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viernes, 17 de noviembre de 2017

BUZÓN

No quiere sentirse culpable. ¿Por qué entonces ese agujero en las entrañas? Recuerda el tiempo no tan lejano de las palabras amables, del cine de los domingos y el roce amoroso de su mano.

Tuvo que ser otro, otra vida. Tal vez no le pasó a ella. Otra persona.

No quiere sentirse culpable, pero ahora que lo ha decidido es aún peor. Él no volverá en unas horas: tiene que hacerlo, no pensarlo más.

Descubre que tiene miedo cuando cierra la puerta. Baja las escaleras en silencio y vacila ante el buzón. Finalmente deja caer las llaves. Se siente mejor. Abre la puerta de la calle, se quita el anillo y descubre que el frío que le azota la piel es agradable.

Tal vez sí le ha pasado a ella. Pero ahora es otra persona.


8 comentarios:


  1. Me gusta el pulso lírico y minimalista del relato.

    No obstante, he borrado el comentario inicial a raíz de lo leído en una respuesta de facebook. No advertí el contenido que le das a la narración. Ya decía yo que me resultó críptica en una primera lectura. Soy un pésimo lector.

    Borrado está. Retorno a mis cicatrices y a mis cuarteles de invierno.

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    1. Gracias por tus palabras. Es de lo poco que escribo rápidamente. Desde la primera escritura hasta ésta hay solo ocho palabras de diferencia.

      Tal vez no he sabido escribir y describir bien. Esta historia (con variantes) me la han contado muchas veces. Siempre mujeres a las que costaba decir adiós y que incomprensiblemente (también para ellas) sentían culpa. Por eso el frío las libera.

      Mal lugar ese de las cicatrices y los cuarteles. Abre puertas y ventanas.

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  2. Me ha pasado como a CrisC, la primera vez no he entendido lo que estaba leyendo (porque estoy un poco empanada), pero una vez releído me parece un mini relato súper elegante.
    ¡Saluditos!

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    1. Vaya por Dios. Entonces es que, definitivamente, soy un pésimo narrador. No es que estés empanada.

      Agradezco tus palabras, Key.

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    2. Hay objetos, calles o prendas que de alguna manera representan un momento importante en la vida de cada uno. Y la verdad es que cuando algo cambia en nuestro interior, aunque sea duro, se debe actuar.
      Imagino que para ella el buzón es un punto de no retorno, con el tintineo de las llaves en la caída, se acallan las últimas dudas que pudiera tener. Si incluso el frío le parece agradable, nada hay que temer...
      Espero que sea feliz.

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    3. Hay veces que es precisamente algo en el interior lo que dice basta, hasta aquí hemos llegado, no puedo más, esto no es lo normal, no puedo anclarme en la infelicidad y asumir que es lo que hay. El buzón indica eso, el adiós, el mensaje, las llaves de una casa a la que no volver, el vértigo del viento y la lluvia. Es para siempre.

      Puede que no sea feliz, al comienzo no, pero será libre. Por lo tanto, tiene posibilidades de ser feliz. De otro modo, ninguna posibilidad. Por eso lo hace, por lo posible.

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  3. Hay decisiones que son difíciles y duras, por eso cuesta tanto tomarlas. No siempre lo hacemos, por desgracia.

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  4. No puedo entender qué pasa por la cabeza de una mujer en situaciones tan difíciles, sólo por analogía, por un esfuerzo voluntario de empatía. Hay adioses que son tan necesarios como dolorosos.

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