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sábado, 3 de octubre de 2015

IRRATIONAL MAN

Ni una obra menor ni una obra maestra, sino todo lo contrario.

Fui a ver Irrational man sin muchas ganas, tocado ya por la mediocridad con oficio de las últimas películas de Woody Allen. Desde Match Point no me había gustado ninguna, especialmente ese despropósito titulado Vicky Cristina Barcelona, asombrosamente agradable para muchos y que incluso le valió un Oscar a Penélope Cruz en su papel más histérico y desmadejado. Será que no entiendo. Pues efectivamente: no entiendo nada de semejante disparate.

Irrational man empieza con unos cuantos tópicos: profesor de filosofía desorientado, de vuelta de muchas cosas, en crisis, abandonado, alcohólico, con unos cuantos kilos de más, llega a una universidad tan guapa como la gente que pulula por ella. Se encuentra allí con una profesora que de inmediato comienza el asedio encamador, al mismo tiempo que una estudiante (deslumbrante, deliciosa, cautivadora Emma Stone) inicia su propio recorrido: de la admiración a la fascinación, de ahí al enamoramiento y finalmente al intercambio horizontal.

A mí, profesor de filosofía durante unos cuantos años ya, jamás me ha ocurrido tal cosa: ni se me ha presentado ninguna compañera en casa con una botella de single malt y el cuerpo ardiente, ni he notado admiración enamoradiza en las estudiantes. Claro que las mías son más pequeñas y eso ni se piensa ni se debe.

A continuación llega el giro de la película, que la transforma en una fábula moral, en un dilema como hay muchos en cualquier libro de ética, pero que arrastra a la película en su segunda parte a una temática similar a Match Point, aunque con referencias al cine de Hitchcock (Extraños en un tren). Me interesa algo más, pero en este tramo tampoco alcanza lo que podría y debería.

Salí del cine pensando que me había gustado pero.

Unos días después, más madurado el juicio, me doy cuenta de que tengo la sensación de que Woody Allen no se ha esforzado demasiado y que ha hecho un producto a medio gas. Su cine al ralentí sigue siendo mejor que la ramplona cartelera habitual. Gustará a muchos; lo que oí saliendo del cine eran comentarios favorables, pero la temática daba para mucho más y conservo una sensación epidérmica de lo que allí vi. No me basta con esas alusiones explícitas a Dostoievski, ni siquiera la cita tan gastada de Hannah Arendt acerca de la banalidad del mal.

Son muchos los que piensan que Woody Allen rueda con el piloto automático. También yo. Tiene muchos fieles, como si el director neoyorquino fuera un tótem o una fuente inagotable de ideas geniales. Yo no soy de ésos. Precisamente porque he admirado gran parte de su filmografía, por su estilo, porque hacía su cine y no películas para las salas de cine.

Joaquin Phoenix, como siempre, espléndido, un papel a su medida, creíble incluso en las escenas menos creíbles. También los demás actores están estupendos, nada que objetar. Es otra cosa lo que le pasa a la película, una suerte de decepción por haber visto algo que es bueno pero.

Y, por último, la música. En todas las películas de Woody Allen hay excelentes bandas sonoras, casi siempre de un jazz clásico y preciso. Aquí no: unos pocos compases nos acompañan de principio a fin, machaconamente, escoltando a  la filosofía, al sexo y al footing. Menos mal que Emma Stone, a veces, interpreta a Bach al piano…

Finalmente, un consejo: no se fíen de los profesores de filosofía que saben reparar ascensores ni de las novias que, cuando ganan en la feria, prefieren como regalo una linterna a una muñeca pepona.


12 comentarios:

  1. Vengo de ver la película en este momento y, la verdad, estoy completamente de acuerdo con todo lo q dices.... bueno pero.....
    Ah! y lo de "extraños en un tren" sin cortarse.

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    1. Es una catalogolación que me viene a la cabeza mucho últimamente: "bueno-pero". Me temo que mucho. Y creo que esta peli se ajusta a ella. Supongo que la Turia, como a todas las de su época gloriosa les daba un 3, a ésta le dará un 2. ¿O se han ablandado?

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    2. Información adicional: en la Turia Llorens y Vicente le ponen un 4, Pedro Uris un 3, y una nueva (una tal Iris A) le pone un 2. Así pues, se queda en un 3. Yo también le pongo un 3, pese a todo soy muy Allenadicta.
      PD: Aunque conozco a uno que le pone un 4.

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    3. Estoy de acuerdo con Llorens y Uris tendiento a Iris. Para mí es un 3.

      Dile al del 4 que se lo haga ver. Eso es "signo" de algo, me figuro...

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  2. No he visto pelis de Woody Allen; ésta tampoco. La última frase es muy buena. La verdad es que no imagino a un filósofo en plan McGyver. Besos.

