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miércoles, 28 de diciembre de 2022

INOCENCIA

Escribo esto un 28 de diciembre, día, según dicen, de los Santos Inocentes, en memoria de la matanza de niños ordenada por Herodes. No va de aquel horror, del que no tengo más conocimiento que cualquiera que sepa un mínimo de religión católica.

Hoy, no sé la asociación de eventos, parece que es el día de las bromas a costa de la buena fe de algunos, fáciles objetos de chanza e incluso burla. Porque esa es la clave. Como decía siempre en mi tutoría cuando tratábamos el acoso escolar, si el objeto de la broma no se ríe, entonces es burla; de modo que lo mejor es abstenerse por si se causa sufrimiento. Porque casi siempre la broma es a costa de esa persona débil (o que los otros perciben como tal), inocente, al que los que se amparan en la fuerza tribal del grupo castigan sin misericordia. Muy mal. Y no hay atenuantes en que es una broma, que no tiene sentido del humor, etc.

Si alguien quiere reírse tiene muy a mano a alguien: él mismo. Todos tenemos de qué. Es más, resulta una actividad muy saludable no tomarnos demasiado en serio. Al fin y al cabo, cuando más bestia es uno, menos sentido del humor tiene. Sí, ya sé que se ríen… de otros. Son cáusticos y ridiculizan al otro, pero ay de ti como te atrevas a hacer una broma sobre sus sacrosantas convicciones, estilos de vida o creencias.

No, esos no son precisamente inocentes. Yo hablo de esas personas puras, buenas, sin dobleces, que van de cara, fiables, modestas… Las hay, están entre nosotros, a menudo son tan discretas que pasan desapercibidas o se confunde su discreción con debilidad y se procede a su ridiculización pública. Porque de los otros también hay: muchos; o no son muchos, pero hacen mucho ruido. En todo caso, los que importan, los que tienen valor son los otros, los inocentes, esas personas buenas en el buen sentido de la palabra bueno, como dijo Machado. Hay que cuidar de ellos.

Y, si no tenéis nada mejor que hacer, revisad la película o leed el libro de Miguel Delibes.



Procedencia de la imagen:

https://literariedad.co/2017/11/19/los-santos-inocentes/

martes, 20 de diciembre de 2022

LIBROS (DE 2022)

32. Un año flojo. Y, lo de siempre: el **** trabajo, que me ha quitado más horas de lo debido, sin que eso signifique más provecho. Pero vamos a lo que vamos. 32, aunque seguramente serán 34, tengo a medias el libro de Petros Márkaris Cuarentena y la colección de relatos de Lucia Berlin Manual para mujeres de la limpieza, que me recuera a Alice Munro. Márkaris me gusta mucho, aunque aquí hay narraciones breves y yo querría más desarrollo. El de Lucia Berlin es excelente, no me extraña que tenga tantos adeptos, lo raro es que esta autora fuera casi olvidada hasta hace poco.32. 

También me esperan, entre otros Llévame a casa, de Jesús Carrasco, a lo mejor le toca antes de que acabe el año. Lo deseo y lo temo, porque he leído del mismo autor Intemperie, que es un texto magnífico que te deja el cuerpo del revés.

Por supuesto, tengo a medias una docena más de libros, algunos desde hace tiempo. Paciencia.

Este 2022, como he dicho, no he leído en exceso, otros años casi he doblado esta cifra. Además, veo la lista y algunos son totalmente prescindibles, puro entretenimiento que no me ha aportado gran cosa. Sin embargo, he vuelto sobre Zweig, esos textos breves en los que era un maestro. Por ejemplo, Amok. Por cierto, Pere Rojo, amigo y autor, me pasó un libro que ha escrito sobre Zweig, espero que lo publique pronto porque merece la pena.

Por recomendación de una amiga, leí Arde este libro, de Fernando Marías, escritor recientemente fallecido. Uno de esos en los que el autor saca mediante la escritura todo el dolor que lleva dentro. He leído también otros dos libros de él, que me gustaron sin más; este es otra cosa, recomendabilísimo, duele.

Muñoz Molina ha tenido hueco con su último libro, El miedo de los niños, que es una novela corta o un cuento largo. Áspera e inocente, un tema incómodo, muy bien escrita, aunque en este autor eso es lo normal.

Los besos, de Manuel Vilas, me ha encantado. No puedo evitar sentir proximidad biográfica con su protagonista. Los que me conocen saben por qué. Vilas es un autor, lo dije en otro post, que escribe con trascendencia naif. Esa ingenuidad aparente me gusta, es un acercarse a la vida desde la vida, escribir como si se pudiese contar lo que es tan difícil explicar.

Igualmente entronca con mi biografía A corazón abierto, de Elvira Lindo, me reconozco en muchas vivencias.

También leo ensayo. Este año me ha sorprendido Filosofía entre líneas, de Nerea Blanco, un modo de escribir y de explicar que es académico, pero también fresco, atrevido, callejero, colorista, rockero, desinhibido… Sí, conviene leerlo. Porque, además, su autora tiene una magnífica formación y eso se nota.

