Vistas de página en total

domingo, 25 de noviembre de 2018

‘BERTA ISLA’



Comenzaré diciendo que Javier Marías me gusta. Mucho.

Descubrir su narrativa fue un deslumbramiento: Todas las almas y El hombre sentimental fueron los primeros que leí. Aún me estoy reponiendo. Después llegaron Corazón tan blanco (mi preferido) y Mañana en la batalla piensa en mí, que profundizaron en mi aprecio por su prosa. También leí Los dominios del lobo, que no me interesó nada y que perdono por su juventud, la tengo por una novela anecdótica y circunstancial.

Me regalaron Negra espalda del tiempo y ahí terminó mi historia de amor, aunque aún lo intenté con eso de Fiebre y lanza. Sin éxito. Vi ejercicio de estilo y poco más, palabras, frases… Pero ningún sentido. En un club de lectura la emprendimos con Los enamoramientos…, que tampoco me enamoró. Y, como soy un cabezota, aún me empapé más de él en Ahora empieza lo malo, texto del que no recuerdo más que el título.

De modo que empecé con Berta Isla con prejuicios y dispuesto a abandonarlo pronto. Error. Me he encontrado con el Javier Marías que prefiero, el narrador que me hipnotiza, que me envuelve y me lleva donde quiere. Y que, además, lo hace con una historia que me interesa, que progresa (lentamente, eso sí) al ritmo de acontecimientos que se entrelazan con la vida de Berta y de Tomás. El libro podría haberse titulado Tomás Nevinson, pues es de ambos. Y es la vida de ambos la que circula por las páginas, con azar, errores, ilusión de libertad y voluntad de amor.

Porque es una historia de amor, sí, a ratos. Es sobre todo una historia de ausencia, de culpa, de remordimientos, de espera casi sin esperanza. Marías habla de todos estos sentimientos y a veces casi parece uno estar en un libro de Freud, de Nietzsche, de Husserl (por su estilo casi fenomenológico). En algún momento me ha recordado a Zweig y a Sándor Márai, lo que son palabras mayores.

Esta mañana lo he terminado. Y lo aconsejo. Especialmente a los que amen la literatura y no la banalidad hecha páginas.


Adjunto la dirección web del autor, en la que se indican los últimos premios recibidos, uno de ellos ayer mismo:



Procedencia de la imagen:
https://www.google.es/search?biw=1366&bih=626&tbm=isch&sa=1&ei=2mr6W5f4IMnLgAabsayABQ&q=javier+marias+berta+isla&oq=javier+marias+berta+isla&gs_l=img.3..0i19.22684.25088..25476...0.0..0.92.889.11......1....1..gws-wiz-img.......0j0i30j0i8i30j0i24.A6JkPH_m9qI#imgrc=3LaoFro3dcu6XM:



sábado, 17 de noviembre de 2018

LA FILOSOFÍA ESTÁ DE-VUELTA


No me he equivocado. La Filosofía está de vuelta, pero también está devuelta, es decir, mal regurgitada.

Dice la ministra de educación -que no deja de sorprenderme- que la Filosofía es una asignatura imprescindible y todos los partidos apoyan la cosa y proponen que en forma de Historia de la Filosofía retorne a las aulas como asignatura obligatoria en 2º de Bachillerato.

Pero no les importa. Es postureo, pedadogía epidérmica.

Durante unos años tuvimos la asignatura de Religión y su alternativa (no alternativa-entre, sino alternativa-a), la Ética. En los tres cursos de BUP, dos horas a la semana, es decir, una mierdecilla de asignatura. Luego teníamos la Filosofía de 1º de Bachillerato y la Historia de la Filosofía de 2º, a cuatro horas semanales cada una.

Llegaron las rebajas y se redujeron a tres, en algunas comunidades incluso a dos (la lengua vernácula le comió una). Después se eliminó lo de la Ética como alternativa (no tienen valor para denunciar el Concordato y eliminar la asignatura de Religión) y pusieron dos asignaturas obligatorias en la ESO: Educación para la Ciudadanía y Educación ético-cívica. Otra vez dos horas semanales, pero al menos obligatorias.