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    1. Me cuesta creerte. ¿Ninguna? Debes ser la única en este planeta. Naturalmente, cada uno ve lo que quiere, pero entre las tontunas televisivas (gratis) y de las multisalas (a escandalosos precios), uno puede irse a la biblioteca municipal, donde también hay algún que otro DVD y pillar media docena de títulos. Tienes para elegir. Desde finales de los 60 hace una cada año. Las primeras son más desmadradas y puras, a mí me gustan mucho. Luego llega una etapa de reírse de sus obsesiones, que culmina con unos pocos títulos de inspiración bergmaniana que a mí no me hacen gracia y sí me provocan bostezos. Los últimos años ha hecho obras menores, indiscutiblemente ingeniosas, pero poco más. Y entre estas últimas están sus obras alimenticias y turísticas. Allen ha salido de New York y ha convencido (¿engañado?) a unos cuantos países (España, Francia, Reino Unido, Italia) para ambientar allí sus películas a cambio de unos cuantos dólares, que los genios también comen y tienen cuenta corriente.

      Si visitas la wikipedia te encontrarás con todos sus títulos. Como este es mi blog, me atrevo a sugerirte mis favoritas: "Annie Hall", "Manhattan", "La rosa púrpura de El Cairo", "Días de radio", "Delitos y faltas", "Balas sobre Broadway".

      Mi lista de detestables es más larga, pero incluiría, además de la que he citado en el post, a la muy apreciada "Blue Jasmine" y "Desmontando a Harry". Por supuesto a las "serias".

      Finalmente, la frase que cierra el post es incomprensible sin ver la película. Yo no sé arreglar un mal enchufe y, por si acaso, subo las escaleras.

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  3. Iré a verla un día de éstos, pero hace tanto tiempo que no voy al cine que igual me coloco detrás de la pantalla o yo qué sé.

    Lo que sí sé es que la interpretación de Phoenix será de peso, en cuanto a la peli nunca se sabe, Allen fluctúa mucho de una a otra.

    ¿Qué qué, Lady?

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    1. Mira, friend. Cuando pagues la entrada, pasas, le das el papel a uno, entras en la sala que indique el ticket y te sientas. Donde veas unos silloncitos y gente trasteando con el móvil, allí es.

      Phoenix es un actorazo. Lo recomiendo especialmente en "The master".

      A Lady le voy a regalar un bonoallen, que no es eso con lo que se montan los muebles de Ikea.

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  4. Nada más por ver a esos dos actores, escuchar esos diálogos ingeniosos y contemplar el decorado de esa universidad americana ya vale la pena ir a ver la película (sin pararse a pensar si es mejor o peor que la última o la penúltima de Woody Allen; ver una película suya todos los años ya es una suerte). Naturalmente, no somos tan quedones como Joaquin Phoenix, ni tenemos alumnas tan maravillosas como Emma Stone. Es el precio que hay que pagar por vivir en la realidad. La próxima vez que nos digan dónde y nos apuntamos para vivir en una película de Woody Allen. Eso sí, no repararemos ascensores y procuraremos llevar cuidado con las linternas.

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    1. A mí no me parece suficiente. Creo que hay material y talento para mucho más. Y que es cosa del boss desarrollarlo.

      Entonces, por lo que dices, ¿no tengo esperanzas de que la Stone me tire los tejos? Yo he sido siempre de Charlize Theron, pero estoy empezando a encontrarme promiscuo y zumbón.

      Y los ascensores ni tocarlos. Y las linternas... casi mejor usamos la función esa tan chula del móvil. Por si acaso.

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  5. Me temo que Woody Allen sólo genera relaciones ambiguas. Yo he pasado por épocas de adoración y enfado que no necesariamente se correlacionaban con las de otras opiniones. Me sorprendió mucho que en su país natal, EEUU, produzca el mismo efecto. La gran mayoría no lo puede ni ver, mientras que la minoría más "bohemia" y "cool" lo adora. En cualquier caso, conozco el sentimiento de es "bueno pero", y es desconcertante. Probaré a verla cuando llegue por aquí y te cuento mi opinión.

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    1. Sé de gente que no lo soporta. Mira Lady Aliena, que ni siquiera ha visto una peli suya. Pero bueno, cada uno es cada cuál, como decía Serrat.

      Ya nos dices cuando la veas, porque seguro que por los parises la han estrenado ("L'homme irrationel", allí han traducido el título, aquí somos más papistas que el Papa).

      Ah, estoy leyendo "Accidente nocturno", de Patrick Modiano, ambientado en calles y barrios parisinos. La llevo a mitad, aún no sé si me gusta, pero tú reconocerás todos los espacios en que transcurre.

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