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domingo, 17 de diciembre de 2017

PRENAVIDAD

Hay quien me ha dicho que estoy un poco desaparecido, que espacio mucho los posts. Es verdad. Este año va a ser el que menos publicaciones he hecho desde que abrí el blog. Se debe a muchos factores. Algunos gozosos (como soy un hombre con pudor me los callo). Otros son de sequía escribidora: no siempre tiene uno la pluma ágil y no deseo obsequiar con más tonterías de las que ya escribo.

El último es el trabajo, el puñetero trabajo. De modo que espero que nadie se descuelgue por aquí con eso de las vacaciones de los profesores, porque me transmuto en un ser verde y violento con facilidad. Llevo tres semanas sin levantar los glúteos de la silla, a razón de más de sesenta horas semanales (incluyo fines de semana) de trabajo. O sea, que estoy comprando días libres, a ver si nos vamos enterando. Si hiciera mis reglamentarias 37,5 el trabajo no saldría y los exámenes no se corregirían solos. Mejor ni hablo de la sarta de estupideces administrativas inútiles en las que pierdo mi tiempo (aproximadamente el 25%).

En Navidades prometo leer, comer, besar, dormir, beber y brindar con amigos y familia, ver películas, pasear, acostarme cuando quiera el cuerpo… Y no recordar el trabajo ni disculparme una sola vez por tener vacaciones.

Porque he terminado de corregir, sí. Y esta semana que entra emplearé todas las tardes en asistir a evaluaciones, tengo once, más otras cuatro ya hechas. De manera que espero pocas sonrisitas cuñadiles y menos palabras de menosprecio. Aquí les querría yo ver.


Imagen: http://www.oficinavirtualhoy.com/pautas-para-corregir-tus-propios-textos/

12 comentarios:

  1. A mí no me suele molestar que me digan que tengo muchas vacaciones. Normalmente contesto con un "¿a qué sí?" y zanjo la cuestión.
    Me llama la atención (y mucho) el número de sesiones de evaluación que tienes, no me extraña que quieras desconectar totalmente. Aprovecha las vacaciones y haz todo eso que tienes planeado hacer, olvidándote del insti totalmente, que luego ya sabes que hay que volver.

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    1. Mujer, a mí depende. Que lo hagan estos tipos que no dan un palo al agua o que han hecho de sus existencia la nada absoluta, sí me molesta un poco. Sobre todo en estas fechas. A veces, lo que hago es exagerar: no tres meses, cuatro, y 3000 € al mes y total por hablar. Para qué.

      Lo de las sesiones de evaluación voy a explicarlo: Un grupo de Historia de la Filosofía (vienen de cuatro cursos distintos: cuatro evaluaciones). Tres grupos de Filosofía de 1º Bachillerato (van siete). Un grupo de Valores de 4º ESO (van ocho). Un grupo de Valores de 3º ESO (vienen de cuatro cursos: van doce). Un grupo de Valores de 2º ESO (trece). Un grupo de Valores de 1º ESO (vienen de dos cursos: quince). Y soy jefe de departamento. No fabulo. Eso sí, luego algunos dicen que todos trabajamos lo mismo. Ya.

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    2. Hoy, precisamente, cuando he llegado al insti estaban hablando de este tema. Parece que cuando se acercan las vacaciones todo el mundo se acuerda de nosotros. Espero que se pasen pronto todas esas sesiones de evaluación y que puedas descansar.

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    3. Gracias. Aún estoy en ella, ahora en un hueco entre una y otra. Me queda la última, en media hora.

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  2. La vecina rubia dice que a veces es difícil ser rubia.

    Escribir también lo es (rubia no, difícil). Darle forma a lo que sólo son sombras no es fácil. Y otras es difícil porque, como para cualquier organismo, desde el más elemental hasta el más complejo, la recompensa al esfuerzo es un nutriente imprescindible y ésta no suele.

    Lo del trabajo, mira, pégale fuego a tu ontología, digo deontología.

    De todo eso que prometes en navidules: “leer, comer, besar, dormir, beber y brindar con amigos”, ¿qué hay para mí? Jejejeje…, venga unos besicos, hombre, no seas rácano.

    Estoy con Hécuba, ¿vacaciones? Sí, 6 meses. Y un pastaco cada mes.