Pero llegó la LOMCE y el ministro Wert (elefante en cacharrería) arremetió como nunca con la materia filosófica: desaparecieron la Epc, la Ética y la Historia de la Filosofía. Llegaron los Valores éticos, otra vez alternativa-a, esta vez con una hora a la semana. Sí: una hora a la semana en tres de los cuatro cursos de la ESO. No sé si alguien está dispuesto a llamar asignatura a esto. En el recreo están más del doble de tiempo. Es una tomadura de pelo, una broma de mal gusto, un castigo para que se llenen las aulas de Religión que suelen tener crisis de fe cuando no hay nada a la misma hora.

Y ahora llega la ministra y vuelve a reformar todo lo reformado y reformable. La enésima reforma de la contrarreforma de la reforma de lo reformado. Con una legislatura blandengue y sin seguridad ni siquiera en el próximo curso. Valores éticos desaparecen y vuelve la Historia de la Filosofía. Parece que también la Ética. Lo que no se dice es en qué condiciones, con qué programa, cuántas horas. Pasa el tiempo y no se concreta nada. Perdemos una ocasión tras otra de hacer las cosas bien.

Queda bien esto de la Filosofía, da una pátina de humanismo y énfasis en la argumentación. Pero ese dialogismo de escaparate rechina en su aplicación. Parece una reforma de despotismo ilustrado: los profesionales no somos escuchados (una vez más) y los profesores de filosofía menos aún, no vaya a ser que digamos que no nos gusta demasiado eso de ser apuntaladores del gobierno de turno o de la Religión. No vaya a ser que no nos guste lo que tenemos obligación de explicar, ni las horas que se le dedica a la cosa filosófica ni, por supuesto, las ratios insoportables y el número indecente de horas que tiene que impartir un profesor con sus estudiantes a cargo. Esto último ni se nombra, como es natural: cuesta dinero.

No les importa. Ellos a lo suyo, salir en la prensa, cuadrar horarios y números. Postureo. No les importa. En este país la educación reglada no importa. La otra, tampoco demasiado.


Procedencia de las imágenes:
http://filosofiacavernicolas.blogspot.com/2012/12/el-valor-de-la-filosofia-o-lo-que-no.html
http://www.ocesaronada.net/filosofia-y-ciencia-en-la-antigua-grecia/

jueves, 8 de noviembre de 2018

NU SOM ESPAÑOLS



El padre del niño golpeó sus zapatos contra un árbol y aún se agachó para recoger un palo con el que rascar en las suelas y que la tierra se desprendiera sobre un trozo de periódico que llevaba fecha del 19 de marzo. El padre de ella escarbó con sus dedos hasta tener un puñado de la misma tierra, que metió directamente en el bolsillo de su gabán. El niño y la niña se dieron la mano. Los dos notaron su calor y el de las manos duras y agrietadas de sus padres. Caminaron unos metros hasta que alguien de uniforme se dirigió a ellos con palabras incomprensibles. El padre de ella levantó la mano que no sujetaba a su hija tras dejar la maleta en el suelo. Sacó un papel del bolsillo y leyó en voz alta: Bonyur mesié, nu som españols. No le gustó que las armas les apuntasen, pero eran otras armas, no hablaban su idioma y sintió que lo que parecía una amenaza era algo tranquilizador, era otra vida. Se acercaron más, notó su aliento a tabaco y escuchó palabras que no comprendía. Miró a las mujeres, algo más atrás, nadie entendía aquella lengua.


-Abuelo, es para el instituto, el profe de Historia dice que hagamos un trabajo. Mira, éste es el título: Les réfugiés syriens.
   
Eduardo miró a su nieta despacio, recordaba el intenso frío de aquel día de marzo, los gritos en francés y la mano de su padre que apretaba la suya intentando que no tuviese miedo.

-Les réfugiés syriens… Ven a mi lado, Julie, mon amour. Les réfugiés... Voy a contarte por qué tus padres ya nacieron en Francia y aquel día en el que tu abuela y yo cruzamos los Pirineos de la mano.


https://www.youtube.com/watch?v=D_RO5B5x4pc



Procedencia de la imagen:
https://eltransitohaciaelolvido.blogspot.com/2018/05/las-montanas-de-la-libertad-ricardo-pes.html