Otro ensayo recomendable es el de Javier Ocaña: De Blancanieves a Kurosava. Los que tenemos hijos y, además, nos gusta el cine, hemos encontrado una maravilla. Los que no tengan hijos también.

Por qué creemos en mierdas es un libro de divulgación a la vez divertido y riguroso. Su autor, Ramón Nogueras, explica todos los engaños que nos hacemos a nosotros mismos, eso que se llama el sesgo de confirmación ante la disonancia cognitiva. Muy recomendable.

También leo novela gráfica, poca este año. Y poesía, claro. Erráticamente: Prado, Vilas, Sastre, García Montero… Y hasta una sorprendente colección de haikus de Fernando Barbero.

El próximo año serán más. Me cuesta elegir uno entre todos los que he leído. Estoy por citar la novela terrible de Pierre Lemaitre Tres días y una vida, pero no estoy seguro y tampoco importa.

Aún tengo diez días para completar la lista.



Procedencia de las imágenes:

https://www.casadellibro.com/libro-manual-para-mujeres-de-la-limpieza/9788466342810/11391071?gclid=Cj0KCQiA14WdBhD8ARIsANao07jy82IT3tJM8SKgSXNGgjDc5YMr8dIZBVRyWRpvScJ3jG0D14b4tmEaAu8pEALw_wcB

https://www.zendalibros.com/arde-este-libro-de-fernando-marias/

https://www.planetadelibros.com/libro-los-besos/334389



jueves, 8 de diciembre de 2022

PELÍCULAS DE DICIEMBRE

Me gustaría ir al cine más de lo que voy, que es una vez a la semana y no siempre. Y eso que este año me lo he propuesto, porque desde la pandemia solo había ido una vez en dos años, El último duelo, por cierto.

No obstante, sí veo bastante en televisión, estoy suscrito a dos plataformas, HBOmax y Filmin. Confieso que esta última me encanta, como si la hubieran hecho para mí. En la otra hay a veces películas que me interesan, aunque menos. No obstante, tiene algo que no tiene Filmin y es la posibilidad de poner subtítulos en español con el sonido en el mismo idioma; de ese modo puedo ver películas a deshoras o bien leer cuando no entiendo bien a los actores (en el cine español se da mucho).

En HBO he visto estos días dos películas españolas que en su tiempo se me escaparon: Negociador (Borja Cobeaga, 2014) y El desconocido (Dani de la Torre, 2015). La primera me ha gustado, sí, pero se queda en un terreno de nadie, casi una comedia, parece que quiere ridiculizar el mundo de ETA, pero no entra mucho en la cuestión. Desaprovechada, pedía más. La segunda, estupenda, asfixiante, dolorosa, con gran ritmo narrativo. Y, desde luego, al acabar, nos quedamos pensando mucho rato en aquello que ha desencadenado la acción, en qué es lo importante, en los valores vitales. Un grandísimo Luis Tosar, aunque eso no es novedad.

En Filmin he visto estos días dos películas asiáticas: La tercera esposa (Ashleigh Mayfair, 2018) y Sexual Drive (Kota Yoshida, 2021). La primera es vietnamita, ambientada en el XIX y cuenta la historia de la jovencísima tercera esposa que, a sus 14 años, desea tener un hijo varón, lo que otras no han conseguido. Tiene una bellísima fotografía, lo que no oculta que la película va de muchas más cosas: soledad, deseos prohibidos, sometimiento de la mujer, abusos, engaños… Me recuerda mucho a La linterna roja (Zhang Yimou, 1991).

Sexual Drive es japonesa. Está estructurada en tres partes. Todas ellas tienen en común un plato de comida, que da título a cada una, y un hombre misterioso que entra en las vidas de tres parejas y les hace daño. Una película extraña y atractiva, en la que se trasluce el deseo, el mal, el resentimiento, el pudor… y la comida, claro. A mí me ha gustado, pero habrá personas que no la soporten, también lo entiendo.

Por cierto, antes de estas me metí entre pecho y espalda unas cuantas películas del realismo poético francés; una de esas plataformas tiene muchas. Se ven como si fueran de ahora. Qué digo: mejor. Las novedades son a menudo como el suflé: buena pinta y aire por dentro.



Procedencia de las imágenes:

https://www.filmaffinity.com/es/film524487.html

https://www.filmaffinity.com/es/film813767.html

https://www.filmaffinity.com/es/film143180.html



domingo, 27 de noviembre de 2022

EL CAMIÓN DE LA BASURA

Hoy me he echado la siesta en la cama, con voluntad de pijama, padrenuestro y orinal. La noche pasada dormí profundamente, pero poco. Necesitaba más después de tres horas de monte difícil (me gusta salir a por setas), que me dejaron muy cansado.

