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domingo, 29 de diciembre de 2024

LECTURAS DE 2024

Si mis notas no me engañan, este año llevo leídos 51 libros. Estoy a medias con otro y el tiempo libre hará que llegue a 52, uno por semana, aunque, como suele decirse, el tamaño (la cantidad) no importa y sí la calidad. Creo que debo estar safistecho.

Empezaré con Presentes, de Paco Cerdà, que es el que tengo a medias y me está encantado: descarnado, una historia de vencedores, falsos vencedores y definitivamente derrotados en la inmediata posguerra española. Muy recomendable.

Me he estrenado con Emmanuele Carrère, que recomiendo, aunque no siempre conseguía entrar en sus textos, entre lo autobiográfico y la ficción, al estilo de Annie Ernaux. No sé si es un ‘género’ que me guste, aunque reconozco que es un magnífico escritor.

Franceses he leído unos cuantos. Destaco Nos vemos allá arriba, de Pierre Lemaitre. La película no tanto, no seáis perezosos y al libro.

He dado una vuelta por las novelas de Alexis Ravelo: todas son buenas, naturalmente la serie de Eladio Monroy.

De Aramburu he leído dos: Los vencejos y El niño. Muy distintas en su humanismo. Cualquiera de las obras de este escritor (he leído diez o doce) puedo recomendar.

Elogio de las manos, de Jesús Carrasco es una de mis preferidas de este año que termina. La verdad es que me da igual la historia, es su modo de escribir lo que más me gusta.

Hace años que venía posponiendo La gaznápira, de Andrés Berlanga. La trama no es gran cosa, pero el lenguaje... Hay todo un tratado de lingüística en la línea que une Guadalajara con Aragón, una maravilla, aunque en cada página me encontraba con expresiones y palabras que no había oído en mi vida.

Y bueno, ye termino. También he leído a Markaris, Donna Leon, Landero, Silva, Llamazares y  a unos (y unas) cuantos más. No faltan textos que me han dejado frío, incluso de autores reconocidos. Ni cito los que he abandonado, que son muchos y muchas.

Algo menos de ensayo y de poesía.

Me gusta cada día más eso de leer, estar en casa en silencio o escuchando música antigua. He sido siempre un poco misantrópico, con la edad más aún. Reconozco que me interesa más un libro que elijo que una conversación que desgrana banalidades, chulerías y cuñadeces.

Este bloguero menguante desea a quienes se pasan por aquí de vez en cuando que tengan un estupendo 2025. Con libros o sin ellos, por supuesto.



Procedencia de las imágenes:

https://www.casadellibro.com/libro-presentes/9788420479101/16169265

https://www.buscalibre.us/libro-la-gaznapira-7-ed/9788427907034/p/7643474

lunes, 16 de diciembre de 2024

RECUERDOS DE INFANTERÍA

Que nadie tema. No voy a contar historias de la puta mili, como suele decirse. No. Escribo esto porque en este momento es el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, patrona del arma de Infantería.

Yo hice la mili en Infantería, hace muchos años. Mis recuerdos son casi todos malos. Pero hoy quiero recordar a algunas personas.

En primer lugar, a un teniente endiosado en su soberbia. Pese a ello y a que era un militarote de manual, dio por su cuenta y riesgo un permiso de quince días a un soldado que pidió esos días porque su novia estaba embarazada y se tenían que casar. Quien tenía que concederlos lo denegó y escribió: “Que se case un sábado”. El teniente, cada mañana, recibía las novedades del sargento: estamos todos salvo dos enfermos y el soldado X. Este oficial, a su vez, se dirigía a su superior y le decía que sin novedad, solo faltan a formación dos soldados enfermos. Se la jugó, el soldado volvió quince días después.

En segundo lugar, al capitán que vino algunos meses después, un tipo culto, bien formado, deportista, casado con una profesora. Muchas veces le escuché decir que parecíamos un ejército de Pancho Villa, que la única salida era el ejército profesional. Apenas se relacionaba con sus compañeros oficiales, pasaba las tardes haciendo deporte o leyendo y me confesó que no probaba el alcohol. Una tarde, antes del protocolario desfile, me dijo que claro que amaba a España, pero que antes amaba a su mujer y a su familia. Era un tipo honrado, un poco fuera de juego en esa España que conocí en esos años. Una noche recibió una bronca del teniente coronel porque, en lugar de poner a los soldados a ver un partido, los hizo salir de maniobras nocturnas. Comparto su idea de patriotismo y admiro su profesionalidad. Una vez me tuvo que echar un chorreo (como lo llamaban allí); lo merecí, lo hizo sin faltarme al respeto, sin gritos.

También quiero destacar a dos brigadas, trabajadores, honestísimos, con un poco de mal genio que a mí me hacía gracia, porque era producto de la voluntad de hacer bien las cosas que tropezaba con la falta de medios y con la explicable pereza de los soldados a cargo, obligados a tareas que no querían hacer, alejados de sus hogares y de su vida corriente. De uno, el brigada Albarracín, ya hablé en un post anterior.

