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domingo, 27 de febrero de 2011

AVIÓN


"Me guardan en un sótano, con llave,
y me hablan de la calle, y me describen
con precisión la vida que no vivo".

Francisco José Martínez Morán: Tras la puerta tapiada


Cuando llego a la sala de espera , antes de embarcar, ya hay más de 50 personas. Me acomodo en una esquina. A mi lado, una joven no cesa de llorar con tanto pudor como empeño Lleva auriculares que le hacen sentirse aislada y abraza con fuerza su pequeña maleta. Es discretamente hermosa, tal vez la más deseable para alguien que se ha quedado en tierra; me pregunto si por ahora o para siempre, lo que explicaría desigualmente su llanto.


Entran otras dos jóvenes, más aún, cuya edad no va más allá de los 25. Me fijo especialmente en una de ellas, pelo casi rubio, ojos no demasiado azules y una nariz que me hace sospechar que sea francesa. Hasta que las oigo hablar: o son italianas o lo disimulan bien. De sus orejas cuelgan unos pendientes grandes, circulares, muy elaborados; pienso que en otra me parecerían ostentosos y exagerados. Me cuesta no mirarla pero no me gustaría que se diera cuenta.

De repente, sin responder a ninguna señal ni llamada, alguien se pone en pie y se forma una cola ante un pequeño mostrador. Todos hacemos lo mismo. La cola me parece absurda, más propia de un autobús que de un avión. 30 minutos después nos introducen en unos vehículos que recorren la pista. Nos apretujamos, me siento ganado, tropiezo con otras maletas y unas espaldas rozan inevitablemente la mía. Al bajar me doy cuenta de que son las dos italianas de antes; evito cruzar la mirada con ellas. No obstante, parece imposible evitarlas, el azar las sitúa delante de mí, al otro lado del pasillo, y me detengo en un trozo de frente y su pelo pajizo.

Han subido también dos curas jóvenes, italianos también, impolutos, ni una sola arruga en su traje, tal vez planchado hasta el alzacuellos. Tienen mirada clara, de inocencia, pero también de ignorancia. Parecen casi hermanos gemelos, mismo corte de pelo, mismo modo de moverse, mismo atuendo. Hasta se podría pensar que no van a España en misión pastoral o a completar estudios, sino a seducir jovencitas para la causa con sus palabras envolventes y mirada a mayor gloria de Dios y de la península itálica. Dejo de verlos, van a la parte delantera. Se me ocurre que podrían buscar y consolar a la joven que lloraba y que tampoco distingo en el frenesí de personas que suben sus bultos y buscan acomodo.

Pasa una mujer con un gorro rojo, muy elegante. Mira a mi lado, hay dos asientos libres. Le dice algo a otra mujer en un idioma que no reconozco. No puedo escuchar la respuesta, pero avanzan por el pasillo. Soy el único en todo el avión a cuyo lado no hay nadie. Qué metáfora.

Una azafata explica sin entusiasmo las medidas de seguridad. Pocos pasajeros atienden. Intento aparentar que me interesa, pero estoy ausente. Se me nota. En apenas tres horas estaré en casa, tras este viaje agridulce y necesario.

29 comentarios:

  1. Comparto esa sensación de indefensión en cuanto te dispones a volar. Antes me hacía enfadar, ahora la tomo como una lección que me da la vida para que aprenda a soltar, a dejarme llevar.
    Me gusta, igualmente, observar a los demás, e imaginar qué les ha traído allí, cómo son, qué hacen.
    Recuerdo una propaganda del Vaticano con unos curas guapísimos.Supongo que son anzuelos usados por la iglesia católica para captar jóvenes. Pero en muchas producían el efecto contrario ,soñando con ellos en las más irreverentes de las posturas.
    Lo de la metáfora...puede ser. Aunque tampoco hay que pasarse y buscarle un significado a todo, lo digo por experiencia.
    Un viaje necesario. La vida es una suma de viajes, sí.

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  2. No es que yo sea Willy Fog pero, algún avión ya he cogido. Jamás de los jamases me ha dado por hacer el análisis de situación que describes, Atticus, y eso que hay cosas que me siguen llamando la atención; por decir algo, 20 familiares con camisetas iguales aparentemente felices de la vida, otros 20 tíos semidesnudos camino a La Meca con sus 20, al menos, mujeres como fardos negros, los consabidos japoneses fotografiando TODO, gente que va junta pero no se habla, los divinos, las divinas…. Yo que sé, mil cosas.