Apenas he conseguido un plácido duermevela, pero ha merecido la pena. Mientras vegetaba entre las sábanas ha pasado el camión de la basura. Tengo los contenedores bajo mi ventana, así que me entero bien. Siempre me parece que tiene un sonido de cetáceo resoplando. Y, en ese estado somnoliento, he recordado las semanas del confinamiento. Tenía entonces el sueño ligero y el camión pasaba siempre sobre la una de la madrugada. Esos días pensé que mucha gente seguía haciendo su trabajo en condiciones muy difíciles, cuando todo era incierto. Nos cuidaban los sanitarios, los supermercados estaban abiertos porque había productores y transportistas, por la noche se seguía recogiendo la basura, etc.

Creo que, como sociedad, somos poco agradecidos. Los médicos lo saben mejor que nadie: mucho aplauso y luego les desmantelan la atención primaria y no les dan tiempo ni recursos.

De todo esto me acordaba mientras escuchaba el sonido familiar del camión de la basura. Debemos dar más importancia a esas cosas, a lo importante.



Procedencia de la imagen:

https://www.istockphoto.com/es/fotos/cami%C3%B3n-de-la-basura


miércoles, 16 de noviembre de 2022

PERGOLESI Y VICENTE GALLEGO

Hace unos días salí al campo, solo. Llovía débilmente. Puse Radio Clásica y escuché esta maravilla, no sé si en esta versión o en otra, pero me acompañó unos bellos kilómetros. 

El azar quiere que mientras la escucho me vengan a la mente los versos de este poeta no muy conocido, Vicente Gallego.



 


Poema: "Lo que al día le pido", incluido en La plata de los días.


sábado, 5 de noviembre de 2022

BIBLIOTECAS



Tengo una modesta biblioteca que rondará los 1400 volúmenes. Modesta comparada con los 32000 que dice tener Arturo Pérez-Reverte (y seguramente es así, he visto las imágenes). Yo no soy un fetichista de los libros. Lo que me gusta es leer más que poseer. Tuve mi época, como casi todos, pero se me pasó. Entonces solo compraba y leía en mis libros. Y si tenía que leer en libro ajeno, lo devolvía en cuanto podía y me lo compraba. Prestaba poco, muy poco. De hecho, aún me duelen algunas pérdidas irrecuperables. Y, de vez en cuando, descubro que me falta algún volumen y que ignoro donde puede hallarse. Hace unos años descubrí la ausencia de El amor y Occidente, de Denis de Rougemont, una maravilla que estudié y anoté. Pues no lo tenía. Eso sí, compré un ejemplar en francés en las orillas del Sena, que apenas he leído porque mi dominio de esa lengua está muy lejos de ser un hecho.

Este post lo escribo porque un amigo me mandó un enlace a un vídeo en el que Andrés Trapiello enseñaba su biblioteca y hablaba de ella. Muy interesante. De ahí salté a las de Arturo Pérez-Reverte, Alaska, Manuel Vilas, Lorenzo Silva, Antonio Escohotado, Rosa Montero… Me interesa mucho lo que dijeron. Frente a la negativa absoluta de Pérez-Reverte a prestar libros, Vilas y Silva sí son proclives, salvo, claro, esas joyas, esos textos que tienen un valor especial para ellos.

Yo, como decía antes, cada vez soy más despegado. Unas cuantas mudanzas me han hecho relativizar mucho. De hecho, empecé a usas sistemáticamente las bibliotecas cuando llegué a la ciudad en la que vivo y mis libros permanecieron mucho tiempo en cajas. Creo que habré leído otros mil y pico de bibliotecas o en el e-book, que compré y uso, sobre todo en verano y en viajes.

Soy poco romántico y el bloguerío ortotodoxo del papel me apedreará, qué le voy a hacer. A mí lo que me gusta es que la historia sea interesante (en las novelas), que me conmueva (poesía) o que me obligue a pensar e incluso a disentir (el ensayo). La narrativa no tengo ningún problema en leerla en digital, no así la poesía y, sobre todo, el ensayo, en que subrayo y anoto. Porque anoto y doblo lomos y páginas si el libro es mío; de lo contrario, cuidado extremo.

Un día le dije a mi hijo que, cuando yo muriese, esos libros iban a ser para él. Me respondió que al día siguiente los vendería en Wallapop. Me hice el enfadado, pero la verdad es que me da igual. No me importa si hay vida tras la muerte, sino que la haya mientras estoy vivo, en estos tiempos que son los míos. Leer forma parte de la vida, al menos de mi vida.

Por cierto, me voy a seguir leyendo un libro de Pierre Lemaitre que me está sacudiendo. Adiós. Mirad los vídeos.