Tuve un sargento maravilloso, un tipo que no levantaba nunca la voz, enamoradísimo de su mujer, que rechazaba el ofrecimiento que le hacían a menudo de ir de putas. Corría maratones. Respetaba la autoridad, pero se le notaba en los ojos que él haría las cosas de otra manera, a menudo le tocaban oficiales ineptos. Un hombre bueno, otro más de esos que quieren hacer las cosas bien y que honran a su profesión.

No he olvidado el Himno de Infantería, que aprendí entonces. Cada 8 de diciembre doy la lata a la familia. No soy de los que se emocionan con himno y bandera, pero tampoco hago ascos a algo que debería ser de todos y no solo de los de lanzan vivas y arribas a España y luego son viles ciudadanos. Precisamente, la ciudadanía es lo que creo importante: derechos y deberes, no gritos y consignas huecas.

El post de hoy era un homenaje a esos hombres buenos, a esos profesionales cuyo patriotismo entiendo y en gran parte comparto. Fue un año muy malo para mí, un año de secuestro, pero intento no ser sectario y agradezco a esas personas sus buenos oficios; algo aprendí de ellos. En otros solo vi maldad, resentimiento, violencia y sectarismo, pero hoy no quiero recordarlos.



Procedencia de la imagen:

https://es.123rf.com/photo_13602004_formaci%C3%B3n-militar.html


viernes, 6 de diciembre de 2024

CIENCIA FRENTE A RELIGIÓN

Hace muchos años utilizaba en clase un vídeo (VHS, soy un tipo mayor) que ilustraba la polémica entre ciencia y religión. Mejor dicho: las interferencias de la religión a la ciencia con Galileo y Darwin entre otros. Dejé de usarlo porque se veía fatal.

Hace poco he visto que ese material está disponible en la red y lo he vuelto a ver con agrado y a escuchar esos argumentos, los de la ciencia, que hago míos en su mayor parte.

Por cierto, antes de este debate se puso una película, Heredarás el viento, que es una versión (nada mal) de otra anterior excelente: Herencia del viento. En estos tiempos en los que las redes se sobrecargan de negacionistas de la ciencia y hasta exministros sostienen que la verdad (dice él) creacionista está ganando al relato (también dice él) evolucionista, conviene echar un vistazo a la película y escuchar con atención el debate posterior. 

Por si a alguien interesa, este es el enlace.


https://www.youtube.com/watch?v=tjH4Qtd0_Zw


Procedencia de la imagen:

https://www.amazon.es/Herencia-Del-Viento-Fredric-March/dp/B003Z7RPBC


martes, 26 de noviembre de 2024

ESCRIBIR POESÍA

Me busca. Erráticamente, desde luego.

Cuando era jovencísimo descubrí que me gustaba esa forma de expresión. Y escribí. Afortunadamente, nada queda de aquellos lamentables versos. Incluso pergeñé un librito que se publicó con depósito legal, aunque sin ISBN. No digo que me avergüence de aquello, pero casi; a los jóvenes hay que perdonarles su atrevimiento.

Ahora estoy con otro libro. He buscado en el PC y he encontrado muchísimo, demasiado. Algunos poemas creo que no están mal, pero el trabajo de poda y corrección es necesario e intenso. Seguramente lo acabaré en unos meses.

He estado en contacto con algunos poetas de la ciudad en la que vivo (ellos y ellas). Qué decir: en algunos he visto talento, promesas de talento, precocidades sorprendentes... Merecen más que una ciudad de provincias. En otros he visto arrogancia e ignorancia; son esos (y esas) que creen que poesía es darle azarosamente a la tecla enter y escribir lo primero que brota del interior (¿el páncreas?). Estos suelen tener poco pudor y, aunque no soy un experto, me sonrojo al leer algunos versos. Bueno, dejemos esto, supongo que podrán decir algo parecido de lo que escribo yo.

Cuando estoy en la trinchera poética me alimento de poesía; leer a los buenos es el mejor alimento. No ya (solo) los clásicos, también algunos contemporáneos. Me gusta mucho el poeta Benjamín Prado (no tanto el novelista), así como Luis García Montero, que siempre me parece que escribe para mí. También Elvira Sastre (como novelista bastante menos). Hace poco he leído a Manuel Vilas, cuya poesía se ve en su narrativa, me interesa. Ahora estoy con El sueño verdadero, de Vicente Gallego, un sensacional poeta valenciano. Os dejo con unos versos suyos. Al final, la poesía trata de decir lo que casi no puede decirse.


Existir, todo y nada,

ese instante tan mío que ahora habito


Cae la tarde y estoy solo,

qué extraña sensación la de vivir



Procedencia de la imagen:

https://www.visor-libros.com/products/el-sueno-verdadero


martes, 12 de noviembre de 2024

LA PATRIA

La patria es la joven que camina durante siete kilómetros, con una escoba y una mochila llena de comida, para ayudar a las víctimas de la DANA.

La patria es el hombre somnoliento que vuelve a casa de noche y se queda dormido en el tren de cercanías.

La patria es la gimnasta que logra una medalla de bronce y a la que no mencionan en el telediario.

La patria es el científico bien formado que ha de emigrar.

La patria es el trabajador que cobra su primer sueldo y comienza a pagar impuestos.