    Pero no me agobian. Ahí están. Ocupando el espacio exactamente igual que yo. Quizás porque siempre voy con el tiempo más que justo, porque pienso que he olvidado algo importante, porque no encuentro la tarjeta de embarque…, no reparo o interpreto lo que veo. No me da tiempo a hacer colas, y si las hay, me añado a ellas al final. En el avión, nadie me va a quitar el sitio. Mientras, leo o charlo o me tomo un asqueroso café o paseo. A veces imagino coincidir con alguien, la vida tiene esas cosas…

    El tránsito o la espera en un aeropuerto no son más que eso. Hazte la idea de que estás en una estación de autobús. Es más prosaico y habitual.

    Da la impresión de que llevas un registro, físico o mental, de incidencias.

    ¿No será que te da miedo volar?

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  3. Elena, lo de los curas debe tener morbo para vosotras. Un chiste decía que algunas creen que en la sotana hay tantos botones porque todo es bragueta.

    Recuerdo aquel calendario, entre lo mísitico y lo sensualón. A mí no me pone. Claro que tampoco me ponen las monjitas en top-less. Raro que es uno.

    Pero no tan rato: lo de pensar que es una metáfora es un momento de debilidad, de reflexión posterior. La vida es un conjunto de viajes, metafóricos algunos. De casi todos se puede sacar algo: una foto, una palabra, un estremicimiento en el corazón, un nombre nuevo, un modo nuevo de llamar a un nombre antiguo.

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  4. Aliénor, no es que lleve un registro de incidencias. Lo que sí llevo siempre es mi PDA (papel de apuntar), y en los largos tiempos de espera miro y a veces anoto. También tomo fotos "absurdas" que en ocasiones producen historias.

    Me hago a la idea de que estoy en una estación de autobuses. De hecho, hay mejor trato en éstas que en las aerolíneas baratas, en las que parece que una sonrisa se puede cobrar.

    Y me da miedo volar. Desde luego. Es rápido y cómodo. Pero me da miedo. Para qué negarlo.

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  5. Lo que peor llevo a la hora de viajar son las esperas. El timepo que tienes que pasar esperando en la puerta de embarque hasta que se abre. Luego subes al avión y la gente no deja de quedarse en mitad del pasillo, subiendo la maleta; y cuando termina, recogiendo el abrigo, con mucha parsimonia mientras hay una cola de gente detrás buscando su asiento. Suelo fijarme en alguien del avión, supongo que para sentirme más segura. Gente que no conozco, peor que me llama la atención por algo: por su forma de vestir, porel color de la camisa etc.
    Cuando viaje con más gente, se hace todo más llevadero; imagino que a todo el mundo le pasa igual. El viaje de ida sueles ir hablando, o mirando guias de la ciudad donde vas, pero la vuelta...; la vuelta, al menos en mi caso es una mezcla de sentiminetos: pena, porque se acaba el viaje y alegría porque se han acabado las caminatas de varios kilómetros diarios viendo monumentos, las explicaciones de los guías, el mal comer etc.
    Besos, Atticus

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  6. Hay literatura en los aviones. También en metros, trenes y barcos. Los viajes dan para mucho.

    Es curioso, Rachel, lo que dices de la ida y la vuelta. A mí no me entristece la vuelta, aunque soy de los cree que como fuera de casa en ningún sitio.

    Las idas son proyectos; lor retornos, reflexiones.

    Lo del mal comer... ¿por qué? Excepto un viaje que hice a Italia en el año 89 ó 90, en todos he comido bien. Y entonces era por falta de vocabulario. Sólo sabía decir en italiano: "Io voglio un panino e un etto di salame" (más o menos, que corrija Brixia). Claro, estaba hasta el moño del dichoso bocata. No es que luego haya aprendido italiano, es que he aprendido a señalar con el dedo y he perdido la vergüenza.

    Otros saben inglés.

