Vi hace unos
días una exposición de Gervasio Sánchez. Terrible y magnífica. África, América
Latina, los Balcanes. Todo lo recuerdo. Había poca gente, al personal no le
gusta que le recuerden de lo que es capaz el ser humano.
Me
impresionó especialmente la que copio arriba (espero no vulnerar derechos de
autor, en Internet se encuentra con facilidad).
Cuatro niñas
miran a través del cristal resquebrajado de una furgoneta, que adivinamos destrozada
por la guerra, en Sarajevo. Su mirada es limpia, el odio aún no ha anidado en sus ojos y la sonrisa que ofrecen es natural. Una
de ellas rodea a otras dos, amistad, inocencia. No necesitan juguetes caros y
sí las unas a las otras. Miran al objetivo, se les adivina toda la vida por
delante, si los devastadores de la civilización no indican lo contrario. Gervasio
Sánchez no sólo fotografía el horror, sino también la esperanza. Está en ellas.
La vuelvo a mirar y pienso que la fotografía tiene algo de espíritu navideño, no de esta fiesta deshilachada y narcótica, sino de aquella en la que los seres humanos decidían quererse.
Han pasado muchos años, más de dos décadas. ¿Qué habrá sido de ellas?
La vuelvo a mirar y pienso que la fotografía tiene algo de espíritu navideño, no de esta fiesta deshilachada y narcótica, sino de aquella en la que los seres humanos decidían quererse.
Han pasado muchos años, más de dos décadas. ¿Qué habrá sido de ellas?
Impresionante! Es una foto preciosa.
ResponderEliminarAbrazo!
Más que impresionante. Son preciosas. Y duras.
ResponderEliminarIncluso en la guerra los niños son niños y juegan.
ResponderEliminarGervasio Sánchez las mira con enorme cariño, por eso es un gran fotógrafo. Esas niñas son ahora espléndidas mujeres y sonríen; no lo dudes, Atticus.
(Que alguien me pase un clínex o algo así, vaya, se me ha metido algo en el ojo).
Es asombroso, pero cierto: los niños juegan, siempre. Y mejor eso que no su alternativa: los niños soldado.
EliminarLas fotografías de Gervasio Sánchez no sólo son "documentales", tienen rostro y los rostros tienen miradas. Qué habra sido de ellas, te creeré. Y te paso los pañuelos.
Me encanta sobre todo la cara de la que está más a la izquierda de la foto, es curioso, transmite paz y sonríe...
ResponderEliminarNo se que habrá sido de ellas, pero en cualquier caso Gervasio Sánchez las inmortalizó en su momento
Besos
Lo más curioso es que una fotografía de guera transmita tanta paz, deseo de vivir, futuro. No puedo dejar de pensar que cada una de ellas tendrá una historia, una narración.
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