La patria es la niña que aprende a leer y la maestra que le enseña.

La patria es la enfermera que cura y cuida con profesionalidad y afecto.

La patria es el anciano en la residencia, al que no se engaña con más cuentos. La patria es también su cuidadora, que ha venido desde muy lejos.

La patria es Ortega y Gasset, Maimónides, Séneca y Averroes. Es Unamuno furioso y desconcertado, es María Zambrano al otro lado del océano.

La patria es Machado camino del exilio y todos los españoles que hicieron lo mismo y pasaron décadas hablando de la patria arrebatada.

La patria es más el porvenir que la historia. Es quehacer, es por hacer.

La patria es una película, un gol, una copa de vino, unos versos...

La patria es pensamiento, concepto, ley, sentimiento, derechos y deberes.

La patria no es una esencia ni un destino, sino un proyecto de convivencia.

La patria es la madre patria: un oxímoron.

 

Y todo el reverso de lo anterior también es la patria. Por eso Goya pintó su Duelo a garrotazos.

 

domingo, 3 de noviembre de 2024

TRES LIBROS A PROPÓSITO DE LA DANA

Llevo unos días, como casi todos, pendiente del horror que ha sacudido Valencia. No voy a entrar en la gestión que se ha hecho; tengo mi opinión, pero no es el momento, todavía no.

Sí creo que, como ocurrió con la pandemia, no saldremos mejores. Los que ya eran buenos tienen ocasión de desarrollar su bonhomía y los malos, por su lado, un filón para su maldad y su resentimiento digno de mejor causa.

Creo que unos son Jekyll y los otros Hyde. La especie humana contiene esos dos arquetipos. Tal vez lo seamos cada uno de nosotros.

En la pandemia leí Diario del año de la peste, de Daniel Defoe. Allí puede encontrarse un buen estudio de la naturaleza humana: solo pasa el tiempo, pero la condición humana permanece.

Y me gustaría terminar con mi querido Albert Camus. En su magnífica novela La peste, que protagoniza el doctor Rieux, se lucha sin cuartel contra ese enemigo, que en ese texto es una epidemia de peste, metáfora del nazismo, pero que aquí y ahora pudo ser un virus o una DANA. Al final, Camus escribe estas palabras que quisiera mías, como el subrayado que hago:

«Rieux decidió redactar la narración que aquí termina, por no ser de los que se callan, para testimoniar en favor de lo apestados, para dejar por lo menos un recuerdo de la injusticia y de la violencia que les había sido hecha y para decir simplemente algo que se aprende en todas las plagas: que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio».


Un fuerte abrazo a todos los que están padeciendo dolor desde este humilde blog.



Procedencia de las imágenes:

https://www.akal.com/libro/el-extrano-caso-del-dr-jekyll-y-mr-hyde-edicion-anotada_52688/

https://www.albaeditorial.es/clasicos/alba-clasica/diario-del-ano-de-la-peste-2/

https://www.mrbooks.com/9789962904939/la-peste.html



martes, 29 de octubre de 2024

SERÉ BREVE

Soy usuario habitual de conferencias, charlas y saraos del lugar en el que habito. También hago uso a través de internet, hay maravillas, además de los consabidos influencers de la nada, creadores de ningún contenido y youtubers a mayor gloria de sí mismos. Yo soy un tipo mayor, de esos que buscan a los que saben y escuchan con atención, lo que en absoluto significa adoración de prosélito.

En esos lugares donde ser imparte sabiduría hay dos cosas que me molestan sobremanera. Bueno, tres: la primera es la impuntualidad del personal y en casi toda ocasión de los organizadores, que suelen dar diez minutos de cortesía... a los descorteses que llegan tarde.

Al final de la conferencia suele haber un turno de preguntas. Ahí aparece siempre el iluminado de turno, que parece estar resentido por no ser el ponente. Es frecuente que sea impertinente y fingidor de un sentido crítico que  confunde con afán de protagonista. También suele hacer su aparición (puede ser una variedad del anterior) el que dice eso de “Lo mío, más que una pregunta, es una reflexión”. Acabáramos: es el momento de sacar el móvil y llamar a la familia, va para largo; a no ser que el moderador le corte, que es lo suyo.

Pero me he dejado el comienzo. Aquí están los que introducen al conferenciante. Temo dos expresiones: “No necesita presentación” y “Seré breve”. Vamos a ver, si no necesita presentación, cállate y deja que hable él. Y lo de que serás breve... Todo lo que supere el minuto es largo, hemos venido a escuchar a otra persona, no a ti. Esta mañana me he puesto una conferencia en internet: dos horas y cuarto. Claro, han hablado nueve personas antes que el ponente. Nueve. Y todas han dicho más o menos lo mismo.

Así que seré fiel al espíritu de este post y seré breve: adiós.


Procedencia de la imagen:
https://www.moleiro.com/es/eventos/conferencia-santa-maria-real.html

domingo, 20 de octubre de 2024

‘SIMPLE COMO SYLVAIN’

He visto hace poco esta película (al final el enlace al tráiler, no muy allá, por cierto).

Durante la proyección pasé por fases de inquietud, de diversión e incluso de dolor. Esto último yo sé por qué y no quiero contarlo.