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  7. Sería menjor decir "per favore, un panino e un etto di salame", pero con tu acentazo y la falta de vergUenza, vas a toda partes. Y creo que lo del mal comer...., bueno depende de si llevas guías locales o no, del país en el que estés, del hambre que tengas, etc...
    A mi tampoco me disgustan los viajes de vuelta y también observo muchas veces a los desconocidos compañeros de viajes, a veces imagino circunstancias o las deduzco por los retazos de conversación que oigo.
    Nunca olvidaré a una pareja ya mayor sentada delante de mí en un vuelo hacia Valencia en el que sobrevolábamos el Delta del Ebro. La pareja en cuestión eran campesinos bergamascos en su primer vuelo, y estaban convencidos de que veían la isla de Cerdeña, el marido le explicaba con aire de sabelotodo que él ya lo había visto (el Delta) en un viaje de trabajo a Cerdeña. No pude resistir, aunque luego me arrepentì. Les dije, eso sí, cordialmente, que era el Delta del Ebro, sin duda, territorio español. El señor, se giró hacia mí, con expresión ofendida, y me dijo " E' sicura?"
    Sì, absolutamente, he hecho este viaje montones de veces. Se calló y metió la cabeza en el periódico. A la salida miraron hacia otro lado.
    Su hija les había regalado unos días en España, para que la madre conociera el extranjero. Otro retazo de conversación.

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  8. ¿Cerdeña o Cerdanya? ¿El Delta del Ebro o los ímpetus de Berlusconi? Lo tuyo tiene delito... Déjalos que imaginen. Yo voy mañana a explicar a mis alumnos de bachillerato los problemas del relativismo cultural e imagino que les va a interesar. O sea, Cerdeña.

    Lo que cuentas es un trozo de relato. Hay un antes. Y ellos también volverán y mirarán a alguien, y su vida campesina ya no será la misma.

    Mejor per favore, va bene.

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  9. Ops! se me escapó la n y me salió menjor, chiedo umilmente scuse!
    Y todo lo que enseñamos a nuestros alumnos les interesa, no lo dudes, aunque a veces les cueste muuuuuuuuuuuccchhhhhhhho demostrarlo!
    Ellos también son un trozo de relato,un antes y después de nosotros.
    Besitos. Brixia

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  10. A mí personalmente no me ponen nada los curas, es más, me parecen la antilujuria.Pero a unas amigas romanas,sí: debe ser el ambiente berlusconiano...jejeje
    Porfa, plis, anónim@: ¡la receta de la lasaña, que se me está haciendo la boca agua!!!!

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  11. Lo dudo. O son maestros en el arte del disimulo. O yo extoy en crisis laboral/personal con matices hegelianos. Pero también en ellos hay relatos, es verdad, algún día se darán cuenta.

    Lo de menjor es una síntesis entre mejor y menjar, es decir, menjar mejor, o sea, comer millor, collor, mimer... El teclado es sabio es sus designios, Brixia. Gracias por la lección de italiano.

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  12. Qué rara eres, Elena, donde esté un buen cura con culpa y vigor, pecando a conciencia o no sin descuido o banalidad... Di a tus amigas romanas que te muestren los secretos intersotánicos (que no intersatánicos).

    Y, como ese anonimo no suelta prenda, auxilio lasañero también a ellas, anche a lei, per favore. Y si no, Brixia, descuélgate con algo fronterizo... ¡lasaña de morcilla sobre lecho de tiramisú al aroma de chorizo ibérico con balsámico de módena!

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  13. El autor del manjar no suelta prenda y quiere mantener a salvo su secreto culinario, asi que o le damos tiempo al tiempo o nos aguantamos, mientras tanto disfrutaremos del tiramisú hasta que se acabe, pero nada de extravagancias de aromas de chorizo y cosas por el estilo, eso se lo dejamos, yo por lo menos,a los grandes chefs.

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  14. Vale, vale,receta lasañera, con toque personal:

    - Para el ragú:
    En una cacerola honda hacer una base de cebolla, apio y zanahoria triturado y luego cuando ya está pasado añadir la carne picada (mixta mejor) y sofreir hasta que vaya quedando ligeramente doradita, añadir tomate triturado y salsa de tomate, remover y añadir vino blanco. Si gusta más sabroso añadir un dado y sal a gusto. Dejar cocer sobre 40m-50m.
    - Preparar una bechamel ligera, no demasiado espesa y echarle una puntita de tomate y un poquito de nuez moscada en polvo para que coja color.
    - En una fuente de horno una base de ragú, capa de láminas de pasta de lasana cruda(no hacer falta cocerlas previamente), capa de bechamel,unas lonchas de jamón york o mortadela, capa de salsa de ragú, capa de bechamel, y así hasta que se nos acabe el espacio en la fuente. La última capa debe ser de bechamel y luego rallar queso grana por encima y al horno 30/40m.

