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sábado, 16 de junio de 2012

EL QUE CAMINA POR EL FILO




Me dijo este miércoles QQ que Blade Runner es una verdadera mierda. Supongo que era una humorada, fruto del juego alterno de vaciladas mutuas a costa de los truños larsvontrierianos que solemos ver, pero no me extrañaría que no fuera así, creo que sus gustos no son los míos.

Luego comí con él. No soy rencoroso. Pero me gustaría decirle por qué me gusta, por qué vuelvo sobre ella.

Primeros minutos: está lloviendo, siempre. Sólo al final nos deslumbra la luz y podemos aliviar nuestro desasosiego (por cierto, esos planos fueron desechados de El resplandor). La peli es un juego de luces y sombras, del ser y del no-ser. Tiene mucho de caverna platónica: los personajes no saben, creen, toman las apariencias por realidades, viven en el fondo, apenas iluminados por anuncios de Coca-Cola y TDK. Vagabundean por la ciudad (esa urbe dentro de la caverna, ser en el parecer), buscan quién es humano, quién replicante… Pero no es tan sencillo. Un test diseñado tal vez por sofistas impide saber quién es quién: lo que era criterio de verdad empieza a empozoñar la certeza cuando el alienador alienado sofistica su mecanismo. Los objetos del test ya no responden como debieran.

Hay un policía, un blade runner, Harrison Ford fuera de sus registros habituales. Es Deckard. Y Deckard obedece órdenes. Deckard prefiere no pensar. Deckard se enamora. Un autómata es más eficaz que alguien que piensa por sí mismo. El policía se iguala al replicante. Pero éste trasciende su mecanicismo y comienza a desarrollar emociones, o sea, patologías, pues eso es el mundo sentimental: un pathos laberíntico, una petición de auxilio a un pasado tan inexistente como necesario, una esperanza en el futuro: improbable y por eso trágico. El replicante quiere ser inmortal, aunque se sabe mortal; el policía se sabe mortal, pero lo ignora, y falazmente se considera más que Nexus 6 (nunca Rutger Hauer estuvo tan bien, histriónico y contenido a la vez, grandioso, enloquecido). Sin embargo, la lección de humanidad se la da ese replicante con voluntad de persona cuando, al final de la película, le dice eso de “Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Eso es lo que significa ser esclavo”. La inminencia de la muerte lo transmuta: me recuerda a la figura de Jesucristo (en realidad toda la película está cargada de referencias religiosas) en el monte de los olivos, cuando es consciente de la presencia de la muerte y se entrega a ella con dramatismo, con dolor, pero también con generosidad.

Deckard está a punto de morir, colgado de una cornisa, dependiente de su supuesta víctima, del ser presuntamente inferior, del que nada espera, nada puede esperar. Pese a ello, el replicante le otorga la vida; quien ya no puede pedirla, la transmite: con tanta inutilidad como gratuidad, el eterno retorno, el pathos alienta de nuevo en un sujeto que ha cobrado consciencia de su insignificancia y también de la grandeza de ese ser que llamamos ser humano, de ese puente tendido entre el animal y el superhombre, como dijera Nietzsche, cuya filosofía impregna todos los fotogramas de esta película.

Sigue lloviendo. Nada ha cambiado cuando Nexus 6 ya es historia. Salvo el silencio necesario del policía: ninguna palabra hará justicia a la situación.

Sólo el sonido de la lluvia basta como banda sonora… hasta que Vangelis arranca el motor de la sangre. Deckard buscará a Rachel y quebrará probablemente su vida con nuevas incertidumbres.

Quién sabe. Quién sabe si somos replicantes o personas, hombres que sueñan ser mariposas o mariposas que sueñan ser hombres, si todo es provisional, ilusorio y virtual. Si es un sueño dentro de otro sueño.

Quién sabe si el fabricante de ojos ha diseñado los nuestros para que sólo veamos lo que Él quiere.