 

 

Trapiello:

https://www.youtube.com/watch?v=mD7RrqU33iY

Pérez-Reverte:

https://www.youtube.com/watch?v=D5TugZjC-KQ

Vilas:

https://www.youtube.com/watch?v=uD2WO53OtAs

Escohotado:

https://www.youtube.com/watch?v=bf46WSju--g

Alaska:

https://www.youtube.com/watch?v=DxoI0fWt5KU

Silva:

https://www.youtube.com/watch?v=iMLXmrWX4Lg

Montero:

https://www.youtube.com/watch?v=ghOiqvcyNF8



Procedencia de la imagen:

https://www.comunidadbaratz.com/blog/10-principios-para-una-biblioteca-abierta-y-hospitalaria-y-5-propuestas-para-hacerla-posible/

domingo, 30 de octubre de 2022

MAHLER Y ANA ROSSETTI


 






Prodecencia de la música: Mahler: Symphony No. 5 (Adagietto) / Rattle · Berliner Philharmoniker

Poema extraído del libro Indicios vehementes


viernes, 21 de octubre de 2022

VIVALDI Y MANUEL VILAS


 



Música: "Gloria", de Antonio Vivaldi.
Poema: "Fantasía", de Manuel Vilas, incluido en Poesía completa.

martes, 18 de octubre de 2022

HAENDEL Y LUIS GARCÍA MONTERO



Aquella casa no era mía.

Yo contraté la luz, el agua y las palabras.

Dispuse que los muebles y los vientos

volvieran a jugar en los balcones.

El paisaje llegaba saludando

igual que los amigos,

y al levantar la mano y las botellas

abril subía por el ascensor

y las colinas de la tarde

cambiaban amapolas por un whisky.

 

Yo contraté la noche para cerrar las puertas.

Quise quedarme solo con mi amada,

quedarme dentro de las horas

que ruedan con la miel de dos desnudos.

Yo preparé las sábanas, los libros, los armarios,

pinté de blanco las paredes,

pero la casa aquella no fue mía.

 

Porque empezó a llover

durante todo un año y el siguiente,

y el otoño manchaba los pasillos

con silencios mojados y zapatos,

y estuvo el mes de enero

helando hasta cortarse con nuestra soledad

y nuestra ropa sucia,

y el coche que subió por la colina

de barro y abandono

vino para decirme

que aquella casa no era mía.

 

Y aquella casa no fue mía.

Aprender a vivir enamorado,

saber amar,

significa también sentirse libre

cuando un amor se acaba.

Las ruinas de hoy

no son ya mi dolor ni mi recuerdo.

Veo como un extraño

la ventana forzada, las paredes con grietas,

los azulejos rotos.

 

La lluvia que pregunta en la esquina por mí

sabe que aquella casa no era mía.

 

 (Luis García Montero: “Primer amor”, en Vista cansada)


lunes, 10 de octubre de 2022

BOCCHERINI Y BENJAMÍN PRADO


 

El poema es un cuerpo: lo acaricio,

la humedad de su piel deja en mi mano un animal vacío.


Aparcados junto al océano

no hay palabras hermosas igual que enredaderas,

luces con corazón de leopardo en el oro de los parques;

no hay libros más hermosos que la vida.


Aparcados junto al océano

la noche es el libro; la muerte, una manzana.



Música:

Luigi Boccherini: La Musica notturna delle strade di Madrid – Quintettino VI, Op.30 N.6, G.324, interpretado por Bremer Barockorchester.



Poema:
Fragmento de "Cobijo contra la tormenta", de Benjamín Prado: Poesía verbal, p. 93.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

‘TENÉIS QUE VENIR A VERLA’

Acabo de ver esta película de Jonás Trueba. No tenía mucho tiempo, así que me ha seducido su escasa duración, poco más de una hora. Y, la verdad, le sobran al menos 30 minutos. Es un corto extendido.

Lo que da título a la película es la casa de una pareja. Eso es lo que dicen a otra pareja de amigos, estos urbanitas y aquellos titubeantemente de vocación de pueblo. Bueno, de urbanización, que no es lo mismo. Conozco unos cuantos de esos que dicen vivir en un pueblo -y hacen apostolado de todas sus ventajas-, pero viven en una urbanización a las afueras de lo que una vez fue un pueblo. Como los protas de la película coche para todo, de modo que la ecología a hacer puñetas. Así que a las ciudades hay que darles una vuelta, muchas, pero si la propuesta es quedarnos sin campo ni bosques para que esos pseudoecologistas tengan su chaletito, me parece que no deben contar conmigo. Vivir en un pueblo es otra cosa. Prueben, por ejemplo, en los del Señorío de Molina, la Siberia española (por su temperatura y por su bajísima densidad de población).

Bueno, la peli. Comienza con un concierto de Chano Domínguez en el Café Central de Madrid, una maravilla. Durante unos minutos solo vemos las caras de los actores, especialmente de una de ellas. Y el resto de la película es la visita que los de Madrid hacen a los de Alpedrete. Como dice cualquier página que hable de la película: comen, hablan, juegan al ping-pong, pasean… Y ya. Eso es la película. Acaba cuando una de las mujeres hace un pis en medio del campo.

Creo que Jonás Trueba quiere situarse en la estela del mejor cine francés, más concretamente en la de Éric Rohmer, pero no acaba de conseguirlo. No hay gran dificultad en verla, pero igual que se pasa la hora, se pasa el recuerdo. Nada ha impregnado especialmente. Pudo ser una película generacional, pero los diálogos son casi siempre muy planos y los personajes lo mismo. Lo único trascendente es la lectura de algún fragmento de un libro de filosofía de Peter Sloterdijk que, se supone, da soporte a la idea de vida en sociedad y a la necesidad de cambiar de vida.