En resumen, Sophia, una profesora de filosofía canadiense, conoce a un hombre que va a encargarse de la obra del chalet que ha comprado con su pareja. Y pasa lo que ustedes se imaginan.

Dicen que es una comedia. Yo diría que una comedia amarga, con más amargura que risas. Ella no acaba de ser feliz, cree que lo es, pero ese no-del-todo es la grieta que va a hacer que se tambalee su mundo y sus decisiones la encaminen hacia lugares inciertos.

La directora de la película nos plantea, además de la típica historia que podría ser de sobremesa, algo más hondo: son dos personas demasiado distintas, con intereses vitales que no convergen verticalmente en ningún momento. Adivinamos que la relación se tambaleará. Lo confirmamos. Pero... todo vuelve, más por deseo y voluntad que por un razonamiento sereno que, sabemos desde la cómoda butaca del cine, es imposible. Regresa a un improbable.

Me reí a veces, con los culturetas y pedantes que rodean a Sophia, pero también con la familia de Sylvain (por cierto, se indica que es de origen español, ¡vivan los tópicos!): bizarra, exagerada, gritona y choni/cani. Ella, en la comida con todo el clan, no dice apenas nada, sonríe, intenta quedar bien. Ellos tienen su mundo y Sophia está fuera... a no ser que acepte sus reglas, su conversación, su lenguaje. Lo mismo ocurre en cuando Sylvain intenta entrar en el círculo de Sophia.

He visto eso. Muchas veces, algunas en carne propia.

Salí del cine inquieto, temí por Sophia en uno de los arranques de ira de Sylvain, estereotipo de macho ibérico (por muy canadiense que sea). que confunde amor con posesión. También padecí por las cesiones intolerables que hace ella, que está dispuesta a que él controle demasiado. Ceder para mantener la relación: error frecuentísimo.

Pero no, no del todo. Sin ánimo de hacer spoiler, la epifanía final de ella salva su vida.

La película me dejó un cuerpo regulero y me acordé  de más de una persona, de más de una pareja. Quién no.

 

Tráiler de la película:

https://www.youtube.com/watch?v=wLDM-HWjpiM



Procedencia de la imagen:

https://www.cinesur.com/es/simple-como-sylvain

sábado, 12 de octubre de 2024

666: PELÍCULAS DE MIEDO


Este es el post 666. Lo tenía a huevo.

Basta con echar un vistazo a la Biblia, concretamente al Apocalipsis, para saber qué es ese número diabólico.

Desde luego, a mí, que soy un descreído en lo del más allá -y a veces también en lo del más acá- no me afecta lo más mínimo. Por mí, esa sería la matrícula del coche o el número de teléfono.

Pero, si hablamos de cine, que de eso va hoy, es preciso reconocer que se han hecho unas cuantas películas de miedo francamente buenas. Eso sí, que nadie busque aquí una lista, porque huyo de ellas, no me gusta pagar para pasar un mal rato. Pese a ello, algunas sí he visto a lo largo de mis muchos años.

Una de las primeras que recuerdo es La profecía. Buena y con unos cuantos sustos. Pero lo que más recuerdo es que a mi lado había una chica que me gustaba y que recurría a mi camisa en cada sobresalto, así que lo pasé bien y la camisa arrugada. De aquella joven hace muchísimos años que no sé nada.

Psicosis es de mis preferidas. Qué decir de una obra maestra... Si hay alguien que aún no la ha visto, no sé a qué espera. Huid de las secuelas.

También me gustó mucho, y pasé miedo, porque es diabólica, La semilla del diablo. No hay sangre, no hay vísceras, no hay apariciones desde el más allá..., pero qué intensidad, qué atmósfera.

Muy rara, y recomendable es Déjame entrar. Hay que verla. Hablo de la original, el remake de USA no lo he visto.

Aunque no gusta a todos, Entrevista con el vampiro me pareció más que interesante. Y, como muchas de monstruos, una historia de soledad. Al igual que esa maravilla que es Drácula, de Bram Stoker; todo es prodigioso aquí, incluso esos minutos iniciales que añadió el director.

Ni me gustan ni me interesan lo más mínimo las de Scream, Viernes 13, Pesadilla en Elm Street y similares matanzas y destripamientos.

Hay otras, que están ahí o en los alrededores: Tiburón (la primera, claro), La noche de los muertos vivientes, Alien... Y muchísimas antiguas, que tienen un punto de ingenuidad y a la vez cuentan historias terribles. Los que no gustan del cine en blanco y negro se pierden maravillas, ellos verán.

No sé si aprovechar este post 666 para ver alguna. Desde luego, no de las truculentas, a lo mejor un Frankenstein antiguo...



Procedencia de las imágenes:

https://www.redbubble.com/es/i/poster/Satan-666-Satanista-Diablo-G%C3%B3tico-Oculto-666-de-ThommyBLN/87034368.LVTDI

https://www.mubis.es/peliculas/psicosis

https://abandonadtodaesperanza.blogspot.com/2010/04/james-whale-o-un-mundo-de-dioses-y.html

viernes, 4 de octubre de 2024

CARTELES INNECESARIOS

Veo cada vez más carteles innecesarios.