Tal vez, QQ, a mis torpes entendederas sólo llegue este mensaje confuso y hermoso, dionisíaco y poético. Pero yo he visto cosas que no creeríais, he visto rayos C brillar en la oscuridad. He visto hombres que caminan por el filo. Todo eso se perderá como lágrimas en la lluvia. Es hora de vivir.

12 comentarios:

  1. "Blade runner" es, para mí, una de las mejores películas de todos los tiempos. Tiene tanto, tanto dentro de sí, que es completísima.
    Me ha encantado tu post, es denso y brillante. Iré entrando, de a poquito.

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    1. Muchas gracias. Lo releo. Es un poco denso, sí,es una vivencia y una interpretación. Muy personal. Son unos planos que el director ha filmado para mí. Al igual que me ocurre con la poesía de Luis García Montero: me reconozco y chapoteo en la película, siempre encuentro algo más. Es infinita.

      Lo de brillante... tienes una birra pagada. De boutique.

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  2. Esta película siempre tendrá un significicado muy especial para mí. Un día me quedé enredado en esa lluvia descubriendo sensaciones que nunca experimenté antes. No sabría decir si parte de mí estaba en la película o si la película se introducía en mi carne. Mis preferidos, Pris y Roy. Por cierto, Atticus, ¿de dónde has sacado esa imagen que lanza rayos y fuego? Me he quedado embobado. ¿Cómo se hace eso en una imagen?

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    1. Ten cuidado con la lluvia: en cuanto te descuidas, te empapa el alma. También puede contaminarte, se cuela hasta en las palabras. Los que llevamos gafas sabemos lo que significa esa humedad en la mirada. Parece que hablo de otra cosa...

      Qué dos personajes tan diferentes. Pris busca que la quieran, es débil, aunque la obstinación por vivir la convierte en una resistente hasta el final: se retuerce como un animal que no quiere abandonar la vida, busca el espacio. Roy es el superhombre, el que exige, el creador de valores. También el ingenuo, el que se enfrenta a la vida con ardor y valentía. Y pierde, naturalmente.

      La imagen la he sacado de "Imágenes" al poner en google "Blade Runner". No me di cuenta de eso hasta que estaba puesta. Queda bien, ¿eh?

      Pues nada, me alegra leerte por aquí otra vez, hombre del breve nombre.

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  3. Éste era un post necesario.

    No tengo neuronas de guardia ahora para decir algo inteligente, pero intentaré decir algo inteligible. Blade Runner es muchas cosas, también una historia de amor, o varias historias de amor…

    Tyrell muere por amor, un amor filial desencantado. Zhora muere por amor y temor. Pris muere de amor e ingenuidad. Roy mata por amor y concede la Vida por amor. Rachel mata por amor y morirá de amor.

    Hay una secuencia que me gusta mucho. Rachel va a casa de Deckard, hablan, ella toca el piano (delicioso tema), él cura sus heridas, ella pretende irse y él cierra la puerta de un golpe, la lanza contra ella, se apróxima, la cerca con sus brazos, la besa, la lame, se la come…

    Se me ocurre ahora (debe de ser alguna neurona de nueva creación) que vivir es siempre caminar en el filo, lo otro se llama transcurrir y demás procesos metabólicos.

    Ahí lo dejo.

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  4. "Blade Runner" es tantas cosas, que es imposible reducirlas a una sola. Alguien me dijo hace poco que es que a él no le gustaba la ciencia-ficción. "A mí tampoco", respondí. Es que "Blade Runner" no es una película de ciencia-ficción. Junto con "Gattaca", "El planeta de los simios", "Matrix" y "Farenheit 451" (seguro que me dejo alguna) consitutye uno de los hitos del cine filosófico. Entiendo por tal cosa a esa narración (insisto: narración, no ensayo de danés atormentado) que plantea una serie de cuestiones existenciales, complejas, esenciales, absolutamente humanas.

