Vistas de página en total

domingo, 27 de noviembre de 2022

EL CAMIÓN DE LA BASURA

Hoy me he echado la siesta en la cama, con voluntad de pijama, padrenuestro y orinal. La noche pasada dormí profundamente, pero poco. Necesitaba más después de tres horas de monte difícil (me gusta salir a por setas), que me dejaron muy cansado.

Apenas he conseguido un plácido duermevela, pero ha merecido la pena. Mientras vegetaba entre las sábanas ha pasado el camión de la basura. Tengo los contenedores bajo mi ventana, así que me entero bien. Siempre me parece que tiene un sonido de cetáceo resoplando. Y, en ese estado somnoliento, he recordado las semanas del confinamiento. Tenía entonces el sueño ligero y el camión pasaba siempre sobre la una de la madrugada. Esos días pensé que mucha gente seguía haciendo su trabajo en condiciones muy difíciles, cuando todo era incierto. Nos cuidaban los sanitarios, los supermercados estaban abiertos porque había productores y transportistas, por la noche se seguía recogiendo la basura, etc.

Creo que, como sociedad, somos poco agradecidos. Los médicos lo saben mejor que nadie: mucho aplauso y luego les desmantelan la atención primaria y no les dan tiempo ni recursos.

De todo esto me acordaba mientras escuchaba el sonido familiar del camión de la basura. Debemos dar más importancia a esas cosas, a lo importante.



Procedencia de la imagen:

https://www.istockphoto.com/es/fotos/cami%C3%B3n-de-la-basura


miércoles, 16 de noviembre de 2022

PERGOLESI Y VICENTE GALLEGO

Hace unos días salí al campo, solo. Llovía débilmente. Puse Radio Clásica y escuché esta maravilla, no sé si en esta versión o en otra, pero me acompañó unos bellos kilómetros. 

El azar quiere que mientras la escucho me vengan a la mente los versos de este poeta no muy conocido, Vicente Gallego.



 


Poema: "Lo que al día le pido", incluido en La plata de los días.


sábado, 5 de noviembre de 2022

BIBLIOTECAS



Tengo una modesta biblioteca que rondará los 1400 volúmenes. Modesta comparada con los 32000 que dice tener Arturo Pérez-Reverte (y seguramente es así, he visto las imágenes). Yo no soy un fetichista de los libros. Lo que me gusta es leer más que poseer. Tuve mi época, como casi todos, pero se me pasó. Entonces solo compraba y leía en mis libros. Y si tenía que leer en libro ajeno, lo devolvía en cuanto podía y me lo compraba. Prestaba poco, muy poco. De hecho, aún me duelen algunas pérdidas irrecuperables. Y, de vez en cuando, descubro que me falta algún volumen y que ignoro donde puede hallarse. Hace unos años descubrí la ausencia de El amor y Occidente, de Denis de Rougemont, una maravilla que estudié y anoté. Pues no lo tenía. Eso sí, compré un ejemplar en francés en las orillas del Sena, que apenas he leído porque mi dominio de esa lengua está muy lejos de ser un hecho.

Este post lo escribo porque un amigo me mandó un enlace a un vídeo en el que Andrés Trapiello enseñaba su biblioteca y hablaba de ella. Muy interesante. De ahí salté a las de Arturo Pérez-Reverte, Alaska, Manuel Vilas, Lorenzo Silva, Antonio Escohotado, Rosa Montero… Me interesa mucho lo que dijeron. Frente a la negativa absoluta de Pérez-Reverte a prestar libros, Vilas y Silva sí son proclives, salvo, claro, esas joyas, esos textos que tienen un valor especial para ellos.

Yo, como decía antes, cada vez soy más despegado. Unas cuantas mudanzas me han hecho relativizar mucho. De hecho, empecé a usas sistemáticamente las bibliotecas cuando llegué a la ciudad en la que vivo y mis libros permanecieron mucho tiempo en cajas. Creo que habré leído otros mil y pico de bibliotecas o en el e-book, que compré y uso, sobre todo en verano y en viajes.

Soy poco romántico y el bloguerío ortotodoxo del papel me apedreará, qué le voy a hacer. A mí lo que me gusta es que la historia sea interesante (en las novelas), que me conmueva (poesía) o que me obligue a pensar e incluso a disentir (el ensayo). La narrativa no tengo ningún problema en leerla en digital, no así la poesía y, sobre todo, el ensayo, en que subrayo y anoto. Porque anoto y doblo lomos y páginas si el libro es mío; de lo contrario, cuidado extremo.

Un día le dije a mi hijo que, cuando yo muriese, esos libros iban a ser para él. Me respondió que al día siguiente los vendería en Wallapop. Me hice el enfadado, pero la verdad es que me da igual. No me importa si hay vida tras la muerte, sino que la haya mientras estoy vivo, en estos tiempos que son los míos. Leer forma parte de la vida, al menos de mi vida.

Por cierto, me voy a seguir leyendo un libro de Pierre Lemaitre que me está sacudiendo. Adiós. Mirad los vídeos.

 

 

Trapiello:

https://www.youtube.com/watch?v=mD7RrqU33iY

Pérez-Reverte:

https://www.youtube.com/watch?v=D5TugZjC-KQ

Vilas:

https://www.youtube.com/watch?v=uD2WO53OtAs

Escohotado:

https://www.youtube.com/watch?v=bf46WSju--g

Alaska:

https://www.youtube.com/watch?v=DxoI0fWt5KU

Silva:

https://www.youtube.com/watch?v=iMLXmrWX4Lg

Montero:

https://www.youtube.com/watch?v=ghOiqvcyNF8



Procedencia de la imagen:

https://www.comunidadbaratz.com/blog/10-principios-para-una-biblioteca-abierta-y-hospitalaria-y-5-propuestas-para-hacerla-posible/