Esta mañana, en el gimnasio, dos de ellos: prohibido hacer fotografías y se ruega no echar chicles en los urinarios.

Hace poco, en el centro de salud: todas las agresiones físicas o verbales sobre los sanitarios serán denunciadas.

En una administración pública: está prohibido grabar a los empleados.

En un monasterio: pueden hacer fotografías, pero no está autorizado fotografiar o grabar al guía.

En muchos lugares (andenes de estación, puertas de hospitales, terrazas...): prohibido fumar. Y ni caso.

Todos esos, y muchos más, resultarían innecesarios en una sociedad en la que el respeto al otro y su dignidad fueran lo normal, lo de cada día.

Llevo mal esta aspereza social. Cuando conduzco y las normas de circulación parecen opcionales. Cuando voy por la acera y los patinetes son habituales. Cuando estoy en el súper y unos niños juegan con un balón por los pasillos ante la indiferencia de los padres. Cuando me tratan con grosería bajo la excusa de la sinceridad o dicen eso de “es que yo soy así”.

Me gusta la amabilidad, la cortesía, las buenas maneras: por favor, disculpe, muchas gracias, que tenga un buen día, encantado de saludarle.

Por aquí impera eso, en otras redes sociales no. Por eso estoy.


martes, 24 de septiembre de 2024

TÍTULOS DE LIBROS

He visto hace poco un tuit de un escritor que preguntaba qué debe tener un buen título. Me quedé pensando. Supongo que hay títulos que impelen a comprar el libro y seguir leyendo y otros que no. Pero no es tan sencillo.

Recordé que hace tiempo yo me inclinaba mucho por el asunto, e incluso llegué a comprar libros únicamente por el título, aunque afortunadamente el contenido lo merecía. Recuerdo La soledad era esto y El desorden de tu nombre, ambos de Juan José Millás. También los de Javier Marías, muchos de ellos: Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí, Negra espalda del tiempo, Todas las almas... Me viene a la cabeza Historias de cronopios y de famas o La vuelta al día en ochenta mundos, ambos de Cortázar. De Borges elegiría Historia universal de la infamia. Hay infinidad de ellos y Antonio Muñoz Molina es el campeón en eso: todos los suyos son soberbios.

Pero también es verdad lo contrario. El propio Borges tiene algunos títulos de gran sencillez que son obras maestras: Ficciones, por ejemplo. Y Cortázar: Los premios, Rayuela... Marías escribió Los enamoramientos y El siglo. Sándor Márai, El último encuentro o La hermana. Adelaida García Morales es autora de El sur. Irène Némirovski hizo lo propio con El baile. Millás: El mundo. Lorenzo Silva: El urinario. Cercas: El impostor. Camus: La peste, El extranjero... Mejor no sigo.

Es decir, y concluyo, mejor dejamos eso de los títulos para los departamentos de márketing y los lectores vamos a lo nuestro, que es leer y, en consecuencia, abrir el libro, dejar que la cubierta repose en la mesa o en el atril y averiguar si el interior merece nuestro tiempo.

Por cierto, tras Elogio de las manos, me espera en la mesita La tierra que pisamos, de Jesús Carrasco, único libro que me queda de este autor que nunca decepciona.

Otro día hablo de las cubiertas (no portadas), que ese es otro rollo.


Procedencia de las imágenes:

https://palabrasmaldichas.blogspot.com/2007/10/corazn-tan-blanco-javier-maras.html

https://www.casadellibro.com/libro-la-tierra-que-pisamos/9788432227332/2744735


jueves, 19 de septiembre de 2024

UN VÍDEO EN EL GIMNASIO

Voy al gimnasio con cierta frecuencia con el objetivo de que mi cuerpo declinante no se rinda antes de tiempo. A veces escucho música; otras, como hoy, he buscado conferencias de filosofía y me he encontrado con esta de José Carlos Ruiz. No he leído ningún libro suyo, aunque sí algunos artículos. Siempre me han interesado.

Pues bien, esta mañana me he olvidado de los ejercicios y mi atención ha acudido a ese vídeo (al final lo tenéis) que estaba escuchando con cascos, ajeno a mi alrededor. Por cierto, pasado el minuto 35 habla precisamente de la atención y dice cosas que yo he repetido infinitamente (no nos conocemos).

Al comienzo, durante los primeros minutos, habla de la amistad y he estado dando vueltas al asunto. Como este no es el lugar para extenderme sobre el tema ni soy un especialista, remito al vídeo y también a ese influencer que se llamó Aristóteles. En la Ética a Nicómaco, sobre todo en el libro VIII, que lleva por título “Sobre la amistad”. Leedlo, no seáis perezosos.

Yo solo quiero dejaros unas líneas de ese magnífico texto: “Los que rápidamente muestran entre sí sentimientos de amistad quieren, sí, ser amigos, pero no lo son, a no ser que sean amables y tengan conciencia de ellos; porque el deseo de amistad surge rápidamente, pero la amistad no” (1156 30-33).

Y la guinda sería completa con el último capítulo de ese libro fantástico que casi nadie conoce: Don Quijote.