En definitiva, en mi modesta opinión es una película tan fresca como prescindible. Acaba y en la plataforma que me la ha ofrecido, aparecen otras sugerencias: Los amigos de Peter, Beautiful girls, El amigo de mi amiga… No comparemos.

Eso sí, a los críticos les ha encantado. Así que, como dicen los argentinos: no sos vos, soy yo.



Procedencia de las imágenes:

https://atalantecinema.com/film/teneis-que-venir-a-verla/

https://www.buscalibre.es/libro-has-de-cambiar-tu-vida-peter-sloterdijk-pre-textos/9788415297543/p/4905129

jueves, 22 de septiembre de 2022

EL TIEMPO PASA

Nunca he sido nostálgico, mucho menos de ese tiempo titubeante que es la adolescencia o la primera juventud. Pero hace unas semanas que estoy poniendo un poco de orden en casa y en la vida y aparecen señales de muchos años atrás. He visto papeles entre las páginas de libros que pertenecieron a personas de las que hace mucho tiempo que no sé nada. He visto dedicatorias de libros que me regalaron personas que me ofrecieron afecto, amistad o amor: ya no están en esos sentimientos, ya no están. Junto a ordenador con el que escribo hay tres cintas de casete. Una es la banda sonora de la película Mama Lucia, otra es Ecos de Danza sufí, de Franco Battiato, y la última es Per amore mio, de Roberto Vecchioni, una grabación con una letra que ni es la mía ni sé a quién pertece. Hay otra que tiene una música ochentera o noventera chunda chunda. Las tengo que escuchar, a ver su estado y si las tiro o las conservo. También he rescatado tres cintas de vídeo VHS que tienen nombres de miembros de mi familia. Creo que en el trastero hay un vídeo que aún funciona junto a 200 cintas que algún día tendré que llevar al punto limpio.

Hubo un tiempo que todo esto estaba en estanterías, ordenado, lustroso. Hoy me importa muy poco qué ha sido de todo aquello. Por el camino de la vida he perdido mucho y a mucha gente. También he ganado, por eso lo que importa es el ahora, el hoy, el casi mañana.

He dicho que de nostalgia ni el nombre. Voy a seguir leyendo a Rafael Chirbes, sus Diarios, que me impactan, me emocionan y me sacuden. Y tal vez, mientras tanto, ponga la cinta de casete de Roberto Vecchioni.




Procedencia de la imagen:

https://www.todocoleccion.net/casetes-antiguos/franco-battiato-ecos-danzas-sufi-casete-ano-1985-cantado-espanol-espana-tiene-9-temas-cassette~x267630484

domingo, 11 de septiembre de 2022

‘JARDÍN POÉTICO’

Acabo de terminar un libro de poemas de una amiga, Ana García Lamparero. Se titula Jardín poético. Siempre digo que en esto de la poesía hay algo muy personal, esto es, que debe dirigirse a ti, precisamente a ti, en su subjetividad irreductible y, al mismo tiempo, hablar de algo que pueda concernir a todos; es decir, de lo particular a lo universal. No es fácil.

Tampoco lo es hablar de lo que ha escrito alguien a quien conoces porque tu lectura está mediatizada por lo que sabes de esa persona: ninguna lectura poética es inocente, pero así hay que ir a ella.

¿La recomiendo? ¡Desde luego! ¿Os gustará? No puedo saberlo. A mí sí. No todos los poemas claro, en muchos hay biografía que desconozco y cosmovisiones afectivas a las que no llego. Pero otras…

Por ejemplo, hay un verso, seguramente mi preferido, junto con el poema “Lluvias tristes”, que dice esto: “Duele en el alma la dejadez de algunos”. Ese verso toca el corazón: las relaciones personales son difíciles y las reglas que las rigen erráticas y repletas de sobreentendidos. Repaso mi vida y veo dejadez de algunos. Me duele aún. Sin duda, yo también habré cometido ese pecado. Hay personas que se alejan sin huella, otras dejan un descosido de imposible reparación. Supongo que he cometido injusticias, quién no, siento dolorosamente que las he sufrido: la dejadez de algunos.

“…porque me reconozco en cada imperfección”. ¿Qué es ser perfecto?, ¿quién lo es? Yo también me reconozco. Me miro al espejo por la mañana y a veces no veo a quien deseo ver. Estoy en un periodo de reflexión vital, de examen de conciencia. Me reconozco y no, no siempre. Afortunadamente, sé que hay personas que me entregan más de lo que les pido. A ellas podría decir, como escribe Ana: “Si pronuncio tu nombre / recogeré tu herencia”. No sé qué herencia, pero no se debe vivir en vano. Si nadie te echa de menos, tal vez te hayas equivocado en tus imperfecciones y nadie tenga herencia vital de ti.  Ojalá que no.

