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domingo, 11 de octubre de 2009

DE PERFIL

Algunos amigos me invitan a Facebook. Nunca me apunto. Veo que dicen cosas acerca de sus gustos en unas pocas líneas. Pero yo necesito más espacio para explicar algo medianamente bien o para hacer un listado aceptable de lo que me agrada. Así que, en lugar de adjuntar mi triste ridiculum vitae, ahí va un listado de lo que prefiero, lo que me estremece de placer y me da la alegría de vivir. A esto se le llama a menudo “mi perfil”; será porque siempre salimos de lado, incompletos. O sea, de verdad.

Comer acompañado de mucha gente. Cenar acompañado de poca gente. Desayunar con una sola persona. Cocinar para alguien.

La poesía. Luis García Montero. Aleixandre. Benjamín Prado. Ángel González, Ana Rossetti.

La lectura en general. La novela detectivesca: Mankell, Donna Leon, Larsson, Lorenzo Silva, Petros Márkaris, Conan Doyle... Descubrir autores y explorarlos: Sándor Márai, Irene Nemirovski, Imre Kertész, Murakami… Algunos clásicos: Borges sobre todos ellos. Y siempre Albert Camus y su compromiso con la verdad: su prosa desnuda me deja perplejo y rendido.

Pasear por Madrid a cualquier hora. Mejor en primavera. Sus teatros. Perderme.

Mi hijo.

Viajar. Praga, Venecia, Lisboa y el barrio de Alfama al atardecer. Los fados y el silencio del Tajo. El ritmo lento. La melancolía, esa alegría por estar triste, como dijo Victor Hugo.


El whisky de malta. Con hielo. En vaso ancho. Viernes por la noche.

Amigos. Pocos.

El cine. Blade Runner, Doce hombres sin piedad, Casablanca, Matar a un ruiseñor, El Sur… Películas raras con subtítulos. Las cervezas que vienen después.

Wim Mertens, Lito Vitale, Michael Nyman. Jacques Brel. Madredeus, Rodrigo Leao. Pat Metheny, Norah Jones. Leonard Cohen.

El buen humor. La inteligencia. La ingenuidad.

Las personas buenas, las que te ayudan por nada. Las que inyectan alegría en tus problemas. Las que escuchan sin prisa. Las que se dejan querer. Las que no temen a la vida.

El deseo.

10 comentarios:

  1. Me pasa como a ti, en eso de “facebuq” y “tuenti”.

    Aleixandre…, the Big One.

    Te debo algunas cosas, por ejemplo, a la pareja de picoletos de Silva; también una frase de Cortázar: “cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo”; algunas frases que repito, cada curso, a mis queridos alumnos y preciosas alumnas, rebosantes de vida; muchas imágenes de los tiempos gloriosos de la facultad; y las muchas horas y días de una antigua amistad.

    Guaaaca…, Madrizzz y desde ahí al cielo. Qué linda es Madriz.

    Comparto el deslumbramiento de Venecia. Recuerdo una imagen de película. En el vaporetto que enlazaba “Venezia Santa Lucia” con “El Lido” vi a una pareja: él iba con un traje de lino blanco, sombrero igual y leía la “Estética” de Theodor Adorno; ella era una mujer lánguida y esbelta, elegante, sofisticada y bella, con un conjunto claro y pastel cuya falda se derramaba sobre el banco. Existe, la Belleza.

    Y también la dulzura melancólica de Lisboa, esa luz, esos azulejos viejos, aquellas amplias plazas y todo con los acordes de la “Grândola, vila morena” de José Afonso y los claveles de Abril. También Pessoa. Yo iba leyendo “El libro del desasosiego”. Y, sobre todo, la película de Tanner, protagonizada por Bruno Ganz: “En la ciudad blanca”.

    El single malt scotch…, siempre. Y las pelis, las que citas. Y la música, la que dices. Y todo lo demás: Borges, Camus, Nietzsche, las birras, la noche…, y ellas.

    Ah…, no sé si te lo he dicho. Te cité en mi blog: "Militia Amoris". Hace tiempo.

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  2. Te traiciona Nietzsche. No lo he dicho, pero se ve. Tampoco he hablado de Atlético de Madrid (ay, Nietzsche de nuevo) ni de las horas que se suceden sin que nadie diga "me tengo que ir".
    También yo te debo algunas películas ("Doce hombres sin piedad", "Blade Runner"...) y algunos libros.
    Pasan los años y te quedan recuerdos, frases. Y mucho futuro: el que dice "En mis tiempos..." está muerto. Mis tiempos son estos.
    Ayer estuve de nuevo en Madrid, solo, a perderme, como digo antes. Miré a la gente, respiré el aroma de ángeles perdidos y vi muchas cosas que preferiría que no existiesen. Tomé alguna nota: en Madrid hay literatura. Está todo.
    La frase de Cortázar ("Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo") debía inciar el escrito que antecede, pero olvidé incluirla. Es la negación del Principio de No Contradicción y de gran parte de los estudios psicológicos sobre la personalidad.
    Leí "Militia Amoris". Recuerdo el verso, pero no estaba seguro de ser yo el autor. Repasé mis escritos y no lo encontré. Me equivoco, pensé. Será otro. Gracias en todo caso.