    Hay otras versiones de lasañas vegetarianas, con setas, etc.., pero esta la mejor. Ñammm!!!
    A ver quien es el guapo que la hace y después me dice qué tal ha salido!
    Un abrazo de tierras itálicas.
    Brixia

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  15. Errata: es tomate triturado o salsa de tomate, no los dos.
    Y Atticus sabe hacer un tiramisú de cine!
    Brixia

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  16. Creo que voy a abrir un blog de cocina y dejarme de tonterías. Lo del tiramisú... vaya, pues sí, de cine, para qué voy a ir de modesto.

    Lasaña no he hecho, pero me pongo pronto.

    Veo que hemos olvidado a los curas púberes, a la italiana que parecía francesa y a la que no dejaba de llorar. Cuando la comida entra por la puerta, la literatura sale por la ventana. Ya veo. La cosa intelectual que nos mueve las neuronas. Será eso.

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  17. ¡ Mil gracias, Brixia!!!!: yo me pongo enseguida y ya os cuento mmmmmmmmmmmmm
    Un blog de cocina, no sé, pero una sección dentro del blog no sería mala idea:¡ venga ese tiramisú!!! Quizás yo abra una entrada también en el mío con recetas de mis abuelas. ¿Por qué no?: la comida es uno de los placeres de la vida...mmmmmmmmmm

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  18. Además, Elena forma parte de todas las cosas que merece la pena hacer despacio: la filosofía, la poesía, la cocina, el amor. Todo eso se puede hacer rápido, pero se llama de otro modo: ocurrencias, ripios, precocinados, polvos rutinarios.

    Preparo la receta del tiramisú. El placer es el placer.

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  19. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  20. Sorry, Atticus. Eliminé el comentario anterior porque al leer lo de los curas púberes me acordé de un poema de Ana Rossetti titulado "Cuando mi hermana y yo, solteras,queríamos ser virtuosas y santas". Lo copié, pero quedó más largo que tu post y todos los comentarios juntos. Así que decidí omitirlo.
    Era para demostrarte que comida y literatura no son incompatibles. Por cierto, la lasaña buenísima...mmmmm

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  21. Leí el poema. Me gusta Ana Rossetti y conozco ese poema que destila erotismo. Estupendo versos. Es de "Devocionario", ¿no?

    Me alegro de lo de la lasaña. Me dijo Brixia que olvidó poner que hay que echar a la salsa algo de vino. Pero veo que le has sacado rendimiento. Voy a ver si encuentro mi receta del tiramisú.

    Literatura y comida no sólo no son imcompatibles. Hace dos días me "enzarcé" con una compañera por las típicas discusines hombre/mujer (según ella). Pero no era así: yo defendía que el arte es una celebración de la vida en sus aspectos más gozosos (aunque en el lote estén los demás), y que eso incluía los desnudos, la gula, cierto ansia de vivir, una desmesura (que no es lo mismo que un dejarse llevar). No sé si me entendió, si me expliqué. Lo que quiero decir es que comida y literatura son dos placeres irrenunciables. Placeres, sí, con letras bien grandes.

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  22. ¡Gracias por describirnos, con precisión, la vida que no vivimos!Jajaja :-)
    BesitoOOs GRAAANDES!!

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  23. ¿Yo? Creo que debes preguntárselo directamente a Francisco José Martínez, un tipo que escribe divinamente y de esos que parece que escribe para ti. He leído hace poco el libro cuyos versos reproduzco (homenaje, cita, nunca descarga ilegal), y lo recomiendo. Pero mucho. Me lo regaló una mujer estupenda a la que agradezco el libro y su existencia.

    Lo que hay bajo los versos es literatura menor. Pero es lo que hay, y me pareció en esos minutos que presenciaba precisamente eso: vidas que no vivimos.

    PD: No cuadra en mi rígida formación lógica eso de "besitos grandes": contradictio in terminis. Pero se agradecen igual.

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  24. "Es lo que hay" esto me ha recordado el siguiente ¿aforismo? de Oscar Wilde:
    Los jóvenes quieren ser fieles, y no lo son; los viejos quieren ser infieles y no pueden: eso es lo que hay.

    y ahí va una perla del mismo autor del que desconocía su faceta no sé si calificar de sexista o misógina: "Amigo mío, no hay mujeres geniales. Las mujeres forman un sexo decorativo. Nunca tienen nada que decir, pero lo dicen con encanto. Las mujeres representan el triunfo de la materia sobre el intelecto, del mismo modo que los hombres representan el triunfo del intelecto sobre la moral."