En fin, Ana, que me gustaría ser uno de “los alegres pájaros de ayer” y no “un hombre oxidado en una armadura de plata” o “un animal errante que camina a trompicones”.

Termino con esa invitación que nos hace Ana en su poema “Casilla de salida”: “Únete al club. / Eres la bienvenido. / La contraseña es, tan solo, un simple gracias. / La cuota una dosis de sincerísima alegría”.

Magnífico poemario, creo yo. Lo podéis comprar en el enlace que adjunto (de ahí está tomada la imagen de la portada). También en librerías.

https://www.amazon.es/Jard%C3%ADn-Po%C3%A9tico-TTT_Poes%C3%ADa-n%C2%BA-1-ebook/dp/B09QT8DXTJ#customerReviews

viernes, 9 de septiembre de 2022

DOS PELÍCULAS SOBRE LA MATANZA DE MUNICH

A raíz de un tuit sobre la película Munich (Steven Spielberg, 2005), la recordé con sumo agrado. Me cuesta entender que no sea una de las más reconocidas de ese director. Claro que está difícil, tiene un cúmulo de obras maestras y es difícil elegir las mejores. La vi en cine, poco después de su estreno, éramos pocos en la sala, que cerró unas semanas después para trasladarse al centro comercial (¡maldición!). Me impresionó su ritmo, la historia que no conocía más que por alguna referencia lejana (yo era muy niño cuando sucedió) y la interpretación soberbia de todos y cada uno de los actores. La he vuelto a ver, ahora en casa. Aún la he disfrutado más y he buscado información de este terrible acontecimiento.

Lo que más me ha gustado es el final, esos últimos minutos (advierto: spoiler) en los que el vengador, el judío que los servicios secretos envían a liquidar a los que participaron directa o indirectamente en el asesinato de los rehenes, duda, pide seguridad de que no se equivocaron, de que no mataron por matar. Ese hombre no puede vivir con la carga de la pregunta: ¿ha hecho lo correcto? Seguramente ya se ha respondido: no. Es otro, no un soldado que hace justicia, sino un asesino al servicio de intereses ajenos. Se pregunta para qué han matado si los sustitutos de los liquidados son aún más crueles. Y se pregunta para qué toda esa violencia, a dónde vamos, a qué nos conduce.

Esos últimos minutos son para contemplar despacio. A mí son los que más me ha llegado.

La segunda película, que no conocía, es 21 horas en Munich (William A. Graham, 1976). En realidad es un telefilm. No está mal, pero ni se acerca a la obra de Spielberg. Es mucho más plana, los personajes tienen cierta simpleza. Apenas destaca la mediadora y el policía. Se centra en los acontecimientos, en la dificultad de tomar una decisión y en exponer las posturas de cada uno. Además, los actores que hacen de terroristas no se los cree nadie, empezando por Franco Nero, parecen un desfile de tipos apuestos de Hollywood. Algo mejor los que interpretan a los atletas israelíes y a los políticos alemanes. Maniqueísta en muchos momentos: el general israelí, el mandatario egipcio…

En cualquier caso, un estupendo modo de repasar lo que ocurrió, de aprender, de disfrutar con Spielberg y de no perder el tiempo con chorraditas infumables a las que nos tiene acostumbrada la pequeña pantalla.




Procedencia de las imágenes: Filmaffinity

lunes, 29 de agosto de 2022

CANCIONES DEL NO-VERANO 31: THE COMMUNARDS

En el coche suelo poner música variada. Tengo un archivo de más de 60 canciones. Me gusta ir cambiando de estilo. Dos o tres son del grupo The Communards y de su anterior formación Bronski Beat. Las busco, me divierte la alegría desenfadada y la voz en falsete de Jimmy Somerville. Hace unos días oí de nuevo una versión de un clásico de la canción francesa, de Françoise Hardy, que ellos hacen mucho más viva.

Ahí van los enlaces:

 

 






 




https://www.youtube.com/watch?v=ma5BOoSpB4E

jueves, 18 de agosto de 2022

CANCIONES DEL NO-VERANO 30: 'GRIDO A ROMA'

Hoy se cumplen 86 años del asesinato de Federico García Lorca. Hace unos años se publicó un disco a partir de su libro -mi preferido- Poeta en Nueva York. De esas excelentes versiones me gusta especialmente "Grido a Roma", de Angelo Branduardi. 




 

miércoles, 10 de agosto de 2022

CANCIONES DEL NO-VERANO 29: ‘IL Y A’

Me encanta la cadencia de esta canción. Y, una vez descubierta la letra, también, todo un tratado de ontología.

La conocí en la versión de Fréro de Lavega, aunque originalmente la cantó Vanessa Paradis. Ahí van los vídeos de cuatro versiones, el primero, de Vanessa Paradis, subtitulado.

