, aunque tampoco de esto van faltos)que nos gobiernan pasean su arrogancia del "aquí estoy yo, que he ganado las elecciones", y disfrazan su incompetencia culpando a los profesores de todos los males sociales (insolidarios, vagos, privilegiados...), ese partido defensor de la clase obrera aprovecha para erigirse en campeón de la educación pública; ellos, que la han deteriorado hasta el infinito durante años y años. Y los profesores, asistiendo a este fuego cruzado, moneda de cambio de políticos a los que no importamos ni nosotros, ni nuestro trabajo, ni la educación, ni la verdad, sin tener culpa de nada de esto, como el payaso de las bofetadas. Encima de geisha, el futón.
Me gusta lo de la geisha y el futón. Esto va a durar mucho tiempo. Cuando yo entré en este mundo, la gente me decía: no te preocupes, aqui cada vez vas a mejor. Una vez que entras en las listas ya no sales. Sólo puedes ir a mejor. Y mejor ha sido que esté buscando trabajo fuera de España; con todo lo que eso supone.
ResponderEliminarDesde luego están jodiendo muchas vocaciones; entre ellas, la mía. Menos mal que he oído de boca de algunos políticos palabras de defensa hacia nosotros; claro políticos de la oposición.
Mira, Little Rachel. Tú que know idiomas y eres young, y you can, go, go of this puñero país y no vuelvas. Pilla un billete barato en esas compañias low cost for teachers, no return. Y cuando llegues al civilizado país que sea, busca un buen hombre, de esos que te muerden la orejilla mientras susurran palabras de amor en sueco con acento de la Baja Sajonia: "my little teacher", te dirá, "have you dolores of cospedal?", ven que te hago un masaje de pies y lumbares que te va a dejar like new. ¿Cómo que con todo lo que eso supone? Que no, que go, now, que esto no tiene remedio, que nos gusta ser meretrices y, por añadidura, poner el lecho y planchar las sábanas, no sea que aquí el que paga nos eche del lupanar to the bitch street.
ResponderEliminarDéjate de vocaciones. Uno en está en esto por dinero, que en cuanto decimos lo de las vocaciones, viene uno y nos pide que trabajemos sin cobrar. ¿Conoces a algún fontanero vocacional que arregle la cisterna gratis, porque es su vocación? Que no. Buenos profesionales, decentes, rigurosos, serios, puntuales. Lo que llevamos toda la vida haciendo (casi todos) mientras estos ignorantes de bureau se leen un artículo en una revista de los EEUUUUUUUUU! y nos convierten un sistema educativo en un laboratorio de conceptos tan huecos como peligrosos.
Y, sobre todo, ni caso al "Candidato", que aquí el defensor de la causa del profesorado lleva 20 años en el partido que peor nos ha tratado, que más nos ha ninguneado, que nos ha enterrado en vida bajo toneladas de papeles sin sentido, que nos ha convertido en programadores/vigilantes/motivadores/asistentes sociales/mediadores/animadores culturales y un interminable catálogo de actividades que sólo de lejos recuerdan a un profesor. No olvides que aquí el Rubal fue ministro de educación, padre colegiado de la LOGSE, cómplice con trienios de esto a lo que llamamos sistema educativo. Que lo que está viniendo no nos haga olvidar lo que han hecho estos elementos que vieron una vez un instituto, y de lejos, hace más de un cuarto de siglo.
Y si hay que llevar el futón, se lleva. Pero con la cabeza muy alta y el cerebro sin intoxicar. Y la vaselina, que la pongan ellos. Faltaría.
Tengo su imagen viva en la memoria y el tiempo se ha encargado, aún a mi pesar, de cubrir su recuerdo con un manto de benevolencia que quizás no tuvieran. Será que quiero entenderlo así. ¡Quien me iba a decir que sería uno de ellos con el paso del tiempo!
ResponderEliminarRecuerdo que los evitaba, aunque sin menospreciarlos y que despertaban en mí más desconfianza que otra cosa. Sus alardes de conocimiento me hacían sentir generalmente distante y nunca me sentí querido bajo el paraguas del conocimiento. Claro que uno no va a la escuela para que le amen. Ni a ningún sitio, a decir verdad...
¡Cuanta paradoja! Miro a mi alrededor y aún en la lejanía, me reconozco. Cuando soy capaz de parar, en ese mismo instante el conocimiento toma sentido, sentándose en un lugar discreto, dejando que la realidad, tal cual es, se manifieste.
Llueve en el patio, los niños se mojan contentos.
Bonito comentario, Anónimo. No sé si eres nuevo en esta plaza o no, pero me alegra tu comentario. Si lees el libro del que extraigo la cita, te sentirás (creo) reflejado en muchos sentidos.
ResponderEliminarHay una frase que me interesa especialmente: cuando dices que "sus alardes de conocimiento me hacían sentir generalmente distante". Es curioso, a mí me parece que hay dos tipos de profesores según lo que hacen con su saber: 1. Los que se atrincheran tras él y, como los perros, marcan territorio: yo estoy aquí y vosotros, pobrecitos, allí, lejos; pese a eso me rebajo a ofreceros desdeñosamente unas migajas de todo lo que sé. 2. Aquellos que te regalaban sus palabras, que te hacían una transfusión de palabras o números, esto es, los pasionales. No todos los días estamos igual de ánimo, somos personas, pero conviene apasionarse con lo que estás haciendo, incluso si se trata de explicar la deducción trascendental de las categorías o las relaciones entre fe y razón en el Tomás de Aquino.
Con un nick, aquí damos los papeles. No seas un ilegal, que en esta bitácora tenemos la costumbre de la plena ciudadanía.
Un post muy oportuno, Atticus. Mi más sincero recuerdo a todos mis profes... incluido aquel que escupía en la papelera y se peinaba tratando de tapar su calva mientras nos explicaba mates comiendo un bocata de chorizo media hora antes del recreo... ¡menudas historias suyas recuerdo! Jejeje...
ResponderEliminar¡¡Un besote bien grande a todos los profes!! Que en my family tengo y sé lo que es... Jajaja... ¡¡MUUUAAAAAC!!
¿Verdad que era oportuno? Es que hay veces que hay que decir las cosas. Y, en ocasiones, otros las dicen mejor.
ResponderEliminarLa historia que cuentas es la de un profe guarrete. Que nadie piense que las cosas son así.
Y que nadie piense que las cosas son como las cuentan. Parece mentira, pero lo que ha logrado el PP, de momento, es generar un movimiento de protesta que ya veremos en que queda. No es poco ver a unos cuantos cientos de profesores diciendo que no. Veremos.
Si tienes profes cerca, seguro que lo entiendes, y seguro que te das cuenta de que lo que se ventila aquí no son dos o tres horas lectivas más, sino un ERE a gran escala y un menosprecio a la escuela pública; al final se quedará en escuela púbica. Pero hay batallas que hay que dar, aunque se pierda. Porque una batalla que se da no se pierde del todo.
Gracias. Siempre se agradece la solidaridad. Un besazo también para ti.