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sábado, 27 de octubre de 2012

CONOCIMIENTO O FELICIDAD


Que nadie tema. Los libros de Aristóteles están bien en sus anaqueles. No voy a disertar sobre el asunto; bastante tienen mis alumnos-rehenes (a los que el Altísimo agradezca su  infinita paciencia).

Esto de hoy viene a cuento de un libro que acabo de leer. Se titula Ética de urgencia, y es de Fernando Savater, una especie -dice él- de actualización del célebre Ética para Amador. Lo malo es que es un libro innecesario en el que no hay nada de la frescura ni de la hondura filosófica que había en el otro, pese a que aparentemente se dirigiese a jóvenes. No obstante, en  la página 79 me encontré con la siguiente frase:

“En  una ocasión le preguntaron a Bertrand Russell (…): ‘Si le dieran a escoger entre saber más o ser más feliz, ¿qué elegiría?’. Y Russell respondió: ‘Es extraño, pero preferiría seguir aprendiendo’”.

Cualquiera de nosotros diría que, puestos a elegir, mejor los dos: chocotajá, que decía mi abuela. Pero llevo unos días pensando en ello: la felicidad es errática y caprichosa, de límites difusos, necesita de los otros muy a menudo, se confunde con el bienestar y a veces con el placer más sensitivo (es más, no sé si no son la misma cosa); quiere durar sin conseguirlo, tiene vocación de horizonte, pero genera frustración por lo difícil que resulta embridar el deseo. La felicidad tiene mucho de objetivo borroso y por lo tanto imposible, pese a lo cual se nos impone, o nos instala el recuerdo de su inexistencia con un nudo en el estómago, un sueño que se empeña en no llegar o un quiebro en la voz.

Definitivamente, y si no puedo elegir chocotajá, creo que diría lo mismo que Russell.

8 comentarios:

  1. Como me cantaba una amiga mía... "sin"... "no tendría valor"... ¿O sí?

    http://www.youtube.com/watch?v=5Y4Ni-lzvPY

    ¡Explica qué es eso de la chocotajá! Chocolate debe llevar así que... ¡Creo que me iba a gustar! Jajaja :)¡Yo voto por la chocotajá!

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    1. Estupenda letra. La música... bueno, no es lo mío. Pero merece la pena escuchar lo que dice.

      Chocotajá: Dícese del híbrido imposible entre chocolate y tajada (de carne). O sea, que en los tiempos del hambre, bastante era con que tuvieras o un trozo de chocolate o un pedazo de carne. La chocotajá era un sueño de la razón gastronómica, una entelequia estomacal. O sea, conocimiento y felicidad.

      Son palabras que van desapareciendo de las familias a medida que mueren las personas mayores. Pero ésta la recordaré siempre, porque yo de niño quería chocotajá. Ahora que ya estoy más crecidito... también.

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  2. Yo, ya que no se puede la chocotajá, me quedo con la felicidad o los ratitos felices. Aprendiendo estoy siempre, forma parte de mi manera de ser inquieta.

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    1. Mira tú qué bien: el país en una crisis de valores (eso que dicen los que no tienen problemas de mala conciencia ni de mala cuenta bancaria) y tú aquí a hacer apología del bienestar... Muy poco patriotismo es lo que veo.

      Chocotajá, 3; Crisis, 0. Vamos ganando.

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  3. Para mi la felicidad son esas pequeñas cosas del día a día: comerte un helado; ver sonreír por primera vez a tu sobrino; leer un buen libro; unas cervezas muy frías con los amigos; preparar un viaje...vamos el día a día con alegría!!

    El interés por aprender es un hecho de enorme felicidad también. Y haber aprendido un nuevo vocablo "la chocotajá" ni te digo!! :-)

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    1. Cierto. Hoy he gozado de uno de esos días. Pero a menudo son insuficientes, porque sus enemigos son más poderosos: una legión de orcos que invade la conciencia y la consciencia, las vísceras y el entendimiento. Demasiada complejidad para un ejército de voluntarios.

      Pero ya veo: otra que se apunta a la chocotajá. Veo que a este paso no salimos de la crisis.

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  4. En la relativa intimidad de su autobiografía (1967), Russell se queja con alguna tristeza de que la reflexión filosófica no lo había hecho “en modo alguno más feliz” y que había impedido la libre comunicación con los suyos, “haciéndoles así extraños”.

    Dice también que en su caso particular “los efectos de la búsqueda de la verdad más bien han sido malos que buenos”, aunque acaba la página ambivalentemente diciendo que se inclina “a seguir persiguiendo la verdad”, pero no desea difundirla “sino más bien (…) impedir su difusión”.

    Muchos han visto en el conocimiento la vía a la felicidad, otros no tanto. Recomiendo la lectura de un cuento de Voltaire (apenas una página): “Historia del buen brahmín”.

    http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/voltaire/histbrah.htm

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    1. Recuerdo ese pasaje, aunque ahora no entiendo ese "impedir su difusión".

      Muchas gracias por tomarte tanto trabajo en comentar a estos niveles. Y más aún por la sugerencia, que leeré en cuanto pueda.

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