 



https://www.youtube.com/watch?v=Z9-gfutImUs

https://www.youtube.com/watch?v=H8fo-YKCWkQ

https://www.youtube.com/watch?v=WbnH2Zca5bE

lunes, 1 de agosto de 2022

CALOR

Aguanto bien el calor en climas secos. En los húmedos es otra cosa, mi tensión me dice que yuyu, a la sombra, ducha fría y mucho beber. Dicen que hemos pasado el mes de julio más caluroso de la historia. Puede ser.  Yo tengo apuntados unos cuantos veranos muy calurosos, aunque por motivos que no solo tienen que ver con la temperatura.

El primero fue el de 1984. A servidor lo vistieron de verde y lo mandaron todo el verano al Centro de Instrucción de Reclutas de Alicante. Recuerdo que en el campo de maniobras había un árbol, solo uno. Recuerdo también que todos los días volvía a la compañía cubierto de barro y no era precisamente por la lluvia -que no se dignó aparecer-, sino por el sudor mezclado con el polvo del suelo. La infantería es lo que tiene: barrigazos haya lo que haya debajo, pisapiedras, comehormigas. Juré bandera un 19 de agosto. Al sol. Alguno se desmayó. Confieso que yo me mareé y que no recuerdo gran cosa excepto la sensación de irrealidad por la extrema temperatura. Eso sí, escuché al coronel agradecer a las madres que entregasen a la patria a sus hijos. Lo que vino después, en otoño, en la Academia de Infantería de Toledo, aún fue peor. Por otras razones.

Creo que el siguiente verano de calor fue el año 2000, tal vez uno antes o después, da igual. Lo recuerdo porque estaba con mi familia en Alemania, en unas vacaciones. Alquilamos un coche… sin aire acondicionado. Era el último que quedaba en la agencia y nos juraron que no se solía necesitar el aire porque allí nunca hacía demasiado calor. Pero ese verano sí. De modo que con el Volkswagen Polo negro nos fuimos a Praga. Recuerdo una ciudad bellísima y también un paseo en solitario a las 12 de la noche porque el calor de día era insoportable. A esa hora solo había españoles en la calle y tipos que me ofrecían en italiano un cambio de moneda al margen de la ley. Menos mal que no me perdí, lo que en mí es muy frecuente. Las dos semanas siguientes fueron todavía peores y terminaron en lluvias torrenciales y en granizadas que estropearon cultivos, coches y propiedades.

El tercero sí lo recuerdo bien. Me tocó ser tribunal de oposiciones, julio de 2010, en una ciudad castellanomanchega. Todos los días empezábamos a las 8 para aprovechar algo de temperatura civilizada. Por supuesto, sin aire acondicionado. A los diez días, tras protestar por las condiciones de trabajo, nos trajeron un ventilador que tuvimos que montar nosotros. Hubo días de trabajo de 8 a 20 con dos horas para comer y descansar. A la vuelta me metía en la piscina del hotel, no para nadar, simplemente estar en remojo hasta que un empleado me echaba sin piedad, con lo que me refugiaba en la habitación con el aire acondicionado del hotel, bendito sea. Durante las horas de trabajo solía ir a la máquina de bebidas a por una lata de cola porque los mareos fueron el pan nuestro de cada día, así que hice mi trabajo drogado de cafeína y azúcar. Un horror, para nosotros y también para los pobres opositores que se jugaban mucho en unas condiciones indignas. Cuando volvía el fin de semana a mi casa (268 kilómetros) siempre había alguien que me decía eso de qué bien, de vacaciones otra vez, qué suerte… No contestaba nunca, salvo a uno que se puso pesado y le dije de donde venía. Aun así, siguió con la murga: bueno, pero fresquitos con el aire acondicionado. Ahí decidí callar porque la alternativa era la violencia.

También debo sumar a los veranos sofocantes unas vacaciones con mi pareja hace cuatro años al sur de Francia. Como dicen por allí, nos tocó la canicule… El aire acondicionado en los locales ni sabían lo que era, salvo en alguna de esas cadenas de comida rápida en las que -lo confieso, me acuso- nos refugiamos del azote que allí les parecía inusual. Para colmo, a la vuelta, un incendio en la frontera nos obligó a desviarnos y a renunciar a la autopista. Bonitos Pirineos, lástima de un viaje larguísimo y agotador. El recuerdo que tengo de aquel hotel de Gerona es el de un aire acondicionado que acogió a estos exiliados de la canícula.

Y ahora pienso que han pasado muchos años de todo aquello. En mi casa solo tengo aire acondicionado en el salón y lo uso con mucha moderación. Dice el Presidente del Gobierno que no hay que bajar de 27 grados. Pues los que pongo yo. Suficientes para disfrutar de una temperatura agradable con viajes a la nevera mientras escribo. Soy consciente de ser afortunado.


https://www.youtube.com/watch?v=LyCQvyrZzW0



Procedencia de las imágenes:

https://www.preferente.com/noticias-de-turismo/pesimismo-hotelero-alemania-bate-record-de-calor-291282.html

https://www.sudouest.fr/environnement/meteo/canicule-et-fortes-chaleurs-quelles-sont-les-temperatures-attendues-mardi-et-mercredi-11624132.php


 

 

domingo, 17 de julio de 2022

VECINOS DE ARENA

No es que yo sea muy playero, pero un par de semanas al año sí aparezco por el Mediterráneo, que es desde donde escribo ahora. Bajo pronto, no de madrugada, pero siempre antes de las once, a veces poco más tarde de las nueve. Ayer la cosa se complicó y fue más tarde. Ya había mucha gente. Escogimos un hueco en tercera fila.