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  3. Lo escribiste tú, seguro. Es un verso luminoso.

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  4. Será. Lo recuerdo. Pero no lo recuerdo como mío. A veces pasa. Recuerdo aquella frase de Borges ("El libro de arena"): "He contado tantas veces la historia que ya no sé si la recuerdo de veras o si sólo recuerdo las palabras con que la cuento". ¿Recordamos lo que ocurrió o sólo las palabras? La poesía pasa, a veces se instala; otras es un barniz, un aroma.
    Hoy he visto una película ("Génova": me ha hecho daño) en la que un personaje dice: "Ya nadie lee poesía". "Yo sí", he dicho. La chica de al lado se ha vuelto. Lo último que hago antes de salir de casa a trabajar, por las mañanas, es leer unos versos. Yo sí.

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  5. Hi! This is the comment of your psychologist neighbour, religious and moral councellor ( alcohol is bad, specially at the cinema) , colleague, cineclub mate, and dear friend:

    Your profile is really accurate, I couldn't have defined you better, only one thing to add: you are a very good person, and a very sensitive man, in spite of your failed attempts to pretend being the typical heterosexual "macho", only interested in sex. In my opinion , you are interested in it as long as it goes with feelings, poetry, words and sunsets.
    Well, this is all. Sorry for the short comment, but remember that I'm a facebook fan unable to write more than two lines :)XXX

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  6. Bueno, Olga, no te pases con estos comentarios, que van a salir corriendo. No me empeño en ser un heterosexual obsexo. Soy un heterosexual desorientado y necesitado de cariño, como todos. Intento ser una buena persona (como deberían hacer todos) y lo demás es pasión, algo que no puedo ni quiero controlar. Desde luego lo es la poesía y el buen cine, la compañía de las personas que aprecio, etc.
    Y lo de escribir en inglés it's a good idea, es una pena que mi inglés sea tan lamenteibol.
    Deja el feisbuk y pásate al gran espacio: lo otro es para adolescentes tardíos que no tienen gran cosa que decir...

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  7. You are totally right, I am JUST a late teenager. And don't use the computer translator to read my mails, try to do it by yourself ( a que se nota que soy profe?).

    XOXO

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  8. Tomo nota de la ciberbronca. Ya sabes, no tengo tiempo, quiero estar seguro de lo que dices, etc, etc.
    Eso sí, tú sigue de late teenager que verás como los muchachos toman buena nota y te ves rodedada de veinteañeros que sólo son buenos en posición horizontal. Y no, eso sí que no. Haz que pasen la prueba completa: "Dogville", "El sabor de la sandía" y la filmografía completa de Paco Martínez Soria en versión original con subtítulos en húngaro.
    (Añadido del Nexus más militante: He visto pelis que no creeríais, socios del cine-club brillar de indignación más allá de Orión y del Cine Moderno. Todo se perderá como lágrimas en la lluvia...).

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  9. Hola,

    Viajo a tu pasado bloguero y leo cosas que me han hecho sonreír. Wim Mertens y Michael Nyman, que me acompañarón mientras estudiaba durante toda mi época universitaria. Pasión de Roberto Leao con Lula Pena. La poesía, desde siempre y hasta siempre. Leonard Cohen. Las personas buenas. La melancolía. Los libros en general.Perderme.

    :)

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    Respuestas
    1. Han pasado siete años y medio. Soy el mismo. O casi. Me siguen acompañando esos músicos, Nyman algo menos. Ahora escucho mucho más jazz. Y clásica al ir y volver del trabajo, normalmente ópera. Releo lo que escribí entonces y veo que mis gustos han cambiado poco. Mi hijo sí, entonces era un niño. Leonard Cohen siempre me gusta, lo escucho mucho cuando viajo.

      Las personas buenas las aprecio cada día más, incluso más aún que las inteligentes. Si se juntan, mejor. La melancolía es un rasgo de carácter, no una elección.

      Leo menos, no por voluntad, sino por los imperativos de esa forma de esclavitud que llamamos trabajo.

      Hace siete años y medio estaba perdido. Sigo así, pero más plácidamente.

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