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    1. He tenido años peores. Este, salvo época dura, estoy cinco o seis horas en el instituto y otras dos en casa. Me prohíbo encender el ordenador más allá de las 18 o 18:30. A veces no puedo corregir de un día para otro. Un ejercicio para cada alumno son quince horas de trabajo. Mejor no sigo.

      Y prepárate, CrisC, que para ti hay un beso king size y unas birras. Muchas.

      Pocas vacaciones son ésas. De la pasta ya sabes, 3000 € sin esforzarse mucho.

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  3. La verdad es que el nuestro es un trabajo oculto. No es fácil saber cuántas horas realmente dedica cada uno.

    Un buen profesor debe ser exigente con el alumnado, enseñar a pensar, fomentar el espíritu crítico, transmitir buenos valores, explicar con cierta pasión, para que el alumno sepa apreciar cada tema, estar actualizado, hacer un servicio social, ser buen compañero, ser culto (no sólo dominar su materia), ser sincero, comportarse como un buen padre haría, ya que en las aulas somos nosotros los adultos, ser buena persona.

    De alguna forma, la sociedad del mañana está en nuestras manos, sin embargo, ¿qué imagen tiene ésta de nosotros?, ¿se valora la figura del docente?, cuando en un ascensor, o en la cola de un establecimiento, comentamos que somos profesores, ¿se nos mira con cierto cariño, dada la responsabilidad de nuestro trabajo?

    En fin, llega pronto la navidad, buen momento para desconectar y cargar los depósitos de humanidad.

    Un saludo, Atticus.

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    1. No acabamos de explicar a la sociedad que nuestro trabajo se realiza en dos lugares: en el instituto y en casa. En estas épocas, el de casa es mucho más intenso y agotador. El soniquete cuñadil de las vacaciones me es indiferente en ciertas épocas, pero no ahora.

      No se valora. Hay una especie de opinión generalizada de que los profesores trabajamos poco, ganamos mucho y -lo que más me molesta- que los retoños son una serie de genios que no comprendemos y cuya creatrividad y posibilidades arruinamos en la escuela. Obviamente, excepciones hay muchísimas. O será que estoy muy quemado por una serie de padres que no aceptan que sus hijos no son genios y que los profesores no estamos para hacerles la vida imposibible. Niños tiranos y padres incompetentes.

      Desde luego, tengo algunos maravillosos, educados, realistas, motivadores de verdad. Los mejores, los que son padres y ejercen de ello.

      Saludos siempre, Miguel.

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  4. ¡Feliz Navidad Atticus! Yo soy de las que siempre he pensado que tenéis mucha suerte con lo de las vacaciones (no te enfades, ¿eh?), pero también pienso que tenéis más contras que pros. Creo que es un trabajo muy sacrificado para el que hay que valer. Yo por ejemplo no valdría.
    Francamente me quedo con el mío, jaja, más relajado y tranquilo (aunque también hay que aguantar a veces a usuarios mal educados de todas las edades, e impertinentes que no atienden ni a normas ni a razones) y sin extras que hacer en casa, ni reuniones, ni evaluaciones, etc. Sé lo que es porque tengo una tía y dos primas que son profes, así que lo vivo de cerca

    Yo en el fondo os admiro, de verdad, es una profesión que no está pagada.
    Un beso

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    1. No, si no me enfado. Es una suerte. No tanto como la gente cree (hay que leer, preparar y a menudo corregir). Además, sería un insensato si creyera que nuestro trabajo es más duro que el de los pescadores, mineros, guardias de guardia (valga la redundancia) y otros cuyo curro es durísimo. Mi familia viene de la agricultura y si digo semejante imbecilidad, baja mi abuela de donde esté y me corre a estacazos.

      El tuyo parece algo más descansado, pero tendrá lo suyo. El personal no es muy educado y cree que sólo tiene derechos y no deberes. Voy a menudo a la Biblioteca de mi ciudad y veo cosas que me sonrojan y empleados que no sé como no le rompen en la cabeza al usuario un tomo de la "Crítica de la razón pura" (edición de lujo).

      Muchas gracias en cualquier caso. Aunque sí está pagada. Ya sabes, 3000 € al mes y extras cada dos meses...

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  5. Tuve un conocido, profesor de cine, que semidesnudo me decía "califico trabajos y en mis tiempos libres doy clase".

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    1. Yo no sé si tanto, pero desde luego dar clase no es la actividad principal.

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