A la izquierda, un “melendi”. Es decir, un tipo con barba más o menos descuidada y rastas abundantes. Que me perdone el genuino Melendi, pero es que desde lejos era clavaditos. Fumaba, parecían canutos, pero el olor era de tabaco normal. Estaba sentado en una toalla de Coca-Cola y de vez en cuando echaba un trago a su sangría de Mercadona a la que echaba hielo de una neverita. En vaso era uno de estos gigantescos con el logo del PCE. Cuando la bebida estaba muy aguada, la derramaba en la arena y añadía nuevos hielos. Por supuesto, la colilla la apagaba en el suelo y la enterraba a medio centímetro.

Delante, una familia de reguetoneros ruidosos. Dos o tres generaciones, de esos que no hablan en voz baja ni debajo del agua. Afortunadamente, la música que emitían sus móviles no permitía un volumen altísimo, pero sí lo suficiente como para molestar a los que buscamos paz y sosiego.

Seguro que dirían que tienen derecho, todo el mundo parece tener derecho a todo, a cualquier cosa. Supongo que los que enterraron los palillos que me pincharon el pie también tenían derecho, así como todos los fumadores cuyos restos colilleros afloran a centenares en la playa.

He leído que en algunas playas no se puede fumar. Me parece excelente. En primer lugar, por lo que acabo de referir. Además, es un olor francamente desagradable. Se solucionaría si los fumadores fueran a un sitio más apartado, si pidieran permiso a los vecinos de arena. Pero no. Dicen que tienen derecho.

Busqué en mi móvil “Lascia ch’io pianga”, lo puse unos segundos. Después pensé que no merecía la pena. Eso sí, estuve tarareándola toda la mañana con mi voz de contralto afónico. Poco después, di un paseo a lo largo de la playa. Me costó: dos kilómetros con la tensión baja que la humedad acentúa. El “melendi” seguía bebiendo y fumando. La familia reguetonera había apagado la música, menos mal: se oían las olas. Seguí un rato leyendo Los besos, de Manuel Vilas, con gran placer. Yo voy a la playa a leer.

Es verdad que hay pocas papeleras y que están lejos. Aún así: hay gente que las usa, que va hasta allí o que echa en ellas sus desperdicios cuando se marcha a casa. La playa no es democrática más que como metáfora; simplemente, es de todos y la sociedad es así, diversa.

Suelo decir a mis alumnos que las sociedades funcionan porque hay un 80% de ciudadanos que cumplen las normas. Luego están los que se aprovechan de que ese porcentaje haga funcionar las cosas. Ellos creen que tienen derechos, pero no: el ciudadano tiene derechos porque tiene deberes y al revés.





Procedencia de la imagen:
https://www.sunamis.com/tienda/funda-sombrilla-playa/funda-sombrilla-mar-en-calma/



domingo, 10 de julio de 2022

EN EL CENTRO DE SALUD

Hace no mucho tuvimos que ir a un centro de salud. Tras la visita al médico, tocaba pedir una cita. Nos acercamos al mostrador en el que tres mujeres atendían a la media docena de usuarios de la sanidad que estábamos allí.

Mi pareja me preguntó si lo había oído. “¿Oído qué?”. Me señaló con disimulo a una mujer. Le ha dicho a su marido o novio: “Esa zorra me pone de los nervios”. No lo oí (no es precisamente mi sentido más en forma). La miré, parecía normal. De inmediato fuimos atendidos, no se si por la zorra que le ponía de los nervios o por otra. En cualquier caso, muy bien atendidos. Mientras esperábamos -pocos minutos- leí unos cuantos carteles:

“Espere a ser atendido”.

“Apague su teléfono móvil. No se atenderá a nadie que esté hablando por el móvil”.

“Silencio, por favor”.

“Si no puede venir, anule la cita”.

“Tu respeto facilita nuestra labor”.

Y pensé que su traducción es: “No se cuele”, “No moleste con el móvil”, “No hable en voz alta”, “Piense en los demás” y “Respete nuestro trabajo”.

Íbamos a salir mejores. Pues no, seguimos teniendo sobrecarga de chonis y canis, de derechos sin deberes, de gritos, de idiotez (ver la etimología), de egoísmo y de escasez de cualquier virtud cívica.

Conciudadanos, son los sanitarios, los que nos curan y cuidan. Solo por eso hay que mostrar respeto y agradecimiento. Pero, aunque solo sea porque son personas: respeto y trato educado a todo el mundo. No es mucho pedir.



Procedencia de la imagen:

https://www.lavozdealmeria.com/noticia/17/rincon-del-saecio/142003/y-en-el-centro-de-salud-nos-dieron-las-10-y-las-11-y-las-12