    Intentaré leer algo de lo bueno que ha escrito para ver si me puedo quitar el mal sabor.

    ¿aún no te has deleitado con el placer de saborear el tramisú? Yo ya lo he acabado.

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  25. No sé cuánto sabía Ocar Wilde de mujeres. En todo caso, cualquier genio es fruto de su tiempo y tiene luces y sombras. No todo el mundo es brillante todo el tiempo. Aristóteles definió a la mujer como un hombre incompleto, Schopenhauer como un ser de cabellos largos e ideas cortas, y Descartes dijo en una carta que había escrito el "Discurso del médoto" de una manera tan sencilla que podrían entenderlo hasta las mujeres. Y son los grandes, los que han amueblado el pensamiento de Occidente estos siglos pasados.

    De manera que hay ciertos pensamientos que no han de ser muy tenidos en cuenta. Son la hojarasca de su tiempo. Del resto de su obra te puedo decir poco, apenas lo he leído.

    Con el tiramisú me deleito siempre, aunque hace casi un par de meses que no lo hago.

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  26. Sabiendo poco o mucho se atrevía a juzgarlas, está claro que hay que situarlos en el contexto de su tiempo pero lo que duele es que actualmente,y ha pasado mucho tiempo, hay hombres que piensan lo mismo (muchos) y que cuando no tienen argumentos sólidos pasan al ataque personal y a las generalizaciones. Podría yo, si quisiera, entrar al ataque personal a los hombres en general y a algunos en particular, que nadie se ofenda, pero es que os habeis pasado la vida menospreciando a las mujeres. Todos tenemos luces y sombras, quizá a un genio precisamente por serlo se le disculpen esas sombras que son mayores que sus luces y siendo conscientes de ello adoptan posturas frívolas.

    Anoche ví a las jóvenes de pendientes circulares que colgaban de sus orejas, estuve observándola (a ella) mucho tiempo, no me importaba que se diera cuenta, estaba acompañada de un joven alto, atractivo; se empeñaba en llamar su atención pero curiosamente él no mostraba mucho interés por ella pensé que mantenían una relación duradera y él mostraba ya los síntomas de la monotonía.

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  27. Ya sabes que nada hay más atrevido que la ignorancia. Decir algo de las mujeres en general es muy atrevido, imposible conocerlas a todas. Y, aunque haya ciertas regularidades o generalidades, es complicado afirmar algo categorizando. Es erróneo, es injusto.

    Eso sí, myway, no entres a atacar a los hombres en general, por lo mismo, porque hay de todo. Algunos merecen algo más que una colleja, el desprecio y la ignorancia. Es cierto que la tradición masculina no es como para estar orgulloso, pero en todo caso los hombres actuales damos explicaciones por nuestros actos, y no por los pasados, en los que muchos no nos reconocemos. Por lo tanto no hay ofensa: ésta se produce cuando hay un ataque o descalificación injusta a uno mismo. Pero a lo que dijeron Aristóteles y los demás... Mira, aunque la filosofía es mi trabajo, no me considero un continuador de ellos, eso faltaría, que no hubiéramos aprendido nada. Sin duda, gracias a vosotras.

    Yo también he visto escenas parecidas. Me duele esa monotonía, esa constatación de lo epidérmicas que pueden ser algunas relaciones, de su fragilidad e inconsistencia. No es cosa mía (aunque a veces me toque de cerca), pero no me gusta.

    Bienvenida a este lugar este domingo maravilloso, myway.

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  28. ¡Hale! vamos a ponerle chispa a la mecha que es domingo.

    Explímene buen hombre lo de "médoto". ¿Es acaso que las mujeres "nos dotamos" de lo que consideremos preciso y oportuno, dejando para otros (mentes superiores según Descartes) lo de.. "meto do" me dejen.

    Besbarro, pero estoy aburrida (y los vermús también).

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  29. Debo ser muy simple (tópico que esta vez es absoultuamente cierto), pero no te sigo. No puedo explicar la razón por la que Monsieur René dijo tal cosa, ni diré yo (más bien al contrario) que las mujeres carezcáis de método.

    ¿O era un juego de palabras?

    ¿Para qué me meto yo en estos líos? Será porque estoy cansado de corregir, será.

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