    Me he centrado en el post en una cuestión casi gnoseológica. Pero existe esa otra que dices. Además, me gusta el final "de los productores" (perdón por la herejía) precisamente porque es más romántico que el del director. Deckard se va con Rachel, incondicionalmente, ingenuamente.

    me gusta mucho la escena que describes. Y me gusta el personaje de Rachel, tan desvalido, como una adolescente que descubre la sensualidad de sentirse vivo. ¿Es en esa escena en la que se desmelena? Quiero decir, que suelta su ortopédico y robótico peinado, que se humaniza cuando el desorden de su cabello invade la pantalla.

    Me extrañaba no leerte por aquí precisamente en este post. Temía tu comentario: un bladerunneriano me va a destrozar el engendro de post que he pergeñado. Ponle a esa neurona la medalla al mérito filmopático.

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  5. Puesto que nada nos salva de la muerte, muramos de amor (que además, también, como decía Neruda, nos salva de la vida).
    El que camina por el filo: bella forma de describir el vivir intensamente.

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    1. Mujer, yo prefiero vivir con amor que morir de amor, qué quieres que te diga, aunque el verso de Neruda tiene un punto de ironía lírica que me gusta mucho.

      También me parece un acierto el título de la película, mucho más que el pretencioso de la novela. Por cierto, me gusta más la peli.

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  6. Siempre me gustó Rachel (peinado aparte). Y me identifiqué con ella cuando enfermé, obsesionada por el tiempo que me quedaba: me sentía como una replicante. Ahora veo que éso da igual, que humanos y replicantes tenemos que vivir, sin importarnos cuanto,sino el cómo.
    Pd: gracias por la birra. Te tomo la palabra, que nunca he probado una cerveza de boutique.

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  7. De nada. Una birra de boutique es ese tipo de cervezas que no van en pack de 6. Son algo especial: turbias, de abadía, raritas, vaya.

    Hermanos y replicantes... Conozco unos cuantos que no sé de qué tipo son.

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  8. Mmmmm me gusta me gusta. Es una película muy completa (aunque detesto a muerte el doblaje), con una carga filosófica incuestionable. Justo hace unos días vi un reportaje sobre su gestación y la acogida que tuvo en el público. El estreno fue un completo desastre, decían, una pésima recaudación, críticas sin comtemplaciones que denotaban una incomprensión total de la esencia de la obra y, principalmente, un sentir general en el que ese futuro velado entre nieblas que planteaba cuestiones trascendentales sobre la vida y la muerte no tenía cabida.
    Sin embargo la novela en la que se basa (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Phillip K. Dick), nunca me ha atrapado. De hecho, he de confesar que nunca he pasado del primer capítulo. La atmósfera me ahoga. Algún día espero que tenga su debida oportunidad, pero aún no estamos ninguno de los dos en el momento del otro.
    Excelente post :)

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  9. Anoche estuve cenando con el causante del post (y señora). A ambosdós no les gustó la cosa oscura, claustrofóbica ni la terrible escena en la que Nexus busca y liquida a su creador. Comparto todo ello: es opresiva, no me parece casual. Y me gusta, aunque es terrible, esa escena. A mí me parece la más existencialista de la peli: el hombre busca a Dios (ese Tyrrell artificiosamente ataviado con unas enormes gafas que señalan el ojo de Dios, el que todo lo ve, el vigilante); le pide la inmortalidad, pero Dios/Tyrrell se la niega con esas hermosas palabras que van destinadas a todo hombre: has lucido con gran intensidad, no importa la eternidad, sino la intensidad. ¿Le niega la inmortalidad o es algo todavía más inquietante: no puede dársela? Me gusta creer esto último: el creador se vuelve prisionero de sus creaciones, que le exigen lo que no puede darles. El hombre mata a Dios. Y lo que queda es que, como dijo Sartre parafraseando a Dostoievsky, "todo está permitido". La película tiene ese punto de inflexión. A partir de ahí, Nexus inicia una espiral de violencia que termina con la desconcertante (sólo en apariencia) escena final: el hombre se vuelve Dios y es capaz de dar lo que a él le es negado.

    La novela... pues eso. Yo la terminé, pero como que no. La seducción y la complejidad de la película no están en ella.

    Y gracias.

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