 



Procedencia de las imágenes:
https://prensamercosur.net/2023/04/16/por-que-cuidar-nuestra-mente-y-aprender-a-pensar-es-tan-importante-como-ejercitar-nuestro-cuerpo/
https://www.libreriarosela.com/filosofia-psicologia/34055-etica-a-nicomaco.html

miércoles, 11 de septiembre de 2024

PELÍCULAS DE ALMODÓVAR

No es mi cineasta favorito. Y sus películas me gustan muy desigualmente. De hecho, algunas no me gustan nada.

Estaba pensando en ellas a raíz del premio que acaban de darle en Venecia, nada menos que el León de Oro. Lo que leo sobre película objeto de la distinción, La habitación de al lado, me interesa, creo que iré a verla.

No sé por qué concita opiniones tan encontradas, creo que probablemente es por ser un hombre público, que no ha escondido sus preferencias políticas y vitales. Su cine, especialmente las primeras películas, también era muy militante. Además, algunos se la tienen jurada desde que su nombre apareció en los papeles de Panamá.

Pero yo voy a la cosa del cine. No he visto todas sus películas. Si hago un repaso, me faltan La mala educación, Entre tinieblas, Los abrazos rotos y Madres paralelas.

Empezó con Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Qué decir: coyuntural, gamberra... Para mí no tiene más interés que este. Creo que solo hay otra peor: Los amantes pasajeros, un horror impropio de cualquiera, incomprensible película que, si no fuera porque la ha dirigido Almodóvar, diríamos que es casposa, ridícula.

Tampoco me han gustado nada, aunque tienen mayor interés, Matador, Kika, Átame y Hable con ella. En las tres últimas hay escenas de abusos sexuales que se me hacen indigeribles. El tema tampoco me interesa.

En el escalón siguiente, aún dentro de las que no me han gustado, ni emocionado, ni nada de nada, colocaría Carne trémula y La piel que habito. Sé que tienen entusiastas, pero no estoy entre ellos.

Algunas otras las he visto con más o menos agrado, son una especie de clase media: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Tacones lejanos, Todo sobre mi madre y Volver. Tal vez debería darles una nueva revisión.

Vamos con las que sí. Laberinto de pasiones, La flor de mi secreto y, sobre todo, La ley del deseo. Esta última es mi preferida de sus primeras películas, con una Carmen Maura inconmensurable.

Creo que tiene, pese a lo dicho antes, unas pocas excelentes. Desde luego, Mujeres al borde de un ataque de nervios, que sigue fresquísima y delirante.

Y las dos últimas o penúltimas: su autobiográfica Dolor y gloria y mi preferida: Julieta, película sobre el desgarro de la pérdida probablemente eterna. He leído que está basada en dos cuentos de Alice Munro. Sus actrices transmiten como en pocos lugares. Una película para sentir.

Voy acabando. No soy un crítico, este post es de un espectador y como tal lo escribo. No hay más criterio que el sentir que la películas me concernían. No niego a Almodóvar su estilo propio e inconfundible y lo que ha hecho por extender la imagen (nunca mejor dicho) del cine español fuera de nuestras fronteras. Tómese por tanto como algo subjetivísimo. Gracias por leer.


Procedencia de las imágenes:

https://www.huffingtonpost.es/life/influencers-celebrities/lo-pedro-almodovar-dicho-ultraderecha-ganar-leon-oro-gustara.html

https://www.filmaffinity.com/es/movieimage.php?imageId=562794561


martes, 3 de septiembre de 2024

HE VISTO COSAS

He visto cosas que no creeríais.

O sí.

He visto que, a mi regreso de vacaciones en la ciudad que habito, muchos siguen sin saber inglés y, por lo tanto, no paran cuando llegan a un stop.

He visto los mismos guarros que no aciertan a meter la basura en el contenedor o que echan en el destinado a papel una sillita de bebé. Creedlo: esta mañana.

He visto turistas borrachos berreando, primero en el tranvía y luego en el aeropuerto. Tres y media de la tarde. Claro que eso no es turismofobia, sino garrulofobia. Por cierto, era en un lugar de Francia y el avión iba a Barcelona. Pobres, estuve por llamar al alcalde, esos individuos aportan poco seny.

He visto tipos que, cuando el avión va a iniciar las maniobras de aterrizaje, se les ocurre llevar a su niña a mear y discuten fuertemente con la tripulación cuando estos les indican que no se pude hacer, que es peligroso. Tampoco eran españoles, que parece que nos va eso de autofustigarnos. Lo mismo digo de los que se levantan a sacar algo del compartimento cuando el avión está tomando tierra. Seguramente eso se arregla con educación; es decir, una educativa multa ad hoc.

Y esta mañana lo habitual: suciedad, griterío, desorden, chabacanería, soberbia... He visto cosas que sí creeríais.

Perdonad, escasos frecuentadores de este blog. Prometo enmendarme, ir al gimnasio, aprender inglés, dejar de esnifar pegamento, leer el Ulises, surcar el Amazonas en piragua, comer brócoli y beber dos litros de agua cada día.

Aquí seguimos.


Procedencia de las imágenes:

https://idoneo.es/guias/actualidad/senal-stop

domingo, 18 de agosto de 2024

'ESCLAVOS DEL DESEO'

En inglés se titula Transient Desires, es decir, Deseos transitorios, si mi lamentable inglés no yerra. Ignoro las razones de esa traducción/traición, creo que es un error que no refleja el contenido.

Me ha costado leer este libro. Mejor dicho, tenía reservas porque los últimos de la autora no me habían atrapado en absoluto, como si tirase de oficio y poco más, eran banales y prescindibles. Pero me equivocaba: Esclavos del deseo está en la línea de las mejores novelas de Donna Leon, como sus primeras narraciones.

No quiero destripar nada. Va de deseos sí, pero sobre todo es un texto sobre la suciedad humana, sobre la maldad y la codicia. Esa codicia que no repara en que con las personas no todo vale, que somos fines y no medios, como diría Kant.

Allá que va el bueno de Guido Brunetti, un tipo bien asentado en la realidad, pero que lee a Tácito y a otros clásicos y comprueba lo poco que ha cambiado la condición humana. Brunetti quiere el bien, pero sabe que es una delgada lámina, frágil y siempre amenazada. Y aún así persevera, con ese punto de obsesión por la justicia y también por la piedad ante el sufrimiento ajeno.

Recomiendo también alguna escena hogareña, especialmente dos. En una Raffi le habla de un profesor empeñado en que la realidad se ajuste a sus mentirosas creencias sobre el pasado supuestamente glorioso de Italia. En la otra Chiara se queja porque en el instituto no les dejan utilizar el móvil siempre, y dice que eso es tratarlos como esclavos; en este momento hay que dejar de leer, recordar las páginas precedentes y pensar.

También es un libro sobre el amor. No digo más.

 

PD: Leo mi reflexión y me doy cuenta de que no he contado de qué va, como hacen casi todos los que reseñan libros en los blogs. Ya, es que yo no hago reseñas, de manera que leedlo si os apetece. O leed la contraportada, ahí está la sinopsis.


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https://www.amazon.es/Esclavos-del-deseo-Biblioteca-Formentor/dp/8432238686

viernes, 9 de agosto de 2024

'ELOGIO DE LAS MANOS'

“Para escribir, mejor o peor, solo hace falta querer hacerlo”
Jesús Carrasco


Elogio de las manos me ha encantado. Ni sabía que Carrasco había escrito un nuevo libro hasta que escuché una entrevista con el, creo recordad que en RNE. Escucharlo fue un placer y leerlo... aún más.

Es el tercer libro suyo que pasa por mis manos. Me falta La tierra que pisamos, que haré mío esta misma mañana si lo tienen en la biblioteca cuando devuelva este.

Comencé por Intemperie, no sé si por azar o si alguien me habló de él. Me pareció soberbio y me extrañó que alguien que escribe tan bien no tuviera más obra publicada. Lo recomiendo vivamente, me pareció una síntesis entre Miguel Delibes y Cormac McCarthy. Es un libro áspero, rural, terrible en su temática. No creo que lo relea por esto último, pero desde luego, como La carretera, de McCarthy, excelente.

También disfruté con Llévame a casa, historia familiar de afectos, desafectos, expectativas, pérdida, crepúsculos... Duro, pero no terrible. Nos reconocemos en la historia.

Y en tres días, aprovechando el intenso calor que nos recluye en casa, he leído Elogio de las manos. ¿Es una novela? No, exactamente no. Dicen que pertenece a la autoficción, no sé cuanto hay de realidad y cuanto de invención. Y, la verdad, no me importa.

Le han dado el Premio  Biblioteca Breve, que cuenta entre los agasajados con enormes títulos y otros que no tanto, incluso algunos sonrojantes. Pero este lo merece, claro que sí. La historia, si se puede llamar así, es la de la familia del autor, a la que prestan una casa en el sur que será derribada pronto, para que hagan uso de ella a la espera de su demolición. Pero pasan diez años y ellos van habitándola, cambiando, sus hijas van creciendo y los mayores envejeciendo, conocen a gente del pueblo... Y trabajan en ella, trabajan manualmente, hacen lo que saben y lo que no. Y esta es la historia, ese elogio del trabajo manual, del admirable trabajo bien hecho de quien sabe su oficio y lo ejerce.

Carrasco nos habla de su padre, ese maestro que indujo a sus hijos a utilizar las manos, de Bones y su caballo Pérez, de su cuñado, de Anaïs... Y, de paso, cuenta historias de generosidad como la de Mayoyi y la convivencia con los animales, algo más que mascotas.

No sé explicarlo mejor. A mí Carrasco me interesa escriba lo que escriba, siento que lo hace para mí, me identifico con el grueso de su narración y con sus digresiones, de modo que este modesto bloguero lo recomienda vivamente, porque, como dice el autor en este libro, me gusta “leer sin notar asperezas”.

 


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https://www.casadellibro.com/libro-elogio-de-las-manos/9788432243318/15859986



domingo, 4 de agosto de 2024

CONCLUSIONES DEL MES QUE HA TERMINADO

Aprovechando el verano, pongo orden, reviso y tiro. Encuentro entre papeles viejos un escrito que debe ser de un claustro. Antiquísimo, a juzgar por lo amarillo del papel, aunque no indica fecha; está en una hoja arrancada a una agenda (¿escolar?) y su encabezamiento (de imprenta) dice esto: Conclusiones del mes que ha terminado. Debió ser un mal día y seguramente un mal año. Transcribo lo que escribí allí:

Conclusiones, dicen. Lo que quiero concluir es esto. De una vez. Para siempre. En este primer claustro, tan absurdo y vacío, tan hinchado… Ya es lo normal, lo previsible: otra vez tiempo perdido. Bienvenidos, lee el acta, como siempre. Y qué, nadie hace caso. Dios, otra vez los mismos lugares comunes, la cosmética, solo falta que pidan ovación cerrada, qué bien lo hacemos todo, fetén, chachi piruli, vaya. Me he quitado las gafas, así escucho peor y me evado en la niebla de mi miopía. El diagnóstico de todos estos años me dice que no me fíe. Postureo, somos perros viejos, siempre acuden al comodín de la vocación y el voluntarismo, milagros que maquillan. Tras la trinchera solo está el páramo de la ignorancia y el desdén. Demasiada energía para nada, yo creo que busco un centro de gravedad permanente, otra vida, o tal vez ser nómada, ya que quieren obligarme a hablar un lenguaje que me niego a utilizar y que no comprendo. No sé si esos que dicen lo que dicen lo creen o creen que lo creen, tal vez han de hacerlo porque va en el sueldo, supongo que más alto que el mío, la neolengua se remunera bien. Yo tengo poca fe y escasos motivos para aceptar que con poco se puede hacer mucho. Lo importante no importa, la vida está en otra parte, la verdad no era esto. Me gustaría que leyeran a Platón, lo del mito de la caverna, los prisioneros atados de pies y manos. Eso somos, o quieren. Sapere aude. Se acaba el papel.



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https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/edublog/ceipalcaldediegotrujillorodriguez/?page_id=34

domingo, 28 de julio de 2024

LOGOKUPAS

El palabro en cuestión lo acabo de inventar. Pero creo que se entiende bien.

La conversación es un bien preciado, algo que valoro sobremanera. Hablo de conversación en sentido genuino, diálogo en el que los intervinientes tienen algo que aportar y/o aprender. No es lo habitual: en muchos casos permanezco callado y solo respondo con monosílabos (y huyo en cuanto puedo) de esos intercambios verbales en los que no se cumplen esas condiciones que mencionaba antes.

Esos tipos (y tipas) no escuchan. Creo que es uno de lo principales problemas.

En algún caso se trata de machoalfismo (también hay variante femenina): ese que todo lo sabe, de lo suyo y de lo tuyo, de astronomía, de montar muebles y de la reproducción de los caimanes en los afluentes del Duero. Deberían poner una universidad o fundar una escuela con prosélitos. Saturan.

Otro caso es el del fundamentalista sectario, en sus variantes política y religiosa. Ellos saben la verdad, son la solución, el bien y la única posibilidad. Son peligrosos, además de enormemente plastas. No hay modo de hablar con ellos de otra cosa que no sea su tema, su obsesión. Por supuesto, tú estás equivocado porque tienes opinión, mientras que ellos tienen todas las certezas. Iluminados, conspiranoicos. Hay que evitarlos.

Una variante curiosa de esos logokupas es la de aquellas personas que no hacen pausas, que casi no respiran al hablar. Tienen esa rara cualidad, igual toman aire por las orejas. Por eso, como no hay espacio entre una frase y otra, es imposible intervenir. Lo suyo es un monólogo explosivo, una catarata, una ametralladora de frases. Tú solo eres un despreciable decorado.

Otra variante deleznable son los cotillas y enmedadores. Hace poco leí un tuit en el que alguien decía que si estás en una conversación en la que se está poniendo a caldo a alguien ausente, si te marchas el objeto del escarnio serás inmediatamente tú. A estas alturas de mi vida esto me importa una higa  y más viviendo de esta gente que se dedica a hablar mal de alguien porque no son capaces de hablar bien de nada. Triste existencia la suya.

No obstante, he aprendido a tolerar a un grupo de personas que repiten machaconamente unas historias del pasado que tan solo interesan a ellos en su evocación infinita. Normalmente son gente mayor (ay: yo cada vez más) y se les debe perdonar y escuchar como si fuera la primera vez que te lo cuentan. La soledad suele ser su compañera cotidiana. Tampoco escuchan más que a sus recuerdos y te pueden preguntar lo que les acabas de decir, pero no importa, en este caso no.

Podría seguir. Dicen algunos que me conocen que soy un poco misantrópico. Creo que no es del todo cierto (algo sí): simplemente huyo de esos logokupas porque prefiero la compañía de un buen libro.

El primer signo de respeto hacia el otro es la escucha activa y de eso hay poco. No digo que me escuchen, a menudo no tengo nada que decir y sí mucho que aprender, sino que no se debe monopolizar groseramente la conversación; si hay alguien al otro lado es un interlocutor digno de atención y de palabra. Casi mejor que se compren un espejo, que se vayan a predicar o que, como hacen en Londres, alquilen un Speaking Corner.



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